Sobre el aumento de los cargos de confianza en la Cancillería
A confesión de parte, relevo de prueba
El Gobierno Nacional, a través de la Subsecretaria del Ministerio de Rela-ciones Exteriores, acaba de aplicar un mazazo a las esperanzas que muchos uruguayos no votantes del mismo, habíamos abrigado sobre los principios, la rectitud y la transparencia de procedimientos que se habían proclamado, antes y luego de las elecciones de Octubre.
La ratificación del Director de la DGI fue, en el concepto de quien escribe, uno de los actos más inteligentes y acordes con dichos principios: para cu-brir un cargo de confianza se recurría a alguien que había demostrado sin-gulares capacidades profesionales para su desempeño y que pertenecía polí-ticamente a uno de los denostados partidos tradicionales.
Pero, lamentablemente, a partir de allí, empezaron a aparecer actitudes no prolijas. Los episodios del Sodre, del Codicen y del Banco de la República, el nombramiento de un técnico tan calificado como el ex diputado Raúl Sen-dic para Ancap, empezaron a hacernos intuir que no era oro todo lo que relucía.
Y la frutilla de la torta, hasta ahora, ha sido la duplicación de los cargos de confianza en el Ministerio de Relaciones Exteriores, especialmente por la explicación que la Sra. Belela Herrera ha dado: el gobierno del EP-FA-NM no tiene aparentemente, dentro de los funcionarios del Ministerio, sufi-cientes correligionarios ( ¿habrá hecho una encuesta? ) , Entonces, pasemos los cargos de confianza de diez a veinte y nombremos para ocuparlos diez "especialistas en el Servicio Exterior", cuidadosamente seleccionados den-tro de nuestros amigos políticos.
Pero, ¿ no era que la política exterior debía ser una Política de Estado ? ¿ es así como funciona el admirado Itamaraty ?.
Conozco varios funcionarios del Ministerio a quienes nadie les preguntó su filiación política al momento de CONCURSAR su ingreso. Y esos funcionarios tendrán ahora diez posiciones menos a las que aspirar. Vivan los principios, la calificación profesional y la transparencia. No al acomodo.
En mes y poco, uruguayos y uruguayas, vamos teniendo bastante menos para festejar.
Julio A. Esposto Molinari