Quiero hacer una nota breve, para ver si se trata este tema. Realmente desconozco si en algún momento hablaron del mismo en los términos que intento hacerlo yo. Es el de los insultos de diferentes autoridades de este Gobierno, a quien se les cante. Entre chorizos, nabos, maricones, algunos en forma reiterada y recurrente. Quien los para. No soy homofobico, pero no puedo vivir tranquilamente sin que salgan insultos para todos lados y nadie diga nada. Me da la sensación que muchos periodistas son pusilánimes y temen plantear las cosas en estos términos.

Se preocupan muchas veces de qué es lo más importante, si la forma o el fondo; en estos casos siempre me pareció oír que lo importante es el fondo de las cuestiones y que no importa cómo se dicen. No es así para mí. No me interesa a quiénes van dirigidos, y de quiénes, sino simplemente cómo y dónde se dicen y el estado de difusión pública que toman. ¿Qué dice la gente de la enseñanza, la primaria, la secundaria, si tenemos esta impunidad dialéctica? ¿Acaso nos queremos parecer también al primer mundo en que se dicen todo tipo de insultos a todo nivel? ¿O al pseudo primer mundo argentino y sus enlatados? ¿Este respeto no tiene algo que ver con nuestra identidad? ¿Con nuestra vieja forma -entonces- de procesar las diferencias? No sé. ¿Qué es lo que pasa? No lo sé. No me quiero acostumbrar a esto.

Saludos a todos
Carlos