Fernández dijo que apuesta a "la integración de todas las sensibilidades".

Los planes del nuevo secretario general del PS

El fin de semana, Eduardo "Lalo" Fernández fue electo como nuevo secretario general del Partido Socialista. Esto ha sido señalado como la victoria de la renovación de ese sector del Frente Amplio. Dijo que apuesta a "la integración de todas las sensibilidades", incluso de aquellos que pudieron alejarse de la militancia. "Todo el mundo estaba planteando la necesidad de renovación permanente de la organización", afirmó.

(Emitido a las 8.46)

EMILIANO COTELO:
La novedad surgió en el Partido Socialista (PS), una de las principales fuerzas del Frente Amplio (FA), hoy partido de gobierno. Supo ser la primera fuerza de la izquierda en 1999, pero en los últimos comicios, los que llevaron a Tabaré Vázquez a la Presidencia de la República, los socialistas terminaron ubicados en el tercer puesto.

Del PS provienen figuras prominentes del gobierno, por ejemplo el canciller de la República, Reinaldo Gargano, la ministra de Defensa Nacional, Azucena Berrutti y el ministro del interior, José Díaz. Además es socialista el doctor Gonzalo Fernández, secretario de la Presidencia.

Había una puja entre renovadores y ortodoxos –los términos siempre son discutibles en estos casos, pero son algunos de los que se han empleado– y, finalmente, después del congreso que tuvo lugar el fin de semana anterior, en esta ocasión, el sábado, deliberaba el nuevo Comité Central del PS para elegir al nuevo secretario general.

La votación fue muy reñida y terminó colocando a Eduardo Fernández, ex presidente de AEBU, como el nuevo secretario general, pero con un resultado que pocas veces se había visto: 35 a 34. Un voto de diferencia apenas, sobre la senadora Mónica Xavier.

¿Qué significa este cambio en la conducción del PS? Vamos a tratar de ingresar en ese tema en contacto con el nuevo secretario general, Eduardo Fernández.

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Fernández, ¿qué edad tiene usted?

EDUARDO FERNÁNDEZ:
55 años.

EC - ¿Y cuántos años estuvo al frente de AEBU?

EF – Estuve 20 años como presidente de AEBU.

EC – Militancia en el PS, ¿por cuánto tiempo?

EF – Desde agosto de 1972.

EC - ¿Cómo se sentía durante todas estas semanas previas, cuando se especulaba con los resultados del congreso del PS y, en particular, con la elección del nuevo secretario general y a usted se lo señalaba como el embanderado de la renovación?

EF – Primero que nada, para decirlo claramente, estaba muy nervioso viendo qué podía pasar. Segundo, no puedo decir embanderado de la renovación exclusivamente, somos varios compañeros, y además en la pugna y hasta el viernes pasado también, todos saben, estaba quien fue secretario general de 2000 a 2001, el compañero Manuel Laguarda. Digamos renovación, pero renovación somos todos, porque en definitiva no se puede decir conservadores en el PS porque los socialistas, la izquierda es renovación en sí misma, búsqueda permanente de cambios, y eso es la renovación; además la propia vida es renovación.

EC – Aquí ya se complicó la entrevista, porque cuando se intenta pasar en limpio para el público que sigue los temas políticos pero que no está metido en el PS en especial, esta competencia entre renovadores y ortodoxos se vuelve algo difícil de entender. En general se planteaba la renovación como oposición a la línea del hoy canciller Reinaldo Gargano, representada últimamente por Roberto Conde como secretario general. ¿Qué es lo que estaba en juego entonces? Usted empezaba a atenuar las aristas.

EF – Yo no pretendía complicarle la entrevista. Al contrario, quisiera que fuera lo más sencilla posible. Sí decir que a partir del sábado soy el secretario general de todo el PS y por tanto recojo lo que fue la discusión del propio Comité Central que evaluó lo que el congreso trató. Esto es lo que evaluó el Comité Central, que el partido es un partido de renovación, lo que es cierto. Puede haber en algunos casos compañeros que sostienen que debe mantenerse determinada forma de actuación que se expresan también, sin duda, en las formas de conducir, que pueden ser de una u otra forma y entonces de una u otra forma pueden ser vistos.

Yo le estoy planteando lo que el otro día discutió el Comité Central y tengo que tratar de reflejar lo mejor posible lo que se dio. Esto es lo que se discutió, y yo le digo hay un cambio, sí; ¿lo plantea Eduardo Fernández? No, el cambio lo resolvió el propio congreso, que reafirmó algunas líneas. Y además, cuando aprueba por mayoría la rendición de cuentas del propio saliente secretario general, él mismo planteaba la necesidad de pasar de un cambio de transición a una etapa de renovación. Es decir, todo el mundo estaba planteando la necesidad de renovación permanente de la organización.

EC – En general a nadie le gusta autocalificarse como conservador en Uruguay, entonces, de vuelta, ¿qué es lo que usted va a hacer? A ver si por ese lado podemos comprender un poco mejor. ¿Qué caracterizará su gestión? ¿En qué se diferenciará de la anterior?

EF – Seguramente mi respuesta no te va a gustar, pero voy a intentar que te guste. Mi gestión va a ser evaluada después, yo voy a intentar conducir de la mejor manera posible en el sentido de la búsqueda de un mayor consenso o un permanente consenso en las decisiones del partido. Buscaremos que todas las sensibilidades –como nos gusta llamarles a las diferencias que podemos tener, porque las sensibilidades son a partir de una línea de acción, de una línea ideológica, de tesis, de estrategia política, tenemos sensibilidades en cuanto a cómo colocarnos con respecto a ellas– participen, que participen todos los afiliados al partido, mujeres y hombres, que nos sentimos socialistas y podemos tener diferencias en cómo ver alguna cosa, cómo plantearla a partir de esa línea de acción, de integración. Buscar integrar la mayor cantidad de compañeros, recomponer las filas socialistas.

EC – Eso puede ser un mensaje en clave que capaz los oyentes no entienden. Según tengo entendido y según dicen dentro del propio PS, se había producido el alejamiento, por lo menos de la militancia o de la actividad en la organización del partido, de gente que no compartía el estilo de conducción anterior. Y cuando usted dice que va a buscar la participación de todos, está pensando en recuperar esa gente para la actividad del PS.

EF – Exactamente, sí, señor, los que estamos y los que en este momento no están y quieren estar, por supuesto que sí, y los nuevos que quieran ingresar. No es: ahora llegamos nosotros, desplazamos a los que estaban y continuamos. No, lo que tenemos que hacer, y voy a poner todo mi empeño, todo mi esfuerzo y mi experiencia sindical –que ha sido de juntar distintas corrientes– para ello, es buscar la integración de todas las sensibilidades, porque todos tenemos lugar. Podemos estar en el gobierno o en otro lugar pero todos tenemos lugar para poder seguir profundizando en este hermoso camino y proyecto que nos hemos planteado desde el FA, que hoy día tenemos la posibilidad de llevar adelante desde el gobierno.

EC – Fíjese por dónde vienen las preguntas de la audiencia, qué es lo que se quiere entender con esto del triunfo "renovador". Gonzalo, de Paso Carrasco, consulta: "La línea del PS, ¿va a ser una línea socialista o socialdemócrata al estilo alemán, inglés o francés?".

EF – De ninguna manera. En esto sí que soy bastante ortodoxo, no me gusta ver otras experiencias para decir cómo las copio. América Latina y Uruguay en particular son muy distintos de Europa y otros países, primero por el desarrollo económico y social, por la historia, por la cultura, etcétera. Pero Uruguay tampoco se puede comparar con Brasil ni con Argentina, tenemos una historia y una cultura distinta. Soy respetuoso de los planteos de la socialdemocracia, sin embargo no los comparto, porque si fuera así me hubiera afiliado a un partido socialdemócrata o hubiera intentado buscar espacios en la socialdemocracia. El Partido Socialista del Uruguay es un partido socialista, que pretende ir a la construcción, estratégicamente, en el proceso histórico, de una sociedad socialista, no de una sociedad de carácter con base socialdemócrata.

EC – Se ha insistido en que usted era el candidato de Tabaré Vázquez –recordemos que Vázquez es socialista o viene del PS–, que en la interna del PS era el nombre que Vázquez prefería. Es más, se señala que Gonzalo Fernández lo votó a usted en el Comité Central, que también lo votó Azucena Berrutti, por mencionar dos ejemplos.

EF – Son especulaciones que se hacen. Alguien me preguntó hace un rato si yo había hablado con Tabaré Vázquez antes del congreso. La verdad es que no hablé con él antes del congreso. Las veces que nos hemos cruzado hemos hablado de la situación del gobierno y normalmente Tabaré cuando se encuentra conmigo, ¿qué me puede preguntar? "¿Cómo va la banca?" O, "¿cómo va el sistema financiero?" Es lo que hemos hablado.

Primero que Tabaré Vázquez está inhibido constitucionalmente de meterse en los problemas político-partidarios o de tener actividad político-partidaria. Segundo, desde hace mucho tiempo Tabaré Vázquez se ha sentido –como lo es– una figura dentro del partido y todos tenemos respeto por él, por lo tanto no vamos de ninguna manera a asentir esto. Y tercero, si hubiera sido el candidato de Tabaré Vázquez, la verdad es que poquito me ayudó porque esto quedó muy parejo, por tanto no es así. Sí es cierto que el doctor Vázquez me llamó el otro día para saludarme como cualquier amigo o compañero puede saludar a otro después de haber tenido este honor que el partido ha conferido a mi persona.

EC – Otra pregunta de la audiencia: Héctor, del Cordón, dice: "Si no eran conservadores los que dirigían antes el partido, ¿por qué la gente que votó al Encuentro Progresista y lo llevó al gobierno dividió en dos la bancada que tenía el PS antes?".

EF – El Partido Socialista... no entiendo bien la pregunta...

EC - ¿Cuánto se achicó la bancada socialista?

EF – Se achicó en dos senadores.

EC – De cuatro a dos.

EF – Pero no toda la bancada, porque, es real, el partido en algunos reelegir sus diputados pero logró la elección de otros diputados en otros departamentos. Que la elección del PS en 2004 no fue la mejor es cierto, nadie lo puede negar. Hay cuestiones que hay que analizar, y yo he escuchado muchas veces en la Tertulia tratar de hacerlo, por qué los grupos que llegan a ser primeros en el Frente nunca repiten. El partido tuvo una actividad de oposición muy tenaz durante todo el gobierno del doctor Batlle, pero quizás no tuvo la capacidad de saber trasmitirle a la población cuál fue su actitud y por qué esa actitud tan dura contra ese proyecto neoliberal tan descarnado que llevaba adelante el doctor Batlle, lo que tal vez hizo que quedáramos muy enfrentados y muy desgastados. Y seguramente también –todo el mundo concuerda en esto– hubo errores de presentación en la campaña, más allá de que no hay que mirarse el ombligo sino también ver las virtudes de los demás.

EC – De todos modos Gargano sigue en la dirección del partido como presidente.

EF – Es verdad. Por suerte en el PS se puede haber diferencias entre unos y otros.

EC - ¿Es un cargo simbólico el de presidente, tiene incidencia real?

EF – Sí, tiene incidencia, más allá de que como cargo, de que institucionalmente pueda tener peso o no, no se puede negar el peso de Gargano en la interna del PS, y si la tiene, con peso en el FA, por tanto aunque Gargano no tuviera ninguna responsabilidad, como la tiene en este momento, tiene un peso muy pero muy importante dentro del partido, siendo una de las figuras –por no decir la figura– más importantes en la interna, porque en cuanto a figuras tendríamos al presidente de la República.

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Mauricio Erramuspe