Nestor Kirchner consolidó su liderazgo y no tendría problemas hasta 2007. Si no va a la reelección, su mujer es favorita. Análisis del politólogo argentino Miguel de Luca.

Los Kirchner mandan en el peronismo

Los argentinos hicieron más que renovar cámaras. Armaron otro mapa político con los Kirchner al frente. Complicaron el futuro de Duhalde y Carrió, además de poner en escena un nuevo presidenciable: Mauricio Macri. El presidente consolidó su liderazgo y no tendría problemas hasta 2007. Si no va a la reelección, su mujer es favorita. Análisis del politólogo argentino Miguel de Luca.

(Emitido a las 9.15)

EMILIANO COTELO:
Más temprano revisamos cómo titulaban los diarios porteños a propósito del resultado de las elecciones de ayer. Ahora elegimos enfoques de la prensa uruguaya, y empezamos, por ejemplo, por el diario El Observador, que lo pone como el tema principal y dice: "Kirchner fue el gran vencedor en las elecciones argentinas. La primera dama, Cristina Fernández, arrasó con su candidatura al Senado por la Provincia de Buenos Aires". El País, por su lado, dice: "Kirchner resultó fortalecido. Sus candidatos al Parlamento, incluyendo la primera dama, lograron 40 por ciento. Macri también venció, pero en Capital Federal". Últimas Noticias dice: "Los Kirchner consolidaron ayer su mayoría en el Parlamento". Y el diario La República dice: "Las elecciones dejaron un nuevo escenario político con un Kirchner fortalecido. Cristina Kirchner arrasó ayer en la Provinciac de Buenos Aires, la más grande de toda la Argentina".

Ahora el análisis es de Miguel de Luca, doctor en Ciencia Política, docente en las facultades de Ciencias Sociales y Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires.

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Doctor de Luca, para empezar ubiquémonos muy brevemente en qué era lo que estaba votándose ayer. Era en realidad una votación en tres niveles.

MIGUEL DE LUCA:
Exactamente, en el día de ayer se votaron aquí en Argentina diputados nacionales, la renovación parcial de la Cámara en todo el país, y aparte de eso en ocho provincias se eligieron también senadores nacionales. Eso en toda la República, y al mismo tiempo había comicios para cargos de carácter provincial, una cantidad importante de legislaturas votaron o renovaron total o parcialmente sus cámaras y, también en lo municipal consejales.

EC – Repasemos grosso modo los principales partidos que pugnaban por estos cargos de senadores y diputados. Básicamente, ¿cómo llegaban el Partido Justicialista (PJ), la Unión Cívica Radical (UCR) y los partidos menores?

M de L – Ahí habría que trazar un panorama, en primer lugar lo que podríamos llamar como "el partido presidencial", es decir tanto el PJ en su versión oficial como el armado del Frente para la Victoria, que en algunos casos impulsaban candidaturas comunes y en otros participaban divididos en las elecciones de diputados y senadores. El otro partido nacional es la UCR.

Y luego tenemos una serie de partidos con expectativas más reducidas. En tal caso podríamos ubicar a la alianza entre Macri y López Murphy, Propuesta Republicana (PRO), y Afirmación para una República Igualitaria (ARI) de Elisa Carrió.

EC – Yendo ya a los resultados –después iremos hilando más fino en esas internas–, vamos a la participación en la votación. Rosendo Fraga, un conocido analista argentino, decía la semana pasada: "La agenda de la población ha estado bastante ausente en la campaña. Es una elección que les ha importado más a los políticos que a la gente". ¿Qué ocurrió finalmente?

M de L – Efectivamente, la participación ha sido menor que en las elecciones desde 1983 en adelante. Así y todo habría que remarcar que alrededor del 70 por ciento del electorado concurrió a votar; en este sentido, si bien con cierta tendencia hacia el declive, la abstención no ha llegado a los porcentajes que se esperaban.

EC – Ahora sí la pregunta sobre lo que a partir de ayer surge como nuevo escenario político para la República Argentina. Primero una pregunta muy global: más allá de un senador más, un diputado más, estaban en juego algunas otras cuestiones que hacen, por ejemplo, al equilibrio gobierno-oposición e incluso a los equilibrios internos del PJ. Entonces, ¿Kirchner está hoy más firme en su liderazgo del PJ?

M de L – Sin duda, hay dos aspectos centrales a destacar en esta elección. En primer lugar una importante victoria de lo que se debería denominarse ya el partido presidencial, el partido de Kirchner, sea en su versión justicialista oficial, sea en el armado político propio que presentó en estas elecciones, que es el Frente para la Victoria. En todo el país el justicialismo y el Frente para la Victoria obtienen en promedio el 40 por ciento de los votos, lo cual ratifica absolutamente el predominio justicialista, algo que ya se venía dando en elecciones pasadas.

Dentro de este marco hay que destacar en primer lugar la clara victoria en la Provincia de Buenos Aires; una clarísima victoria, una ventaja más amplia de lo que todos los analistas políticos auguraban. Los números más recientes, de acuerdo al escrutinio que todavía no ha terminado, dan 43 por ciento para la senadora electa Cristina Fernández de Kirchner contra 14 por ciento de Hilda "Chiche" Duhalde. Esta ventaja marca un clarísimo predominio del Frente para la Victoria.

EC - ¿Cómo se entiende un triunfo tan arrollador de Cristina Kirchner?

M de L – Se entiende perfectamente a partir de una orientación clara del electorado de dirimir de una vez el conflicto interno del justicialismo bonaerense –números tan altos no habían sido alcanzados nunca por el justicialismo en la Provincia de Buenos Aires en sus dos versiones–, y por otra parte a partir de una fragmentación extrema del arco político opositor.

EC – La Provincia de Buenos Aires era considerada hasta hace poco tiempo un feudo de Duhalde.

M de L – Así es, la base política en general del justicialismo, y específicamente del duhaldismo, se ha construido en la Provincia de Buenos Aires, en especial donde se concentra la mayor cantidad de votos, que es en el conurbano bonaerense, en los municipios que rodean la capital federal.

EC – ¿Cuántos puntos de diferencia, entonces, tuvo Cristina Kirchner sobre Chiche?

M de L – El resultado fue de 43 a 14.

EC – 29 puntos.

M de L – 29 puntos, cuando la mayoría de los analistas políticos auguraba que la diferencia iba a rondar en torno a los 20 puntos, como mucho. 20 puntos ya se consideraban un amplio margen que dirimía la pugna entre ambas candidaturas.

EC - ¿Cuán duro es este golpe para el duhaldismo?

M de L – Es durísimo, no hay posibilidad alguna de discutir quién lidera la Provincia de Buenos Aires al interior del peronismo.

EC – Esto es muy interesante, porque Kirchner, ¿existía en la Provincia de Buenos Aires hace algunos años?

M de L – No, absolutamente; en la misma elección presidencial de 2003 Kirchner obtiene el segundo lugar en la disputa por el Ejecutivo a partir del fenomenal apoyo político que le brinda Duhalde, no había una expresión kirchnerista genuina en este distrito, y la construyó obviamente a partir de un apoyo decidido del gobernador, Felipe Solá, y de una serie de importantes intendentes de municipios del conurbano bonaerense.

EC – Enseguida me va a interesar preguntarle sobre cómo quedan ahora las relaciones Kirchner-Duhalde, cuando Duhalde supo ser de algún modo mentor o por lo menos impulsor de Kirchner y ahora, más recientemente, han estado tan enfrentados. Pero quiero seguir evaluando el resultado desde el punto de vista del presidente y su sector dentro del justicialismo. Recién estábamos viendo los números de la Provincia de Buenos Aires, ampliamente favorables al presidente; pero en la Capital Federal el kirchnerismo, por llamarlo de alguna manera, perdió y lo hizo de forma muy contundente.

M de L – Sí, pero yo quisiera llamar la atención, ya más globalmente, acerca de un fenómeno que ya viene siendo común en la política argentina, que es que en las elecciones de renovación legislativa se va dando una convalidación de los oficialismos provinciales.

EC - ¿Cómo es eso?

M de L – En cada provincia quien gana la elección es generalmente quien ocupa el gobierno en la provincia. En este caso en 20 de los 24 distritos ganó la fuerza oficialista.

EC – Es el caso, por ejemplo, de la Provincia de Buenos Aires.

M de L – Claro; excepto con seguridad Catamarca, Río Negro, Tierra del Fuego, Santa Fe y estaría en duda la Capital Federal porque es un caso atípico, los oficialismos provinciales lograron retener o ganar la elección. En esta clave habría que leer los comicios que tuvieron lugar ayer.

EC - ¿Y la Capital Federal?

M de L – La Capital Federal es un caso atípico porque tenemos un jefe de gobierno, Aníbal Ibarra, que en su primera elección accede al poder apoyado por la Alianza UCR-Frepaso, luego logra la reelección apoyado por el propio presidente Kirchner, y en esta elección no ponía en juego absolutamente nada porque ni siquiera presentó candidatos a diputados y a legisladores propios. Sin duda la victoria de Macri es una victoria opositora, pero no podría adjudicarse a ninguna de las fuerzas que perdieron en la elección una clara identificación con Ibarra.

EC – Los números más frescos que yo tengo de la Capital Federal dicen que Macri obtuvo prácticamente 34 por ciento, Elisa Carrió 22 por ciento y el canciller Bielsa, que representaba al kirchnerismo, 20 por ciento. Ahí el oficialismo, el sector del presidente, aparece tercero lejos y triunfa de manera muy notoria Macri. Entonces, ¿cómo se entiende que en la Capital Federal le haya ido tan mal al presidente?

M de L – No considero que haya sido una mala elección para el presidente en Capital Federal. Por dos motivos, en primer lugar porque el distrito porteño siempre fue reacio a apoyar opciones justicialistas, recordemos que en el pasado más bien remoto el epicentro de la oposición antiperonista residió en la Capital Federal, que de 1983 en adelante el peronismo no ha logrado romper, salvo muy raras excepciones, un umbral del 20-25 por ciento de los sufragios, con lo cual ese 20 por ciento obtenido por el canciller no me parece un mal desempeño de la lista apoyada por el presidente Kirchner.

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EC – Recordemos que el presidente Kirchner asumió cuando el doctor Carlos Menem resolvió que no iba a comparecer a la segunda vuelta de las últimas elecciones presidenciales. Desde entonces estaba de algún modo cuestionada la representatividad de Kirchner, su poder, su peso electoral, porque además en la primera ronda Menem había superado a Kirchner. Entonces, con esta votación a mitad de período, ¿cómo sale el presidente?

M de L – Sin lugar a dudas sale fortalecido, en sus distintas variantes el partido presidencial obtiene alrededor del 40 por ciento de los votos en todo el país, mientras que las expresiones políticas opositoras al presidente no logran, excepto Rodríguez Saa, desafiar la performance electoral del Frente para la Victoria en ninguno de los distritos.

EC – Cuando se dice que el partido presidencial obtiene el 40 por ciento, ¿a quién se refiere?

M de L – Hablo de partido presidencial porque en algunos casos Kirchner armó y organizó su propio partido, el Frente para la Victoria, desafiando al PJ oficial; claro caso de esto es la Provincia de Buenos Aires. Pero en otros casos los justicialismos provinciales acompañaron, en alianza con el Frente para la Victoria, a los candidatos kirchneristas y en otros directamente el Frente para la Victoria no existió como tal sino que se subsumió o se fusionó con la propia etiqueta del PJ.

EC – O sea que en ese 40 por ciento usted está contando todo lo que directa o indirectamente respalda al presidente.

M de L – Así es.

EC - ¿Y qué implica esto en cuanto a la gobernabilidad de ahora en adelante?

M de L – La gobernabilidad no está en duda en el Congreso argentino de aquí en adelante.

EC – Pero el presidente no tiene mayoría propia.

M de L – Sí, controla claramente la Cámara de Senadores y los números en Diputados le son muy favorables. Más allá de que exista un importante sub-bloque de diputados duhaldistas y de Menem y Rodríguez Saa, claramente el presidente puede apelar a una alianza coyuntural o legislativa con los llamados transversales, es decir legisladores que no han sido electos por el partido presidencial pero que siempre acompañan las principales leyes o las principales políticas públicas impulsadas por el presidente.

EC – En definitiva, ¿va a tener la posibilidad de llevar adelante sus iniciativas?

M de L – Sí, excepto en casos muy urticantes o muy controvertidos, no me cabe la menor duda de que la aplastante victoria en esta elección y, sobre todo, la amplia brecha en la Provincia de Buenos Aires, van a aplacar las aguas y no van a permitir que se ponga en riesgo la gobernabilidad o el tratamiento de la legislación ordinaria en el Congreso.

EC - ¿No necesitará los votos del duhaldismo?

M de L – Sí, en algunos casos puede ser, pero, insisto, si hubiera sido una elección más reñida creo que en el caso de Duhalde habría habido algún espacio para plantear una fuerte oposición, pero siendo tan clara la diferencia, tan abrumadora, y hablándose ya de algún tipo de acuerdo entre kirchnerismo y duhaldismo, no veo espacio para resistencias dentro del bloque justicialista.

EC – A eso iba, ¿cómo será la relación Kirchner-Duhalde de ahora en adelante?

M de L – Obviamente no va a ser fácil reconstruir tras una pugna tan dura entre ambos líderes políticos, pero me imagino que habrá distintos actores y operadores políticos que tenderán a construir puentes de diálogo y de negociación entre ambos sectores.

EC - ¿Y cómo queda configurada la oposición? ¿Es una oposición demasiado atomizada?

M de L – Ahí hay varias lecturas que hacer, por lo menos me gustaría trazar tres. En primer lugar la oposición efectivamente aparece atomizada, pero no sólo aparece fragmentada sino que es una oposición de carácter bipolar, por un lado tenemos un espacio de centroderecha importante en algunos distritos pero claramente inexistente en otros, y por otra parte tenemos un importante polo opositor situado a la centroizquierda del propio presidente. En cada uno de ellos se han dado fenómenos que me gustaría remarcar: en la centroderecha tenemos una especie de primaria anticipada, esta elección ha funcionado como una especie de resolución de lo que podría ser el escenario político de cara a 2007.

EC - ¿Cómo constituye usted ese espacio de centroderecha?

M de L – Los principales referentes son, sin duda, Mauricio Macri, Ricardo López Murphy y Jorge Sovich, el ex gobernador de la Provincia de Neuquén. Claramente tenemos un muy buen desempeño de Macri en capital federal; lo mismo de Sovich en la Provincia de Neuquén, donde ha batido a una coalición muy grande, amplísima, conformada por el justicialismo y la UCR; y un pobrísimo desempeño de López Murphy en la Provincia de Buenos Aires. De cara a 2007 sin duda las candidaturas o las principales postulaciones, entre ellas, obviamente, la presidencial, arrancan con una ventaja clara Macri y Sovich.

EC – Con Sovich ya anunciando que quiere ser el candidato.

M de L – Sí, pero por la proporción de votos que tiene en cada distrito Macri va a ser si no el candidato un actor privilegiado, un partícipe fundamental en el armado de la fórmula.

EC – ¿Y en cuanto al otro espacio, el espacio de centroizquierda, afuera del gobierno?

M de L – Ahí también hay dos notas muy importantes. En primer lugar una performance pobre del ARI de Elisa Carrió en Capital Federal; muchos esperaban que ganase o que hubiera una reñida elección con el PRO de Macri.

EC – El ARI en Capital Federal termina teniendo...

M de L – Sale segundo con 21-22 por ciento de los sufragios.

EC – Recordemos que era casi 34 para Macri, 22 para Elisa Carrió y 20 para el canciller Bielsa.

M de L – Así es, estos 10 puntos de diferencia de Macri obligan a revisar el desempeño de esta fuerza política en este distrito y en general en todo el país. Así y todo, ARI logra una mayor presencia en los distritos del interior, donde era prácticamente inexistente.

Dentro de este mismo espacio habría que destacar la victoria de Hermes Winer, ex intendente de Rosario, en la provincia de Santa Fe. Por primera vez esta coalición del socialismo y el radicalismo en la Provincia de Santa Fe logra desplazar al peronismo, el tradicional ganador en esta provincia, con lo cual lo que tenemos es una revisión, un reequilibramiento interno de los liderazgos en la centroizquierda, donde Winer tiene claramente una posición de predominio.

Y por último no me quisiera olvidar de la UCR, que si bien ha logrado un pobrísimo desempeño electoral en Capital Federal y en la Provincia de Buenos Aires, y sin estos dos distritos es imposible hablar de un partido competitivo por la presidencia nacional, logra retener importantes bastiones en el interior del país conservando por lo tanto una importante cantidad de diputados y senadores nacionales, de legisladores provinciales y de consejales.

EC – Para terminar dos preguntas: ¿murió políticamente Carlos Menem?

M de L – En general en política se dice que nadie muere...

EC – Se jugó todos los boletos en su propia provincia, La Rioja, y no ganó, termina electo senador pero no fue el triunfador.

M de L – Exactamente. Yo diría que ingresaría en un ocaso político, claramente ha perdido en su provincia, en la que siempre obtuvo altísimo porcentaje de apoyo. En este caso esta derrota marcaría el principio de su ocaso político.

EC – Además pierde frente al sector del gobernador que, a su vez, es kirchnerista.

M de L – Ahora sí. Históricamente fue el delfín y el ahijado político del propio Menem.

EC - ¿Qué va a pasar en 2007 con la candidatura presidencial del oficialismo?

M de L – Ahí se presentan varios escenarios, algunos ya anticipan que el presidente se postulará a la reelección, y otros analistas políticos subrayan esto que en algún momento surgió por parte de él, que no se iba a presentar a una reelección. En ese caso la candidata que aparece en primer lugar es su propia esposa, aun más a partir de esta clara diferencia obtenida en la provincia de Buenos Aires.

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Mauricio Erramuspe
Foto: Presidencia.gov.ar