Entrevistas

Diputado blanco plantea elevar a ley decretos contra el tabaquismo

El diputado Miguel Asqueta presentará un proyecto de ley para establecer la prohibición de la publicidad de tabaco, la suba del precio y la creación de ambientes 100 por ciento libres de humo. Esto está comprendido en decretos emitidos en 2005 pero el legislador afirmó que con rango de ley serían más efectivos. "La principal arma de destrucción masiva no es un arma de fuego ni una bomba, es un cilindrito con un vegetal picado adentro que uno enciende en la punta", afirmó Asqueta.

(Emitido a las 8.25)

JOSÉ IRAZÁBAL:
¿Hasta cuándo seguiremos viendo publicidad de cigarrillos en los medios de comunicación? ¿Hay establecida una fecha a partir de la cual se prohiba que este tipo de publicidad sea emitida a través de los grandes medios?

Textualmente hay un piso de un convenio al que ha adherido Uruguay internacionalmente: el Convenio Marco de la Organización Mundial de la Salud para el Control del Tabaco, que dice en su punto 13: "Las partes reconocen que una prohibición total se debe hacer de la publicidad, la promoción y el patrocinio, que reduciría el consumo de productos de tabaco. Cada parte de conformidad con su Constitución o sus principios constitucionales procederá a una prohibición total de toda forma de publicidad, promoción y patrocinio del tabaco. Dicha prohibición comprenderá una prohibición total de la publicidad, la promoción y el patrocinio transfronterizos originados en su territorio".

Ayer el diario El Observador informaba sobre una iniciativa parlamentaria que pretende incorporar esa disposición dentro de nuestra legislación. Se trata de un anteproyecto de ley que viene elaborando el diputado Miguel Asqueta, de Alianza Nacional, Partido Nacional, que tiene por objetivo comenzar a reglamentar a través de una ley las disposiciones contenidas en este convenio marco que también firmó Uruguay.

***

Diputado Asqueta, ¿en qué fase está actualmente el proyecto?

MIGUEL ASQUETA:
Estamos en la etapa de borrador concreto, con puntos que ya están muy bien definidos. En este mes de enero es un poco difícil que los parlamentarios nos veamos. Ya iniciado febrero y vueltos a la actividad concreta comenzaremos a dialogar con nuestros compañeros parlamentarios de todos los partidos con representación para ir concretando puntos, ir poniéndonos de acuerdo. Sabemos que lo ideal en este tipo de leyes que contemplan una política como la del control del tabaco, debe ser una política de Estado tanto del Ministerio de Salud Pública como de quienes tenemos que legislar. Nuestro país de una vez por todas tiene que empezar a tomar como política de Estado estos temas. Esperemos que tenga el consenso más amplio posible y de hecho no soy el único, hay legisladores también de otros partidos que están profundamente comprometidos en este tema.

JI - ¿Por qué lo toma usted, un diputado de la oposición, cuando el propio presidente Vázquez ha sido un abanderado de la lucha contra el tabaco, como lo ha hecho saber en los lugares por donde ha pasado y ha sacado algunos decretos que en marzo introducen algunas disposiciones severas en la limitación del hábito de fumar?

MA – Es muy sencillo, no es que lo tome yo. Dudo de que este país hubiera emitido los decretos que emitió el 31 de mayo si el presidente de la República no hubiera sido un médico oncólogo con amplio conocimiento del tema. Me importa poco que sea de mi partido o de otro partido. En ese sentido, yo soy enormemente menos conocido y tengo menor incidencia política que el presidente de la República, y por eso, como tal vez ni el propio cuerpo periodístico ni la población nos conozcan, también tenemos años de trabajar en el tema, obviamente que con menor calificación. No me estoy comparando en la actividad académica con el presidente pero soy médico de profesión, tengo más de diez años en el trabajo en atención primaria de salud y largos años de estudio, profundización y conocimiento del tema control del tabaco.

Conocemos el tema en profundidad y nos habíamos como una de tantas metas como parlamentario hacer cumplir las prerrogativas del Convenio Marco para el Control del Tabaco, aprobado y siendo ley firme en nuestro país de junio de 2004.

JI – Es interesante ese planteo, que esto tiene mucho que ver con la profesión y el perfil del presidente de la República.

MA – Indudablemente.

JI – Sin embargo hay legislación muy fuerte que está comenzando a regir en España y en otros países de Europa, como que hay una movida internacional en el tema también.

MA – Hay una movida internacional porque el Convenio Marco que se aprobó en el año 2003 en la OMS es el primer tratado mundial de salud pública como respuesta a la epidemia de tabaquismo, que es la principal causa de muerte evitable en el mundo. O sea que la magnificación del problema hace que se esté actuando en el mundo consensuadamente. No olvidemos que el problema se conoce y viene siendo trabajado seriamente desde hace décadas. Tal vez, por la masificación del problema, la conscientización y la información del público es muy difícil porque estamos frente a una actividad lícita. Los industriales que cultivan, manufacturan y procesan este producto –que personalizamos en el cigarrillo, pero los productos del tabaco son muchos– realizan una actividad que es lícita en todo el mundo, es lícito el cultivo, son lícitas la comercialización y la venta, entonces es un tema en el que se invierten enormes sumas de dinero para promover su consumo. De ahí el hecho tratar de limitar la difusión por vía publicitaria.

JI – Usted supone que la OMS también es un factor que inclina definitivamente la balanza para poner a esto como tema a nivel mundial. Sigamos avanzando en el proyecto uruguayo. ¿Por qué este proyecto en el que usted está trabajando elige algunos elementos del Convenio Marco de la OMS y no todos?

MA – Elige algunos por dos razones, la fundamental es que está demostrado científicamente por múltiples estudios estadísticos y por la experiencia política ya mundial de países que han avanzado en este tema, que hay tres o cuatro puntos que son los fundamentales. De los 20 y tantos puntos sobre los cuales se podría actuar, hay tres o cuatro que son absolutamente fundamentales y está demostrado que reducen no sólo el consumo sino que en los países –tal vez lo más importante– les abaratan los costos a sus ciudadanos, a sus contribuyentes, costos sanitarios, en vidas humanas, costos sociales múltiples. Estos son: la prohibición en lo posible total de la publicidad, la elevación del precio de los productos del tabaco sobre la base de cargas impositivas tributarias y los ambientes 100 por ciento libres de humo de tabaco.

La publicidad, promoción y patrocinio del tabaco son elementos clave sobre los que hay que legislar. No en vano los decretos emitidos el año pasado apuntaban a esto.

JI – Eso le iba a preguntar. Hay cuatro decretos del Poder Ejecutivo del 31 de mayo del año pasado que establecen prohibición de fumar en lugares cerrados, públicos y privados, o sea bares, restoranes y edificios públicos, la prohibición de patrocinar eventos deportivos por parte de cigarrillos, la prohibición de publicitar en televisión en horario de protección al menor y la prohibición de agregarles a las marcas vocablos como "light". ¿Por qué se necesita una ley si ya están estos decretos del año pasado?

MA – Entre otras cosas, porque va a haber bibliotecas cuando se comience a discutir este tema que nos dicen que el rango de la norma tiene mucho que ver con el recurso que se puede interponer ante ella y con el efectivo cumplimiento. Con esto reconocemos que es muy discutido y en esto yo tal vez no sea el que tiene más autoridad, pero tanto el año pasado cuando salieron los decretos como ahora cuando se presente el proyecto de ley vamos a ver que van a salir constitucionalistas, juristas con enorme calificación en nuestro país con algunas bibliotecas a decir que los recursos administrativos como los decretos son fácilmente recurribles, no tienen el carácter de una norma legal.

JI – Esa ley va a fortalecer, se va a poder parar de otra forma.

MA – Exacto. Y se va a decir que nuestra Constitución habla en algunos artículos de que "la ley determinará" algunos detalles.

JI – Hablábamos de la prohibición de difundir publicidad sobre cigarrillos y ya se empiezan a escuchar algunas voces divergentes con esta medida. Ayer el diario El Observador consultaba al presidente de la Asociación Uruguaya de Agencias de Publicidad, Emir Cámara, quien aseguraba que todo producto que se puede vender se puede publicitar, si no, no es comercializable, y en este mismo sentido se expresaba ayer en Índice 810.

(Audio)

"EMIR CÁMARA:
Mi posición es que todo aquel producto que se vende libremente se puede publicitar libremente, todos aquellos productos que se venden con determinadas restricciones se deben publicitar con determinadas restricciones, y aquellos productos que no son de venta libre no se pueden publicitar".

(Fin.)

JI – Cámara dice que no es fumador, señaló que está de acuerdo en que se limite o se intente reducir el consumo de trabajo, "pero restringir la publicidad del cigarrillo. Es algo totalmente distinto, y si se quiere llevar a cabo se debe restringir la venta del producto". ¿Qué opinión le merecen estas consideraciones?

MA – En primer lugar, no vamos a polemizar con la empresa, por otra parte las empresas de publicidad son entidades absolutamente lícitas. Dos o tres puntos, en las palabras escuchadas recién se establece claramente que los productos que no son de venta libre se deben restringir; recordemos que el cigarrillo no es un artículo que tenga libertad absoluta en la venta, ya que no se les puede vender a los menores de 18 años y no deberían consumirlo, eso está expresamente establecido.

JI - ¿Qué pasa con el alcohol? Estamos en la misma.

MA – Sí, y tiene también las restricciones adecuadas, el alcohol no se les puede vender a y no lo pueden consumir los menores de 18 años y podríamos hablar programas enteros de cómo se violan las normas.

JI – Habría que prohibir también la publicidad del alcohol.

MA – No sé, vamos a hablar de la del cigarrillo, porque no debemos descuidar en este momento la realidad, estamos hablando de una droga que es fuertemente adictiva, más que algunas drogas ilegales y que ha causado una epidemia que se inicia aproximadamente en el 80 por ciento de los consumidores en la minoría de edad, que es cuando está prohibido su consumo, cuando una persona no tiene capacidad volitiva total, a tal punto que antes de los 18 años no se puede votar, ir a la guerra, casarse ni tener tarjeta de crédito, etcétera.

JI – Con el alcohol estamos más o menos en la misma.

MA – Absolutamente y por eso también estamos preocupados, pero no nos desviemos de este tema, en el cual lo que tenemos que tratar de lograr es que de ninguna forma se induzca al consumo a quienes no tienen capacidad volitiva absolutamente desarrollada, como los menores de edad, y por lo tanto cuando ya están enganchados, cuando están adictos, se les hace terriblemente difícil abandonar esto que no es un simple hábito, no es un vicio sino una enfermedad. En este aspecto, si analizáramos muy bien cuáles han sido las campañas publicitarias más exitosas, veríamos que están dirigidas precisamente a este público. Recordemos, sólo como ejemplo muy breve, la hermosa pieza –hermosa desde el punto de vista técnico– publicitaria-televisiva-musical en la cual una cantante de tangos de 19 años, un grupo de rock, un discjockey de los que ahora están de moda, el más famoso, el más famoso cantante popular de los últimos 20-25 años de Uruguay era el que hacía la música principal, el icono de las canciones para niños populares y candomberas bailaba y se presentaba, toda la gente sabe a qué me estoy refiriendo...

JI – Usted habla del aviso de Nevada concretamente.

MA – Ese aviso no está dirigido particularmente a un adulto de 40 años que ya tiene la adicción y tiene que entrar en otra fase. Ese aviso, si uno lo mira, es terriblemente enganchante para el público joven. Como si fuéramos a tantos otros avisos internacionales de los bólidos de Fórmula 1 y tantos otros, diríamos que se vincula normalmente para iniciarse en este consumo con lo exitoso, con lo atractivo desde el punto de vista físico, erótico, etcétera, con la vida saludable, y nada más lejos de la vida saludable.

JI – El que hace publicidad la hace para conseguir más clientes, eso es igual en todos los rubros.

MA – Justamente, entonces tendríamos que plantearnos la ética, pero de una empresa que en este caso es un cliente, sino la ética de permitir, contraviniendo el tratado que nuestro país tomó como ley el año pasado, de vender muerte. Ese es el tema fundamental. Y no olvidemos que el vaquero de Marlboro –para los que tenemos más de 30 y pico– se murió de cáncer de pulmón.

JI – Usted se acuerda de la tropilla cruzando el río, seguramente.

MA – Absolutamente, y está demostrado estadísticamente, sobre todo en Estados Unidos, la incidencia que tuvo en jóvenes por sobre todas las cosas ese modelo para empezar a fumar.

JI – ¿Ese dato está chequeado o es un producto del marketing también?

MA – Absolutamente, y usted o cualquier persona informada podría consultar a expertos en la materia, que los hay y muy buenos en este país, y ver las estadísticas de muchos países del primer mundo que ya las tienen con respecto a la incidencia de todos estos roles modélicos y la normalización del consumo, que es lo que hay que combatir. Tenemos que tratar de llegar a algo fundamental: que el fumador no sienta que se lo está combatiendo a él como persona, sino que lo que hay que combatir es el hecho de fumar. La principal arma de destrucción masiva que tiene la humanidad no es un arma de fuego ni una bomba, es un cilindrito con un vegetal picado adentro que uno enciende en la punta y puede matarlo.

JI – Después de todo esto que estamos escuchando, ¿por qué no se prohibe directamente la venta del cigarrillo, y ya está?

MA – Si se quiere entrar en esa discusión, entramos; no es lo que vamos a plantear en este momento, pero se puede, algunos países han planteado esa discusión. Creo que en nuestro país en este momento no se debe plantear eso sino la discusión en profundidad de los capítulos que ya posee y que son ley firme a través del Convenio Marco.

JI – Usted dice que en Uruguay hoy se lo puede plantear.

MA – No sé exactamente qué verbo usé, digo que las sociedades deben madurar y acompasar sus decisiones políticas y sociales a la información de su público y a lo que la soberanía de su ciudadanía diga. Está maduro el público, ha tomado conciencia del tema, las estadísticas realizadas el año pasado en nuestro país, las consultas que han realizado incluso muchos medios de comunicación dan que cerca del 70, 80 por ciento del público estaría de acuerdo en limitar el consumo en los lugares cerrados, restringir la publicidad. Le estoy hablando de cifras tentativas y primarias de encuestas primarias. Quién le dice que dentro de unos 15 o 20 años uno no pueda estar hablando de prohibir un producto que si hoy se fuera a incluir en cualquier país serio no pasaría ninguna norma de bromatología, ninguna norma de ningún ministerio de salud pública, porque un producto con 4.500 sustancias tóxicas, de las cuales 70 son cancerígenas tipo A, o sea que no importa en qué grado de exposición uno las consuma para llegar a tener cáncer, entre otras enfermedades, no creo que pasara ninguna norma de ningún país civilizado.

JI – Usted decía que es la sociedad la que va tomando conciencia y generando cultura sobre estos temas; hay otros temas muy graves, hablábamos del consumo de alcohol, la relación en Uruguay con los accidentes de tránsito, la principal causa de muerte de los menores de edad, sin embargo no se ve una campaña en ese sentido ni una preocupación tan fuerte como la que se ha planteado con el tema del cigarrillo –sin defender el cigarrillo, yo no fumo–.

MA – Coincido, y es más, me sumo a cualquier iniciativa que pueda darse con respecto al control del consumo de alcohol o cualquier otro, ya que es un verdadero flagelo, la segunda causa de muerte en jóvenes, sobre todo alcoholizados y sobre todo en algunas fechas o días de la semana, como fines de semana. Como dato, el tabaco mata más personas que las drogas ilegales -como heroína y cocaína-, el alcohol, el sida, los incendios, los homicidios, suicidios y accidentes de automóvil todos juntos, mata mucho más porque por ninguna de estas causas mueren tantos uruguayos por día. Uruguayos, porque a veces la gente cree que hablamos de estadísticas estadounidenses o de los alemanes o los japoneses, en Uruguay muere más gente por hechos directa o indirectamente vinculados con el consumo de tabaco que por todos estos flagelos que nombré. Estos flagelos tienen más prensa y llevan a más sentimiento de compasión y de temor en la población.

JI – Sobre el proyecto concretamente, ¿cuándo puede haber un proyecto armado, con una evaluación política, una consulta con el gobierno?

MA – Aspiramos a que en el mes de marzo esto pueda ser presentado formalmente en las cámaras después del diálogo. Se trabajará en la redacción final durante todo el mes de febrero, tal vez nos tome algunos días de marzo, pero levantado el receso el 1 de marzo queremos que en ese primer mes se dé la discusión pública del tema para que se pueda debatir ampliamente en las comisiones parlamentarias o donde haya que dar la discusión con respecto a este proyecto, que incluye un par de capítulos grandes como este y sería conveniente incluir por ley el tema de los ambientes 100 por ciento libres de humo de tabaco, además de algunos otros temas menores.

JI – Esto también va a estar en la ley.

MA – Pienso que sería adecuado poner estos dos ítems por lo menos. Lo de los impuestos lo dejaríamos por fuera porque siendo un factor absolutamente fundamental, está previsto –parecería que está hablando un diputado del gobierno, lo que pasa es que me informo y les pregunto a los actores, lo he hablado con el propio director de Rentas, el contador Zaidensztat– que en la reforma tributaria vendría la imposición de IVA a los tabacos, porque es vergonzoso que nuestro país tenga IVA al pan, las galletas, consumos de primera mano para la gente más necesitada y cero por ciento de IVA al tabaco. Como esperamos que venga en el proyecto de reforma no lo haremos por ley; si no inmediatamente haremos otro anteproyecto de ley.

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Mauricio Erramuspe