El diálogo permitió que "el nuevo gobierno clarificara aspectos muy sustanciales que aún estaban confusos", dijo el ex presidente.

Sanguinetti ve "un cambio muy sustantivo" en el FA

"Yo diría que un país en blanco y negro que teníamos en el momento de la campaña electoral hoy tiene los matices propios del diálogo democrático", dijo el ex presidente y actual senador, Julio María Sanguinetti. Afirmó que el diálogo interpartidario que hoy se cierra permitió que "el nuevo gobierno clarificara y definiera aspectos muy sustanciales que aún estaban confusos".

(Emitido a las 8.46)

EMILIANO COTELO:
¿Cómo se plantarán los partidos de la futura oposición? ¿Cuál será su comportamiento durante la administración encabezada por Tabaré Vázquez?

El diálogo es con el doctor Julio María Sanguinetti, líder del Foro Batllista (FB) y secretario general del Partido Colorado (PC).

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Doctor Sanguinetti, ¿desde cuándo usted no desempeñaba funciones como parlamentario?

JULIO MARÍA SANGUINETTI:
Desde antes de la dictadura, cuando era diputado; porque luego fui electo [senador] en dos ocasiones pero no ocupé el cargo, en una porque ejercí la Presidencia de la República, en consecuencia opté por la Presidencia, y la otra fue este período pasado en el que simplemente no ocupé el cargo de senador.

EC - Así que hacía más de 30 años que no ocupaba una banca.

JMS - Sí. Además ayer se daba la circunstancia de que hacía 20 años exactamente de que se reabrió el Parlamento después del interregno de facto. O sea que era una celebración muy importante, cargada de muchos simbolismos.

EC - Pero no había sido nunca senador, ¿verdad?

JMS - No, nunca había ejercido el Senado, siempre me gustó mucho más la Cámara de Diputados, me parecía más popular, más movida. Ayer estuvo demasiado movida, me pareció.

EC - Hablaron un poco de más.

JMS - Sí, sobre todo porque se trataba de fundar los votos y los fundaron con una torrencialidad que llamó un poco la atención.

EC - En cambio la sesión del Senado fue muy parca.

JMS - La sesión del Senado fue exactamente como tiene que ser institucionalmente y como deben ser las ceremonias institucionales: apropiadas, ajustadas a su funcionamiento; naturalmente poniéndoles cada uno su sello. Creo que la República debe cuidar mucho esas cosas, son importantes.

EC - Uno de los momentos de esa sesión del Senado que más acaparaban el interés y la curiosidad era su juramento, porque usted asumía por primera vez como senador, porque se trata de un ex presidente de la República –dos veces presidente– y porque quien le tomaba el juramento era nada menos que José Mujica, un líder histórico del MLN-Tupamaros con quien usted ha mantenido polémicas muy duras. Usted sabe que se había generado toda esa expectativa.  ¿Cómo lo vivió?

JMS - Con naturalidad. Los humanos somos anecdóticos, lo que importa es el funcionamiento de las instituciones, de modo que asumí ese tema como era y creo que todos estuvimos a la altura de las circunstancias y se cumplió de un modo muy adecuado. Él señaló que cumplía con un honor al pedir ese juramento, yo lo hice apropiadamente y creo que fue un momento para todos. No es de la última campaña sino de siempre que hemos tenido posiciones ideológicas muy encontradas con el senador Mujica y con el movimiento tupamaro. Pero mirándolo en la perspectiva de 20 años uno tiene que pensar que aquel cambio en paz que tuvimos el honor y la responsabilidad de encabezar en aquellos años 1982, 1983, 1984 y luego en el gobierno desde 1985 –pensando que justamente hace 20 años cuando se abría el Parlamento ellos estaban presos– fue muy valioso y ha tenido su definitiva consolidación y prueba de fuego porque la construcción democrática ha sido muy importante. Lo transcurrido en estos años ha permitido que ya no exista ninguna tentación violentista en el país y que todos estemos incorporados al mismo diálogo cívico.

EC - A diferencia de lo que ocurrió con otros senadores, mientras Mujica le tomaba el juramento a usted, él se salió ni una palabra del libreto, "no voy a ser pizarrero", había anticipado antes de la sesión. De todos modos había admitido que ese momento, esa instancia para él no era para nada indiferente. Lo que sí hizo Mujica fue aplaudirlo después de que usted juró y lo aplaudió muy efusivamente. ¿Cómo recibió usted ese aplauso?

JMS - Muy bien, naturalmente con mucho agrado, como también recibí con mucho agrado el hecho de que cuando bajó de la sala se dirigió hacia mí, me saludó y cambiamos allí unas breves palabras. De modo que esos son los buenos gestos que la democracia debe tener, más allá de la posición ideológica que cada uno sustenta; la convivencia, el diálogo son algo muy importante.

Personalmente tengo una vida en el ejercicio de la tolerancia, he defendido con pasión mis ideas, nuestras ideas, las de nuestro partido, pero siempre hemos mantenido ese ejercicio de tolerancia. Cuando lo perdimos lo pagamos caro, es decir cuando el sistema... no quiero hoy hablar de responsabilidades de nadie; cuando ocurrió eso se pagó muy caro. Eso es lo importante, preservar esos ámbitos de democracia. Lo estamos haciendo desde el mismo día de la elección, incluso este diálogo político que hoy culmina fue una iniciativa nuestra, de nuestro partido, que sin ninguna duda –a mi juicio– le ha servido de un modo extraordinario al país porque ha permitido que el nuevo gobierno clarificara y definiera aspectos muy sustanciales que aún estaban confusos, en la duda, y que han marcado un cambio muy sustantivo que habilita que antes de llegar al gobierno hoy podamos tener la reunión que vamos a tener a las 6 de la tarde con el presidente electo, que marca sin duda un buen comienzo de este ejercicio.

EC - Justamente, quería consultarlo a propósito de esos acuerdos multipartidarios en economía, política exterior y educación. ¿Qué utilidad práctica tienen? Porque algunos los han criticado diciendo que incluyen consideraciones muy generales, principios con los cuales es difícil disentir.

JMS - Quien dice eso no ha leído los documentos. De ninguna manera. Objetivamente: primero, hace un año nos estábamos peleando sobre si los entes autónomos debían estar en competencia y si podían en algún momento asociarse, y hoy el documento estampa que eso puede ser así; punto dos, hace muy poco tiempo los organismos financieros internacionales eran poco menos que Satanás, y hoy allí se establece la necesidad de seguir con ellos; punto tres, el canje voluntario de deuda fue muy cuestionado desde la oposición, y hoy se dice que se va a cumplir y se va a seguir adelante; cuarto, el documento con la letra misma del ministro Astori habla de una economía abierta, es decir importar y exportar, cuando hace muy poco tiempo se sostenían criterios muy contrarios a esta posición; quinto, se dice que la relación con Estados Unidos es prioritaria, cuando hace muy poco tiempo se decía lo contrario; se establece que el Mercosur es una prioridad, pero sin perjuicio de acuerdos bilaterales como el que hicimos con México, que se menciona, que también en su momento fue muy cuestionado; séptimo, muy importante, se establece que el equilibrio fiscal y el superávit primario son necesarios, cuando hasta no hace mucho discutíamos si esos superávit primarios que se tenían para pagar los intereses de la deuda eran o no una medida neoliberal. Todas aquellas cosas que se establecían. Y puedo seguir enumerando puntos muy sustantivos.

EC - Entonces, a partir de esos acuerdos, ¿qué consecuencias se pueden dar?

JMS - Yo diría que un país en blanco y negro que teníamos en el momento de la campaña electoral hoy tiene los matices propios del diálogo democrático porque ya no estamos discutiendo ninguna de estas cosas. Eso me parece de una enorme trascendencia.

EC - ¿Qué implican los acuerdos que se van a suscribir hoy en cuanto a la relación entre el Ejecutivo, el nuevo gobierno, y los partidos de la oposición?

JMS - Implican el compromiso de todos de llevar adelante esos principios y ejecutarlos. Luego vendrá la segunda etapa, éstos son acuerdos en los principios, luego vendrá la segunda etapa en la cual el gobierno aplicará un principio y lo hará mejor o peor. Ahí vendrán los necesarios debates, pero me parece que implican que no estamos en un mundo en blanco y negro porque en todos estos temas que hasta hace muy poco tiempo nos dividían de un modo muy profundo –hasta un referéndum tuvimos hace poco más de un año sobre uno de estos puntos– estas cosas marcan claramente un cambio muy sustantivo que se ha operado en el hoy partido de gobierno.

EC – Pero, por ejemplo, ¿estos acuerdos habilitan la participación del PC concretamente en directorios de entes autónomos y servicios descentralizados?

JMS - Así lo considera el gobierno electo y supongo que será lo que resolverá el PC también. Lo vamos a tratar dentro de un rato.

EC - ¿Y en cuanto a la actitud del PC en el Parlamento?

JMS - Claramente lo dijimos desde el mismo día de la elección, en la noche misma: somos oposición porque la ciudadanía nos ha ubicado en ese lugar, somos oposición constructiva porque nuestro partido no sabe actuar de otro modo. Desde 1830 hasta aquí el PC ha estado identificado con las instituciones, con la construcción del país, ha asumido –aun en circunstancias muy adversas– siempre con un enorme sentido de la responsabilidad lo que entendió lo mejor para el bien colectivo y sobre todo para su vida republicana. En consecuencia no podemos ni sentimos la vocación destructiva o de la oposición sistemática.

EC - Pero también ocurre que el PC está hoy en su mínima representación parlamentaria, en su mínima votación.

JMS - Eso no hace a la cosa, con más diputados o menos diputados la actitud será la misma.

EC - Pero puede pensarse que ese partido necesita marcar perfil, diferenciarse, existir de manera notoria.

JMS - Nosotros vamos a existir siempre, pero nunca negándonos a nosotros mismos. El PC representa históricamente la conciencia liberal, liberal-social del país. Y esa conciencia liberal se va a mantener viva, vigente y presente. Eso ha sido antes, lo es hoy y lo será mañana con quienes nos sigan. El hecho de estar en una posición electoral un poco mejor, un poco peor, las hemos pasado todas, no nos va a cambiar nuestro espíritu. No vamos a hacer oposición negándonos a nosotros mismos sino ratificando quiénes somos. Nuestro perfil es ese: la construcción dentro de esta línea histórica que representa el PC, que ha sido el reducto de la filosofía liberal y de la concepción socialdemocrática de la organización del Estado.

EC - Usted en particular, en este contexto, ¿por qué decide asumir como senador? Podría permanecer ocupando un lugar destacado en su partido sin ejercer funciones parlamentarias. ¿Por qué abre esta nueva etapa en su vida política?

JMS - Cuando el partido afrontó la elección, en una situación notoriamente muy adversa, yo podía haber asumido, sí, alguna actitud de cierta mayor distancia, una situación –si vale la palabra– algo patriarcal de ex presidente que acompaña a su partido pero que no se compromete. Pero sentí –y lo sentí profundamente– que en un momento de adversidad no podía rehuir de ningún modo un compromiso fuerte. Más allá de todo lo que fuera mi pasado político, que allí está.

EC - ¿Hasta cuándo va a ocupar efectivamente la banca?

JMS - Asumí esa lucha con toda la pasión que siempre pongo en las cosas y eso me comprometió a estar en el Parlamento ahora como lo estoy. Estaré todo el tiempo que sea necesario, que sea útil; no vengo con la idea de "estoy dos meses y me voy", no es ésa la idea sino al revés, con el sentido de compromiso, de ayudar a mi partido en este momento de transición que tiene que hacer, hasta que luego el proceso natural de su renovación y sus perspectivas electorales en el próximo período lo encaminen hacia otra etapa. Hoy estamos asumiendo estas responsabilidades con este espíritu para ayudar.

EC - ¿Trabajará regularmente en su despacho en el Palacio Legislativo, concurrirá a las comisiones, participará en las sesiones plenarias?

JMS - Naturalmente, eso es lo que vamos a hacer, es lo que corresponde hacer.

EC - ¿Qué comisiones integrará?

JMS - Todavía no he mirado, pero supongo que la de Constitución y Códigos, la de Asuntos Exteriores, esas cosas. Trabajaré como corresponde en esa doble condición. Ayer un colega suyo me preguntaba: "¿Qué va a hacer usted el 1 de marzo? Porque en realidad hay un lugar protocolar para los ex presidentes, y usted es senador; ¿dónde se va a sentar?". Le dije que me voy a sentar como ex presidente, porque ésa es la condición permanente, aparte de que protocolarmente es el rango más importante.

EC - Interesa saber cómo va a ser usted en los debates en el Senado. Por ejemplo, ¿qué temas de los que estarán sobre la mesa le interesan especialmente?

JMS - Vamos a ver cómo transcurre la Legislatura, no creo que podamos adelantar nada hoy. Las preocupaciones mayores que tiene nuestro partido las hemos expuesto en estas instancias del diálogo. La primera es la educación, porque estamos viviendo una verdadera revolución en el mundo, Uruguay no siempre es consciente de que ha cambiado todo. El valor de la propiedad, el valor de la riqueza han cambiado en el mundo, estamos viviendo en la economía del conocimiento, estamos viviendo en la sociedad de la información. La aceleración del cambio es vertiginosa en todo el mundo desarrollado, desgraciadamente nuestra América Latina padece demasiados rezagos en eso. Seguimos creyendo que ésa es la gran prioridad, la puerta hacia el futuro que les debemos a las nuevas generaciones.

Por ahí pasa desde nuestro ángulo la primera preocupación; luego veremos si esto es materia de debate o no. Confiemos en que lo sea del modo más constructivo posible.

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Mauricio Erramuspe