Entrevistas

Proponen comisión de la verdad sobre el "terrorismo de Estado"

La Asociación de Familiares de Asesinados Políticos propuso al presidente Tabaré Vázquez la creación de una comisión para la verdad, en el marco de las investigaciones de las violaciones a los Derechos Humanos durante la dictadura. El asesor de este grupo, Walter De León, afirmó que Vázquez analizará la idea y que también se mostró a favor de crear una casa de los Derechos Humanos. "Sin la verdad no va a haber paz, reconciliación ni justicia", dijo De León.

(Emitido a las 7.35)

EMILIANO COTELO:
Después de varios días durante los cuales el foco de la atención política estuvo puesto en otros temas, el capítulo investigaciones de las violaciones a los Derechos Humanos durante la dictadura volvió al escenario por varios lados. Por ejemplo, con esa especie de autocrítica que realizó ayer el comandante en jefe del Ejército, Ángel Bertolotti, pero no sólo por ahí.

Pero además, ayer el presidente Tabaré Vázquez recibió una propuesta para crear una comisión de la verdad que se encargue de esclarecer no sólo los casos de desaparecidos ocurridos durante la dictadura sino también los asesinatos.

El primer mandatario recibió ayer de la Comisión de Familiares de Asesinados Políticos la iniciativa de recorrer un camino institucional que reconozca el estado jurídico de los presos desaparecidos o asesinados en los años de la dictadura.

¿En qué consiste este planteo? ¿Qué otros asuntos se conversaron en esta reunión? Vamos a averiguarlo en diálogo con el doctor Walter de León, asesor jurídico de la Comisión de Familiares de Asesinados Políticos.

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Doctor De León, el nombre de esta agrupación que usted asesora es bastante fuerte, "Familiares de Asesinados Políticos". No es la primera vez que hablamos con ustedes, pero sería bueno comenzar aclarando a quiénes agrupa exactamente. No es lo mismo que la Asociación de Familiares de Detenidos Desaparecidos.

WALTER DE LEÓN:
Es verdad, es exacto lo que usted comenta, es un elemento que ha estado siempre presente; creemos que cada vez se supera más el hecho de que parece chocante, "asesinado", ya la palabra, pero es la realidad. Esta comisión, que desde hace muchísimos años trabaja, agrupa a los familiares de las personas asesinadas, cuyos cuerpos aparecieron, fueron entregados a los familiares, a diferencia de los detenidos desaparecidos. Personas asesinadas en el período anterior a la dictadura y durante es período. Poniendo ejemplos clásicos, personas a las que les entregaron el cajón con la fallecida adentro, lacrado, con orden de no abrirlo y diciéndoles: "Discúlpenos, señora, se nos fue la mano". Casos reales que sucedieron. Comprende los asesinados o aquellos que hasta donde hemos investigado sabemos que han sido asesinados en supuestos enfrentamientos, aunque fueron asesinados por un tiro de gracia, supuestos suicidios, que fueron decenas en los penales de la dictadura, personas en cuya autopsia figura que fallecieron por enfermedades pero resulta que han aparecido balas y otros elementos probando que fue de otra forma. En fin, una cantidad que hemos investigado y tenemos elementos, superan los 200, que fueron asesinados, que quizás sean muchos más aun.

EC – Más de 200 figuran en la lista que ustedes han relevado.

W de L – Sí, que tenemos, no la que le entregamos al presidente. Con el presidente hablamos y le llevamos otro tipo de documentación.

EC - ¿En qué consiste esta propuesta de crear una comisión de la verdad? ¿Cuál sería la diferencia con la Comisión para la Paz, que ya existió, que operó durante el gobierno del doctor Jorge Batlle?

W de L - Es muy interesante la pregunta. Nosotros le dejamos un documento al presidente, que va a estudiar, con la propuesta, y en uno de los puntos aclaramos la diferencia que tiene es lo primero que surge. Lo primero que diríamos es que la necesidad más grande que puntualizamos que tiene el pueblo uruguayo es de verdad, de construir verdad, es la necesidad fundamental. No va a haber paz, reconciliación ni justicia sin la verdad. Y como elemento primario el comentario primero que podemos hacer es que absolutamente en todos los países que pasaron por esta situación, del Cono Sur –Paraguay, Argentina, Chile, Perú–, encaminaron el tema Derechos Humanos –porque nunca hablamos de una solución, esto no tiene solución, los muertos no pueden volver a la vida– para que el conflicto se aminore al máximo con la creación de una comisión para la verdad. Nosotros lo proponemos porque en la situación actual –en general no surgen inmediatamente después del conflicto sino posteriormente– existen la necesidad y la viabilidad.

EC - ¿Cuál sería la diferencia con la Comisión para la Paz? ¿Qué es lo que aportaría, lo que añadiría esa comisión de la verdad que ustedes entienden que hay que formar?

W de L - Cualitativamente la Comisión para la Paz abarcó el estudio del tema de los desaparecidos solamente, con lo cual fue mucho más limitada. La forma de trabajar fue diferente de la que nosotros proponemos para una comisión para la verdad, como ha sido en otros países. Pongamos un ejemplo, no para trasladarlo sino como ejemplo, en la Conadep de Argentina, donde se acumula la información de todas las organizaciones de Derechos Humanos, se procesa, se interrelaciona con criterios severos, no de secreto pero sí de reserva, se procede a las investigaciones. No sólo es diferente cualitativamente de la Comisión para la Paz, sino –también lo puntualizamos– de una investigación administrativa, que es lo que hoy se está produciendo, donde la vía es muy limitada, la información es muy limitada, muy parcial, porque viene de un sector de los protagonistas del proceso.

EC - ¿Qué dice usted ante comentarios como éste que llega de la audiencia? Luján, de la Ciudad Vieja, señala: "A mí me parece muy interesante que se averigüe la verdad sobre los asesinados políticos, pero creo que debería investigarse los casos de asesinados políticos de ambos lados, porque los tupamaros, por ejemplo, también asesinaron y de esos casos no se habla".

W de L - La comisión de la verdad en todos estos países se crean para investigar una cuestión cualitativamente muy clara que es el terrorismo de Estado, las violaciones por parte del Estado, fue una de las cosas principales que reconoció la Comisión para la Paz, las violaciones del Estado de los Derechos Humanos de la población. Ese es otro tipo de cuestiones acerca de violaciones de derechos de personas, se procesaría en esa comisión o fuera de la comisión, no lo entramos a precisar estrictamente.

EC – No lo incluyen en principio; ¿pero lo rechazan?

W de L - Creemos que para la investigación de esos casos no es el ámbito una comisión de la verdad, esta comisión apunta esencialmente al Estado, al terrorismo de Estado, a la política que llevó el Estado y a la responsabilidad que tiene el Estado de acuerdo a la Constitución y la ley de defender los Derechos Humanos, todo lo contrario de lo que fue acá durante década y pico, la violación.

EC - ¿Ustedes proponen la integración de esa comisión y la forma de trabajo?

W de L - No quisimos adelantar ese tipo de precisiones de composición en la medida que, como decimos en el documento, hay experiencias de comisiones oficiales –a lo que apostamos nosotros en el caso de Uruguay–, como en Argentina y Chile, y también de no oficiales, como en Brasil y Bolivia y otros países.

EC – Llama la atención que esta iniciativa llegue tan tarde. Como usted dice, hay antecedentes en varios otros países y sin embargo hasta ahora no se había hablado de esa posibilidad, no sólo en gobiernos anteriores sino tampoco en esta administración, que incluso extraoficialmente maneja la idea de dar vuelta la página a fines de este año, se ha manejado la fecha del 10 de diciembre a esos efectos. Un trabajo como este que ustedes están planteando demandaría unos cuantos meses más, implicaría llevar toda esta tarea de revisionismo al año que viene, por lo menos.

W de L - Ayer se habló con el presidente de estos dos temas que usted toca. Primeramente eso de que recién ahora se plantea, no, muchas veces, en muchos años anteriores no sólo lo planteamos nosotros sino que lo planteó el propio presidente. Él ayer nos comentó que cuando lo llamó Jorge Batlle con la propuesta de la Comisión para la Paz, su planteo fue crear la comisión de la verdad.

Con respecto al segundo tema, lo vimos extensamente y coincidíamos con el presidente en que el tema derechos humanos no se termina dentro de un mes, ni dos ni a fin de año.

EC – Pero no ha figurado entre las iniciativas que presentó el gobierno hasta ahora.

W de L - No ha figurado, pero dijo el presidente que lo iba a estudiar, que es muy interesante, nos dio ese antecedente, ojalá se hubiera formado con anterioridad. Las experiencias anteriores, como la Comisión para la Paz y las investigaciones administrativas, han aportado, pero no lo suficiente –en nuestra opinión–, y por eso la herramienta que realmente nos va a hacer caminar por algo viable y que nos lleve a que este conflicto de los Derechos Humanos llegue a la menor contradicción va a ser la comisión. Sin la verdad no va a haber paz, reconciliación ni justicia, y además es un deber, como lo ponemos en el documento, como está en la Comisión Interamericana decidido en 1985, es un deber de acuerdo a citas de Pérez Aguirre que hemos incluido, el querido Perico que decía que sin verdad no llegaríamos a nada en el tema Derechos Humanos.

EC – Ustedes han presentado otras dos ideas, por lo menos: la creación de un banco de ADN de los familiares de las víctimas y la creación de alguna forma de memorial que sea más amplio que el memorial de los desaparecidos que impulsó en su momento la Intendencia de Montevideo.

W de L - Sí, hemos planteado –en general fueron ideas, documentos– la reconstrucción de la memoria histórica, que implicaría varias cosas. Entre otras una idea interesante que planteamos, que ya otras veces habíamos planteado a otras autoridades y que el presidente vio con muy buenos ojos, hizo un comentario ayer, que se creara –como existe también en otros países– la casa de los Derechos Humanos que tuviera una actividad particular referida a este tema, con museo, con charlas, con exposiciones, con cursos. Un memorial, porque el que se hizo en el Cerro es por las personas desaparecidas y está perfecto, pero también los que fueron asesinados, cuyos cuerpos fueron entregados y están reconocidos judicialmente, merecen ese tipo de memoria.

EC - ¿Qué función cumpliría el banco de ADN?

W de L - Fue otra de las ideas. A los efectos de la investigación de los crímenes anteriores y posteriores a la dictadura sería necesaria una serie de herramientas, para por ejemplo a través del trabajo de los antropólogos poder generar un banco de ADN a los efectos de que con el correr del tiempo, si se sumaran los tiempos y se siguieran haciendo investigaciones forenses en los casos que correspondiera, que según la Constitución y la ley ameritaran una denuncia penal, que estuvieran preservadas las pruebas que serían necesarias.

EC - ¿En qué quedaron después de la reunión con el presidente?

W de L - Es la primera vez que nos recibe un presidente, fue de una solidaridad muy grande porque en 48 horas nos dio la entrevista. Quedamos en que él lo va a estudiar, va a trasladarle toda la documentación y las ideas al doctor Gonzalo Fernández –porque la entrevista fue solamente con el presidente–, que es quien está en el tema, y vamos a entablar un contacto permanente, como lo tiene con la Comisión de Familiares de Detenidos Desaparecidos y otras comisiones con las que continuamente nos estamos reuniendo para seguir trabajando, partiendo de la base de que esto es algo que va a llevar mucho tiempo y muchas etapas. En ningún momento se trató por parte del presidente específicamente ni por parte de nosotros de terminar esto en corto tiempo, es imposible.

EC - ¿El presidente no manejó esa fecha que había trascendido, la del 10 de diciembre, como algún tipo de tope o límite para las tareas que se han encarado en estos meses?

W de L - No, no sé si la planteó para algún tipo de tarea, pero acá no, todo lo contrario, nos hablaba de las etapas, incluso hablamos del libro blanco con toda la información que se va a ir acumulando –creo que lo mencionó así–, donde se va a tratar de dar toda la información a la población, y se va a ir llegando a otras etapas en el tema Derechos Humanos, con una casa de los Derechos Humanos. Esto le pareció una buena idea, no dijo que sí, obviamente son planteos que hay que estudiar, donde se siga trabajando y construyendo la verdad con el fin esencial de darla a conocer a la población. Ahí va a ser donde, sobre el sufrimiento mayor aun cuando se conozca la verdad entre los ciudadanos, otros a través de la superación, vamos a avanzar en el tema.

En el documento ponemos un ejemplo, que para algunas personas, como ha sucedido –los miles que fueron a declarar a la Conadep, algunas personas torturadas que vimos en televisión hace pocos días– para superar, para encontrarse consigo mismas basta que hablen del tema. Con eso sólo ya se encuentran a sí mismas, quedan en paz consigo mismas. Los crímenes han sido de diversas formas y la comisión debe ser amplia, abarcarlos y sobre todo tener credibilidad. Y ahí no dijimos cómo, pero creemos que la composición de la comisión es esencial. En la conferencia de prensa dábamos un ejemplo a título simbólico, nos preguntaban quién podría integrarla y decíamos que si la integrara o la presidiera Pérez Esquivel y estuvieran otras personalidades –que tendrían que ser del país, pero para no mencionar a nadie–, ¿quién iba a entrar a dudar o poner en duda la información que se procesara?

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Mauricio Erramuspe