Desprecio por la vida
El asesinato de un niño ocurrido en Neptunia disparó una vez más la crispación social. De todos lados surgieron reclamos por la implantación de la pena de muerte. Pero la pregunta es ¿matando resolvemos una muerte o solo damos satisfacción al ánimo de venganza?
Como se ha visto en varios casos recientes, los padres del niño fueron mucho más sensatos que los vengadores de turno, al reclamar que se dejara actuar a la justicia.
El mismo día, pero en un barrio montevideano, dos hombres alcoholizados que corrían una picada mataron a un pibe que tuvo la desgracia de caminar por la vereda. Sin embargo por este caso nadie pidió pena de muerte, ni fueron al juzgado para intentar lincharlos.
Niños asesinados; mujeres asesinadas, trabajadores asesinados, nos muestran un crecimiento notorio del desprecio por la vida. Desprecio que también se expresa en otros temas que hacen a la vida.