(Emitido a las 9.15)

EMILIANO COTELO:
Dialogamos ahora con el senador Carlos Baráibar, de Asamblea Uruguay (AU), grupo que encabeza el ministro de Economía, Danilo Astori.

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Senador Baráibar, ¿cómo observa lo que ocurrió y su resultado?

CARLOS BARÁIBAR:
Primero con cierta tranquilidad. Vivimos desde el lunes hasta ayer hasta las últimas horas momentos de zozobra, porque era evidente que no es buena cosa que haya discrepancias en torno a temas tan esenciales como el presupuesto y dentro del mismo la enseñanza pública, y que eso quede expuesto como una diferencia entre el presidente de la República y el ministro Astori. No era un cuadro político que nos llenara de alegría ni nada que se le parezca, pero contigo hemos hablado muchas veces sobre otros momentos y otras crisis en la historia del Frente. Esta es distinta, reconozco que no es lo mismo por las condiciones, porque ya somos gobierno, estamos resolviendo sobre el presupuesto de la nación para todos los uruguayos y esto nos exige una responsabilidad, pero como fuerza política hemos vivido tensiones. Esta era sin duda una de mucha importancia, que por esperada no deja de ser tensionante. Porque siempre hemos hablado, incluso los analistas políticos, los periodistas, Óscar Bottinelli, por supuesto, que muchas veces hizo comentarios a propósito de que en las pruebas de fuego de la política económica iba a ser entre otras la presentación del presupuesto y su aprobación. Recordemos que recién está presentado, la aprobación se va a dar dentro de unos meses, tiene que transitar por ambas cámaras.

Entonces en resumen te diría: con tranquilidad sabiendo que se superó una instancia difícil, con mucho optimismo porque se resolvió con gran madurez por parte de los principales actores, y con una actitud muy positiva del elenco. Y muy positiva del Partido Nacional. Escuché una declaración del Partido Nacional respaldando al ministro Astori y respaldando la conveniencia de que para que la política económica y el gobierno se mantengan y la estabilidad se mantenga, era bueno que esta instancia se superara. También es un gesto de madurez y de responsabilidad republicana en este caso de un Partido Nacional en la oposición que valoramos mucho.

Pero también de los propios ministros, de los compañeros, la entrevista con Mujica, que sabemos que es otro de los grandes referentes del equipo económico junto con Lescano y Lepra, un hombre recién llegado a los avatares políticos, que viene del sector empresarial, que no tiene mucha baqueta en términos de transitar por situaciones difíciles, pero que al mismo tiempo reconoce y sabe la sensibilidad de un sector trascendente como el empresarial, que se haya reunido con Astori, y también el secretario de la Presidencia, que sin duda actuando en nombre de Tabaré Vázquez también tendió los puentes para que la situación se superara.

EC – Usted está poniendo el énfasis en el lado positivo del desenlace de esta crisis.

CB – Sin duda.

EC - ¿Pero qué pasa con las aristas negativas que tuvo, sobre todo con las consecuencias perjudiciales que puede tener sobre todo en cuanto a la imagen del gobierno, a su credibilidad? Menciono tres problemas que se están discutiendo mucho a partir de estos hechos. Uno, un gobierno que aparece confirmando los temores de falta de profesionalismo, incluso hay improvisación en la medida en que a último momento se producen giros como este en el debate dentro del propio Poder Ejecutivo sobre cómo encarar el presupuesto. ¿Qué dice usted sobre ese primer punto?

CB – Se dio una situación muy especial, se dio por un lado un seguimiento minucioso del equipo económico y del ministro Astori de la situación económica del país, cuyo conocimiento cabal recién se tuvo sobre la marcha. Señalo un pequeño episodio que conocí ayer: se asignan en el presupuesto 17.000.000 de dólares para pagar deudas atrasadas en organismos internacionales en la inmensa mayoría de los cuales Uruguay tenía su voto suspendido. Eso no se conoció hasta que se conoció a la administración del Estado. Aparecieron muchas más deudas, muchas deudas que se habían barrido abajo de la alfombra y que hubo que asumir porque en definitiva el Estado es uno solo.

EC – No, yo me refiero a una cosa mucho más sencilla, más directa: el presidente Vázquez plantea este lunes, menos de tres días antes del vencimiento del plazo constitucional, que el 4,5 por ciento del Producto para la educación es un requisito, es una condición inamovible. ¿No se había planteado en esos términos antes? Toda la elaboración del presupuesto se hizo sin esa exigencia.

CB – Sí, se llegó a la instancia, tú sabes que la tarea de gobierno no permite atender todo a la vez, a veces llega el momento de algunas cosas que se puede decir que llega tarde, pero más vale que llegue tarde a que no llegue nunca. Es evidente que quienes habían puesto cabeza acá eran el ministro Astori y el equipo económico y llegaron a la conclusión de que el compromiso que había asumido la fuerza política con su candidato a la Presidencia a la cabeza –estoy leyendo acá que la enseñanza tiene un 34 por ciento de aumento y que junto con el Ministerio del Interior para la seguridad pública y el Ministerio de Salud Pública son los aumentos mayores del presupuesto 2004-2009– no se podía cumplir totalmente en el quinquenio, sin dejar de tenerlo como un objetivo válido para el futuro, llegar al 4,5 por ciento, en un país que tiene el más bajo índice de asignación a la enseñanza en el Mercosur y está muy por debajo de otros índices internacionales. Pero al mismo tiempo Tabaré es el presidente de la República, tiene una sensibilidad especial y tiene una palabra empeñada de que ese compromiso debe cumplirse. Eran dos posiciones sin duda trascendentes, legítimas ambas y sostenidas por dos personas de primerísimo nivel del gobierno, nada menos que Tabaré Vázquez y Danilo Astori. Hubo ahí un "chisporroteo", una fricción que felizmente se resolvió de una manera sabia, cada uno cediendo un poco, en definitiva manteniendo el objetivo del 4,5 por ciento pero al mismo tiempo no "toqueteando" el presupuesto ni el déficit fiscal ni el presupuesto monetario que tenía que ver con los compromisos internacionales asumidos fundamentalmente con el Fondo Monetario.

EC – Segundo problema que se está comentando en estas horas después de esta crisis, a propósito del funcionamiento del gobierno. Ayer en el Parlamento dentro de la bancada del oficialismo numerosos legisladores no sabían que estaba en juego la renuncia del ministro de Economía. Es un hecho especialmente delicado y sensible, pero no es el primer hecho en el que hay falta de comunicación entre los diputados y los senadores del Frente y lo que está pasando en el ámbito del Poder Ejecutivo. ¿Qué dice usted, que está en el Parlamento?

CB – Dos cosas. Yo sabía que esta situación podía ocurrir pero efectivamente no quise hacer declaraciones en el día de ayer porque no quería decir una cosa falsa, me negué absolutamente a hacer declaraciones porque sabía que estábamos transitando turbulencias, hablando de temporales, que están tan en la actualidad de nuestro país.

EC – Sí, yo supongo que usted sabía, es uno de los principales operadores políticos de AU, notoriamente Astori iba a tenerlo informado. Pero me refiero a otros legisladores de su propio grupo político, AU, y también a legisladores importantes de otros sectores que no estaban al tanto.

CB – Efectivamente, los hechos se precipitaron muy rápido, fueron 24 horas. La secuencia normal de funcionamiento de nuestra fuerza política es semanal, al fin de la semana se recorre todo el espinel, bancadas, Mesa Política, CPN, organismos, y esto ocurrió de lunes a miércoles. De todas maneras es evidente que uno de los temas que tenemos que encarar con verdadera profundidad es el relacionamiento entre bancada y Poder Ejecutivo. Este no es el primer episodio donde la información que manejan los legisladores no es acorde con el estado de los hechos, incluso de hechos que han transitado la opinión pública. Es un tema que tenemos que mejorar, hay una decisión de trabajar sobre la base de que cada ministro se reúna con los integrantes de su comisión respectiva del Senado y de Diputados para un seguimiento más afinado. Hubo ya una reunión sobre el presupuesto, está habiendo mejoras en la situación, pero le puedo decir que como presidente de la Comisión de Relaciones Internacionales me llegan solicitudes urgentes a cada momento. No quiero poner el énfasis en el Ministerio de Relaciones Exteriores porque creo que es un fenómeno generalizado, pero en la administración pública, en el Poder Ejecutivo, en los ministerios, se está pensando que el trámite parlamentario es llegar y pasar, y no, tenemos que contemplar, hay plazos para proceder, y tenemos que contemplar a la oposición. Yo tengo en mi Comisión de Relaciones Internacionales nada más ni nada menos que a Julio María Sanguinetti, a Larrañaga, a Abreu y a Heber, cuatro figuras muy importantes.

EC – Yo me refería a la relación bancada-gobierno-Poder Ejecutivo.

CB – Desde luego, porque en la medida que esa relación no es fluida y que los tiempos que se contemplan en uno y otro caso para atender los ritmos, porque los del Parlamento son más lentos que los del Poder Ejecutivo... No sé si son más lentos, porque lo que se quiere es que las cosas salgan más rápido que con los procedimientos habituales. El otro día aprobamos una ley con la cual quedé absolutamente desconforme en el Senado, a marcha forzada, la que establece un nuevo ente regulador para el tema del agua, forzamos mucho el tratamiento en el Senado. Lo reconozco, es una autocrítica, la digo, si hay legisladores del Partido Nacional que quedaron disgustados, yo mismo hice un cierto reconocimiento de que no creía que ese procedimiento debía ser el habitual, que como era la primera cámara, el Senado, en la cámara de Diputados habría más tiempo para debatirlo. Un proyecto muy complejo, muy técnico, desde el gobierno se pidió que prácticamente se votara sobre tablas y la bancada disciplinada aceptó eso, pero evidentemente se forzó mucho el ritmo que debe tener la discusión de proyectos, algunos de ellos muy importantes.

EC – Un tercer problema que deja este episodio y una tercera pregunta de las muchas que deja es: ¿qué credibilidad tiene ahora la sintonía entre el presidente y su ministro de Economía? ¿Ante cada anuncio económico de uno habrá que esperar la conformidad del otro?

CB – La sintonía no se lo voy a decir a usted que lo conoce de sobra, ni a mucha gente de la audiencia. Las relaciones de Astori con Vázquez tienen una larga historia de encuentros y desencuentros. Son dos personas que están en el escenario político, en un momento uno fue presidente del Frente Amplio, en otro momento fue candidato a la Presidencia, el otro fue impulsor de una reforma constitucional, éste fue impulsor de un referéndum. Hubo distintas circunstancias, pero ambos tienen la absoluta convicción de que la mejor solución para el país y para la fuerza política es que trabajen juntos. Son dos personalidades muy fuertes, con un perfil nítido propio indiscutido en el escenario político, nadie en el país duda del perfil que tiene Tabaré Vázquez ni del perfil que tiene Danilo, integrantes de una misma fuerza política, necesitan trabajar juntos pero no necesariamente siempre y en todo momento la sintonía va a ser absoluta. Fue un episodio. También está la voluntad de trabajar juntos, recordemos que Danilo compitió con Tabaré en el año 2000 y después trabajaron juntos para el Ministerio de Economía. Y también fue factor decisivo que Tabaré anunciara que iba a designar a Danilo como ministro en caso de que ganara el gobierno, fue el único que anunció, a pesar de que pocos meses antes había tenido una discrepancia nada más ni nada menos que sobre el plebiscito de Ancap. O sea que hay una relación que tiene una historia que demuestra que son dos personalidades fuertes que entienden que lo mejor es trabajar juntas, pero esas personalidades y sus convicciones a veces los llevan a situaciones de tensión.

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Mauricio Erramuspe