La Mañana de El Espectador

Una mirada al mundo desde Uruguay

Una mirada al mundo desde Uruguay

El investigador en Historia John Moor analizó varios asuntos nacionales e internacionales que debe tener presente los precandidatos presidenciales de los partidos políticos. 

El semanario Búsqueda invitó al senador y precandidato a la presidencia por el Partido Nacional, Luis Lacalle Pou, a realizar un debate con  el expresidente Julio María Sanguinetti.

En el transcurso de este encuentro, que duró cerca de dos horas, hubo un muy interesante intercambio de ideas, acerca de los diversos y complejos aspectos que cualquier candidato que resulte electo deberá afrontar y resolver en carácter de graves y urgentes. En la ocasión de referirse a la "mochila económica" que heredaría inevitablemente el próximo gobierno, el doctor Sanguinetti afirmó que "En eso es donde vamos a tener que ayudar al doctor Lacalle", lo cual daría a entender lo que el doctor Sanguinetti concibe como posible escenario para el 2020.

A pesar de lo positivo que implica un debate de este tenor, el pre-candidato por el Partido Colorado y líder del movimiento Ciudadanos, Ernesto Talvi declaró que al expresar su ayuda al senador Lacalle Pou en la eventualidad de resultar electo presidente, "Sanguinetti oficializó su apoyo al senador Lacalle Pou y lo ungió como prepresidente. Dio el partido por perdido antes de jugarlo, antes de que las urnas se pronuncien".

Ante esta reacción de Ernesto Talvi, caben dos reflexiones para compartir con ustedes. La primera, es que evidentemente, el doctor Sanguinetti, lejos de ungir al pre-candidato blanco como presidente, lo que afirmó, y que está en la raíz de su experiencia y fogueo político, en su indudable capacidad de análisis del escenario electoral,  es que tal vez vislumbra al escenario con más probabilidades de configurarse en el 2019, y, desde esos incuestionables atributos, aplique una visión pragmática y realista acerca de las posibilidades que el Partido Colorado tendría para pasar a liderar las encuestas  entre los partidos de la oposición.

Quizás, Sanguinetti no avizore un salto cuantitativo tan alto como para alcanzar la mayoría, sin desconocer el significativo crecimiento que mostro en la última encuesta de Factum de pasar de un 7% en intención de voto a un 16%.

Al asumir esas limitaciones, estaría considerando como una alta probabilidad, una victoria del Partido Nacional en la figura de Lacalle Pou.

En segundo lugar, como consecuencia de este reconocimiento pragmático, Sanguinetti ahora como líder natural de su partido, esté ya, desde su experiencia como gobernante, planteando posibles caminos para concertar consensos de gobernabilidad.

Sin estos acuerdos a partir del 2020, debido al complejo entramado político que podría resultar tras las elecciones y que se  reflejaría en un principio en una eventual representatividad parlamentaria más dispersa y fragmentada, seguida de una acertada organización de un Poder Ejecutivo, y ante el muy difícil escenario socioeconómico que va a enfrentar el próximo gobierno por la coyuntura externa e interna, el Uruguay será prácticamente ingobernable.

Pasando a un segundo asunto de carácter internacional pero que de alguna manera u otra afecta al Uruguay, está vinculado a lo que podría ser uno de los factores subyacentes de las verdaderas causas y objetivos de la actual guerra comercial con China y en este conflicto.

Hablamos de la detención en Canadá de Meng Wanzhou, Directora de Finanzas de Huawei y de lo que podría ser la punta de un iceberg bajo el cual estarían esas fuerzas reales que propulsan a los Estados Unidos a entablar esa guerra aparentemente comercial con China. 

Wanzhou fue detenida el primero de diciembre en el aeropuerto de Vancouver, por pedido del Departamento de Justicia de este país acusada de violar las sanciones aplicadas a Irán por su programa de desarrollo nuclear. China ha reaccionado con una protesta a Canadá y amenazas de represalias. 

La verdadera guerra que estarían librando China y los Estados Unidos tiene sus raíces en lo que ocurrió entre los Estados Unidos y la Unión Soviética durante la Guerra Fría después de la Segunda Guerra Mundial. En ese antagonismo se originaron tres grandes rivalidades que caracterizaron su aspecto "no belicoso" aunque siempre poseyeron las condiciones de poder gatillar en cualquier momento, un enfrentamiento bélico directo.

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