Morales asume con un mensaje indigenista y "de unidad"
Las ceremonias y festejos por la asunción de Evo Morales como presidente de Bolivia dejaron una impresión en el diputado Luis Rosadilla que el dirigente tupamaro "dificilmente olvide". Contactado en La Paz prefirió no comentar la decisión de Tabaré Vázquez de no asistir. "Yo vine como representante del pueblo uruguayo, me siento enormemente orgulloso y feliz de haber participado en esta fiesta. Me voy habiendo aprendido mucho", afirmó.
(Emitido a las 8.45)
(Audio)
"EVO MORALES:
Para recordar a nuestros antepasados, por su intermedio, señor presidente del Congreso Nacional, pido un minuto de silencio para Manco Inca, Tupaj Katari, Tupac Amaru, Bartolina Sisa, Zárate Villca, Atihuaiqui Tumpa, Andrés Ibañez, Ché Guevara, Marcelo Quiroga Santa Cruz, Luis Espinal y a muchos de mis hermanos caídos cocaleros en la zona del trópico de Cochabamba, por los hermanos caídos por la defensa de la dignidad del pueblo alteño, de los mineros, de miles de millones de seres humanos que han caído en toda América, y por ellos, presidente, pido un minuto de silencio."
(Fin.)
JOSÉ IRAZÁBAL:
Con el puño izquierdo en alto y la mano derecha en el corazón, el ex líder cocalero Evo Morales, de 46 años de edad, asumió sobre las 2 de la tarde de ayer como presidente de Bolivia. Un acontecimiento que tiene ribetes históricos en la medida que se trata del primer mandatario de origen indígena en 180 años de vida republicana de Bolivia.
ANDRÉS GIL:
Morales prometió refundar el país. Bolivia es el país más pobre de América del Sur y viene de vivir tres años muy complicados de inestabilidad política y revueltas más que frecuentes. "Queremos cambiar a Bolivia no con balas sino con votos", dijo Morales durante la sesión del Congreso que lo invistió en su cargo para un mandato de cinco años después del triunfo electoral con el 53,74 por ciento de los votos.
JI Morales no pudo contener el llanto cuando abrazó al nuevo vicepresidente, Álvaro García Linera, después de recibir la banda y el medallón presidencial bajo el cerrado aplauso de los 157 legisladores y los 11 mandatarios extranjeros, entre los que se destacaba el actual presidente de Chile, Ricardo Lagos.
AG Una presencia que no pasó inadvertida, de hecho Lagos fue uno de los blancos preferidos de los fotógrafos en función del conflicto que su país mantiene con Bolivia.
JI Para tener una impresión de primera mano de esta ceremonia del día de ayer, de cómo vivió el pueblo boliviano este momento histórico, estamos en contacto con el diputado del MPP Luis Rosadilla, desde La Paz.
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Diputado Rosadilla, ¿qué impresión personal nos puede acercar de la ceremonia de asunción ayer de Evo Morales?
LUIS ROSADILLA:
Es una sensación bastante difícil de transferir, son como pinturas, fragmentos de algo que uno todavía no termina de encajar totalmente. Esto se vivió en varios planos. Uno es el plano del gobierno, de quienes vinimos como invitados, quienes participamos en las ceremonias protocolares, que fue muy fuerte, muy bueno, muy integrador, muy sincero... Si quisiera definirlo con una palabra: muy humano, muy desempacado.
Pero el más importante, del que tengo la impresión más viva, más fuerte, es el de la calle, el de la gente. Y no me refiero solamente a la multitud que ayer festejó, a las multitudes cuando se juntaron. Tuve una impresión inmensamente diferente de las que uno ya ha vivido de festejos, al ver, por ejemplo, en una calle muy lateral de La Paz a tres ancianas indias cantando abrazadas entre sí, no sólo festejando, no sólo con alegría, sino con mucha felicidad, algo extraño para nosotros porque claramente no estaban festejando una victoria electoral ni la asunción de un presidente, sino algo con mucha más historia, con mucha más trascendencia para esa raza tan oprimida, olvidada y excluida de su propia tierra pero que es más del 60 por ciento de la población.
Por lo tanto, es un cuadro variopinto que se llena con imágenes diferentes en el que sobresale esa comunicación, esa identidad entre el nuevo gobierno, las comunidades indígenas, los movimientos sociales, los trabajadores organizados, los campesinos, las multicoloridades de este país, su multilingüismo, sus diferentes facetas, cómo todo eso se congrega y se congregó en torno a este gobierno.
JI Usted dice que fue una ceremonia de asunción diferente de las que había visto hasta ese momento. ¿En qué marca esas diferencias?
LR En todo, en todo. La seguridad, por ejemplo, es una cosa totalmente suelta, una cosa sin grandes aspaviento, sin mucha bulla; la forma de hablar totalmente espontánea, desempacada, sin ningún ceremonial, en el Parlamento mismo el propio Evo le dice en un momento a un parlamentario: "¡Eh, amigo, no se me duerma que estoy hablando justamente de su zona!".
JI Fue un discurso de dos horas.
LR Sí, pero muy suelto, más allá de la emoción que claramente embargaba al presidente y a todos los que allí estábamos. Y de tarde en la Plaza de los Héroes, cuando habló frente a la multitud, también, un discurso donde de repente se paraba e invitaba a uno a la tribuna: "Por allá está fulana, vení, danos un saludo", entonces venía esa persona, daba un saludo en su idioma y luego alguien lo traducía; y por allí invitaba a un presidente o a un delegado extranjero a que también viniera y diera un saludo. Algo absolutamente diferente de aquello a lo que nosotros estamos acostumbrados, sin las estridencias discursivas que conocemos por nuestros lares, y con una calidez y una profundidad realmente impactantes.
Lo mismo en la noche, en la recepción que se hizo en la Casa de Gobierno, donde pudimos compartir un rato con el vicepresidente y el presidente de una forma absolutamente suelta y amigable de conversación y de temáticas de agenda. Es difícil transferirlo.
AG Al margen de lo estrictamente folclórico y particular que tuvo la ceremonia de asunción y la recepción que usted señalaba recién, también fue un día de mensajes bastante contundentes en algunos planos.
LR Sin duda, muy fuertes.
AG - ¿Cuáles podría destacar?
LR Varios. El primero es el compromiso de una revolución en democracia, como dicen los muros en Bolivia, "cambios en la democracia", "revolución en la democracia". El segundo es refundar y no reformar la Constitución boliviana, para lo que ya hay un compromiso, el 2 de julio se elige una asamblea constituyente que se va a establecer el 6 de agosto de este mismo año para refundar Bolivia y llevar adelante un proceso autonómico como el que ese país, según sus habitantes, según los bolivianos, necesita. Pero hacer un compromiso muy fuerte con la tierra y todos los recursos naturales, la nacionalización de los recursos naturales y la expropiación de todas las tierras improductivas y su redistribución entre los campesinos. Un mensaje hacia los países de la región y del mundo para una integración igualitaria y un comercio justo. Un compromiso de universalizar la seguridad social. Un mensaje muy claro a Estados Unidos de hacer un frente común para luchar contra la cocaína y contra el tráfico de droga, o sea contra la industrialización y la comercialización infame de la hoja de coca, pero no contra la hoja de coca, producción natural, histórica de estas comunidades y estos pueblos. Un enorme compromiso de terminar con el analfabetismo en Bolivia, que todavía alcanza a más del 20 por ciento de la población de este país. Un fortísimo compromiso de instrumentar medidas de salud que rápidamente atiendan las necesidades básicas de la población. Un feroz combate a la corrupción. Medidas concretas moralizadoras del sistema político, primero haciendo una declaración muy clara de los bienes del presidente y del vicepresidente que van a ganar lo mismo, dicho sea de paso y bajando sus sueldos a la mitad, solicitándole al Congreso que haga lo mismo, a los parlamentarios.
Hay muchísimos puntos muy fuertes, lo dijo con toda claridad el presidente: fíjense que en 500 años ninguna materia prima de Bolivia ha sido industrializada en Bolivia, siempre mandamos la materia prima en bruto que luego compramos a precios de ópera a los mismos países a los que se la vendemos por vintenes. Un muy duro compromiso de industrializar y recobrar para la nación boliviana sus recursos naturales.
AG Al margen de ese tipo de mensajes, también había un mensaje importante para la interna en un país que ha vivido tiempos turbulentos en los últimos años y que seguramente buscará un equilibrio que va a tener que contemplar a todas las clases de la sociedad de modo que eso sea sostenible. ¿Cómo vio eso en cuanto a la posición de los derrotados en las elecciones? ¿Cuál es el clima de quienes hoy no son gobierno de cara al mandato de Evo Morales?
LR Hay un clima de enorme esperanza, de enorme expectativa, de enorme confianza, que el gobierno a su vez respalda con un discurso muy claro. Son 500 años de opresión, de esclavitud, de postergación, de exclusión de los pueblos indígenas, mayoritarios en esta zona, son casi el 65 por ciento de la población y este es el primer presidente indígena. Lo han dicho con mucha claridad: no venimos por revancha, no venimos por venganza, venimos a unir a todas las comunidades, a todas las lenguas, a todos los pueblos, a todas las creencias en un solo país, venimos a sumar, a integrar, a no excluir, porque aprendimos de la historia que un pueblo que oprime a otro no puede ser feliz, no puede ser libre. Lo que puede ser oposición política, dentro del propio gobierno puede haber y seguramente va a haber contradicciones, pero hay una filosofía de gobierno muy clara y una voluntad muy directa de integrar a todos los actores sociales, políticos, culturales, económicos a una transformación que Bolivia claramente necesita. Es un discurso muy fuerte.
JI Después de haber vivido esto, ¿no le parece que ameritaba que hubiera estado el propio presidente Vázquez en la ceremonia de ayer?
LR Son decisiones que toman la Presidencia de la República y el Ministerio de Relaciones Exteriores. Yo puedo hablar con el corazón pero en estas cosas intervienen el conjunto de los compromisos y otro tipo de elementos que yo no manejo y por lo tanto no puedo hacer un juicio en ese sentido.
JI - ¿Usted tuvo alguna explicación de por qué no iba el presidente?
LR No la tuve, no la pedí ni corresponde. Es una decisión exclusiva del presidente y el ministro de Relaciones Exteriores. Yo vine como representante del pueblo uruguayo, me siento enormemente orgulloso y feliz de haber participado en esta fiesta. Me voy habiendo aprendido mucho y sobre todo que tengo mucho más para aprender. Me voy con una impresión muy fuerte, que ya había tenido cuando vine a las elecciones el mes pasado, pero el sábado, el domingo y seguramente la jornada de hoy van a ser días que difícilmente olvide.
AG - ¿Recibió algún tipo de mensaje, de señal de algún integrante del gobierno boliviano a propósito de la ausencia de nuestro presidente?
LR Hablé unos 15 minutos ayer con el vicepresidente García Linera sobre este tema, lo trasmitiré a quien corresponde, pero con Evo, en los cortos minutos que conversamos, no tocamos este tema.
AG - ¿Hubo algún tipo de respuesta o de señal a propósito de por qué no se incluyó a Uruguay en la gira que realizó Evo Morales por los países de la región?
LR No, particularmente no tuve ninguna señal en ese sentido.
Documento relacionado:
Discurso de asunción de Evo Morales (Bolpress)
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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Mauricio Erramuspe