Mientras su partido político estaba teniendo serias dificultades por el Tratado de Inversiones con Estados Unidos, mientras se quemaban neumáticos en la puerta del Palacio Legislativo y las barras er

García advierte maniobra de Vázquez en la reunión con Lacalle

García advierte maniobra de Vázquez en la reunión con Lacalle

Mientras su partido político estaba teniendo serias dificultades por el Tratado de Inversiones con Estados Unidos, mientras se quemaban neumáticos en la puerta del Palacio Legislativo y las barras eran desalojadas, el presidente buscó generar un hecho novedoso con el fin de atenuar ese impacto político, dijo hoy el diputado Javier García. Y descartó que Larrañaga esté molesto por no haber sido el dirigente elegido para el encuentro.

(Emitido a las 8.52)

EMILIANO COTELO: "El senador Jorge Larrañaga está muy molesto con la entrevista que mantuvo el presidente Tabaré Vázquez con el ex mandatario y líder herrerista Luis Alberto Lacalle." Así dice hoy el diario El País, que agrega que si bien ha comentado que -a su juicio- él no fue citado para un encuentro de similares características porque en el Poder Ejecutivo lo ven como el principal opositor al gobierno, en los hechos, Larrañaga está irritado con que no haya sido a él, en su condición de presidente del Directorio del Partido Nacional, a quien se haya citado.

Varias fuentes de distintos sectores blancos explicaron a El País que, si bien Larrañaga ha manejado esa teoría para justificar la reunión de Vázquez con Lacalle el martes 27, en realidad, más allá de esas especulaciones, lo cierto es que está irritado con lo sucedido.

Vázquez le solicitó la entrevista a Lacalle el lunes 26 y la audiencia se concretó al día siguiente en la residencia del ex mandatario. Parece que Lacalle le informó a Larrañaga sobre la entrevista. Le pasó un reporte después de que se realizó la misma, mientras se trasladaba a su casa de la Barra de Maldonado. Le informó a Larrañaga porque consideraba que era su deber informarle.

En un primer momento, se dijo que el presidente quería entrevistarse con distintos líderes opositores, pero hasta ayer no había novedades de esos otros encuentros. En particular, Larrañaga no tenía noticias de que el presidente quisiera entrevistarse con él.

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EC – Estamos en diálogo con el diputado Javier García, de Alianza Nacional (AN), Partido Nacional (PN).
Usted pertenece a Alianza Nacional ¿cómo vio este encuentro Vázquez-Lacalle? ¿En qué medida usted forma parte de ese malestar?

JAVIER GARCÍA:
Me sorprendió mucho –respeto mucho la nota de prensa, por supuesto, y a los trabajadores de los medios– la noticia,  porque yo no tengo esa información. Aparte de integrar Alianza Nacional, soy el presidente de la bancada de diputados del Partido Nacional y no recibí ningún comentario. Estuve trabajando ayer con Larrañaga un buen rato de tarde y no apareció el tema en toda la reunión. Por eso me llama mucho la atención y lo descarto absolutamente. Mal podríamos molestarnos porque el presidente se reúna con dirigentes políticos, cuando, justamente, lo que estábamos reclamando era que el presidente hablara con el sistema político y no se aislara. No es un tema del Partido Nacional. El presidente se reunió por primera vez en 10 meses, por primera vez en el año, con los diputados y senadores de su partido político hace cinco días. Las reuniones políticas del presidente son un tema que abunde precisamente. Lo que pasa es que escasean. Y mal haríamos nosotros, que reclamamos que tenga un contacto político fluido –que hace a la vida democrática y a la riqueza institucional de los países en forma clave–, en quejarnos cuando habla.

EC – ¿Y el hecho de que la reunión haya sido con Lacalle y no con Larrañaga, que no se haya considerado en primer lugar al presidente del Directorio?

JG – El presidente de la República, que es un hombre bien inteligente, sabe que el doctor Larrañaga es el presidente del Directorio del Partido Nacional, pero al mismo tiempo es el líder del sector más votado en las elecciones pasadas. Eso lo tiene claro. Lo que buscó el presidente de la República fue otra cosa, que no va dirigida al Partido Nacional: va dirigida a tratar de minimizar el impacto político de la aprobación del tratado de inversiones en su grupo político. En el mismo momento en que, en la Cámara de Diputados, su partido político, el Frente Amplio, estaba teniendo serias dificultades, serios problemas internos, al mismo tiempo que estaba aplicando el mandato imperativo para tratar de dominar las voces disidentes que se negaban al tratado de inversiones, que se quemaban neumáticos en la puerta del Palacio Legislativo y que las barras eran desalojadas, el presidente busca generar un hecho político novedoso con el fin de atenuar ese impacto político en su partido.

EC – Usted lo ve como una jugada de distracción.

JG – No tengo duda ninguna, absolutamente. Esas noticias novedosas se generan no sólo porque las protagoniza el presidente de la República, que de por sí es el actor político principal del país, sino porque al mismo tiempo se genera un hecho novedoso en el sentido de que –aquí sí que hay un cambio– después de haberle puesto al doctor Lacalle durante años y años una serie de adjetivos, de haberle adjudicado todos los males, el presidente de la República, por suerte, reconoce que fue un gran presidente –y lo dice un hombre que no pertenece al sector del doctor Lacalle–. La novedad es que quien era hasta anteayer el depositario de todos los males ayer pasó a ser un gran amigo, un gran presidente y todos los adjetivos de buena calificación que le dio el presidente. La novedad está en tratar de atenuar, por un lado, el impacto político que le estaba generando el tratado de inversiones en su partido, y por otro en esto –acá sí que hubo un cambio–, en que Lacalle pasó de ser el depositario de todos los males a ser una referencia.

EC – Y ese cambio, esa forma de elogiar al doctor Lacalle y de destacar su ubicación en el tablero político como una de las principales figuras, uno de los principales líderes que el país tiene –esas fueron las palabras–, ¿para ustedes es al mismo tiempo un golpe indirecto a Larrañaga?

JG – No, de ninguna manera. El presidente de la República tiene la autoridad y al mismo tiempo la necesidad –el tema es que no la utiliza– de dialogar con quien quiera y cuando quiera. Él que elige los interlocutores es el presidente de la República. Durante este año, el presidente ha estado aislado del sistema político por voluntad propia. Y no es buena cosa. A los presidentes que recorren los caminos del aislamiento del sistema político no les va bien. Porque si hay algo que nutre a la democracia es el diálogo; sobre todo el diálogo con el que piensa diferente, porque dialogar con el que piensa igual a veces se torna incluso un poco redundante.
El presidente este año ha ignorado a la oposición. Cuando se reunió con el Partido Nacional (PN) y con el doctor Larrañaga fue a pedido del PN y del presidente del Directorio. Tampoco nos debería alarmar esta reunión –no alarmar, no nos debería llamar la atención–, porque hace tres meses el presidente de la República fue al despacho del doctor Larrañaga a informar acerca del tema de los derechos humanos. Es un episodio normal de la vida política que desearíamos que fuera mucho más frecuente. Así que, cuando sucede un episodio de diálogo, sería insólito que nos quejáramos porque es justamente lo que estamos reclamando. Ahí está el PN, está nuestro sector político y están el presidente del Directorio y los líderes sectoriales que conforman, en el seno del Directorio, la unidad de todo el partido.

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: María Eugenia Martínez