Sobre la reforma del transporte en Montevideo
(Mensaje enviado el 29 de abril de 2005)
Estimado Cotelo:
Reconociendo todo lo que los gobiernos municipales del Frente han realizado en otros aspectos, me veo en la obligación no sólo de admitir sino de cuestionar todo lo que no ha hecho para solucionar el tema del transporte montevideano.
Ahora se ha desatado (y con toda razón) la polémica sobre las posibles soluciones al exceso de tránsito de unidades en la Ciudad Vieja. ¿Y esto por qué? Porque los que encaran el problema no son usuarios de este medio de transporte ni piden la opinión de los mismos, y de ahí a propuestas tan peregrinas como la del Fiscal Viana para que los ómnibus hagan su recorrido por la Ciudad Vieja circulando por la Rambla Sur. (¿!)
Pero el problema del transporte capitalino no se agota en este tema ni toda la responsabilidad le cabe a la Intendencia sino que la comparte con las propias compañías. Esas compañías que se quejan desde hace años del decrecimiento en la venta de boletos, pero a las que al parecer no se les ocurre mejorar el servicio. Es como si yo tuviera un negocio que marcha mal y fuera bajando la calidad de los productos que vendo en lugar de ofrecer algo que atraiga a los potenciales clientes. Porque si el servicio de transporte fuera frecuente, ágil y limpio, ¿cuántas personas optarían por dejar los autos en sus casas y se desplazarían en ómnibus, contribuyendo además a descongestionar el tránsito capitalino y a descender la polución ambiental? Prueba de ello es el 121 que aunque no es ágil, pasa cada 3 minutos y va siempre lleno porque los habitantes de gran parte de Pocitos usan este medio aunque tengan auto. Pero no, es más fácil echarle la culpa a la crisis (¿quién va a negar esta realidad?) y seguir con un servicio que como dijo un integrante de la tertulia, no lo usufructuamos sino que lo sufrimos. Porque es realmente sufrir tener que viajar en las actuales condiciones, con frecuencias aleatorias y andares paquidérmicos; correr detrás de una unidad y no saber a qué recorrido pertenece porque ni guarda ni conductor son capaces de realizar algo tan simple como poner el número en el costado y en la parte trasera; soportar música a todo volumen o peor aún, obligarnos a escuchar el programa de Petinatti, al que prefiero no adjetivar. Ni que decir lo que sucede los fines de semana, en donde la merma del servicio es tal en que si uno se para después de las 17 horas en el monumento a El Gaucho y tanto si mira hacia la Plaza Independencia o hacia el Obelisco, se tiene la impresión de estar en una ciudad sitiada, tal es la ausencia de transporte. Y estoy hablando de un lugar en donde confluyen tantos recorridos.
¿Y la responsabilidad de los funcionarios? Esos cuyo trato habitual con el pasaje ha mejorado en gran parte, es verdad, pero que no vacilan ante un hecho doloroso como es el asalto a un compañero (¿cuántos más han de morir, me pregunto yo, hasta que resuelvan aceptar un sistema por el cual no manejen dinero al igual que en tantas partes del mundo?), en castigar a todo un pueblo con un paro total del servicio, por más de un día como en la última oportunidad, dejando a cientos y cientos de usuarios, mujeres embarazadas, niños y ancianos, sin forma de retornar a sus hogares o concurrir a sus lugares de estudio o de trabajo.
Por todo lo dicho y más, bienvenido sea el anuncio del Dr. Ehrlich en el sentido de que el próximo gobierno departamental va a considerar en forma especial el tema del transporte de nuestra ciudad. Que así sea.
Lo felicita por el programa y saluda cordialmente,
Una oyente