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Construyendo un estado policial

Construyendo un estado policial

Un Estado policial se define como aquel donde el gobierno mantiene un estricto control sobre la sociedad, particularmente a través de la supresión de las libertades civiles y un gran despliegue e inversión en mecanismos de vigilancia.

En la literatura, el mejor ejemplo de Estado policial es el que se plantea en la novela de George Orwell  "1984• que describe un régimen totalitario que utiliza la excusa de guerra constante para permitir que la policía y las cámaras de seguridad controlen a toda la población.
Cualquier semejanza es pura coincidencia.

Sobre la base del miedo la sociedad ha ido cediendo algunas de sus libertades. Resulta extremadamente curioso como un amplio espectro político que va desde el MPP a Bordaberry, empezó a coincidir con la necesidad de aplicar mano dura a la delincuencia.

El proyecto presentado por Jorge Larrañaga, para ser sometido a plebiscito, concurre en ese sentido cuando propone terminar con la prohibición de los allanamientos nocturnos. Allanamientos que, según su proyecto, serían realizados por fuerzas conjuntas de policías y militares.

El MPP se convierte en la cabeza visible en la defensa de los cambios que se pretenden introducir al nuevo  Código del Proceso Penal que cambiará radicalmente su espíritu original otorgando más potestades a la policía. Que era lo que pretendía el Director Nacional de Policía, Mario Layera, con sus declaraciones  a El Observador.

Mientras el ciudadano, atenazado por el miedo termina aplaudiendo todo lo que más temprano que tarde, le caerá encima.

Es falso que con el nuevo Código los delincuentes no van presos. Ayer fuentes de fiscalía informaron que en 10 meses del año pasado fueron a la cárcel 1.650 personas, mientras en apenas los tres primeros meses de este año fueron1.500 los enviados a prisión.

A este ritmo no hay cárcel, ni proyecto de recuperación, que aguante. Más cuando todas las jerarquías  de gobierno coinciden con que "el problema de inseguridad comienza las cárceles".
O sea, lo único que estamos haciendo es desarrollar la bomba que le va a explotar en la cara a nuestros hijos.

Si no se hubiera sido tan necio cuando hace años se alertó sobre el crecimiento de la delincuencia, ni tan inoperante como para permitir el crecimiento del miedo, desde el punto de vista policial esto se resolvía con prevención.

Fernando Pereira, dirigente del PIT-CNT, decía hoy que en Uruguay "el MIDES recibe 200 millones de dólares pero el Ministerio del Interior 800 millones".

Debería estar claro para todos que la seguridad no es sólo un asunto policial, es mucho más complejo. Y por eso será necesario que los ciudadanos superen la etapa de miedo para ser más activos en tareas sociales.