Entrevistas

La renuncia de Chifflet abre interrogantes en la interna del gobierno

El diputado socialista Guillermo Chifflet renunció a su banca al no votar el envío de tropas a Haití. ¿Es un asunto aislado o las distintas polémicas que hoy tiene el gobierno pueden desencadenar en situaciones de este tipo? El secretario general del Partido Socialista, Eduardo Fernández, afirmó que se debe "respetar las posiciones de los distintos compañeros y compañeras". "También debemos respetarnos en cuanto a los organismos que primero discuten y luego toman decisiones" en el Frente Amplio, agregó.

(Emitido a las 7.34)

EMILIANO COTELO:
Fue todo un sacudón, tanto para el gobierno como para el Partido Socialista. El diputado Guillermo Chifflet, uno de los nombres emblemáticos del socialismo uruguayo, renunció ayer a su banca que había ocupado durante 15 años. Chifflet no tuvo refuerzo de las tropas uruguayas en la misión de la ONU Haití pese a la declaración de "asunto político" resuelta por el oficialismo para laudar las diferencias que se habían suscitado en la interna.

Ustedes recuerdan que el primer capítulo de esta crisis se dio el mes pasado cuando la ministra de Desarrollo Social, Marina Arismendi, se negó a firmar el proyecto de ley que el Poder Ejecutivo remitía al Parlamento. Arismendi sostuvo entonces que la exposición de motivos era exactamente igual a la de los proyectos sobre  esa misión en Haití había remitido el gobierno del ex presidente Jorge Batlle y que ella, entonces senadora del Partido Comunista, había votado en contra. El presidente Vázquez consideró de recibo el argumento de Arismendi y promovió una nueva redacción de la exposición de motivos, cumplido ese trámite la ministra se avino a acompañar el proyecto de ley.

De todos modos, ese gesto de Arismendi no se trasmitió automáticamente a su partido. Los comunistas mantuvieron su discrepancia y su actual senador, Eduardo Lorier, recién aceptó votar el proyecto cuando éste fue declarado asunto político por la bancada del Frente Amplio (FA). Pese a que levantó la mano, cuando le tocó hacer uso de la palabra Lorier argumentó en contra y aclaró que votaba la otra postura por disciplina partidaria.

Así, el proyecto se aprobó por unanimidad en el Senado, con el apoyo de todo el FA, más los senadores blancos y colorados. Pero en la izquierda sabían que los problemas no habían terminado allí. Faltaba la instancia de la Cámara de Diputados, donde se anticipaba otro problema tanto o más delicado: la posición irreductible del socialista Guillermo Chifflet.

"Es una cuestión de principios y yo no veo que las cosas hayan cambiado [con respecto a] cuando, siendo oposición, sosteníamos nuestra postura contraria a la presencia militar uruguaya en Haití", dijo el diputado a mediados de esta semana.

Para complicar más las cosas, la bancada del Partido Nacional (PN) había hecho saber que si el FA no votaba en forma unánime los diputados blancos no acompañarían el proyecto.

El miércoles de tarde Chifflet fue visitado en su despacho por una delegación de su partido encabezada por el flamante secretario general, Eduardo Fernández. Según informó el diario La República, la intención era convencerlo de la necesidad de votar afirmativamente este proyecto y el Tratado de Protección Recíproca de Inversiones con Estados Unidos. El intento duró tres horas y, según la crónica, tuvo pasajes de discusión muy fuertes. La reunión culminó sin acuerdo. El legislador, de 78 años de edad, dijo que no pensaba modificar su postura negativa respecto del proyecto "Haití" y que si bien reconocía el recurso de mandato imperativo de la interna socialista, el tema en cuestión tenía más que ver con cuestiones de ética. "Pueden hacerme lo que quieran, me pueden echar si quieren, no me importa –dijo Chifflet con una sonrisa en los labios–, pasaré a ser un socialista teórico".

Ayer, llegado el momento del debate en la Cámara, Chifflet llevó su posición hasta las últimas consecuencias: cuando ya había terminado el tiempo que tenía para hablar, cuando la presidenta de la Cámara, Nora Castro, le señalaba que debía concluir, hizo el anuncio que resultó tan impactante.

(Audio)

"GUILLERMO CHIFFLET:
La bancada de mi partido, del FA, al que yo no renuncio por cierto, y la del PS antes decidieron que es mandato imperativo de los legisladores votar esto. Yo no puedo votar contra lo que son las convicciones más hondas de mi conciencia, por lo que he dicho y por otros argumentos más que tienen que ver con la acción del imperio y los poderes centrales del mundo en América Latina. Me retiro ahora, no voto, pero renuncio a la Cámara, ¡renuncio! Quiero estar de acuerdo y respetar la voluntad de la mayoría, pero quiero estar también tranquilo con mi conciencia. Gracias".

(Fin.)

EC - ¿Cómo analiza el Partido Socialista (PS) esta situación que ha quedado planteada? Para saberlo, estamos en diálogo con Eduardo Fernández, secretario general del PS.

***

Fernández, el Comité Ejecutivo se reunió anoche para considerar esto que sucedió y que se precipitó ayer.

EDUARDO FERNÁNDEZ:
Por supuesto, hasta altas horas de la noche estuvimos analizando la situación. Por supuesto, como lo ha manifestado la declaración que emitimos después de la reunión, estamos muy conmovidos, con mucho dolor por toda la situación que se dio con motivo de la discusión de este tema. Primero que nada queremos dejar muy claro que el PS dio todas las instancias de discusión interna posibles a los efectos de exponer por parte de todos los compañeros sus puntos de vista. Así lo hizo el Comité Central, que por primera vez me tocó dirigir, en el cual discutimos este y otros temas, como también varios ejecutivos nacionales más. Así también tuvo su discusión la propia bancada de diputados del FA en torno al tema, que resolvió declararlo asunto político y por tanto la obligación disciplinada de toda la bancada de acatar esta resolución que después de discutirse en profundidad se había tomado por amplísima mayoría.

EC – Chifflet fue muy claro en cuanto a que él admite y acepta el mandato imperativo, pero que no podía cumplir con él, no podía votar en contradicción con lo que habían sido sus posiciones en los últimos años. Por lo tanto renunció a su banca. ¿Cuál es su vinculación con el partido? ¿Cómo queda su vinculación con el PS?

EF – Los periodistas en general habrán visto que después de que el compañero tomó esta determinación, hizo su anuncio en el seno del pleno de la Cámara de Diputados, se retiró, por supuesto muy emocionado, se retiró a su casa y nosotros no hemos podido conversar con él.

EC – O sea que usted no ha conversado con él desde la tarde de ayer.

EF – No, no, por supuesto que no, hay que dar y respetar los tiempos de cada uno. Usted comprenderá la situación emocional de Chifflet en este momento. Pero Chifflet siempre ha manifestado, y lo dijo ayer, que siente y mantiene sus convicciones frenteamplistas y socialistas. En esta línea es que ayer el Comité Ejecutivo resolvió realizar todos los esfuerzos para que la renuncia a la banca no se concrete. Esto quiere decir que descartamos cualquier otro tipo de alejamiento, estamos hablando exclusivamente de la banca de Diputados después de este insuceso tan difícil que tenemos que pasar, en política son cosas duras que se dan.

EC - ¿Ustedes esperaban una decisión tan drástica como la renuncia a la banca? En esa reunión tan larga que tuvieron con él el miércoles por la tarde procurando convencerlo, ¿Chifflet llegó a manejar esa posibilidad?

EF – En la reunión del miércoles estuvimos analizando todas las posibilidades para que Chifflet, Guillermo, un entrañable compañero, tuviera distintas opciones u oportunidades para poder mantener sus convicciones y a su vez cumplir con la resolución inmensamente mayoritaria del conjunto de los legisladores frenteamplistas. Esto fue lo que analizamos. Por supuesto que en un momento Chifflet dijo "entonces abandonaría", y nosotros lo descartábamos. Si bien personalmente no puedo decir que no sabía nada, no me lo imaginaba, pensaba que en algún momento podía tomar esta actitud, pero no era lo que habíamos discutido. Y quiero aclarar –es menor pero importa decirlo– que el artículo que apareció en La República ayer no refleja para nada la discusión que mantuvimos, porque allí parece que hubiera sido una discusión violenta, cuando, al contrario, fue una reunión muy fuerte en cuanto a las convicciones pero de ninguna manera quien habla podría levantarle la voz a Chifflet ni a ningún otro compañero con antecedentes como los que tiene cuando se estaban discutiendo temas tan importantes, en los que unos y otros argumentos eran muy válidos pero yo tenía que plantear cuál era la resolución política tanto del PS como de la propia fuerza política.

EC - ¿Por qué tenía el FA que declarar asunto político esta votación? ¿Por qué no podía votar cada uno según su criterio, por qué en particular Chifflet no podía votar en contra?

EF – Primero que nada, las posibilidades de discusión interna se dieron, todos pudimos exponer nuestras posiciones. Segundo, decisiones de carácter interno que ustedes conocen bien han hecho que haya posiciones dentro del Frente, en algunos casos convicciones personales en cuanto a trayectorias como ésta de Chifflet, que llevaban a que muchos compañeros y compañeras legisladores quisieran tener una actitud de libertad. El Frente hizo sus análisis internos y entendió que debía resolver esta acción de asunto político, también en función de lo que usted informaba hace un rato, antes de la nota, en cuanto a que el PN había pedido que el conjunto del FA votara para sumarse, y era evidente que si se daba libertad de acción podíamos no tener los votos para cumplir con este proyecto de ley que el Poder Ejecutivo envió al Parlamento.

EC - Estamos ante un problema que ahora se manifiesta de manera "dramática" con la renuncia del diputado Chifflet a su banca, pero que está caracterizando estos primeros meses de gestión del FA en el gobierno, el problema que se da cuando hay que acompañar determinadas posiciones que implican contradicciones o por lo menos diferencias con posturas asumidas cuando el FA era oposición. Es un asunto delicado que ya tuvo otras manifestaciones, por ejemplo lo que ocurrió con el senador Lorier, del Partido Comunista, que se retiró de sala cuando se votaba en la Cámara Alta la autorización para la Operación Unitas, y ahora se produce directamente la renuncia de un legislador a su banca. ¿Cómo procesa el FA este problema, que es un problema clave, que puede dar lugar a inconvenientes incluso más serios?

EF – Es claro que el Frente está discutiendo, analizando; de hecho ha tomado decisiones como la de declarar este tema asunto político. Es muy claro que estamos ante una nueva situación, estamos en el gobierno, y que la fuerza política enfrenta situaciones muy distintas de cuando estábamos en la oposición. En este caso concreto el FA ya había tenido una discusión con respecto a este tema, el FA se opuso cuando el gobierno del doctor Batlle envió por primera vez fuerzas a Haití en función de la situación de prácticamente secuestro del presidente Aristide, sin embargo en diciembre del año pasado se volvió a votar el envío de un nuevo contingente y el FA lo votó en función de apoyar el proceso de redemocratización de ese país, tomando en cuenta que las fuerzas se encuentran allí por resolución de Naciones Unidas y son fuerzas de Naciones Unidas, es una fuerza multilateral latinoamericana. Hemos entendido que quitar esa fuerza en este momento sería, sin duda, dejar el campo libre para que las fuerzas imperialistas de Estados Unidos inmediatamente asumieran lo que están buscando, que es hacerse del control de Haití.

EC – Esa es la fundamentación del voto a favor de este refuerzo de tropas en este momento, pero mi pregunta apuntaba ahora al problema que con varios temas tiene planteado el FA, el problema de compatibilizar lo que han sido posiciones tradicionales con la gestión de gobierno. Se sabe que figuras como José D’Elía, Víctor Licandro, Eduardo Galeano, Mario Delgado Aparaín están realizando una recolección de firmas para convocar el Congreso del FA para que se discuta allí otro asunto polémico, otro asunto delicado de la interna, el tratado de inversiones con Estados Unidos, y plantean la discusión a partir de que se oponen a la votación del tratado. Entonces mi pregunta es: usted, como secretario general muy recientemente nombrado en el PS, ¿cómo encara este desafío, que es todo un tema para un partido de izquierda cuando asume el gobierno, y que tiene antecedentes, por ejemplo, en problemas que se han planteado y han derivado en divisiones en el PT de Lula, en Brasil?

EF – Por supuesto que la acción de gobierno siempre es difícil, estamos ante una nueva etapa muy importante para el FA, por primera vez en la historia de la izquierda estamos en el gobierno y por tanto hay que tomar determinaciones a veces muy difíciles. Pero para eso están los mecanismos de discusión interna, y en este caso concreto se discutió y se tuvo las instancias democráticas. Todos los uruguayos somos muy defensores de la discusión y de las resoluciones democráticas y sabemos que las mismas cuando se ponen a consideración tienen posiciones mayoritarias y minoritarias pero que cuando se resuelve respetamos las mayorías y así actuamos. Entendemos que como señal de madurez tenemos que ir dando los pasos y en el devenir de todas estas situaciones ir aprendiendo y tomando las resoluciones en cada momento.

EC - ¿Pero cómo se justifican las contradicciones? ¿Cómo se evita que se produzcan divisiones, que se produzcan fracturas?

EF – Eso es lo que tendremos que buscar con tranquilidad, lo que no podemos hacer es atacar resoluciones individuales, muy importantes, muy de cada uno, como la tomada por el compañero Chifflet. Son decisiones personales, el propio compañero reconoce o plantea –en el discurso que ustedes pasaban– que él no va a ir en contra de las resoluciones del Frente, admite que el FA dio sus discusiones y tomó sus resoluciones. Hay cosas que se pueden ir previendo, para las que se puede ir buscando soluciones, y otras que veremos cómo se resuelven en cada momento.

EC – Pero es todo un tema en los próximos meses para el FA.

EF – Sin duda, es todo un tema gobernar, es todo un tema saber afrontar los problemas que tiene la fuerza política y tratar de discutirlos dando las mayores garantías, pero llegados los momentos de resolución tenemos que saber que debemos acatar.

EC - ¿Pero cómo explica el hecho de que se den contradicciones con respecto a posiciones anteriores, que ahora se defiendan posturas que antes se criticaban?

EF – Usted insiste en esto. En diciembre del año pasado el FA, ante un mensaje que mandó el Poder Ejecutivo presidido por el doctor Jorge Batlle, en su inmensa mayoría votó a favor de reforzar las tropas que estaban en Haití en función de apoyar el proceso de paz y de redemocratización que se estaba llevando adelante allí y de lo que acabo de decirle.

EC – Sí, usted acaba de decir que fue en su inmensa mayoría, también en esa oportunidad hubo legisladores que no acompañaron y hoy hay dirigentes que siguen entendiendo que hay que mantener la oposición a esa misión de paz en Haití. Y así se da en otros temas que hoy están en el tapete.

EF – En este momento estamos hablando de este y yo le estoy diciendo que debemos respetar las posiciones de los distintos compañeros y compañeras, pero también debemos respetarnos en cuanto a los organismos que primero discuten y luego toman decisiones, y en este caso vaya que hemos discutido en el PS y en el conjunto del FA. Si usted me dice que nos vamos a seguir enfrentando con distintos problemas en función de resoluciones que tengamos que tomar, por distintas medidas que el Poder Ejecutivo y el gobierno tienen que tomar, que va a haber dificultades, por supuesto que sí y seguiremos buscando solucionarlas de la mejor manera posible. A lo largo de su historia el FA siempre se ha dado los mecanismos para resolverlas.

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Mauricio Erramuspe