"Esto no es la eutanasia", aclaró Washington Abdala, sobre el proyecto de ley que promueve y que introduce el "testamento vital".

Buscan evitar el "ensañamiento terapéutico" de los médicos

Los diputados Luis Gallo, del Encuentro Progresista, y Washington Abdala , del Partido Colorado, impulsan una ley que habilite a los pacientes terminales a dejar de recibir tratamiento para vivir artificialmente. "Esto no es la eutanasia", aclaró Abdala, y dijo que la iniciativa encontró un "muy buen ambiente" en la Iglesia Católica.

Emitido a las 8.49

EMILIANO COTELO: "Ley para pacientes terminales. Proponen normas", dice un titular del diario El País de hoy. La nota recuerda que mientras que en Estados Unidos la población está divida por la situación de Terry Schiavo y el debate sobre la eutanasia, en Uruguay no existe ningún tipo de legislación en esta materia.

Todos conocemos lo que en estos días se ha estado discutiendo en Estados Unidos, la polémica que gira en torno a Terry Schiavo, esta mujer de 41 años que lleva  15 en estado vegetativo como consecuencia de un daño cerebral irreversible. Su esposo procura se le quite el andamiaje técnico que la mantiene con vida de esa manera forzosa, pero otros miembros de la familia se oponen y el asunto ha derivado en resoluciones del Congreso firmadas por el propio presidente Bush y por supuesto en distintas instancias a nivel judicial.

En nuestro país no hay por ahora normativa en estos asuntos. Sin embargo,  la próxima semana, el diputado colorado Washington Abdala, del Foro Batllista, volverá a presentar una iniciativa que establece el "testamento vital"; una propuesta que en los hechos –aclara– no constituye la eutanasia.

En la legislatura pasada, el diputado frenteamplista Luis Gallo, de Asamblea Uruguay, había presentado otro proyecto en ese sentido. Y según adelantaron ambos legisladores al diario El País, ahora buscarán unificar los dos proyectos para obtener una sola propuesta y habilitar una aprobación rápida.

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EC - Diputado Abdala, ¿desde cuándo ha estado trabajando en este tema?

WASHINGTON ABDALA: Desde hace cuatro años y medio, precisamente.

EC - ¿Por qué retoma el asunto ahora? ¿Por este debate en Estados Unidos?

WA – No. Para nada. Cuando arranca cada legislatura se desarchivan los proyectos legislativos que quedaron en comisiones. Y  yo desarchivé éste hace más o menos ocho o 10 días. Venimos trabajando con nuestro equipo hace también ocho o 10 días para actualizarlo, porque son proyectos que por algo se trancaron.

Lo que conversamos con el diputado Gallo es tratar de unificarlos. Ya lo habíamos hecho en la anterior legislatura porque nos dio la sensación de que se arrancó por esa tontera política que hay en este país: lo presenta un partido u otro y las cosas se trancan. Entonces, vamos a tratar de unificarlos para juntar mayorías.

EC - Usted dice que ya habían trabajado en la unificación de los dos proyectos.

WA - Habíamos conversado para tratar de armar un proyecto único. Pero tanto él como yo, en su oportunidad, hicimos la presentación de los proyectos que tuvieron vía propia y quedaron trancados en comisiones. Ahora nos da la impresión de que si juntamos esfuerzos, la cosa tendría que salir.

EC - ¿Qué es el testamento vital (que parecería que es la piedra angular de su proyecto)?

WA - Y también del de Gallo, porque es bastante parecido. No es la eutanasia, no es aplicar algún tipo de acción para extinguir la vida. El testamento vital es la manifestación de voluntad de una persona de que - ante una situación de irreversibilidad o terminal- no exista ningún tipo de ensañamiento terapéutico, ningún tipo de aplicación terapéutica, ningún tipo de máquina. Y que la extinción de la vida, si ha de producirse, como se estaría produciendo en ese caso, se haga de la manera más natural y normal posible.

Tan justo es este planteo que incluso yo le decía ayer a la cronista del diario El País que hay versiones de la Iglesia Católica, -que en general es bastante moderada en estos temas- considerando que efectivamente esto es correcto. Cuando hicimos la presentación del proyecto consultamos con expertos de la Iglesia Católica para no cometer ningún error, no pifiar, ni escribir algo que fuera eventualmente una equivocación.

EC - Esas consultas con la Iglesia Católica uruguaya; ¿fueron con técnicos o con jerarquías de la Iglesia?

WA - Fueron con jerarquías de la Iglesia y padres que tienen fuerte conocimiento de este tema, algunos especialistas de la Universidad Católica.

EC - ¿Cuál fue la respuesta que obtuvo? ¿Encontró buen ambiente?

WA - Muy buen ambiente. Incluso nos ayudaron en algunos ejemplos de testamento vital. Porque hay distintas modalidades del texto que luego hay que protocolizar con escribanos, certificar para que esa manifestación de voluntad revista la fuerza suficiente. Entonces logramos un texto más o menos sensato, que fue el que instalamos en el proyecto. Ahora lo estamos revisando para mejorar alguna cosa más; sobre todo lo que tiene que ver con la voluntad de la persona cuando ya no la puede expresar porque está en una situación terminal.

EC - Para dejar presentadas las principales ideas, ese testamento vital, ¿en qué momento de la vida de la persona se firma,  según el proyecto que usted ha elaborado?

WA - Bastante antes.

EC - ¿Estamos pensando en que alguien puede firmar ese testamento vital a los 25 años, por ejemplo, cuando se encuentra plenamente sano?

WA – Exacto. Puede hacerlo en cualquier momento de la vida, en cualquier momento de su plenitud.

EC - O sea, para dejar establecido cuál es su criterio para la eventualidad de que se le complique la salud de esta forma en el futuro.

WA – Exacto. Y para que no haya ( y es una expresión que aplicamos con mucha precisión en el proyecto) ensañamiento terapéutico.

EC - En ese escenario, la persona resuelve con mucha anticipación, simplemente para que después no haya lugar a confusiones. ¿Pero qué ocurre cuando alguien pretende firmar este testamento vital ya encontrándose con su salud gravemente afectada, cuando va camino a la muerte?

WA - En principio, la voluntad del ciudadano es libre y tendría que valer igual. Allí presentamos un caso – esto a cuenta de charlarlo con más profundidad en algún momento– delicado en términos de los profesionales de la medicina. Planteamos una comisión de bioética que pueda -eventualmente - salvar la actuación del profesional. Porque un profesional puede decir: "Yo me resisto a no aplicar algún tipo de terapia o a desconectar a un paciente porque mi concepción filosófica de la medicina va a contrapelo de esto que se me está planteando por la voluntad de la persona". Planteamos una comisión de bioética que pueda sustituir a los profesionales de la medicina que estén actuando en ese caso.

A su pregunta, respondo de la siguiente manera: la voluntad vale igual, exactamente igual, porque el que está sufriendo es dueño de su vida y de tratar de vivirla de la manera más digna posible. Ése es el concepto, la dignidad. Uno mira lo que está pasando con esta paciente estadounidense y, no sé si a usted, pero a mí me da la impresión de que el tema de la dignidad se está yendo al demonio. Entonces hay un tema de dignidad personal que uno tiene derecho a tener hasta el final de la vida.

EC - ¿Es largo su proyecto de ley?

WA – Sí. Es bastante largo.

EC - Se lo pregunto porque nos estamos concentrando en este aspecto. Y no sé qué otros aspectos estamos dejando afuera en este resumen rápido...

WA - Se está dejando el tema de la comisión de bioética a que hacía referencia, que es bastante importante. El papel de los médicos y su capacidad de estar o no en esta circunstancia. El tema del sustituto. Yo venía conversando por estos días con los compañeros con los que trabajamos (sobre) si la voluntad la puede manifestar un tercero (no la persona, sino el esposo o la esposa, supongamos). Ahí ya estamos en un lío. El equipo está planteando una versión y otra...No es tan sencillo el asunto. Lo voy a hablar con Gallo para ver cómo lo ve él, porque yo tengo una mirada un poquito más jurídica y él tiene una mirada más en el plano de la medicina. Incluso tiene cierta experiencia en el tema de los CTI, porque durante toda la vida ha estado trabajando en eso. Entonces hemos juntado dos miradas bastante distintas que pueden tratar de construir algo positivo. El tema del sustituto es bastante complicado y delicado y tenemos que ver cómo lo resolvemos.

EC - ¿En qué fecha prevé que esto esté ingresando al Parlamento?

WA - El lunes o martes. Lo estoy terminando esta semana. Estoy aprovechando la Semana Santa para darle algún toque más y estaré conversando con Gallo el lunes o martes. Así que - a más tardar - lunes o martes ya estará en carpeta.

EC - Va a ser un debate apasionante.

WA – Sí. Y tuvimos bastante receptividad en aquel momento, una cosa bastante curiosa. Mucha receptividad del gremio médico, de distintas áreas especializadas en el tema.

EC - Ya tengo una primera reacción de un oyente. Daniel, de Durazno, dice: "¿No cree usted que esto equivale a autorizar el suicidio?".

WA – No. Porque el suicido es una situación en que la persona elimina su vida, la propia vida misma. Acá es irreversible. Es una situación terminal frente a la que no hay opción, frente a la que los propios médicos son conscientes de que, si dejan naturalmente a esa persona, el proceso de extinción de la vida habrá de producirse. Por eso –vuelvo a repetir, y no me estoy cubriendo, no uso de escudo a la Iglesia Católica– (pero) incluso hay documentos de la Iglesia Católica que ambientan la aplicación de un instituto de esta naturaleza. Es muy distinto, es completamente distinto.

También podemos discutir el tema del suicidio, sobre el que hemos trabajado bastante en Uruguay. Hace poquito estuvimos participando en unas jornadas y tengo una concepción bastante liberal al respecto. Pero es otro tema.

Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: María Eugenia Martínez