Política

Crisis por los cincuentones mostró diferencias de fondo en el FA

Crisis por los cincuentones mostró diferencias de fondo en el FA

Finalmente el Frente Amplio salvó la prueba, pero el desencuentro por el proyecto de ley de los cincuentones representó bastante más que la falta de un acuerdo puntual sobre una determinada iniciativa.

Este episodio remarcó la existencia de diferencias ideológicas importantes dentro de la coalición, dejó en claro que también hay choques a nivel personal y mostró la fragilidad que puede llegar a tener una fuerza política con mayoría parlamentaria propia, pero tan ajustada, que cada banca tiene un valor muy alto.

El propio ministro de Economía, Danilo Astori, admitió esta situación en entrevista con La Mañana de El Espectador, al analizar el acuerdo logrado luego de trabajosas negociaciones y aprovechó para enviar mensajes diversos a la interna; al punto de que llegó a afirmar que la cultura del acuerdo es imprescindible para la propia supervivencia de la coalición de izquierda. De otro modo le puede ir "muy mal";.

También reivindicó con énfasis la vigencia del sistema mixto de seguridad social, mientras otros protagonistas insistían en la idea de liquidarlo.

 

 

"LA CULTURA DEL NO ACUERDO";

 

"En el Frente Amplio desde hace un tiempo -dijo Astori- nos ha costado la cultura del acuerdo, la búsqueda de que todos estemos representados cuando tenemos opiniones diferentes, que era lo que quería Seregni siempre. Porque cuando hay discrepancias -y en el Frente la verdad es que sobre los temas fundamentales hay opiniones distintas, y eso no se puede negar- es absolutamente imprescindible estar dispuesto a buscar un camino que represente al menos parcialmente las opiniones de todos";. "Y últimamente -según Astori- había estado difícil recorrer un camino de este tipo. Entonces una de las razones por las cuales personalmente celebro el acuerdo es esta: que hemos llegado a un proyecto que modifica el original, lo modifica sustancialmente; pero al mismo tiempo tiene en cuenta a los que defienden otras posturas distintas a la nuestra";.

El ministro insistió sobre las diferencias de fondo en el oficialismo y en la necesidad de impulsar un búsqueda de acuerdos internos y rechazó que el resultado de las negociaciones, tanto en el tema de los cincuentones como en cualquier otros asunto, se plantee como un partido de fútbol. Ese tratamiento, explicó, expresa "la cultura del no acuerdo; ganó sultano y perdió sultano. Y si hacemos política en una coalición que también es movimiento pero en la que coexisten y conviven visiones diferentes, y esto no hay que ocultarlo, es fundamental para la sobrevivencia política, para el buen hacer de la política, que haya disposición al acuerdo y no intentar derrotar al que piensa distinto. Porque por esa vía, por el afán de que los medios titulen quien ganó y quien perdió, la verdad es que nos va a ir muy mal";.

La discusión en torno al tema tuvo como telón de fondo la posible renuncia del ministro y al menos de parte de su equipo, aunque Astori aseguró que nunca utilizó ese argumento como una amenaza. Mientras los promotores del proyecto original -incluido el ministro Murro- acusaron a las autoridades de Economía de hacer "terrorismo"; con las cifras -afirmación que Astori no quiso ni responder- desde Economía se responsabilizó al BPS y al Ministerio de Trabajo de suministrar cifras incorrectas que llevaron a la confusión.

 

¿PERONIZACIÓN?

 

Pero este desencuentro por los cincuentones también volvió a mostrar la contracara de esas consideraciones: la de una fuerza política que logra ocupar un espectro político e ideológico tan amplio, que a veces transforma las polémicas de carácter nacional en algo interno y deja sin margen o con poco margen de acción a la oposición. Es decir que en el propio Frente Amplio a veces se actúa como oficialismo y oposición. Tal vez sea lo que el presidente de la coalición, Javier Miranda calificó como un proceso de "peronización";, una afirmación polémica que dejó pensando a más de uno. 

El prestigioso politólogo uruguayo residente en Gran Bretaña, Francisco Panizza, matizó la idea de Miranda, recordando que esa más bien ha sido una característica de los partidos tradicionales y puso como ejemplo las pujas históricas de las listas 15 y 14 en el Partido Colorado, o de la UBD y el Herrerismo entre los blancos.

Lo cierto es que ese oficialismo-oposición que se da dentro del Frente Amplio, efectivamente acota a veces los márgenes de acción de los demás partidos, pero también tiene sus riesgos. Ahora, por ejemplo, el gobierno se enfrenta a una nueva división, la que plantea el Tratado de Libre Comercio con Chile. Y en este asunto las diferencias internas han llevado hasta al momento al gobierno a la parálisis, generando una situación incómoda ante el país trasandino y dejando abierta la puerta para las críticas de la oposición. 

 

DISCUSIÓN O ENTIERRO

 

Hay quienes pretenden llevar el tema al Plenario, cosa que no quieren los astoristas y otros frenteamplistas, porque saben que la composición de ese órgano tanto como el Congreso, responden a una realidad política paralela, alejada de la composición de la bancada, de la integración del gobierno y de lo que votó la gente. Es decir que llevar un tema de este carácter al Plenario, sería casi seguramente enterrarlo.

La posibilidad de que un asunto como este, tal como pasó con el TISA, pudiera ser resuelto en el Plenario resulta llamativa. Ya en 1990 cuando Tabaré Vázquez asumió la Intendencia, dejó en claro que era el jefe comunal de todos los montevideanos, y buscó actuar sorteando los obstáculos que pudieran significarle los órganos del Frente Amplio. Ahora el gobierno ha dado señales de que el tema será resuelto por el propio Ejecutivo.

Probablemente el año próximo, según han coincidido protagonistas de diversas áreas y diferentes sectores, incluyendo al propio Astori, el Uruguay deberá asumir una discusión de fondo sobre el futuro de la seguridad social. Será otro gran reto, no sólo para el gobierno. Y no será fácil asumirlo en un año preelectoral.