Informes

El preacuerdo de Chile

Sorpresivamente y tras muchos desmentidos y versiones que indicaban que no se produciría una conversación entre los presidentes, Tabaré Vázquez y Néstor Kirchner se reunieron en Chile. Y, además, sellaron un acuerdo que podría encaminar la solución al conflicto por la construcción de las plantas de celulosa. En este primer informe, sepa cómo se dieron los pasos que llevaron a ese encuentro.

(Emitido a las 7.45)

EMILIANO COTELO:
La noticia que vino desde Chile el sábado de mañana fue toda una sorpresa. Los presidentes de Uruguay y de Argentina no sólo se reunieron, sino que además alcanzaron un pre-acuerdo que busca encauzar la crisis por las plantas de celulosa.

Desde entonces, en nuestro país no se habla de otra cosa.

En general, se amontonan las preguntas sobre el alcance del entendimiento; en Fray Bentos hay preocupación; en el oficialismo se opta por la cautela a la espera de mayor información... Y en la oposición las primeras opiniones han sido muy severamente críticas a lo actuado por el primer mandatario, con lo cual se resquebraja la unidad multipartidaria que se había creado en torno a este asunto.

Antecedentes

En las semanas previas a la asunción de Michelle Bachelet en Chile y ante las especulaciones de los medios de comunicación porque Tabaré Vázquez y Néstro Kirchner coincidirían en Santiago, en la ceremonia y en los actos protocolares, distintas voces de ambos gobiernos respondieron enfáticamente que no había un encuentro pactado entre los presidentes para tratar el conflicto por las plantas de celulosa.

Sin embargo, por lo visto, el presidente saliente de Chile, Ricardo Lagos, tuvo éxito en la gestión de acercamiento que había anunciado. Las primeras conversaciones entre Vázquez y Kirchner se dieron en la cena organizada por Lagos en la noche del viernes en el Palacio de la Moneda. Y el sábado de mañana los dos presidentes volvieron a reunirse en el Hotel Sheraton de Santiago, donde se encontraban alojados. Al final de esa audiencia recibieron a la prensa, ante la cual emitieron un brevísimo mensaje:

(Audio)

"TABARÉ VÁZQUEZ:
Luego de una conversación y análisis de la situación que están viviendo nuestros dos países y nuestros pueblos hermanos hemos resuelto en conjunto, solicitar, pedir un gesto a las empresas que están construyendo las plantas de producción de pasta de celulosa y a los ciudadanos argentinos que están cortando los puentes de los dos países, que las primeras detengan por un tiempo máximo, máximo, de 90 días en la construcción de las plantas y que inmediatamente se levanten los cortes de los puentes a efectos que nos podamos reunir a negociar entre ambos presidentes, una solución definitiva para el tema".

(Fin del audio)

Sin hablar de fechas concretas, el presidente Vázquez dijo también que una vez concretados el fin de los piquetes y la suspensión de las obras de construcción de las plantas, los dos jefes de Estado volverán a reunirse, esa vez en Colonia, en la estancia presidencial de Anchorena, donde se establecerán las bases de un acuerdo. También se prevé realizar, si es necesario, un segundo encuentro en la ciudad de Mar del Plata, donde se cerraría el acuerdo.

Bases del acuerdo

¿Cómo se llegó a este pre-acuerdo tan particular? Esa es una de las grandes preguntas que dan vuelta desde el fin de semana.

¿Todo se gestó en Santiago de Chile? En general, las fuentes de uno y otro lado coinciden en que las conversaciones de viernes y sábado fueron importantes, pero que el proceso de aproximación llevaba varios días de gestación.  Es más, algunos de los informantes aseguran que todo se encontraba muy encaminado ya el 1º de marzo, cuando Kirchner, durante su discurso al Congreso de su país, hizo una pausa para pedirle a Vázquez, en tono cálido y emotivo, que se suspendiera las obras de las plantas por "tan solo 90 días" a efectos de que en ese lapso estudiaran el caso los mejores ambientalistas del mundo.

¿Quiénes tuvieron a su cargo los contactos?  Está claro que intervino mucha gente, de uno y otro gobierno, pero todo indica que quienes se pusieron al hombro la tarea de acercar las posiciones en los últimos días fueron "los Fernández", es decir: el secretario de la Presidencia de Uruguay, Gonzalo Fernández, y el jefe de gabinete argentino, Alberto Fernández, quienes continuarán con las negociaciones.

Y, a todo esto, ¿qué papel jugaron los cancilleres? Bueno, en este punto aparece un dato preocupante que formó parte de los  trascendidos de sábado y domingo.  Aparentemente hace ya tiempo que el gobierno argentino solicitó que el canciller uruguayo Reinaldo Gargano fuera apartado como interlocutor, debido al tenor de algunas de las declaraciones que formuló durante esta controversia, por ejemplo cuando a fines de enero opinó que el diálogo con Argentina estaba "roto".

Repercusiones

Más allá de que la gestión de Gargano genera múltiples resistencias en el espectro político uruguayo, dirigentes blancos y colorados manifestaron su alarma por el hecho de que Argentina obligara a Uruguay a excluir de las tratativas a su ministro de Relaciones Exteriores.

Pero además de ese punto, el preacuerdo en sí precipitó dudas, preguntas y críticas. Buena parte de ellas se basan en las condiciones que el presidente Tabaré Vázquez manejó reiteradamente como inamovibles. 

(Audio)

"TV - Creo que vamos a avanzar en solucionar ese problema. Hay dos condiciones que son inamovibles: una es que para negociar tienen que levantar los piquetes, ilegales e irregulares, que se están llevando adelante en la República Argentina, y la otra es que la construcción de las plantas no se detiene".

(Fin del audio)

Así hablaba Vázquez tan solo una semana antes, el sábado 4, cuando concurrió a Tacuarembó a participar de la inauguración de la cosecha de arroz y conociendo el ruego que Kirchner le había dirigido desde el Congreso argentino. ¿Es compatible aquel planteo con el preacuerdo de Santiago de Chile? ¿Vázquez no terminó cediendo a las pretensiones argentinas o aceptó lo que parece un paso atrás porque ya está diseñado el curso futuro de las tratativas y el resulta terminará siendo claramente favorable a nuestro país?

Ese es uno de los puntos que ha dado más que hablar durante el fin de semana en Uruguay, entre los dirigentes políticos, y también entre la gente.