El lunes el diario El País reprodujo la información y la amplió.  Sin embargo bastaba leer el decreto para entender que la exoneración no regía para Cipriani por la sencilla razón de que, ante el incumplimiento de Fosara con el plan de inversión, la misma había caído en el 2017. Y que no fue Fosara que solicitó las excepciones a las normas de construcción aprobadas en Maldonado el pasado martes 17.

Rompkbzas informó correctamente el lunes y ayer la ministra de Turismo Liliam Kechichian confirmó en todo su alcance lo que informamos el mismo lunes.

Sin embargo muchísimas personas a través de sus redes ingresaron en un debate crítico. Sólo que por una noticia falsa.

Falsedad 2

Un grupo de padres de Florida  propusieron cambiar las tradicionales túnicas blanca por otras de color verde. El debate a favor y en contra, con graves acusaciones, aún continúa.

La propuesta era sólo eso. Como si a nosotros se nos ocurriera proponer que los niños tocaran la corneta todos los días antes de entrar a clase.

El cambio de color no fue propuesto por nadie del gobierno, como muchos insisten en señalar.

Falsedad 3

Bastó que a una integrante del Concejo de Primaria se le ocurriera decir que "hay que modificar el criterio por el cual lo mejores son los abanderados por el que lo sean los más populares".

El debate llegó hasta el sistema político. Pero el periodista Leonardo Haberkorn quién reveló ayer en el portal Ecos que "a pesar de la actual polémica, desde hace ya 28 años que el mejor alumno no es el abanderado de la clase en Uruguay.

El tradicional enfoque meritocrático para elegir los abanderados, que solo consideraba la nota de los escolares y su buena asistencia, fue derogado en 1990 durante el gobierno de Luis A. Lacalle Herrera.

La decisión de abolir el viejo sistema, que hoy muchos defienden con tanto fervor, se tomó el 26 de noviembre de 1990 y se estableció por escrito en la circular 652 del Consejo de Educación Primaria", afirmó el periodista.

Resulta muy obvio que la actual integrante de Primaria también desconocía este decreto de 1990.

Mientras se discute sobre falsedades, lindas de creer según de qué lado del mostrador cada uno se encuentre, perdemos el tiempo de discutir  en serio como mejorar el estado de la educación.