El ex presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula Da Silva, transita este lunes su tercer día en la cárcel, condenado por delitos de corrupción, aunque con la "esperanza" de que la movilización de sus simpatizantes y los recursos judiciales que se apresta a presentar deriven en su pronta liberación.
Sus abogados apuntan a que este miércoles el Supremo Tribunal Federal (STF) reconsidere un fallo de 2016 que define en qué momento se deben iniciar las condenas penales.
Varios jueces de ese tribunal, que la semana pasada y por seis votos a cinco rechazó un hábeas corpus presentado por la defensa de Lula, reclaman que se revise ese fallo y podrían volcarse a su favor en este caso. 
El proceso de apelaciones puede llevar años o incluso décadas en el complejo sistema legal brasileño, muy criticado porque en ocasiones garantiza impunidad para quienes son lo suficientemente ricos como para pagar abogados que pueden lanzar innumerables apelaciones técnicas.
Lula, que aún enfrenta seis juicios más por cargos de corrupción, se entregó a la policía el sábado por la noche, después de horas de resistencia. "Tuve chance de irme a Uruguay (pedir asilo político). Pero no lo acepto. Voy a cumplir el mandato. No estoy escondido", sentenció el exjefe de Estado en su último discurso antes de presentarse ante las autoridades.

En la Zona Central de este lunes, Daniel Figares recibió y respondió todas las interrogantes, opiniones y consultas a través de las diferentes vías de comunicación del programa. 

Lea el documento del Ministerio Público y Fiscal de Brasil sobre el caso del ex presidente brasileño. Documento Ministerio Público y Fiscal de Brasil