Topolansky viaja a China para impulsar lazos económicos y estratégicos
La vicepresidenta Lucía Topolansky, inicia en Pekín su agenda de contactos con líderes políticos, educativos y sociales de China, en un viaje de seis días con el que Uruguay intenta consolidar sus lazos con su mayor socio comercial.
Topolansky se reúne con Wang Yang, presidente de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino, el órgano asesor del régimen comunista que extendió la invitación a la vicepresidenta, y también mantendrá un encuentro con el vicerrector de la Universidad de Estudios Extranjeros.
El viaje prosigue mañana martes en la provincia central china de Sichuan, donde se reunirá con el gobernador Yan Li, con la intención de reafirmar el interés de Uruguay en proyectarse en el oeste chino, un área menos desarrollada que la costa oriental pero en la que Pekín lleva años aplicando políticas de fomento de la inversión.
El pasado mes de agosto, Uruguay ya mostró ese interés con una visita del canciller Rodolfo Nin a Chongqing, municipalidad vecina a Chengdu y puerta de entrada al gran proyecto hidráulico de las Tres Gargantas.
A su regreso a Pekín, Topolansky se encontrará con responsables de otra importante universidad pequinesa, la de Jiaotong, y mantendrá un encuentro con sus dos homólogos chinos: el vicepresidente Wang Qishan y el presidente de la Asamblea Nacional Popular (Legislativo), Li Zhanshu.
La reunión entre Topolansky y Li reviste especial importancia simbólica, ya que en ella ambas partes recordarán la visita que en 1959 llevó a cabo el entonces presidente de la Cámara de Representantes Francisco Rodríguez Camusso, y se repasarán los casi 60 años de intercambios parlamentarios.
Según destacó la propia Topolansky en la víspera de su viaje, el objetivo de éste es continuar explorando el aumento de lazos económicos con un país que ya es el mayor socio comercial de Uruguay.
También persigue continuar la imbricación del país suramericano en las Nuevas Rutas de la Seda, el proyecto global chino de inversión en infraestructuras, después de que el canciller Nin firmara en agosto un acuerdo por el que Montevideo se integraba en el que algunos apodan "Plan Marshall chino".
En este sentido, la vicepresidenta tiene la intención de pedir a China que participe en el proyecto de restauración del Palacio Legislativo, después de haberlo hecho ya en Rusia.
El gobierno espera que entrar en las Nuevas Rutas de la Seda (plan también denominado por los chinos "Una Franja, Una Ruta") ayude a que el país del Cono Sur pueda convertirse en la puerta de entrada de gran parte del comercio que proviene del gigante asiático.
Podría también servir para aumentar la presencia de las grandes firmas de construcción e ingeniería china en proyectos importantes para el desarrollo nacional, como el Ferrocarril Central, el nuevo puerto pesquero (dos proyectos en los que ya participan firmas chinas en sus fases iniciales) o la mejora de la electrificación en zonas rurales del norte del país.
El viaje de Topolansky se produce en un momento en el que China mantiene un duro pulso comercial con Estados Unidos, que Pekín intenta compensar estimulando sus intercambios con otros mercados, desde África a Latinoamérica pasando por la Unión Europea o Rusia.
En este sentido, Pekín, que ha impuesto aranceles a la soja estadounidense (de la que adquiere el 60 por ciento exportado en todo el mundo) está a la búsqueda de proveedores que sustituyan la producción norteamericana, lo que podría beneficiar a naciones suramericanas como Brasil, Argentina o la propia Uruguay.
Topolansky llegó a Pekín el domingo y en esa primera jornada de asueto visitó la Ciudad Prohibida y el Mausoleo donde descansa el cuerpo de Mao Zedong (precisamente el día en el que se celebraba el 42 aniversario de fallecimiento de este líder comunista). EFE