"Hoy parecería que para invertir en Uruguay hay que pedirles permiso a Argentina o a Brasil", dijo el senador Sergio Abreu.

Abreu llamó a la serenidad en negociación con Argentina y pidió respaldar a Botnia

Para el senador y ex canciller, Sergio Abreu, de cómo se resuelva el conflicto con Argentina va a "depender cómo va a salir parado Uruguay frente a la relación y el respeto que debe tener de Argentina y de Brasil y la visión externa" del país. "Hoy parecería que para invertir en Uruguay hay que pedirles permiso a Argentina o a Brasil", explicó.

(Emitido a las 7.55)

EMILIANO COTELO:
¿Qué margen hay para continuar negociando? ¿Cuáles son las alternativas? ¿Es posible salir de este enredo que se ha extendido tanto?

Vamos a consultar al doctor Sergio Abreu, hoy senador por Alianza Nacional, Partido Nacional, pero además ex canciller de la República, con vasta experiencia en negociaciones internacionales, en particular dentro del Mercosur y en concreto con la República Argentina. Un dirigente blanco cuyos opiniones y enfoques en estos meses a propósito de toda esta situación siempre han sido muy mesurados y aportando iniciativas, propuestas.

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Senador Abreu, ¿cómo ha visto este nuevo giro?

SERGIO ABREU:
Esto no es nuevo en lo que puede ser un escenario de negociación, siempre se da este tipo de discusiones y de distancias, sobre todo cuando los temas que se manejan son tan delicados. Lo que sucede es que estamos negociando públicamente, en el estadio con las tribunas llenas, cada movida se está esperando de una forma o de la otra. Entonces los actores, en vez de manejar con discreción y profesionalidad los temas, están todos bajo el impulso de la declaración pública, de la presión de un día, de dos días o de determinadas reacciones. Lo primero que se debería buscar hoy es serenidad, bajar los tonos de la discusión y seguir con los puentes de entendimiento y de diálogo entre la República Argentina y el gobierno uruguayo, los dos gobiernos.

EC - Por ejemplo, ¿para usted la conferencia de prensa de ayer era necesaria?

SA - Podría haberse manejado con un poco menos de exposición pública, porque no me parece adecuado –lo digo con total franqueza– estigmatizar, responsabilizar y poner de un lado a una empresa que ha hecho una apuesta a Uruguay, que ha invertido en Uruguay, que da trabajo, que ha cumplido con todas las normas internacionales, enfrentarla a la posición de un gobierno que se suponía era su aliado, y por otro lado el otro gobierno, que ahora comienza a lanzar dudas sobre cuáles son las intenciones de esta empresa que quiere ocultar sus procesos productivos en función de temas ambientales.

EC - El doctor Gonzalo Fernández explicó ayer que en cuanto al acuerdo de Anchorena, prácticamente el texto estaba acordado, dijo: "Se había arribado a un documento por el cual se establecía, para la realización del estudio de impacto ambiental, un plazo máximo de 45 días", explicó que Argentina pretendía inicialmente 90, que Uruguay contrapropuso y que finalmente se llegó a un plazo máximo de 45 días para el estudio de impacto ambiental, durante el cual se entendía que debía permanecer suspendida la obra de construcción de la planta. Dijo además que el anexo técnico que el documento contendría, con el título "Términos de referencia", tenía como punto central el establecimiento de una comisión binacional a cargo de ese informe de impacto ambiental acumulado, una comisión que estaría integrada por tres técnicos uruguayos y tres técnicos argentinos. Hasta allí se había avanzando y por eso fue que remarcó que el problema fue la decisión de Botnia, que sólo suspende por diez días.

EC - Hay un tema que hay preguntarse aquí, que tienen internamente, no tanto externamente o públicamente, tienen que preguntarse: ¿cuál es el motivo por el cual la empresa Botnia tiene esta desconfianza respecto de la forma como se va a administrar la relación con Argentina? ¿Puede estar vinculado al anexo ambiental, a los términos técnicos? Porque, obviamente, la empresa que quiere trabajar y seguir adelante no va a poner un obstáculo simplemente porque no quiere. Lo que debe estar en juego y debe analizarse con profundidad, y nuevamente analizarse, son los términos de referencia, la forma como se vincula con el gobierno argentino, el alcance de lo que se supone es un anexo ambiental y, sobre todo, que no se cuestionen las normas internacionales y los términos de referencia que las empresas tomaron para poder tomar la decisión de hacer el emprendimiento en Uruguay en materia ambiental.

EC - ¿A qué alude con "términos de referencia"? Quizás sea un término demasiado técnico.

SA - Están las partes normales, lo formal, tantos técnicos, tanto tiempo y tanto plazo, pero tenemos que ver cuál es la posición que pueden haber tenido las empresas Botnia y Ence respecto del alcance del trabajo de los técnicos, cuál es el contenido de este alcance y, sobre todo, de este estudio técnico. Quizás estemos analizando los temas sin saber adónde se puede llegar en un análisis de un grupo de técnicos donde los términos de referencia podrían no ser los mismos en cuanto a los estándares internacionales que las empresas siguieron para hacer los emprendimientos. Hay que tener mayor información sobre este tema y hay que preguntarse primero por qué la empresa se manifiesta de esta forma. ¿Es porque no quiere hacer la inversión? No. ¿Es porque tiene cierta desconfianza? Probablemente. ¿Es porque tiene incertidumbre? Seguramente. ¿Es porque no sabe cuáles son los términos ambientales o de referencia que van a afectar su proceso productivo en el futuro, cómo se van a definir, o la naturaleza de los estudios técnicos? Probablemente también sea así.

Ahora lo que todos los uruguayos deberíamos hacer es respaldar al gobierno para replantear en la mesa de negociación todos estos aspectos con serenidad y con firmeza, sin dramatizar pero sin fracturar el diálogo con la empresa o con las empresas, que han actuado legalmente y se han enfrentado al respaldo del gobierno argentino a actitudes ilegales.

EC - Está sobre el horizonte la posibilidad de que vuelva el bloqueo de los puentes.

SA - Es una responsabilidad de Argentina y del gobierno argentino. Si cada vez que nos van a amenazar con la violencia o con la violación de cualquier norma internacional o nacional...; es una base inexacta, no se puede trabajar sobre esta base. Yo no tomaría en cuenta si vienen o no vienen los piquetes a esta altura, porque uno no puede estar todos los días pensando cómo va a reaccionar frente a la ilegalidad de la conducta ajena. Yo tomaría en cuenta cómo enfrento esta situación hoy como gobierno uruguayo, como Uruguay, cómo recompongo el diálogo con la empresa para ver cuáles son los motivos y profundizar en este diálogo y, sobre todo, replantear la negociación con Argentina con total tranquilidad y serenidad, diciéndole: ustedes quieren una solución, volvamos a trabajar sobre estos temas, pero no hagamos publicaciones ni demos plazos perentorios, que tiene que ser el martes o el miércoles, o que me amenazan con que tal piquete se vuelva a implantar o no. En este tema que, tal como está desarrollado, hay que casi empezar de vuelta en términos diferentes pero con negociaciones, como siempre ha sucedido en la historia de las negociaciones, no hay un punto final y no se puede administrar una negociación con enojos juveniles, ni con el gobierno argentino ni con las empresas uruguayas.

EC - Y en cuanto a la causa por la que Botnia sólo acepta suspender sus obras por diez días, la única versión que tenemos es la del propio doctor Gonzalo Fernández, que dijo que el motivo era que las repercusiones en el mundo financiero internacional y en la bolsa podían ser desfavorables si la suspensión era más larga que diez días.

SA - No es poca cosa, porque a una empresa que está haciendo una inversión de esta naturaleza, que está en el mercado internacional, tener que emitir una señal de que ha desactivado una determinada actividad simplemente le cuesta explicársela al mundo –que no sabe, entre otras cosas, dónde queda Uruguay–, a sus propios accionistas. Es un tema para poner sobre el tapete y para razonar.

EC - Entonces parecería que el gesto que se le pidió a Botnia no va a poder cumplirse, el gesto que en particular reclama Argentina en cuanto a cuánto debe durar la suspensión de las obras. ¿Entonces?

SA - Hay que administrar los gestos, hay que negociarlos de vuelta. Lo que no puede pasar es que los que tienen la responsabilidad de abrir los caminos de negociación los cierren.

EC - ¿A qué alude?

SA - Al gobierno, el gobierno siempre tiene que tener la puerta abierta, no puede pegar un portazo, con nadie.

EC - Esa observación suya hace pensar en varios mensajes que han llegado de los oyentes señalando que la política exterior de los dos países ha quedado en manos de Botnia por un lado y de la Asamblea de Gualeguaychú por otro.

SA - No, yo creo que no es así, los actores principales acá son los dos gobiernos, que defienden el interés nacional. Botnia es parte del interés nacional porque es una empresa que ha invertido en el país y lo ha hecho legalmente. Entonces en este caso hay que administrar no sólo Botnia y Ence, sino también los intereses del país. Eso lo representan la política exterior de Uruguay y sus representantes, desde el presidente de la República hacia abajo. Así que no podemos confundir. Del lado argentino está Argentina, que ha incumplido en forma permanente con todas sus obligaciones y ha respaldado actitudes ilegales, que no son justificadas ni defendidas en ningún ámbito nacional o internacional. Aquí tenemos que replantearnos nuevamente la serenidad y la firmeza del gobierno uruguayo, que tiene que tener la mano tendida permanente y decirle al gobierno argentino: "Tengo esta dificultad, pero no voy a estigmatizar a la empresa porque la empresa es parte de mi interés nacional, la voy a defender porque estoy defendiendo el trabajo uruguayo y la inversión en Uruguay. Pero si tengo esta dificultad, ustedes comprendan estos temas y vamos a buscar una manera de volver a negociar permanentemente", pero no bajo las luces de las marquesinas sino simplemente trabajando en forma discreta y defendiendo el interés nacional, como se debe hacer, en forma más profesional, más respaldada, con las consultas adecuadas y, sobre todo, con la firmeza suficiente, para enfrentar todos los días contra la pared las amenazas de un piquete que se reimplanta o los desplantes de un presidente del lado argentino que todos los días tiene alguna novedad para poder salir de los cauces de la relación normal.

EC - Por último, lo que viene durando este conflicto, ¿cómo lo observa? Usted dice "hay que volver a negociar, hay que intentar otra vez", ¿pero cuántos meses van ya?

SA - Pero este conflicto no sólo es puntual frente a las empresas y a la obra, es la inserción del país y su estrategia de futuro, aquí es si vamos a tener un país industrial o no, si vamos a tener la posibilidad de que nuestros socios en nuestra empresa común, que se llama Mercosur –de la que queda poco–, son capaces de entender cuál es nuestra posición. Esto no se decide exclusivamente con una fotografía, sería una ingenuidad pensar que solucionando este tema ya solucionamos los problemas de todo el país. Uruguay necesita una definición clara de su inserción, pero esto es un botón de la muestra importantísimo, y de cómo salgamos de esto va a depender cómo va a salir parado Uruguay frente a la relación y el respeto que debe tener de Argentina y de Brasil, y la misión y la visión externa hacia afuera del mundo, porque hoy parecería que para hacer una inversión en Uruguay hay que pedirles permiso a Argentina o a Brasil.

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Edición: Mauricio Erramuspe