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No pueden exigir que les creamos

No pueden exigir que les creamos

La política uruguaya transita por el justo medio entre la falacia y lo sobrenatural. Parece que estamos en el momento del sálvese quien pueda y en ese caso todo vale.

Raúl Sendic es un buen ejemplo, no el único. Desde hace 3 años está intentando explicar lo inexplicable. Primero con su título…que sí, que no, que tengo medallas, pero no hay medallas, que decime Licenciado, que no soy Licenciado. Pero en honor a la verdad: el título jamás apareció. Tal vez vale recordar que no era necesario para ser Vice, que nadie se lo pidió, que fue el sólo quién se metió en ese berenjenal.  

Luego sus explicaciones sobre el déficit de Ancap. Que la subvención por el precio del boleto, que los pisteros, que los desencuentros con el Ministerio de Economía; que el desfasaje del dólar. Pero con rigor: si no hubiera sido recapitalizada  con casi 900 millones de dólares, no sabemos si hoy Ancap existiría. ¿Se imaginan todo lo que el gobierno podría haber hecho con ese dinero?

Así llegamos a la tarjeta corporativa. Que están los comprobantes, que no hay comprobantes, que se perdió la caja, que nunca hubo caja, que se hicieron todos los reintegros, pero hubo poquitos reintegros; que compré colchones pero "no en Divino porque otros venden mejores colchones" (que eso dijo hoy). Ya es triste.

El último recurso es que como no aparecen los comprobantes no hay delito. Y cree que todos somos idiotas y nos vamos a fumar ese argumento. Decile vos a la DGI que perdiste todos tus talonarios de facturas o a un ente que no le vas a  pagar porque el repartidor te perdió la factura. Si no aparecen  los comprobantes es la prueba de su responsabilidad, porque sólo a él correspondía guardarlos. Y si no la responsabilidad será de Ancap que ni siquiera habría hecho asientos contables.

Quisiera ver lo que pasaría si ahora, en lugar de Sendic, ante la justicia tiene que comparecer Marta Jara.

Entiendan, razono por lo absurdo. ¿Si lo hace Sendic por qué no podría yo?

El senador Leonardo De León es otro caso interesante. Durante algún tiempo también usó el título falso de ingeniero agrónomo. Él asegura que se lo adjudicaron sin su complacencia. Sin embargo dos importantes dirigentes de izquierda y del MPP, uno de ellos ingeniero agrónomo, me dijeron que ellos participaron de una reunión de profesionales donde De León se presentó como tal.

Más recientemente y mientras acusaba al senador Pablo Mieres de carroñero, afirmó con mucha seriedad que en base a un acuerdo de premiación con la empresa Abengoa  "Alur había ganado 8 millones de dólares". Pero resultó que no era verdad, que según lo demostró el fiscal Luis Pacheco, con ese acuerdo "Alur perdió 17 millones de dólares".  

Después dijo que había probado ante la justicia todos los gastos realizados con su tarjeta corporativa y que a la JUTEP entregó todos los comprobantes. Pero….la JUTEP aseguró que no solo no entregó todos los documentos sino que "no presentó comprobantes de 130 gastos de un total de 156 realizados con dos tarjetas corporativas". Y demostró más cosas, como viajes o comidas en importantes restaurantes montevideanos sin justificar.

Si ambos han mentido tanto con sus gastos y títulos, ¿por qué tendríamos que creerles cuando se refieren a su gestión en Ancap o Alur?

Es aquí cuando llegamos al nivel religioso: creer o no creer.

Ese es el nivel al que se encuentra nuestro sistema político.

Porque la oposición también habla y critica mucho, pero explica poco.

Varios intendentes blancos del interior que pretenden proyectarse como un sector político con candidato propio, no explican los acomodos, el nepotismo y los desaguisados con los dineros públicos.

Y varios mencionan a Enrique Antía como posible candidato. Pero Antía es uno de los que explica poco.  

Por ejemplo, según informó La Diaria el Tribunal de Cuentas de la República probó que En 2017 la Intendencia de Maldonado (IM) pagó 144.370.600 pesos (unos 5 millones de dólares) a la fundación A Ganar, presidida por María Magdalena Secco, esposa del ex ministro de Economía Ignacio de Posadas. El convenio está vigente desde hace tres años, pero la Junta Departamental no ha podido fiscalizar las tareas que cumple la organización.  La Fundación, pese a que cobró, no firmó el contrato con la intendencia y tampoco cuenta con el seguro por la contratación de sus empleados.

El año pasado el Estudio Posadas, Posadas & Vecino ganó una licitación para gestionar el cobro de las deudas por tributos municipales.

Se mencionó mucho al yerno de Antía en la Dirección de Cultura, pero justo es señalarlo, es el único inobjetable porque se trata de alguien muy calificado para esa función. Sin embargo para la mayoría pasaron desapercibidos los cientos de acomodos de militantes políticos o el nombramiento de otros parientes para cargos de relevancia.

Con el financiamiento de campañas electorales, origen de muchos actos de corrupción, los partidos políticos se empantanaron. No saben que buscan, no saben que quieren hacer y la comisión parlamentaria sólo ha servido para un pase de facturas.

¿Se acuerdan que esto empezó por Cambio Nelson?

Pues bien, todavía estamos esperando las respuestas de la Justicia sobre Humberto Capote y sobre si Sanabria y sus testaferros lavaron o no lavaron dinero.

Los dirigentes políticos se muestran todos preocupados porque los ciudadanos los evalúan muy mal. Pero no perciben que no son los medios, ni el plan Atlanta, ni los comunistas, ni el imperio, los que los desacreditan.

Son sus propias acciones.

Para no caer en absurdos hay que reiterar una vez más que no nos incluimos entre quienes piensan que son todos iguales. Al contrario, siempre hemos optado por poner nombres propios. Las generalizaciones siempre son injustas.

Pero a ese montón de correctos dirigentes tenemos la obligación de exigirles que hagan por  nosotros algo más que pedirnos que les creamos.

A ese estado confesional, no podemos más que responder con las evidencias.