Entrevistas

Plan gubernamental atendería a 950 niños de la calle

El Programa de Infancia y Familia (PIF) planea, en una primera etapa, captar a 500 niños en situación de calle que se sumarán a los 300 que ya atendía el INAU. Luego se sumaría a otros 150. Julio Bango, director del PIF, afirmó que una solución a este problema "requiere una combinación de estrategias: trabajar con los niños, con las niñas y sobre todo con las familias generándoles condiciones culturales y económicas para que su situación cambie".

(Emitido a las 7.36)

EMILIANO COTELO:
Desde el 1 de marzo hemos visto un Poder Ejecutivo con una iniciativa fuerte, abriendo una serie de líneas de acción, con algunas prioridades bastante marcadas. Una de ellas es el Plan Nacional de Emergencia Social (Panes), del cual nos vamos a ocupar a partir de este momento.

Ya existe el Ministerio de Desarrollo Social (MDS), cuya creación se produjo justo antes de la Semana de Turismo en una votación parlamentaria acelerada, y dentro de ese ministerio comienzan a tomar sus responsabilidades los nuevos jerarcas. A su vez los jerarcas responden a distintos aspectos de este plan que está terminando de tomar forma.

Por ejemplo, ¿cómo quedan contemplados en el Panes los niños de la calle? Se trata de todo un drama de nuestro país en estos últimos años.

Durante el fin de semana el diario El Observador publicó una noticia que señalaba que en los primeros días de abril, o sea ahora no más, se hará un patrullaje para saber cuántos niños trabajan efectivamente en la calle.

Sobre este tema vamos a dialogar con el sociólogo Julio Bango, director del Programa Infancia y Familia (PIF) del MDS.

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Licenciado Bango, números hay, hay estudios académicos realizados a propósito del problema de los niños de la calle. ¿Ustedes en qué dirección van a avanzar ahora?

JULIO BANGO:
Esa información que salió publicada no refleja con total corrección el trabajo que vamos a realizar. Como tú bien dices, ya existen números en el país, básicamente hay una organización no gubernamental, Gurises Unidos, que ha realizado una investigación en base a una metodología bastante interesante que ha permitido llegar a un número aproximado de niños en la calle en Montevideo, en la zona metropolitana y en 26 ciudades del país.

EC - Se habla de 1.100 niños en la zona de Montevideo y área metropolitana y 4.740 en el interior.

JB - Efectivamente. Entonces no creemos que sea el momento para continuar con diagnósticos y relevamientos, sino que es un tiempo de comenzar a trabajar o seguir trabajando, construyendo nuevas modalidades para atender este fenómeno que nos preocupa a todos como sociedad y que además tiene una fuerza simbólica muy importante. ¿Quién que va al trabajo o se encuentra en distintos puntos de la ciudad con estas niñas, con estos niños, no siente una sensación de qué estoy haciendo para que esto se termine? Porque quizás los niños y las niñas son el golpe más directo que tenemos cuando se trata de ver la situación social.

EC - ¿Concretamente de qué manera el Panes incluye a estos niños?

JB - Como ustedes saben, el Panes tiene siete componentes. La idea principal que estamos manejando en relación al tema de los niños en situación de calle es que no alcanza con un programa directo. Si bien son necesarios los programas directos que atienden la situación de niños y niñas en situación de calle, hay que jugar con otros componentes que permitan trabajar sobre la familia, sobre la mamá, sobre el papá, generándoles condiciones para que los niños dejen de estar en la calle. Hay que hacer intervenciones que se deben sumar con los niños, con las niñas, con las madres y con los padres en los casos en que existan las familias estructuradas.

EC - Pero volviendo a lo que era el disparador de esta conversación, ¿ustedes tienen proyectado relevar uno por uno a los niños de la calle?

JB - No, no vamos a relevar porque los niños y las niñas de la calle ya están relevados.

EC - Lo que se ha estudiado hasta ahora es cuántos son, qué características tiene esa población, ¿pero se conocen también el nombre y el domicilio de cada uno de ellos?

JB - No. Durante el período de registro de las 40.000 familias en el Panes vamos a tener oportunidad de conocer las composiciones familiares y de repente relevar algunas situaciones que puedan no estar ya relevadas, lo que nos va a permitir trabajar directamente con los niños, las niñas y sus familias a través de los diferentes componentes del plan. Esa nueva información nos va a permitir operar sobre la realidad.

EC - Usted estaba detallando las acciones en relación a esta población en particular; ¿de qué tipo van a ser?

JB - El PIF, que es una suerte de interfase entre la emergencia social y las políticas sociales estructurales, que tiene un financiamiento que es deuda externa que el país contrajo para trabajar sobre esta población, sobre 200.000 niños, niñas y adolescentes que están en situación de riesgo social, va a tener una colaboración con el Panes pero también va a dialogar y coordinar con Primaria, Instituto del Niño y el Adolescente de Uruguay (INAU), Secundaria, de modo que los esfuerzos y las inversiones sociales que se realicen tengan un impacto en las políticas sociales de mediano y largo plazo.

En concreto, en temas de niños en situación de calle hemos realizado una primera fase, hemos hecho un llamado público que han ganado una serie de organizaciones no gubernamentales de diferentes puntos del país, pero sobre todo centradas en Montevideo y la zona metropolitana, en función de los diagnósticos, que ha permitido identificar ya a unos 500 niños y niñas que se sumarán a los 300 que hoy atiende el INAU en sus programas de calle, hemos cumplido una primera fase porque esa identificación ha permitido saber de qué barrios, de qué zonas provienen esos niños. Además, está  prevista una segunda fase en la que vamos a trabajar con 800 niños con organizaciones sociales u organizaciones no gubernamentales afincadas en los barrios de los que proceden estos niños para generar el puente, tratar de que vuelvan a la escuela, vuelvan a tener una cobertura de salud, trabajar con las familias y generar determinados compromisos, de pronto generar puentes de capacitación laboral para los padres y las madres, de manera de generar situaciones desde el punto de vista de los ingresos para que esos hijos puedan cumplir con la meta de salir de la calle.

EC - ¿Qué número manejó?

JB - Este año vamos a arrancar con 500 más.

EC - Sumados a los 300...

JB - Sumados a los 300 que se han atendido, y tenemos un margen para ampliar en 2005 a unos 100, 150 más; podríamos estar llegando a unos 950 niños.

EC - Pero dijimos que en Montevideo hay 3.100, si contamos el área metropolitana. ¿Qué pasa con los demás?

JB - Eso es parte de la estrategia, tiene que ver con un arranque de la cuestión. Luego por ejemplo a través del Programa de Ingreso Ciudadano, las personas que tengan derecho a él en función de su situación van a tener como contrapartida una corresponsabilidad, un compromiso común en relación a sus hijos, por ejemplo que asistan regularmente a la escuela, que estén cubiertos en salud, o sea que va a haber un impacto indirecto. El Programa de Ingreso Ciudadano va a afectar -esperemos que positivamente- la situación de otros niños y niñas en situación de calle. El componente de trabajo con asentamientos también va a suponer llegar a algunos de los niños que están en situación de calle, entonces se van a construir los vínculos con INAU, que también va a estar en el MDS, con nuestro programa y con otras instituciones que también contemplen esas situaciones.

EC - Por lo que se desprende de lo que usted está contando, estas distintas líneas de acción no implican necesariamente que el niño deje de estar en la calle de un día para el otro.

JB - Hay líneas que se proponen eso más directamente, como las del PIF que mencionamos en primer lugar, que apuntan directamente al fenómeno de descallejización. Pero sabemos que salvo que hiciéramos un operativo de agarrar a los niños, sacarlos y decirles "ustedes no pueden estar más en la calle", cosa que no se puede hacer porque viola los derechos y además no es la forma de resolver los problemas, la problemática de los niños de calle es un emergente de una situación familiar a la que hay que responder si se quiere lograr que efectivamente los niños y las niñas salgan de la calle. No es una cuestión que se resuelva de un día para el otro, lamentablemente; requiere una combinación de estrategias, requiere trabajar con los niños, con las niñas y sobre todo con las familias generándoles condiciones culturales y económicas para que su situación cambie. Esto va mucho más allá de la famosa coordinación de las políticas sociales, sino que supone ingresar en otro terreno, que es la articulación de las políticas sociales con las políticas económicas. Si no generamos a nivel del país estrategias de generación de fuentes de ingresos nuevas para esas familias que están sumidas en la pobreza, va a ser muy difícil superar la situación de exclusión social en general.

EC - Si entiendo bien, lo que se busca es, una vez que estos niños son abarcados por alguno de estos programas, darles una cobertura creciente desde el punto de vista de la atención del Estado, ir respaldándolos e ir de algún modo reduciendo su presencia en la calle. Estamos hablando de un proceso paulatino.

JB - Estamos hablando de un proceso gradual, sin duda.

EC - ¿De qué manera van a medir la eficiencia de estos programas?

JB - En el caso del ministerio estamos abocados a construir lo que en términos técnicos se llama una línea de base que para éste y otros temas, como pueden ser la educación inicial, las madres adolescentes o la deserción escolar, permitan medir el punto de arranque y de llegada y hacerlo con criterios técnicos de manera de poder evaluar en concreto y objetivamente los progresos que se vayan generando.

EC - Pero concretamente en cuanto a la presencia de los niños en la calle, ¿en qué medida van a estar controlando si baja la cantidad de niños en esa situación o si se mantiene pero son otros, unos salieron y están más incorporados a la actividad educativa, etcétera, pero lamentablemente fueron sustituidos por otros? ¿Cómo estudian eso?

JB - La investigación que se realizó, que contó a estos niños, partió de las observaciones que se hacían en dos turnos, al mediodía y a la noche, pero había una tasa de repetición, es decir que las personas que observaban y contaban a los niños podían estar generando una duplicación estimada en un 40 por ciento y por eso llegaron a esa cifra de 3.000 y pico. Es muy difícil hacer ese conteo niño por niño, pero tenemos la posibilidad de hacer un seguimiento, una evaluación de los niños con los que trabajemos directamente en los programas de calle y ahí tener un raport de la evolución, de si salieron de la calle o no. Si conteos posteriores manifiestan -vamos a poner la hipótesis negativa- que la cantidad de niños de calle se mantiene, eso estará queriendo decir, si tenemos una evaluación de aquellos con los que hemos trabajado, de que hubiera aumentado el fenómeno, por ejemplo. Si el número disminuye cabrá la posibilidad de pensar que los programas han sido efectivos o que los niños fueron mal contados anteriormente. Estamos frente a una situación muy difícil de objetivar científicamente sin márgenes de error importantes. Lo importante es trabajar sobre los derechos de esos niños, intentar sacarlos gradualmente de una situación de violación de sus derechos y trabajar con ellos y sus familias, que son la causa principal de que estén en la calle.

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Mauricio Erramuspe