Entrevistas

FA buscará "ajustar resortes", tras la votación del Tratado con Estados Unidos

Finalmente, todas las manos de los diputados frenteamplistas se levantaron para votar el Tratado de Inversiones con Estados Unidos. El FIdeL, grupo al que pertenece Doreen Ibarra, era uno de los opositores, pero aceptó el mandato imperativo con un "apoyo crítico". El episodio enseña que se debe profundizar la discusión interna y lograr una coordinación más ágil, para no trancar al Ejecutivo, dijo Ibarra.

(Emitido a las 7.56)

EMILIANO COTELO: Se votó esta madrugada, en la Cámara de Representantes, el Tratado de Protección Recíproca de Inversiones con Estados Unidos. El presidente Tabaré Vázquez logró su objetivo de alinear a toda la bancada de legisladores en apoyo al proyecto, que ya tenía media sanción del Senado de la República.

A diferencia de lo que ocurrió en la cámara alta, donde hubo un voto en contra –el del senador Eduardo Lorier del Partido Comunista (PCU)–, en esta oportunidad, todas las manos de los diputados frenteamplistas, los 52 votos, estuvieron a favor. ¿Cómo se llegó a ese resultado?

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EC – Estamos en diálogo con el diputado Doreen Ibarra, del Frente Izquierda de Liberación (FIdeL), 1001, Frente Amplio (FA).

Una precisión a propósito de su ubicación dentro del Frente. Usted pertenece al FIdeL, no al PCU.

DOREEN IBARRA: Por supuesto, pertenecemos al FIdeL, agrupamiento constituido en 1962 con distintos sectores de los partidos tradicionales, ex socialistas, etcétera.

EC - ¿Qué implicaba para el FIdeL esta circunstancia de votación del Tratado de Inversiones con Estados Unidos, teniendo en cuenta la postura tan radicalmente contraria de éste hacia este proyecto?

DI – Tanto el PCU como otros sectores políticos que integran la 1001, como el FIdeL, adoptamos nuestra posición en forma absolutamente independiente. Todos sabemos que el PCU actuó como PCU, no como Democracia Avanzada-1001. Y nosotros actuamos de la misma forma, recalcando que la diferencia parte de acatar o no, según cómo entienda el tema de principios cada sector político. En ese sentido, tanto el FIdeL como el PCU tenían una posición absolutamente clara de votar en forma negativa el proyecto del tratado. Esa es la diferencia.

EC – ¿O sea que el FIdeL, que usted representa, también se oponía al Tratado de Inversiones con Estados Unidos, pero, a diferencia del PCU en el Senado, aceptó el mandato imperativo cuando finalmente fue resuelto en la bancada de Diputados?

DI – Efectivamente. Ayer de mañana, en una sesión bastante extensa de la coordinación de bancada del Frente Amplio, se analizó el tema, se llegó a una conclusión por parte de la mayoría de los sectores políticos y los legisladores de implementar el mandato imperativo, con una votación de 49 votos a favor contra tres. Además, daba la casualidad de que habíamos sido corredactores de la resolución del Plenario Nacional de mayo de 1996, que implementaba el mandato imperativo. Por lo tanto, optamos por acatar las mayorías y dicha resolución y apoyar el tratado; más allá de las salvedades que hicimos en cámara, leyendo una declaración del Comité Ejecutivo del FIdeL.

EC – O sea que usted votó a favor pero hizo una argumentación en contra en sala.

DI – Sí, fue un apoyo crítico, como el que hicimos algunos sectores políticos en 1991 cuando se constituyó el Mercado Común del Sur (Mercosur). En esta oportunidad hicimos lo mismo, sin dejar de destacar, por supuesto, el esfuerzo que hizo nuestro presidente de la República para lograr algunos cambios que consideramos interesantes pero no suficientes; razón por la cual propiciamos tanto en la Mesa Política como en la bancada de Diputados la votación negativa. Acatamos las reglas de juego, no juzgamos a nadie. Entendemos que cada sector político tiene pleno derecho a actuar en consecuencia, pero tomamos esa decisión como FIdeL.

EC – Otro dato importante a tener en cuenta: el PCU como tal no tiene diputados.

DI – No.

EC – Por lo tanto no se dio la posibilidad de desobediencia al mandato imperativo, como se había dado en el Senado.

DI – Claro, la 1001, Democracia Avanzada, tiene un senador, que es el compañero Eduardo Lorier, y un diputado, que es quien habla.

EC – En definitiva no hubo votos en contra por parte de la bancada del FA. Los 52 votos terminaron yendo a favor y se sumaron los votos de la oposición.

DI – Sí. Si no recuerdo mal, la votación hoy de madrugada fue 84 en 84.

EC – La sesión terminó muy tarde. ¿Cómo fue la relación con las barras en esta oportunidad? Terminaron siendo desalojadas.

DI – Sí, lamentablemente, una vez más fueron desalojadas las barras como consecuencia de una serie de epítetos que se lanzaron al compañero Carlos Gamou, del MPP, cuando estaba haciendo uso de la palabra. La presidenta de la Cámara, la maestra Nora Castro, actuó de acuerdo al reglamento y, como tantas veces, tuvo que desalojar las barras. Esa es la pura verdad.

EC – Teniendo en cuenta su larga trayectoria en el FA... ¿qué edad tiene usted?

DI – Estamos cerca de los 66 años.

EC – Y está, por supuesto, entre los dirigentes fundadores de la coalición de izquierda en el año 1971. Este episodio, el del Tratado de Inversiones con Estados Unidos, con todas las complicaciones que le generó al hoy oficialismo, con los incidentes a que dio lugar en el Senado, con las barras insultando y presionando a la bancada del Frente (porque quienes estaban allí entendían que se estaba contradiciendo posiciones anteriores), con todas las alternativas que tuvo para que finalmente se consiguieran los votos, para que en Diputados terminaran estando los 52 votos a favor, ¿qué lecciones, qué marca deja en la historia del Frente Amplio?

DI – En la reunión que mantuvimos el otro lunes con el presidente de la República en Suárez y en las reuniones en la Mesa Política hubo un reconocimiento claro de que es necesario tomar en cuenta esta experiencia a fin de que, en estos temas complejos, que en algunos casos tienen que ver con principios de algunos sectores políticos, ajustemos al máximo los mecanismos internos, para asegurar, antes de tomar resoluciones, hacer un profundo análisis y consideración en la fuerza política, con el fin de permitir que todos los sectores, y –fundamentalmente- los integrantes de los comités de base y de los departamentales, tengan realmente opinión sobre el tema y una participación adecuada. Esa es la máxima experiencia que hemos logrado; y esto pasa también por el ajuste de una coordinación entre gobierno y Parlamento.

EC – Pero, justamente, los sectores de las bases y varios de los sectores del Frente denuncian que la forma como se procesó la definición de este asunto, que terminó resolviéndose en las bancadas de Senadores y Diputados, alteró lo que la orgánica del partido Frente Amplio estaba tramitando al mismo tiempo. Estos sectores habían logrado la convocatoria del Plenario del FA para el mes de febrero a los efectos de discutir este asunto y, sin embargo, se terminó votando en el Poder Legislativo. ¿Qué dice usted a propósito de esa crítica?

DI – Efectivamente, es así. Y nosotros como FIdeL estuvimos aliados a ese planteo. Pero esto justifica lo que dije con anterioridad: hay que profundizar la discusión interna en cada uno de estos temas difíciles y complejos. Esperemos –como también lo expresó el presidente de la República en esa reunión que mencioné– que ese tipo de situaciones no se vuelva a repetir por falta de un análisis que permita consensuar realmente las ideas o, al menos, que todos tengan oportunidad de discutir. No obstante, este tema viene siendo analizado desde hace bastante tiempo, ya que fue el presidente anterior, el doctor Jorge Batlle, quien firmó allá por octubre del año pasado el tratado. Luego fue visto en términos generales, pero faltó una definición de la Mesa Política, que nunca llegó a la mayoría necesaria o la participación directa del Plenario Nacional. Hay que solucionar ese tipo de cosas para el futuro. Y hay un compromiso, tanto del presidente del Frente Amplio, el compañero ingeniero Jorge Brovetto, como de todos los sectores.

EC – Me imagino que uno de los desafíos es compatibilizar los tiempos de una estructura bastante pesada, como la que tiene el partido FA, con las necesidades que implica gobernar.

DI – Sin duda; pero se van ajustando los resortes. Se están acelerando los procesos, y eso es lo que tenemos que ajustar para el futuro inmediato. Yo confío sinceramente en que este haya sido el último episodio de esta discrepancia - que sin ningún tipo de dudas nos dolió a todos -, a fin de que en el futuro tengamos una relación y una coordinación más ágiles, que permitan no trancar, no frenar al Poder Ejecutivo, a nuestro Poder Ejecutivo, pero al mismo tiempo que la fuerza política tenga oportunidad de opinar como corresponde.

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: María Eugenia Martínez