Amenazas como las de Busti pueden afectar "incluso la estabilidad social y política" del país, advirtió el senador Sergio Abreu.

Abreu respaldó al gobierno y dijo que Busti agravió a Uruguay

"Respaldamos la conducta de Cancillería", dijo el senador blanco y ex canciller, Sergio Abreu. Afirmó que el gobierno debería intentar superar la situación originada por los dichos de Busti bajando "al nivel del diálogo profundo". Amenazas como las hechas por el gobernador de Entre Ríos, advirtió, "para Uruguay pueden ser un tema que afecte toda su imagen, incluso su propia estabilidad social y política".

(Emitido a las 8.53)

EMILIANO COTELO:
¿Cómo se observa desde la oposición política este escenario que ha quedado planteado este fin de semana en las relaciones entre Uruguay y la República Argentina?

Vamos a dialogar en primer lugar con el doctor Sergio Abreu, senador de Alianza Nacional, Partido Nacional (PN), además de ex canciller de la República.

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Senador Abreu, ¿qué impresiones le dejó esta resolución que tomó ayer la Cancillería uruguaya, llamando en consultas a nuestro embajador en Buenos Aires?

SERGIO ABREU:
Pensamos que estas cosas siempre deben manejarse con prudencia pero también con firmeza. Este tema ya venía esbozándose en forma muy clara en dos aspectos, uno en la conducta de algunos gobernantes argentinos, como es el caso del gobernador de Entre Ríos -e incluso del propio gobierno argentino en declaraciones, denuncias y planteos que ha hecho en organismos internacionales- y también de declaraciones del embajador argentino en Uruguay que no se ajustaban a las normas o a la interpretación estricta que debe tener la Convención de Viena sobre relaciones diplomáticas.

EC – En el caso de declaraciones del embajador argentino en Uruguay, ¿usted también está hablando sobre comentarios sobre el tema de las plantas de celulosa?

SA – Claro, porque él de alguna forma iba avalando y haciendo comentarios sobre este tema, que son parte de una conducta muy prudente que se debe tener acá.

EC – Se lo pregunto porque el PN criticó de manera muy severa hace pocos días otras declaraciones del embajador Patiño, que tuvieron que ver con el caso María Claudia García.

SA – Sí, es la continuidad de un estilo, que nosotros tenemos que hacer respetar con mucha fuerza porque estas cosas, como están sucediendo, sabemos cómo empiezan pero no cómo terminan. En esto hay una disposición de la Convención de Viena muy estricta, en el artículo 41, que establece que todos los asuntos oficiales deben ser tratados con el Ministerio de Relaciones Exteriores. Es decir, hacer menos declaraciones. Los planteos y las inquietudes que pueda tener cualquier representante de un Estado –no de un gobierno porque son representantes de Estado– lo deben hacer ante el Ministerio de Relaciones Exteriores. Al ahorrar las declaraciones se va ahorrando también la capacidad de potenciar conflictos, en estos temas como tantos otros temas uruguayos.

El embajador uruguayo en Argentina se ha manejado con una gran prudencia, una gran discreción, y ahí respetamos y respaldamos la conducta de la Cancillería uruguaya, que se ha manejado en este tema con mucha sobriedad, sin perjuicio de que nosotros pensamos que podía haber sido llamado el embajador en más de una oportunidad para hacerle conocer que su estilo de comunicación no está ajustado a lo que dispone la Convención de Viena.

EC – ¿Usted tiene la impresión de que faltó una actitud más firme de la Cancillería uruguaya en el pasado reciente, que debió haberse enviado ya algunas otras señales de advertencia?

SA – Sí, creemos que sí, incluso como partido. Que no significa actitudes inamistosas, porque parece que si uno llama un embajador tiene que hacerlo dentro de un clima de confrontación. Yo le digo por experiencia, a veces también se los puede llamar sin necesidad de hacer pública esa presencia o esa convocatoria. Un diálogo más fluido permite siempre ir advirtiendo sobre determinadas orientaciones.

EC - ¿Usted está hablando de la posibilidad de que el canciller uruguayo llame a la sede del ministerio al embajador argentino en Montevideo?

SA – Exactamente, el llamado quiere decir la convocatoria del embajador ante Uruguay para hacerle notar o trasmitirle determinadas ideas que tiene el gobierno uruguayo sobre estos temas.

EC – En estas horas ha ocurrido lo otro, lo que se denomina en la jerga diplomática "el llamado en consultas" del embajador de nuestro país en Buenos Aires.

SA – Ese tema está vinculado con la relación institucional, se llama al embajador uruguayo para mandarle una señal al gobierno argentino. Si bien no es una actitud inamistosa, hay una demostración de que la relación está en una situación de molestia, por decirlo así. Esto son a veces etapas muy avanzadas, en esto de la diplomacia, como la costumbre es fuente del derecho internacional, hay muchas actitudes y conductas que se pueden tomar. En el ámbito institucional no sólo está el llamado, está incluso el contacto permanente que se pueda hacer o alguna queja diplomática que se puede hacer por una nota. Recuerdo que siendo ministro de Industria hice un comentario preocupado por el tema aftósico argentino, diciendo que Argentina estaba vacunando y ocultando su vacunación, antes de que se declarara, y el gobierno argentino hizo una protesta directa al ministerio uruguayo a través de su embajador por las declaraciones que se suponía que no se ajustaban a la verdad. Después las circunstancias demostraron que lo que estábamos diciendo era con fundamento y había estado sucediendo. Es una relación... "la intensidad de los afectos" le llamamos nosotros a la relación sobre todo con países vecinos, en particular con Argentina.

EC – Pero cuando los dos países resuelven, como han resuelto en estas horas, llamar en consultas a sus respectivos embajadores, ¿cómo hay que entender que está el vínculo? ¿Cómo hay que calificar el estado de la relación Argentina-Uruguay?

SA – Yo le diría que es una situación tensa y una clara demostración de que hay molestia en ambos países o en ambos Estados, porque estamos hablando de Estados acá, más allá de los gobiernos, respecto de la situación actual de las relaciones. En estos temas hay que respaldar al gobierno para que con firmeza maneje los temas con prudencia, pero también en defensa del interés nacional, que no es un ejercicio de patrioterismo fácil, simplemente decir que tenemos que evitar que se produzca este tipo de declaraciones. Lo que hace el gobernador de Entre Ríos realmente es un agravio a la República Oriental del Uruguay, como también lo puede ser cualquier tipo de actitud que avale explícita o implícitamente la declaración del gobernador, de forma tal que tenemos que ir buscando que esto, que es un tema puntual, una declaración infeliz, por decirlo así, no sea la continuidad de una relación que después termine en una confrontación que nadie quiere pero que a veces ninguno puede detener cuando comienzan a impulsar algunos aspectos emocionales.

EC - ¿Cómo le parece que se salda este episodio?

SA – Creo que son muy importantes en este caso las conversaciones, yo escuché hoy al canciller, me parece muy bien que venga conversando con el canciller Bielsa.

EC – Claro, porque el diálogo entre los ministros ha continuado, pese a estas decisiones de ayer.

SA – Ha continuado en estos días, pero no sabemos qué tipo de diálogo sobre estos temas se ha tenido anteriormente y de qué manera Uruguay ha manejado estos temas. Nosotros pensamos que bien pudo haberse llamado en su momento al embajador para decirle "tenemos esta preocupación". No olvidemos que el gobierno argentino hizo un planteo en el Banco Mundial, frente al gobernador del Banco Mundial que también nos representa a nosotros, porque es la silla que comparte con el Cono Sur. Estos temas que van más allá de lo que es una relación normal deben ser manejados con mucha firmeza, pero también con mucha prudencia.

EC – Dos preguntas muy concretas teniendo en cuenta que usted fue canciller y que está muy empapado de lo que son las costumbres y los códigos en esta materia. Si usted fuera canciller en este momento, ¿qué le estaría demandando al gobierno argentino? ¿Cómo entendería que el episodio pasó? ¿Qué tendría que venir del otro lado?

SA – Una declaración conjunta de ambos cancilleres que diga que dan el tema por debidamente superado. Y, obviamente, que al estar superado se pueda rectificar o de alguna forma aliviar la acusación tremenda que ha hecho el gobernador de Entre Ríos ahora, que acusó a Uruguay de estar actuando en función de incentivos. Una declaración conjunta que además vaya encauzando la relación de futuro.

EC – Y ahí vamos a la otra pregunta, que es: más allá de lo que ocurra en las próximas horas o en los próximos días, ¿cómo se encamina definitivamente este diferendo que ha ido teniendo esta escalada que comentábamos recién? Hace unos meses los políticos uruguayos sostenían que se trataba de una polémica artificial, donde el canciller Bielsa y el propio gobernador Busti en realidad se estaban moviendo al impulso de la campaña electoral; pero ahora la campaña electoral terminó y sin embargo la cosa sigue.

SA – Yo he dicho en todos lados que esto no terminaría en las elecciones, y es lógico porque además se ha transformado en una especie de campaña permanente en un tema muy delicado y muy sensible que hace incluso a la propia forma como el derecho internacional se maneja en los temas ambientales. Pero sin perjuicio de eso, Uruguay tiene que tomar una definición impulsando aclaraciones o respaldado técnicamente, ir incentivando la participación de los organismos ya vigentes, como es el caso de la Comisión Administradora del Río Uruguay, que está funcionando y trabajando, esa comisión mixta que se ha creado, y tratar de ir buscando, mediante una relación permanente y constante con el gobierno argentino, una disminución de los planteos que está realizando Argentina internacionalmente. Ya no le queda nada a la República Argentina, ha hablado con la empresa, ha hecho amenazas de toda naturaleza.

Estos temas deben ser manejados ahora, aprovechando esta circunstancia, bajando otra vez la situación al nivel de diálogo profundo. (Debería existir) una declaración conjunta tratando de superar el momento de las declaraciones del gobernador de Entre Ríos y además reponer y replantear permanentemente este tema para ir administrándolo sabiendo, como lo ha hecho el gobierno uruguayo y nosotros lo respaldamos, que las plantas se van a construir porque están observando los requisitos que internacionalmente y nacionalmente se han establecido por parte de los ministerios competentes.

EC - ¿Es sencillo eso? Así como usted lo cuenta cuesta aterrizarlo.

SA – No es sencillo, yo viví un episodio muy particular, que fue el dragado del Martín García, que luchamos enormemente. En aquel momento la embajadora argentina, Alicia Martínez, que representaba al Estado argentino, recibió amenazas de muerte por parte de algunos sectores interesados en la no construcción a cambio del Martín García, en forma le diría discreta por medio del Ministerio del Interior se le puso una guardia especial en la embajada, porque había intereses muy importantes en juego. No se puede hacer de esto una patriada emocional porque no camina, es un trabajo permanente, diplomático, político, de contactos, incluso de los propios presidentes. También debo decir con total franqueza que estas cosas pasan porque los presidentes las admiten.

EC - ¿A qué se refiere?

SA – Cuando el presidente de la República de cualquier Estado representa al Estado es el que dice "éste es el límite que no se puede pasar", y cuando un presidente de la República baja la línea –lo digo en el caso de la República Argentina– y dice "detengamos esto y busquemos una solución o un diálogo de otra manera", al presidente de la República le obedecen. En Argentina por otro lado hay una especie de pasividad en estos temas que simplemente se administran con una línea muy fuerte y muy clara del jefe de Estado, que es el responsable primero del gobierno y el Estado y es el que debe determinar cómo son las conductas.

EC - ¿Y de este lado también hay pasividad?

SA – No, de este lado se han manejado muy bien los temas, con mucha prudencia, más allá de que quizás en la de todos los días podríamos haber analizado, buscado no llegar a este tipo de instancias. Pero se ha manejado con prudencia, porque además el tema es asimétrico, esto es muy claro, lo que nosotros hagamos respecto de Argentina muy poco daño le puede causar, lo que Argentina pueda hacerle a Uruguay nos puede causar muchísimo daño. No sólo desde el punto de vista de las plantas o desde el punto de vista internacional, sino incluso en un tema tan común y tan importante como es el turismo y la relación, cuando un gobernador dice "le voy a cortar el gas" o anuncia que quizás no pueda detener algunos hechos violentos, imagínese, en esa relación asimétrica para Uruguay puede ser un tema que afecte toda su imagen, incluso su propia estabilidad social y política en el entendido del mensaje que da un país para atraer inversiones desde el extranjero.

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Mauricio Erramuspe