Veo al futuro repetir el pasado
Después de cinco días, empezamos a verle "las patas a la sota".
Las declaraciones de Mario Layera al diario El Observador tenían un claro objetivo: lograr más poder para la policía quitándoselo a la Fiscalía.
El Director Nacional de Policía le dio un barniz social a sus afirmaciones, pero lo que pretendía era consolidar a su fuerza detrás de sí.
Dijo lo que todos querían y les gusta oir para consolidar su pensamiento. Nada nuevo. Pero no hubo un solo cuestionamiento hacia adentro. Hacia una institución que aún tiene núcleos duros de corrupción.
La policía dice que el Nuevo Código le impide actuar. Pero el Código tiene apenas siete meses en su aplicación. ¿Antes no había asesinatos, ajustes de cuentas, rapiñas, narcotraficantes? ¿y qué hacia la policía?
Es cierto que la Fiscalía ha tenido enormes desajustes en su aplicación.
Y también es cierto que los fiscales han malgastado mucho tiempo observando la pelusa de su ombligo.
La inseguridad era un problema muy grave antes que el Código nuevo entrara en vigencia.
Layera sólo hizo un diagnóstico. Se olvidó que comanda la fuerza policial y como tal tiene una enorme responsabilidad.
La inoperancia ministerial terminó alentando las peores expresiones, como los reclamos de mano dura. Comprensible cuando los delincuentes van ganando esta batalla.
Una batalla que no se gana a los tiros, como lo muestran Colombia y México, sino con inteligencia.
Ya hay quién reclama la implantación de Medidas Prontas de Seguridad. Y voceros del ejército dijeron "estar preparados" para salir con la policía si se lo reclaman. ¿Vuelven las Fuerzas Conjuntas?
Hay demasiada gente en este país, a derecha e izquierda, que sigue pensando que del caos saldrá la luz. No aprendieron la lección: del caos sólo sale más caos.