Intendencias, el desafío de la gestión
Dejar de administrar y comenzar a gestionar. Ese el dilema que identificó la politóloga Altaír Magri en el nuevo escenario de gobiernos municipales. "La ciudadanía pidió cambios orientados a gestionar, no a administrar los recursos", afirmó. Agregó que en el plano partidario también se abre una nueva etapa en la que los jefes comunales pueden adquirir mayor peso.
(Emitido a las 9.10)
EMILIANO COTELO:
Hoy se vive en nuestro país una jornada muy especial, ya que 10 intendentes blancos, ocho del Frente Amplio-Encuentro Progresista (FA-EP) y uno colorado asumen sus cargos.
Repasemos brevemente: en Artigas Julio Silveira, del Herrerismo, Partido Nacional (PN); en Canelones Marcos Carámbula, frenteamplista; en Cerro Largo Ambrosio Barreiro, también del Herrerismo, PN; en Colonia Walter Zimmer, de Alianza Nacional (AN), PN; en Durazno Carmelo Vidalín, del Herrerismo, PN; en Flores Armando Castaindegbat, del Herrerismo y AN, PN (asume el cargo debido al fallecimiento de quien fue electo, Walter Echeverría, quien iba a ocupar ese puesto habiendo sido ya intendente de Flores); en Florida Juan Giachetto, independiente frenteamplista; en Lavalleja Herman Vergara, de la Correntada Wilsonista, PN; en Maldonado Óscar de los Santos, Alianza Progresista, EP; en Montevideo Ricardo Ehrlich, un hombre que viene del MPP, en el EP-FA; en Paysandú Julio Pintos, socialista, FA; en Río Negro Omar Lafluf, AN, PN; en Rivera Tabaré Viera, del Foro Batllista, Partido Colorado (PC); en Rocha Artigas Barrios, socialista, EP-FA; en Salto Ramón Ángel Fonticiella, con origen democratacristiano, EP; en San José Juan Chiruchi, Herrerismo, PN; en Soriano Guillermo Besozzi, AN, PN; en Tacuarembó Wilson Ezquerra, AN, PN; y en Treinta y Tres Gerardo Amaral, socialista, EP-FA.
Después del pasado 1 de marzo, este 7 de julio es evidentemente la segunda fecha clave de consolidación de un verdadero reordenamiento político que se produce en el país. Para tratar de entender algunas claves de este nuevo escenario, qué pasará con las relaciones de poder, qué pasará con los equilibrios políticos a nivel nacional, vamos a conversar en los próximos minutos con la politóloga Altaír Magri, que ha estado en distintas ocasiones aquí En Perspectiva, en particular acompañándonos en la trasmisión del 8 de mayo, el día de las elecciones municipales. Altaír Magri es licenciada en Ciencia Política, integrante del Área de Estudios Municipales del Instituto de Ciencia Política de la Universidad de la República.
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Altaír, ¿por qué no empezamos dándote la palabra para una primera observación general de este recambio que se produce hoy?
ALTAÍR MAGRI:
En el mapa que tú anunciabas hay una cosa importante en esta vuelta, que es que asumen 14 intendentes nuevos y hay 5 reelectos, una situación bien distinta de la que se produjo en las elecciones pasadas, y esto abre una serie de expectativas en cuanto a que son actores que supuestamente van a dar aires nuevos en términos de propuestas, de gestión, en términos de orientación de esas instituciones tan relegadas y tan mal miradas como son las intendencias en esa percepción de que son generadoras de gastos con poca capacidad para solucionar.
Pensando en perspectiva, ¿qué deberíamos esperar de este nuevo y cambiado escenario departamental?
Primero veo una dimensión institucional en cuanto a que esta nueva situación, en tanto cambios en el gobierno nacional, en tanto entrada de nuevos actores y específicamente de un nuevo partido en el escenario departamental, me refiero a las ocho intendencias del EP, con una presencia fuerte del PN y una muy baja presencia del PC, en la cual cabría pensar en este mapa, en este escenario en una redimensión del espacio local y regional.
¿En qué sentido? Por un lado los intendentes, ahora sí, en esta etapa, se enfrentan a colmar las expectativas de una ciudadanía que pidió cambios, y cambios orientados justamente a gestionar, no a administrar simplemente los recursos de la Intendencia, sino que votó por propuestas de producción, de economía, de desarrollo local, y fundamentalmente de desarrollo social. Ahí hay un gran desafío que los intendentes, los nuevos intendentes, y los reelectos por supuestos también, saben que van a tener que contestar.
EC - No es un buen momento para eso, es un desafío importante este reclamo teniendo en cuenta los problemas económicos por los que ha atravesado el país, que a su vez han tenido repercusión en las propias arcas de las intendencias.
AM - Claro, pero justamente, el cambio profundo que hubo implica que la gente, los habitantes del interior específicamente, están viendo con otra cara el rol de los gobiernos departamentales.
EC - ¿A ver?
AM - En lo que te decía, las intendencias se ven como administradoras de los recursos y viviendo de las transferencias del Estado central. En términos de transferencias del Estado central, siempre fueron pocas, basta recorrer un poco la historia, la crónica, siempre ha habido, y sobre todo desde el órgano institucional por excelencia que nuclea a los intendentes, que es el Congreso de Intendentes, que es un órgano legitimado por la Constitución con poderes para gestionar determinadas cosas, una visión de espacio de demanda hacia el gobierno central.
Está bien que los gobiernos centrales no han cumplido con las obligaciones financieras que tenían con las intendencias, pero también se manejó ese juego de "si yo cumplo con las obligaciones financieras los intendentes gastan como quieren, en definitiva no hay una racionalización del uso de los recursos". Y por otro lado tampoco se los ha estimulado o ayudado, y los intendentes tampoco han asumido históricamente ese rol que tiene el espacio local como generador de expectativas en términos de desarrollo económico y social. Ahora sí se acabó el tiempo de la administración pura y dura de los gobiernos departamentales y tienen que asumir un rol diferente, porque en tanto les vaya bien a los intendentes le va a ir bien al gobierno, entonces ahí se crea una nueva relación.
EC - Tú estás hablando de un papel de la intendencia como catalizadora, como promotora del desarrollo.
AM - Estoy hablando del de la intendencia como lo que es, como gobierno, el estatus jurídico de las intendencias es de gobiernos departamentales. Simplemente han sido principales agentes de ejecución de las políticas centrales. Incluso nosotros hablamos de la municipalización de las políticas porque muchas veces, sobre todo en estos procesos de crisis y de reforma del Estado, lo que las intendencias han recibido ha sido el conflicto; en una serie de recortes que hubo en términos de políticas sociales específicamente, fueron las intendencias las que comenzaron a implementar en general todas lo hacen políticas sociales en términos de alimentación, de prestaciones básicas, por ejemplo materiales de construcción, todo ese tipo de cosas que hacen a las necesidades más básicas de la población que no estaban cubiertas por el espectro sectorial central, que es el encargado de eso. Nuestro Estado es unitario y las políticas se procesan a través de las agencias entes, empresas, todo tipo de figuras jurídicas desde el Estado central. Eso se contrajo en estas últimas décadas y las intendencias han tenido que hacer frente a esas demandas de la sociedad con muy pocos recursos, con muy poca experticia, no estaban preparadas para eso. La idea a la que voy, mirando en perspectiva, es que van a tener que transformar definitivamente su rol de ser administradores de conflictos y de los escasos recursos que manejan, e incluso pensarse a sí mismas como actores de gobierno.
EC - Y para otra parte importante de ese papel, la intendencia como agente de desarrollo local, ¿hay conocimiento, hay experiencia, hay cultura en los nuevos gobernantes?
AM - El tema es que son todos agentes nuevos en su mayoría, son 14 sobre 5, que van a estrenar una gestión de gobierno, o sea que todo eso les implica un período de adaptación, de tratar de poner arriba de la mesa sus ideas. Si hablamos de cultura de desarrollo a nivel de los gobiernos departamentales el concepto cultura abarca una acumulación de conocimientos y experiencias que conforman un cuerpo de prácticas o de creencias, no hay, nunca se vio a las intendencias como actores del desarrollo. ¿Qué es lo que pueden hacer en términos de promover el desarrollo económico o el desarrollo social? Justamente eso: promover, distribuir recursos, asociarse, estar atentas a las expectativas y a las oportunidades que se generan. Hay movimientos en el mundo y hay asociaciones, tenemos la Asociación de Mercociudades, la asociación de Urbal, capitales que andan girando; es mucho el dinero que anda girando, nadie sabe bien cuánto es, de las agencias internacionales para el desarrollo, por ejemplo. Es un tema que hay que racionalizar, verlo no dentro de un esquema estrictamente local sino regional, porque también es eso, el número de gobiernos departamentales que tenemos, no digo que sea malo, pero es un número alto para el tamaño del país.
EC - Discutible incluso.
AM - Sí, muy discutido. Uruguay y los gobiernos departamentales tienen que comenzar a pensar en procesos de regionalización. No en conformar regiones, porque eso se hace por decreto y no respeta las culturas propias de cada lado, pero sí asociaciones en términos de oportunidades, en términos de generar acciones esa es la función de un gobierno con sentido hacia algún objetivo concreto, en este caso desarrollo social, desarrollo económico. Va a ser un proceso en el cual están todos, reelectos y nuevos, un proceso de aprendizaje, que también necesita asociación entre ellos, cosa que difícilmente hubo.
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EC - Estamos trazando un panorama rápido de algunas de las claves en esta nueva era de gobiernos departamentales en Uruguay, la que se inicia hoy con la asunción de los nuevos jefes comunales electos el 8 de mayo.
Yo daba un rápido resumen temprano de quiénes son los nuevos intendentes, pero digamos, en síntesis, que diez son blancos, uno es colorado y ocho son del FA-EP. Hay variaciones muy fuertes en ese sentido.
AM - Hay variaciones muy fuertes que implican una segunda dimensión de análisis, que es qué rol comienzan a jugar los intendentes dentro del sistema político-partidario. Esta distribución del poder departamental interpela ahora a los tres partidos en términos de que cambian las relaciones de las fuerzas políticas a nivel nacional. Tanto los partidos tradicionales como el EP-FA-NM, van a necesitar o van a verse obligados a ceder espacio. Los partidos tradicionales como oposición necesitan actores desafiantes en términos de demandas, de generación de acciones, que tengan un lugar institucional, y las intendencias son gobiernos departamentales, van a manejar recursos y van a ser la cara visible. Tú piensa en el PC, el intendente Tabaré Viera, no es que no tome en cuenta al Parlamento Nacional, pero la gestión de recursos y el manejo de un aparato gubernamental como es una intendencia tiene un peso muy fuerte. En el caso del PC ,Viera va a ser el único actor con una institución de gobierno específicamente a su cargo, o sea que va a tener que tener un lugar de interlocución con el PC, se puede pensar en que cobre peso político su figura o su entorno político.
Lo mismo con el PN, los diez intendentes blancos que ganan, repartidos entre el Herrerismo y la Alianza, son los que han ganado para el PN; ya tenemos en la historia del PN que el grupo de los siete intendentes logró conformar una coalición de sectores que derrotó al Herrerismo que venía ejerciendo el liderazgo en el partido. ¿Cómo se van a parar, qué voz van a tener dentro del PN? Creo que los necesitan porque son los que tienen los resortes institucionales para generar hechos políticos, sobre todo siendo partido de oposición.
Por otro lado para el EP-FA hay un desafío bastante grande, porque hasta ahora la fuerza política de izquierda se ha conformado con base en representación de sectores y representación de las bases en sus órganos. Ahora tienen ocho líderes políticos con instituciones a su cargo, que son justamente las instituciones más ricas en términos de recursos pero también las más pobres de sociedad. ¿Cómo se van a plantear los intendentes ese capital político institucional que tienen? ¿Van a pretender ser cabezas de sector desde un nuevo plano territorial? ¿Tienen capacidad para articularse y liderar una recomposición a la interna progresista que genere un nuevo espacio de decisión más allá de los sectores? Podría ser un trípode de poder, sectores, bases, un plano territorio. ¿Se van a asociar entre ellos para generar esto?
Con este nuevo mapa departamental se abre una expectativa nueva en términos de las políticas, o sea de lo institucional, y de la política partidaria en especial.
Notas asociadas:
Cobertura especial de las elecciones municipales
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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Mauricio Erramuspe