La Unión Europea y el Mercosur están "muy cerca de un acuerdo" de libre comercio. Así lo ve Massimo D’Alema.

Acuerdo entre Europa y el Mercosur está "muy cerca"

La Unión Europea y el Mercosur están "muy cerca de un acuerdo". Así lo ve Massimo D’Alema, ex premier italiano. Dijo que hay mayor apertura a discutir los subsidios, cuestionados desde el Sur. En otro orden, afirmó que el desafío de los gobiernos "progresistas" es "construir una realidad democrática capaz de gobernar la globalización".

(Emitido a las 9.10)

EMILIANO COTELO:
Después de cinco años de negociaciones infructuosas, la Unión Europea (UE) y el Mercosur relanzaron en setiembre pasado las conversaciones para lograr un acuerdo de asociación que daría lugar al área de libre comercio más grande del mundo, que abarcaría a unos 700 millones de personas.

Pero... ¿cambió algo en las relaciones entre la UE y el Mercosur que permita ver con un poco más de optimismo estos contactos? ¿Cuándo podría llegarse a un acuerdo? Y además, ¿qué lugar ocupa el Mercosur en la agenda europea? ¿Y Uruguay? ¿Qué lugar le corresponde a nuestro país?

Para intentar dar respuestas a estas preguntas, estamos en diálogo con el Massimo D’Alema, ex primer ministro socialista de Italia, hoy vicepresidente de la Internacional Socialista, que se encuentra de visita en Montevideo como presidente de la Delegación del Parlamento Europeo para las Relaciones con el Mercosur.

D’Alema encabeza una comitiva integrada por diez eurodiputados de España, Gran Bretaña, Bélgica, Italia y Eslovaquia.

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Señor D’Alema, usted está realizando una gira por los cuatro países del Mercosur para reimpulsar las negociaciones Europa-Mercosur por un acuerdo de libre comercio. Las principales exigencias del Mercosur tienen que ver con el sector agrícola. De este lado se reclama la rebaja de los subsidios que la UE paga a sus agricultores y la apertura de su mercado a nuestros productos agropecuarios, reduciendo aranceles y eliminando las cuotas que hoy rigen en la UE. Son básicamente los mismos temas que se negocian desde 1999, por eso la primera pregunta es: ¿qué cambió ahora para que las conversaciones pudieran relanzarse?

MASSIMO D’ALEMA:
Estamos muy cerca de un acuerdo. Ante todo cambió la actitud de Europa, cambió la oferta europea, que es más abierta que en el pasado. Se decidió postergar, finalizar las negociaciones después de la cumbre de Hong Kong porque se decidió considerar primero la negociación en el marco multilateral, pero creo que en los próximos meses se puede firmar.

EC - ¿No es un objetivo un tanto utópico que el acuerdo esté pronto para la cumbre UE-América Latina de mayo, en Viena?

MD – No, no lo creo. El Parlamento Europeo no tiene tarea de negociar, el Parlamento Europeo tiene una actividad diferente, de impulsar, pero como delegación permanente para las relaciones con el Mercosur, como lobby del Mercosur en el Parlamento Europeo, mi opinión es que en los últimos años la posición europea se acercó a lo que los países de América Latina piden. Y creo que en una conversación abierta, sin propaganda, tenemos que reconocer que hay también problemas del otro lado, porque sobre todo países como Brasil y Argentina tienen tentaciones proteccionistas en el marco industrial y de los servicios. Ahora tenemos que dar un paso adelante de un lado y del otro hacia un acuerdo con ventajas para ambos bloques y estamos cerca de esto. En los últimos años la situación real se hace concretamente cambiando, porque las exportaciones de Uruguay hacia Europa, por ejemplo, en productos agrícolas están creciendo cada año, ahora, sin el acuerdo, y creo que con el acuerdo se podrá dar un paso adelante muy importante.

EC – Usted decía que veía en Europa la posibilidad de una flexibilización de sus posiciones. Pero, por ejemplo, Francia amenazó con un veto en la conferencia de la Organización Mundial de Comercio (OMC) de Hong Kong si la UE se comprometía a modificar la Política Agrícola Común (PAC), de la que es el principal beneficiario. En el año 2004 recibió 9.418 millones de euros por ese concepto.

MD – Claro. Es verdad, hay resistencias proteccionistas en Europa, pero hay un debate abierto. Yo personalmente soy partidario, no desde ahora sino desde hace muchos años, de una posición más abierta y no de los subsidios agrícolas. No está sólo Francia en Europa, hay una discusión abierta, hay una mayoría de países interesados en adelantar en las negociaciones abiertas con el resto del mundo. Están los intereses del mundo agrícola, pero también los intereses de los consumidores. Para los consumidores europeos la posibilidad de comprar productos agrícolas de calidad a precio más bajo es una gran oportunidad. El problema real no son más los subsidios, se habla mucho de los subsidios, pero en mi opinión el verdadero problema es la apertura de los mercados, porque con mercados más abiertos la calidad y el precio de los productos de América Latina van a ser competitivos, también con los subsidios, y Europa está discutiendo cambiar el mecanismo, está haciendo una reforma de su política agrícola común.

Hay un cambio, en mi opinión tenemos que discutir, tenemos que luchar también políticamente contra tendencias proteccionistas, pero hay un cambio y América Latina puede ayudar a ese cambio.

EC - ¿Qué quiere decir con que América Latina puede ayudar a ese cambio?

MD – Si por otro lado también en América Latina hay una apertura, porque en mi opinión el acuerdo hubiera sido posible y ha sido la posición de Brasil la que no ha ayudado a un acuerdo. También en América Latina hay tendencias proteccionistas en el marco de los servicios, por ejemplo, y tenemos que tratar de aislar estas posiciones.

EC – El Mercosur y la UE están trabajando para lograr este acuerdo de asociación que incluye un tratado de libre comercio, pero también un acuerdo sobre diálogo político y cooperación. Pensando en esos otros dos aspectos, ¿usted entiende que el nuevo contexto político latinoamericano, con el avance de los gobiernos de centro-izquierda, hace que sean más fáciles de alcanzar esa cooperación y ese diálogo?

MD – Primero creo que es muy importante, es mi visión del mundo sobre la base de una concepción multilateral del gobierno del mundo, la relación entre Europa y América Latina, porque el gran desafío para los demócratas, para los progresistas en este siglo es gobernar el mundo con instituciones democráticas y con la política de potencia, de fuerza. Un mundo democrático es un mundo con relaciones multilaterales, con realidades políticas supranacionales, democráticas y la relación entre Europa y América Latina puede ser ejemplar en este sentido, también por razones históricas, culturales muy fuertes que vinculan a Europa y América Latina. Es muy importante el capítulo de la cooperación. Hay una cooperación en marcha ahora, Europa está comprometida a ayudar al proceso de integración, a ayudar al Mercosur y sus instituciones con dinero, con proyectos concretos, pero con el acuerdo se puede hacer un paso adelante muy importante. En la realización del acuerdo con Europa también se va a concretar el Mercosur, porque el Mercosur es una realidad política, es una voluntad, pero tenemos que reconocer que todavía no es una realidad de integración económica.

EC – Sí, es un tema muy discutido aquí, internamente.

MD – Son muy importantes las decisiones tomadas de crear un fondo de convergencia y estructural con el modelo de la UE, y la decisión de un Parlamento del Mercosur. En los últimos días, antes de partir de Italia, he leído una entrevista con el colaborador de Lula en los asuntos internacionales, el profesor Marco Aurelio García, que hablaba del relanzamiento del Mercosur con el modelo de la UE. Son intenciones, palabras muy importantes. Y en mi opinión, en este sentido también, el acuerdo con la UE va a ser estratégico, muy importante para América Latina, porque claro que este acuerdo no es sólo comercial, hay un capítulo de cooperación en la realización de Mercosur, en la integración de América Latina, que puede ser verdaderamente importante para este continente.

EC – En este mismo contexto, y como presidente de la delegación del Parlamento Europeo para las relaciones con el Mercosur, ¿cuál es su opinión sobre el ingreso pleno de Venezuela al bloque regional que integran Uruguay, Paraguay, Argentina y Brasil? Porque esto va a formalizarse ahora en el mes de diciembre.

MD – Primero, puede ser una oportunidad muy importante de integración del continente y también una ayuda de Venezuela por su estabilidad política y democrática.

EC – El presidente del Europarlamento, el socialista español Josep Borrell, dijo que el ingreso de Venezuela va a postergar las negociaciones entre el Mercosur y la UE.

MD – No, yo no creo que sea de él.

EC – Borrell entiende que si bien es positiva la dimensión energética que Venezuela le dará al Mercosur, por otra parte implicará el ingreso de un país con problemas internos de estabilidad política.

MD – Tenemos que hacer el acuerdo con los cuatro países del Mercosur de hoy y después del acuerdo con Europa, la integración de Venezuela va a ser un paso importante, pero si tenemos que negociar de nuevo con Venezuela no hacemos ningún acuerdo. Deben estar separados los dos temas, primero el acuerdo que hemos negociado durante un período tan largo, demasiado largo, y que ahora tenemos que finalizar concretamente, y después la integración de Venezuela. Los líderes de los países del Mercosur entienden muy bien esto, el presidente Tabaré Vázquez, con el cual tuve la ocasión de una conversación muy amistosa, muy claramente lo entiende, que la integración de Venezuela es una gran oportunidad, yo creo que es una gran oportunidad, pero antes tenemos que finalizar el acuerdo.

EC – Y desde el punto de vista del Mercosur, ¿usted ve positivamente la incorporación de Venezuela?

MD – Sí, en mi opinión la estabilidad de Venezuela va a ser ayudada por la integración en el Mercosur.

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EC - En marzo de este año asumió por primera vez en la historia de nuestro país un gobierno de izquierda. ¿La cooperación entre la UE y Uruguay ha cambiado desde entonces, ha tenido alguna diferencia por este gobierno?

MD – No lo sé concretamente, porque en nuestro país hay el mismo gobierno que antes, un gobierno de derecha. Pero creo que la cooperación entre Italia y Uruguay es muy estrecha.

EC – Yo le preguntaba por la cooperación UE-Uruguay.

MD – Estamos conversando, hay proyectos. Ayer conversamos con los ministros comprometidos con el marco social, Desarrollo Social, Salud, Educación, ha sido una conversación muy interesante, también para fortalecer la presencia de la UE, de sus proyectos con relación a los objetivos del gobierno, de lucha contra la pobreza. Yo creo que se puede trabajar juntos bien, hay una buena disposición por parte de Europa, hay proyectos.

EC - ¿Cuáles son los temas prioritarios?

MD – Voy a leer porque hay muchas cuestiones abiertas. Europa está comprometida primero en el apoyo a la modernización del Estado en el sector fiscal, con un proyecto concreto; en el apoyo al Parlamento de Uruguay, su trabajo, reforzarlo institucionalmente; proyectos para el desarrollo de las zonas rurales más pobres, en el norte de Uruguay; un proyecto muy interesante de fortalecimiento de las artes, las artesanías y los oficios en Uruguay; la periferia urbana de Montevideo y también para el mejoramiento ambiental y el desarrollo urbano en la zona oeste de Montevideo, la zona pobre de Montevideo. Hay muchos proyectos europeos, hay recursos y hay voluntad de ayudar, de cooperar, y también el gobierno está muy interesado en esto.

EC - La cooperación de la UE con Uruguay implica una inversión de unos 5.000.000 de euros al año, lo que implica que en Uruguay se invierte proporcionalmente más que en Argentina y en Brasil, teniendo en cuenta los tamaños de los países. ¿Por qué el interés de Europa en invertir en cooperación en Uruguay?

MD – Tenemos relaciones muy fuertes con Uruguay que vivió una crisis muy difícil en los últimos años y ahora es un país que está creciendo, con una fuerte atención a los temas sociales. Esto crea la mejor condición para una cooperación con Europa. Hay también la cooperación con los diferentes países europeos, porque aquí consideramos sólo los proyectos de la UE, pero si consideramos todo lo que es la cooperación con Europa, con la UE y con cada país, es una solidaridad muy importante. Claro que hay también razones históricas, culturales; aquí se conversa con ministros, con representantes de la sociedad civil, por ejemplo en mi caso, y muchos de ellos tienen nombres italianos, abuelos italianos, vienen de la misma región de mis abuelos. Es más fácil cooperar en una situación como esta.

EC – En el final quería preguntarle algo en el plano más estrictamente político y preguntado a usted individualmente, como dirigente con toda una historia en la vida política de su país, en Italia. Usted comenzó en 1963 en el Partido Comunista Italiano; en 1989 se involucró activamente en la transformación de ese partido hacia el Partido Democrático de Izquierda, el PDS, del que luego fue presidente; en 1998 se convirtió en primer ministro de Italia, cargo que ejerció hasta 2000; a partir de 2004 es miembro del Parlamento Europeo, integrando el bloque socialista; ahora incluso está impulsando la creación de la Agrupación Progresista Europa. Con esos antecedentes, ¿cómo observa el gobierno del doctor Tabaré Vázquez en Uruguay? ¿Es un gobierno con el cual usted tiene afinidad? ¿Cómo lo inscribe en la izquierda internacional?

MD – Conozco a Tabaré Vázquez desde hace algunos años, lo considero una gran personalidad y fue una gran alegría verlo como presidente de su país después de un período tan largo de lucha y de oposición. Tenemos que cooperar como izquierda europea, progresistas europeos con la nueva realidad de América Latina. Tabaré junto con Lula, con Ricardo Lagos, espero mañana con Michelle Bachelet y otros líderes, representan una realidad nueva muy importante para la izquierda, de líderes progresistas, reformistas y al mismo tiempo con una actitud realista de gobierno, pero firme en los valores, en la igualdad, firme desde el punto de vista de la democracia, de la paz, de la lucha contra la pobreza. Hay una relación muy fuerte, muy de amistad, y creo que tenemos que trabajar juntos para buscar nuevas ideas, nuevas perspectivas para la izquierda.

EC - ¿A qué se refiere concretamente? ¿Cuáles son esas nuevas perspectivas de la izquierda por las que habría que trabajar?

MD – El desafío más grande es construir una realidad democrática capaz de gobernar la globalización, porque en la experiencia del siglo pasado la izquierda democrática fue capaz de reglar el desarrollo capitalista, el capitalismo en cada país, y compatibilizarlo con la democracia y los derechos humanos, laborales y sociales. En el marco de la globalización todo eso es más difícil porque no tenemos la medida, el Estado nacional, que ha sido el instrumento de este compromiso. El gran desafío es construir una democracia global capaz de ayudarnos a gobernar el mundo y sus contradicciones después del fracaso de la globalización neoliberal, porque la ilusión de una globalización sin política, sin instituciones, dominada por la economía, que de esta manera el mundo podía ser el mejor mundo posible, fracasó, hay inequidades, conflictos y tenemos necesidad de política, de iniciativa política, de instituciones. Este es el desafío. Hemos conversado de esto con el presidente Clinton en setiembre, tenemos una cooperación entre la izquierda europea y los demócratas americanos, yo creo que América Latina tiene que participar. Ricardo Lagos fue a Nueva York con nosotros y esperamos a Tabaré.

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Mauricio Erramuspe
Foto: massimodalema.it