"La gente validó el proyecto de los tupas"
Nora Castro es la primera mujer en presidir Diputados. La dirigente del MLN invocó a Artigas, a Sendic y reiteró que para ella "los intereses y los derechos de las grandes mayorías siguen siendo el eje articulador". Afirmó que lleva la "mochila" de los enfrentamientos de los setenta pero que no vive atada a ellos. "No olvidamos, pero tratamos de no tener rencor", afirmó.
(Emitido a las 7.35)
EMILIANO COTELO:
Tomaron posesión de sus bancas los nuevos senadores y diputados surgidos de las elecciones del pasado 31 de octubre. Se instaló el nuevo Senado, se instaló la nueva Cámara de Diputados, y por lo tanto también quedó integrada, ya a última hora, la Asamblea General.
Había todo un centro de atención puesto en la Cámara Alta, con el protagonismo de José Mujica y su papel tomándoles el juramento a sus colegas, en particular a algunos de ellos. El otro centro de interés estaba en la Cámara de Representantes porque por primera vez en la historia asumía como presidenta una mujer, la diputada Nora Castro, que además pertenece al Movimiento de Participación Popular (MPP) del Encuentro Progresista (EP).
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Castro, ¿se le dice "diputada" a quien es presidenta de la Cámara de Diputados?
NORA CASTRO:
No dejo de ser diputada, esa condición no se pierde. Además esto de ser presidenta es sólo por un año.
EC - Se reunía una serie de particularidades en esa sesión de ayer con su designación como presidenta. Es la primera mujer en la historia que llega a esa responsabilidad, pero además le toca serlo en el primer año del primer gobierno de izquierda en la historia uruguaya. Que, por otra parte, es un gobierno que contará con mayoría absoluta en el Parlamento. Entonces su papel como presidenta de la Cámara Baja parece importante, ¿o no?
NC - Sí, siempre es un papel importante. Esto está resaltado si uno tiene en cuenta que hemos echado a andar el cambio, el cambio anunciado, ese cambio al que como usted decía claramente la ciudadanía le dio su mayoritario apoyo el 31 de octubre pasado. Lo que tiene de particular es que a veces se piensa que sólo el 1 de marzo, en el cambio del Ejecutivo, hay un cambio. La fuerza política quiso también resaltar el tema de la función, el valor y las potestades del Poder Legislativo, y por eso hicimos este hincapié en el 15 de febrero cuando se instalaban las cámaras.
EC - ¿Cómo concibe su papel de presidenta de la Cámara de Diputados en este primer año tan especial?
NC - Desde el punto de vista de la articulación es un trabajo que... porque si bien en este país no tenemos una Constitución presidencialista estricta ni explícita, una práctica política muy extendida de las últimas décadas ha ido convirtiendo a este país en un país de modelo presidencialista, es decir con una preeminencia muy clara, muy evidente, del Ejecutivo sobre el Legislativo. Creo que eso ha de corregirse, cambiarse, porque bondades al país no le ha traído y a nuestro juicio las funciones y las independencias entre las facultades y los poderes del Estado deben mantenerse y revitalizarse.
EC - Claro, pero curiosamente puede pensarse que ese papel del Parlamento queda minimizado en un gobierno en el que el EP tiene mayoría absoluta.
NC - La pregunta clásica es: si se tiene mayoría absoluta, van a actuar con mano de yeso...
EC - Es una posibilidad.
NC - ...entonces, ¿qué papel les van a dejar a las minorías?
EC - Exacto.
NC - Hemos dicho claramente varias cosas, que lo que nosotros hemos sufrido no lo queremos para nadie. Entiéndase, en la legislatura que acaba de finalizar éramos realmente la minoría mayor, muy mayor, sin embargo sufrimos ese avasallamiento permanentemente y no creemos que se les haya hecho ningún bien a la democracia, a la vida democrática, ni a la vida y los intereses de la gente. No queremos que les pase a los demás lo que nos pasó a nosotros por tanto tiempo.
Ahora, claro, esto quiere decir algunas cosas, uno tratará de buscar, de suscitar, de favorecer los mayores acuerdos posibles, con algunas condiciones.
EC - Usted ayer explicitó las condiciones para la negociación. ¿Cuáles son?
NC - Básicamente son dos, sólo dos pero muy fuertes, muy importantes. Por un lado la lealtad en lo acordado, algo que para nuestro sector y nuestra gente ha sido materia primordial.
EC - ¿Qué quiere decir "lealtad con lo acordado"?
NC - Eso, tan simple y tan trascendente como eso: ser leal. Si yo acuerdo con usted el contenido de algo, mientras está vigente ese acuerdo no ando tomando otro tipo de posicionamiento. Y eso se corresponde con otra cosa: esa lealtad no inhibe de presentar y mostrar la diferencia; obviamente siempre intentando acordar, es decir no oculta la diferencia debajo de la alfombra, yo no dejo de decir ni de buscar las soluciones justas en otros campos en los que no hemos podido acordar como fuerzas políticas o como fuerzas sociales, etcétera, por el hecho de tener un acuerdo. En el campo de lo social eso es clarísimo, si grandes sectores sociales pueden llegar a un acuerdo sobre determinados aspectos, como a su vez pertenecen a distintos sectores sociales o a distintas clases sociales, no quiere decir que no busquen formas de superar aquello en lo que discrepan.
Esto es así porque también, quemados con leche por la historia, existe el temor de que al haber llegado a un acuerdo se desdibujen los contenidos de los programas, de lo que se ha construido con tanto trabajo. Para nosotros los intereses y los derechos de las grandes mayorías siguen siendo el eje articulador de nuestra propuesta de trabajo y eso no va a ser postergado.
EC - Ayer cuando la escuchaba a usted en el discurso con el que aceptó la presidencia de la Cámara de Representantes, era inevitable recordar su formación como maestra y docente.
NC - ¿Ah sí? ¿Por qué? Porque dicen que las maestras hablamos como maestras, ¿será como los locutores, los jugadores de fútbol, que también hablan como tales?
EC - Había algo de eso, en algún momento me dio la impresión de estar escuchando a la directora de una escuela dirigiéndose a sus alumnos.
NC - No sé si tomarlo como un halago o como otra cosa bastante negativa, porque en esta sociedad cuando la gente dice que alguien habla en tono de director de escuela se refiere más bien a algo tipo censura.
EC - No, no. Estoy haciendo una comparación simplemente para llegar al punto al que voy: el tramo del discurso en el que usted se dirigió a sus colegas, a los integrantes de la Cámara, explicitando o impartiendo una serie de criterios que entiende deberían guiar el trabajo de los legisladores, dando la impresión de que quería que en este año las tareas se desarrollaran de tal o cual manera. ¿Cómo fue eso?
NC - No tuve ninguna intencionalidad de plantearlo tipo clase. Desde mi punto de vista uno dice cómo ve la cosa en cuanto a cómo se debe trabajar y tira una propuesta a la cancha. ¿Cómo es barajada después? Uno trabajará para ir burilando, mentalizando, viendo, etcétera. Es trabajo en equipo, grupal, es muy difícil de llevar adelante. Eso por un lado. Por otro lado creemos que se necesitan algunos ejes fundamentales. Y bueno, eso de que somos artiguistas por convicción es real, es así.
EC - Usted citó a Artigas recordando en base a qué criterios recomendaba que se seleccionaran los diputados para las asambleas.
NC - Exactamente, el artiguismo no es ese señor, ese busto de bronce y todo eso. Es difícil, es parte de la tarea de la cultura de este pueblo tratar de ver la condición política y humana en el pensamiento artiguista. Artigas fue muy claro en cuanto a su concepción de qué condiciones tiene que reunir un representante del pueblo para ser tal. Él hablaba de la probidad, de la honradez, de la capacidad para resolver lo conveniente. Entonces esto de ser artiguista me parece que tiene que ver también, en cada época, con las posibilidades de interpretar esos contenidos en cada momento histórico.
Yo me preguntaba ayer qué es lo relevante y me lo sigo preguntando hoy porque es algo que acecha mi cotidiano en esta nación que tenemos, en este paisito, tal como lo han dejado no porque vino una inundación, un tsunami, esto no tiene ese tipo de orfandad de tragedia de la naturaleza, en este paisito en esa situación tan desgraciada en que se encuentra. Yo lo colocaba así con una intención casi de mostrar y evidenciar lo obvio, porque no se me ocurriría ir a ninguno de los cientos de lugares de este país donde hoy a la miseria se la vive de la mañana a la noche a hacer esta pregunta, pero ahí parece que el rumbo de por dónde hay que atacar el trabajo para encontrar soluciones está un poco perdido. Y las soluciones tienen que ser lo antes posible, como dicen los muchachos "para ayer", no podemos seguir mirando los problemas como si los únicos que tuviéramos la brújula para encontrar los problemas somos nosotros.
Eso también tiene que ver con un concepto de la democracia y de la participación. Si no vamos a seguir encerraditos, por más linda que sea la casa de mármol, y no vamos a dar el pie para encontrar esas auténticas soluciones, esos lugares y esos caminos, esos senderitos por donde ir caminando hacia la devolución de lo que efectivamente es del famoso soberano, al que aun con ese nombre tan ampuloso y pesado se le reserva la convocatoria casi solamente cada cinco años.
EC - Dos preguntas para terminar. ¿En qué medida tiene relevancia su condición de mujer en la gestión que ahora inicia, esto de ser la primera mujer en la historia de la Cámara?
NC - Tiene relevancia desde el momento en que usted me formula la pregunta. Si quien hubiera asumido la presidencia hubiera sido un señor, gordo o flaco, petiso o alto, nadie le hubiera hecho esa pregunta. En la Cámara hay sólo 11 mujeres en 99.
EC - Cuando terminó su discurso usted las llamó a que la acompañaran.
NC - Sí, convocamos a las colegas. Y de los cuatro lemas que están representados en el Parlamento sólo dos tenemos integrantes femeninas. En el año 1943 entraron las dos primeras parlamentarias, y hoy, 70 y pico de años después, en 2005 recién somos 11, mire qué poquitas.
Tiene trascendencia porque por un lado evidencia una situación de alta discriminación en una sociedad que quiere presentarse ante sí misma, ante la opinión pública y para afuera como que no discrimina, como que es altamente democrática y democratizadora. Y no es así, en este país existe discriminación de raza, de género, etcétera. Por otro lado, a la vez de mostrar eso, muestra, desde nuestro punto de vista y como sector, que algunas herramientas planteadas en Uruguay, pero sobre todo llevadas adelante en otros países, como las llamadas leyes de cuotas y otras que Uruguay no tiene aún, en realidad no son la herramienta necesaria e imprescindible para que se pueda llegar a algún centro de decisión. El tema es el proyecto político y cómo se favorece la participación real de las mujeres no sólo en la confección de las listas electorales sino en definitiva en el entramado de los lugares de decisión de las organizaciones políticas y de las instituciones.
EC - Por último, usted, además de mujer es tupamara, integrante del MPP. Con esa identificación política tan fuerte, ¿cómo le resultó, junto a otro tupamaro, un líder histórico tupamaro, José Mujica, pasar revista al Batallón Florida y recibir el homenaje de ese cuerpo destinado a la custodia del Poder Legislativo?
NC - Nadie podría decir con sensatez que fue una situación de indiferencia, es obvio. Ayer uno de mis compañeros de trabajo en el despacho cumplía 32 años de haber sido liberado desde ese mismo cuartel; y otros dos compañeros firmaban después de que salieron de estar presos por aquellos requerimientos, había que ir a firmar todas las semanas al cuartel.
Así que nosotros sabemos lo que pasó dentro de ese cuartel, pero también sabíamos que en esta etapa y dado el papel que legal y constitucionalmente se le adjudica al relacionamiento de las instituciones esa instancia estaba allí. Creo que lo más importante de la pasada de revista fue la presencia de la gente, ése es el vínculo real y concreto que tenemos Pepe, yo, todos los compañeros, todos los tupamaros. Eso es lo que ha validado, lo digamos o no nosotros como tupas, la gente validó un proyecto que es el del MLN (Movimiento de Liberación Nacional - Tupamaros) junto a otra cantidad de gente, que es el del MPP, que dentro de esta fuerza de izquierda y progresista que ganó el 31 de octubre es por lejos la fuerza mayoritaria.
EC - ¿Le resulta natural, ya está acostumbrada a saludar y recibir las felicitaciones por ejemplo del comandante en jefe del Ejército?
NC - No... creo que uno aprende. Claro, a uno le cuesta. Le cuesta porque tiene otras lógicas de relacionamiento de las jerarquías, etcétera, pero uno se empeña. ¿Sabe una cosa? No lo digo tanto por usted, evidentemente, pero por alguien que pueda estar escuchando: para terminar de barrer esos mitos, nosotros somos seres políticos como tantos, pero en realidad, como digo siempre, somos casi personas. A veces un fin de semana, esos días entrañables en que las personas comunes y corrientes andan disfrutando la rambla tomando mate tranquilamente, de repente nosotros estamos enfrascados tratando de ver cuál es la punta para solucionar políticamente algo, pero también nos gusta esa cosa de tomar mate en la rambla o en el parque, como a cualquiera.
Eso quiere decir que reaccionamos como cualquiera en estas situaciones, es obvio que la historia nos pesa, y nos pesa en esa mochila, en el desafío, pero no vivimos atados al pasado y de ninguna manera al rencor del pasado. No olvidamos, pero tratamos de no tener rencor.
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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Mauricio Erramuspe