Según afirma Búsqueda algunos ministros se vieron "muy sorprendidos" por la recomendación de la Jutep y consideran que el órgano "se extralimitó" en sus funciones al aconsejar a Vázquez que cesara a su consuegro Enrique Estévez como su chofer.

En tanto Ignacio De Posadas fue mucho más allá. En un editorial publicado el pasado sábado, el ex ministro lacallista  dijo: "No me gusta nada todo este catereté de corruptelas y moralinas. Además de la judicialización de la política ahora tendremos la ‘jutepización’. Por encima y por fuera de los mecanismos constitucionales de funcionamiento de la democracia vamos a tener algunas personas erigidas en custodios morales. El episodio del presidente ha puesto en evidencia lo disparatado de todo el planteo".

Ricardo Gil Iribarne tiene un largo camino recorrido en el combate al lavado y a la corrupción. Fue responsable de la Secretaría Antilavado en el primer gobierno de Tabaré Vázquez; luego pasó a desempeñarse en el Grupo de Acción Financiera de Sudamérica (GAFISUD)  organismo integrado por todos los países de América del Sur, excepto Venezuela, y con el agregado de México creado en el año 2000 para combatir el lavado de dinero y desde febrero del año pasado preside la JUTEP.

Este organismo está integrado además por Matilde Rodríguez Larreta y Daniel Borrelli. En julio del 2015 a propuesta del Poder Ejecutivo, el Parlamento decidió que fuera un  servicio descentralizado, que se relaciona con el Ejecutivo a través del Ministerio de Educación y Cultura con independencia técnica en el ejercicio de sus funciones..

"Si alguien me dice que en su país no hay corrupción, lo felicito pero no le creo", dijo Gil Iribarne al portal ECOS. Y agregó: "Uruguay tiene que reconocer que de la misma manera que tenemos fortalezas importantes, también tenemos carencias y corruptos, y no pueden quedar impunes".

El informe de la JUTEP sobre los gastos con tarjetas corporativas fue determinante en la renuncia del vicepresidente de la República, Raúl Sendic.

También cuestionó al intendente de Soriano Agustín Bascou por las compras de combustible en sus estaciones de servicio. Investiga además violaciones a la ética pública con los contratos de familiares en intendencias y organismos centrales.

Gil Iribarne ha sido por demás explícito en la decisión de combatir la corrupción. Lo hace desde un organismo ahora jerarquizado, pero que hasta su llegada era un mero depósito de declaraciones juradas de funcionarios que salvo algún juez, jamás nadie controló o revisó.

Era muy obvio que en un país hipócrita que reclama controles pero no tantos, un funcionario como Gil Iribarne empezaría a molestar.

Entonces es el momento en que la ciudadanía adopte un papel proactivo y proteja a un funcionario que cumple su tarea a cabalidad como lo exigen los tiempos que corren.