El canciller Reinaldo Gargano explicó los objetvos del gobierno con el reingreso al G-20.

Gobierno busca "abrir caminos" en lucha contra subsidios

Uruguay se incorporó al G-20, marcando otro cambio respecto a la política internacional que llevó adelante el gobierno de Jorge Batlle. Según el canciller Reinaldo Gargano, esto "nos va a abrir caminos" en la lucha con los subsidios y los aranceles que impiden el ingreso de nuestros productos a los principales mercados. Por otra parte, Gargano lamentó que Uruguay y Brasil no presenten el mismo candidato para presidir la OMC.

(Emitido a las 7.35)

EMILIANO COTELO:
En este fin de semana se concretó un cambio que ya había sido anunciado en materia de política comercial externa. Me refiero a la integración de nuestro país al llamado Grupo de los 20 (G-20), un acuerdo que agrupa a países africanos, asiáticos y latinoamericanos, entre ellos Argentina y Brasil. Un grupo al que la administración encabezada por el presidente Jorge Batlle se había negado a entrar.

Este debut de Uruguay en el G-20 tuvo lugar en Nueva Delhi, adonde concurrió representando a nuestro país el subsecretario de Ganadería y Agricultura, Ernesto Agazzi. Según los despachos de las agencias internacionales, Agazzi se mostró satisfecho con la incorporación de Uruguay a lo que definió como "un conjunto de países que defienden sus derechos juntando posiciones en relación al comercio mundial".

¿Quiénes integran el G-20? Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, China, Cuba, Filipinas, Egipto, Guatemala, India, Indonesia, México, Nigeria, Pakistán, Paraguay, Sudáfrica, Tanzania, Tailandia, Venezuela y Zimbabwe.

Vamos a dialogar con el canciller de la República, Reinaldo Gargano.

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Canciller Gargano, yo decía que no estamos ante una sorpresa porque la incorporación de Uruguay al G-20 formó parte del discurso del doctor Tabaré Vázquez el 1 de marzo por la noche en el Palacio Legislativo.

REINALDO GARGANO:
Así es, formaba parte del programa. Hay que recordar que en el momento de la conferencia de Cancún, cuando el grupo se conformó, Uruguay estaba allí, como están Paraguay, Argentina y Brasil, pero lo marginó cuando se entraron a definir las cosas en ese fracaso que fue la reunión de Cancún, que iba a tratar el texto de la ciudad de Doha sobre el capítulo agrícola del acuerdo comercial internacional de la Organización Mundial del Comercio (OMC).

EC - Está bien precisar eso, quizás ese detalle se nos había pasado. Uruguay llegó a formar parte.

RG - Hizo un amague y se separó, se puso al costado y dijo: "No, si ya estamos en el grupo de Cairns, ¿para qué nos vamos a poner acá?". En el Grupo de los 20 se trataba de ir a negociar con Europa y Estados Unidos junto a países de dimensión de la India, Sudáfrica, China Popular –que también estaba en la cuestión– y el conjunto de países sudamericanos y africanos que usted ha mencionado, es decir prácticamente la mitad de la Humanidad estaba representada en ese G-20.

EC - ¿Cuál es el planteamiento de este gobierno con respecto a lo que se señalaba en la administración Batlle, que había una incompatibilidad entre el G-20 y el grupo de Cairns?

RG - No hay incompatibilidad. ¿Usted cree que hay incompatibilidad en defender las mismas cosas? No hay, para nada. ¿Por qué no está Australia ahí? Porque tiene una serie de compromisos con Estados Unidos que la llevan a creer que no es conveniente para sus intereses concretos pertenecer a ese grupo. Pero el grupo no es agresivo, no arremete contra nadie; defiende intereses, trata de que los subsidios que los países desarrollados aplican a su producción agrícola y pecuaria desaparezcan o disminuyan, y que los aranceles extraordinariamente elevados que se pagan por ejemplo por el ingreso de nuestras carnes a esos mercados, también disminuyan o desaparezcan. Así como nos hicieron a nosotros, nos propusieron, propagandearon e hicieron efectivo en el tratado de Marrakech, hacia donde me voy a embarcar esta tarde para llegar el día miércoles, a una reunión entre países árabes y latinoamericanos.

En 1994 se firmó el Tratado de Marrakech, que creó la OMC y dio fin a la Ronda Uruguay, que había transformado el Acuerdo General de Aranceles y Comercio (GATT) en la OMC y fijó pautas para la liberación del comercio internacional, de modo que nosotros desmantelamos nuestros aranceles. Aquí se venden zapatillas de Hong Kong, calzoncillos de Tailandia, lo que usted pida, de cualquier lado, pagando aranceles muy bajos. Somos una economía abierta, como les gustaba decir a los ministros de Economía de la época del doctor Lacalle. Queremos que los países que llevaron adelante esta doctrina la apliquen ellos mismos, cosa muy difícil pero que no desesperamos en lograr a no muy largo plazo. Es la línea política sencilla, clara y elemental que siguen nuestro país y países tan importantes como Argentina, Brasil y Chile.

EC - Justamente, en esta reunión de Nueva Delhi el G-20 finalizó sus trabajos con una declaración conjunta que les reclama a los estados ricos que fijen plazo para finalizar con el proteccionismo de sus productos agrícolas y abran los mercados dentro de la OMC.

RG - Es una línea de trabajo que esperamos dé resultados a corto plazo. Creo que en la Unión Europea hay cambios de actitud; no los veo en Estados Unidos. A Estados Unidos hace dos años le dieron autorización para realizar acuerdos –la famosa línea del fast-track, los acuerdos rápidos que no tenían que pasar por el Congreso–, pero excluyó de ellos 300 productos, entre los cuales están todos los que nosotros podemos exportar hacia ese país. De modo que eso de la libertad de comercio es libertad para los otros, no para nosotros, es lo mismo que hacía Inglaterra en los siglos XIX y XX.

EC - ¿Qué más dejó esta reunión de Nueva Delhi, aparte de la declaración que recién mencionábamos?

RG - Ahora va a empezar a prepararse la elección del secretario general de la OMC y supongo que tendrá que preparar la convocatoria de la reunión donde se analice de nuevo el capítulo 5. En este momento no tengo la fecha y el lugar exactos de esa reunión, aunque ya se debe estar manejando alguna idea al respecto.

EC - Para dirigir la OMC Uruguay promueve al embajador Carlos Pérez del Castillo.

RG - Así es.

EC - ¿Cómo vienen las posiciones dentro del G-20 en cuanto a esa elección? Porque Brasil postula su propio candidato.

RG - Sí, Brasil postula su propio candidato; es una pena que los integrantes del Mercosur tengamos dos candidatos. Esta cuestión se resuelve por consenso, no se vota, poco a poco se va descartando al que tiene menos consenso. África tiene otro candidato y Europa tiene a Pascal Lamille, o sea que la cuestión va a ser compleja, pero en mayo se despejará la incógnita. De todos modos, lo malo es que dentro del Mercosur tengamos dos candidatos, es algo que no esperábamos, no sabíamos que iba a ocurrir y ocurrió. Es de las cosas que suceden, muy a nuestro pesar, somos un país pequeño, no tenemos por ahora la posibilidad de cambiar demasiado rápidamente las cosas.

Esto de incorporación al G-20 nos va a abrir caminos. Ahora va a haber esta cumbre de países árabes y sudamericanos que creo que es conveniente, bueno, porque hace mirar no siempre hacia el Norte, hacia arriba en los mapas –porque el Norte es una cuestión convencional, para Torres García América estaba puesta al revés, estaba en el Norte y no en el Sur–. De modo que vamos a tratar de trabajar silenciosa, calladamente, para de alguna manera poder romper ese tipo de barreras que traban el desarrollo económico de nuestros países.

EC - También en Nueva Delhi, en una reunión paralela a la del G-20, tuvo lugar la firma de un acuerdo entre la India y el Mercosur para reducir sus tarifas en más de 900 productos, con la idea de acrecentar las relaciones comerciales.

RG - Es un acuerdo marco de libre comercio.

EC - ¿Qué beneficios puede implicar ese acuerdo para nuestro país en concreto?

RG - Vamos a ver, tengo que analizarlo. Los hindúes consumen muchos lácteos, son un mercado importante en ese plano; hasta hace poco importaban granos y ahora son exportadores, pero es cuestión de analizar, de pronto exportan lo que les conviene e importan otros; en fin, el tema es desarrollar la libertad de comercio –no trabarla– y todo lo que ayude a eso. A este país entran granos de todos los países, pueden entrar productos industrializados de todos los países, salvo aquellos que tienen alguna traba arancelaria del Mercosur, pero como el tratado ha sido firmado con el Mercosur, veremos con Brasil, Argentina y Paraguay cómo se aplica.

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Mauricio Erramuspe