ROMPKBZAS

Sendic fue fruto de una decisión política equivocada

Sendic fue fruto de una decisión política equivocada

Nos vamos a reiterar porque en una columna de setiembre pasado, luego de la renuncia de Raúl Sendic a la vicepresidencia decíamos que el uso que le dio a la tarjeta corporativa fue la gota que desbordó un vaso que se venía llenando con una desastrosa gestión en Ancap; con un título falso y con sus erráticas declaraciones desde el año 2015.

Lo que ha hecho Sendic es desprestigiar a la actividad política para regocijo de los que añoran tiempos sin políticos como paradigma. Pero también para congoja de quienes creyeron en un proyecto político cuya sola existencia costo tantas vidas y sufrimientos y de los que estos personajes se olvidaron.  

Si alguno cree que ganó algo con esta sentencia, se equivoca, perdieron todos. Porque lo que hizo Sendic en Ancap tiene decenas de antecedentes; ya que  los estropicios con viáticos y tarjetas corporativas han sido cometidos por miembros de todos los partidos fundacionales.

Ahora la cabeza de Sendic fue servida al plato. Reconozcamos que se la cortó él mismo. Pero esto no soluciona los graves problemas éticos que su accionar reveló. Porque Sendic no fue ni es el único abusador.

Desde el punto de vista ético, todos los partidos perdieron la virginidad. Eso es lo grave.

Algunos quieren salvar sus culpas, revisando culpas ajenas. Y podremos hacer largas listas que a muchos gustaría empezara en el Paraíso con Eva y una manzana. Pero el problema seguirá allí.

¿Un short, un colchón que no fue y unas compritas personales  son nuestra medida de la corrupción? En su momento Mujica, demostrando el valor que le otorga a la ética dijo: "En Brasil descubren maletas con millones de dólares a un exministro y en Argentina se vio a un tipo tirando bolsos con plata por sobre el muro de un convento, pero acá hacemos un lío bárbaro por un short y uno pesos". Que finalmente no fueron unos pesos sino algo más de 50.000 dólares. Se podría decir lo que costarían dos casas modestas para personas indigentes.

Y si, esa puede ser nuestra medida y no está mal. Porque en realidad lo que importa no es el monto sino la acción. O como se entiende el manejo y uso de los dineros públicos. Algo que a Mujica no parece preocupar en función de sus objetivos políticos.

Los ejemplos sobre su forma de entender la ética política sobran. Liquidó Pluna en circunstancias poco claras, fraguó un remate y terminó entregando la cabeza de dos funcionarios que cumplieron sus órdenes.

Le otorgó un negocio de exportación a Venezuela a un compañero porque "de algo tenía que vivir".

Incentivó a Sendic a desarrollar juntas todas las inversiones que necesitaba Ancap y también terminó entregando su cabeza.

El problema más grave que tiene el accionar político en estas latitudes es que la  gente sigue creyendo en caudillos e iluminados, sin darse cuenta de su propio poder ciudadano.

Pero hay otro aspecto de esta situación que no parece menor y debería ser tema de preocupación de los frenteamplistas.

Sendic no fue el único abusador. Hay tal vez centenares de ejemplos de frentistas que creyeron llegado su momento cuando  accedieron al gobierno.

Como lo hubo en los otros partidos que gobernaron. Y ejemplos sobran sobre quienes se apoyaron en el presunto prestigio que les otorgaba su condición de parlamentarios, por ejemplo, para desarrollar actividades ilegales.  

Sé que muchos dirán y con razón... "bueno, esa es la historia del país". Cada uno que accede al gobierno se siente con el derecho de colocar en el Estado a sus amigos y correligionarios; a favorecer a quienes pusieron dinero para su campaña, y a abusar de su particular posición de privilegio.

Si la renuncia de Sendic sirve para bajar la medida con la que vamos a juzgar a todos los aprovechados y abusadores de los dineros públicos, a futuro tal vez la evaluaremos como positiva.

Finalmente, hay que destacar el papel del periodismo en esta situación. Todo lo que su supo sobre Sendic, Ancap, titulo y tarjetas corporativas, se supo a través de los medios. Sin ellos nada habría pasado o en todo caso se hubiera arreglado entre gallos y mediasnoches.

Desde el poder político en forma antidemocrática y nada novedosa se intentaron todas formas de desprestigio. Pero no fueron los periodistas que despilfarraron 900 millones en Ancap; ni los que dijeron tener un título que no poseen, ni los que usaron displicentemente dineros públicos.

Sendic fue un huracán que asoló al  Frente Amplio. Pero no fue obra del cambio climático sino de decisiones políticas equivocadas.