Gualeguaychú retomó el "corte inevitable"
El periodista fraybentino Eduardo Irigoyen visitó Gualeguaychú hace pocas horas. Todo indicaba que volver a cortar la ruta, como se confirmaría unas horas después de este contacto, era inevitable, afirmó. El conflicto se redujo a una batalla mediática que Uruguay perdió hace rato, agregó.
(Emitido a las 9.10)
EMILIANO COTELO:
Ayer sobre las 5 de la tarde el secretario de la Presidencia, Gonzalo Fernández, anunció públicamente que la cumbre entre los jefes de Estado de Argentina y Uruguay continuaba en suspenso, que la concreción inminente que se había anticipado horas antes no se daba y que, por el contrario, la reunión pasaba a quedar en un limbo a la espera del devenir de los acontecimientos.
¿Qué había pasado? Según el doctor Gonzalo Fernández, en cuanto al llamado acuerdo de Anchorena, en cuanto al texto del documento, se había avanzado de manera importante en su alcance, pero la posibilidad del encuentro se frustró porque Botnia anunció ayer después del mediodía que estaba dispuesta a suspender las obras de construcción de su planta de celulosa, pero solamente por 10 días, un plazo inaceptable para el lado argentino.
Frustrada la vía diplomática, la pregunta que inmediatamente apareció, y está flotando hoy, es si, entonces, del lado de Entre Ríos se responderá dejando sin efecto el gesto que ya se había hecho, el de suspender los piquetes en los puentes binacionales. Se aguarda para estas horas que las asambleas de Gualeguaychú y Colón vuelvan a reunirse.
Varios de sus voceros dan como un hecho que retomarán el bloqueo, aunque no está claro si eso va a darse exactamente en el día de hoy o si en cambio se va a esperar algunas horas más, según nos señalaban hace unos minutos colegas de Radio Litoral, de Fray Bentos.
Pero me interesa aportar ahora ver cuál es el ambiente que se está dando últimamente en Gualeguaychú, cómo vive esa ciudad este escenario de las últimas jornadas.
Estamos en comunicación con Eduardo Irigoyen, otro periodista del departamento de Río Negro, colaborador habitual de En Perspectiva.
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Eduardo, tú tienes una vinculación estrecha con la provincia de Entre Ríos.
EDUARDO IRIGOYEN:
Con la provincia de Entre Ríos y con Santa Fe. Mi señora es argentina y frecuentemente nos toca viajar y tuvimos la oportunidad de hacerlo hace unas horas, cuando ya se estaba viviendo un clima de si lo tengo que definir en pocas palabras realismo mágico.
EC - ¿Con qué te encontraste? Es bueno que sepamos cómo estaban las cosas unas horas atrás.
EI - Te puedo asegurar que cuando se levantó el corte había gente muy contenta en Gualeguaychú, especialmente los supermercados, las estaciones de servicio, los talleres, las gomerías, las tiendas de ropa y de calzado, los despachantes de aduana, todos ellos estaban realmente muy felices. Tan felices como algunos bagayeros, sobre todo de Mercedes muy pocos de Fray Bentos, como quienes mantienen relaciones familiares, afectivas entre una orilla y otra del río, pero se respiraba, era el tema de conversación, vos caminabas, ibas a hacer un trámite y el tema excluyente era ese: cuándo se viene el corte y que el corte es inevitable.
Llama mucho la atención no es nada nuevo para nosotros que tenemos la ventaja de estar conectados tanto con los medios de Argentina como con los de Uruguay, o sea que tenemos una posición privilegiada para ver y analizar esa perspectiva comprobar que la gente de Gualeguaychú está quiero ser muy preciso en los términos inmersa en un clima casi de batalla épica, esto es una especie de guerra fría, de batalla mediática y de gestos. Vos caminás por Gualeguaychú, aun por los barrios cercanos a la terminal, y ves en todas las vidrieras, prácticamente en ocho de cada diez, un cartel, un afiche, un pegotín que dice claramente: "No a la celulosa, sí a la vida" y algunos términos un poco más ofensivos. Yo no lo pude confirmar, pero una persona de confianza me dijo que hay un local comercial que dice que no atiende uruguayos; quizás lo diga en tono de broma porque el comercio de Gualeguaychú estaba realmente feliz, no lo podía decir en voz alta pero era la verdad. Veías a los estudiantes, a los escolares con sus carpetas, con sus cuadernos con pegotines, en una carpeta de dibujo se podía ver un cartel muy grande: "Sí a la vida, no a la celulosa". Todos los íconos, los gestos, los símbolos de la batalla contra las plantas de celulosa están presentes. Al punto que en pleno centro de Gualeguaychú, en la avenida 25 de Mayo, hay una confitería con una gran marquesina, de unos 8 por 2 metros, en la que aparece muy chiquito el nombre del comercio y una inscripción inmensa: "No a la celulosa" y "No a las papeleras, sí a la vida". "No a las papeleras, sí a la vida" es la consigna que ves permanentemente en todo momento.
EC - Así que te encontrabas con una ciudad por un lado satisfecha por el regreso del tránsito en los puentes, porque obviamente la llegada de uruguayos la beneficiaba en cuanto a su actividad comercial, e incluso beneficiaba a quienes se dedican al contrabando, pero por otro absolutamente compenetrada con el tema de las plantas de celulosa y el combate que están llevando adelante contra su instalación. Por lo tanto con probabilidades altas de que se retome la decisión que duró tanto y tanto daño produjo.
EI - Lo vamos a saber esta noche probablemente. Te puedo asegurar que palpás el clima, yo hacía muchos meses que no iba a Gualeguaychú, había ido en dos oportunidades, una de ellas con Andrés López Reilly al piquete, y realmente a uno le cuesta creer que gente que conocés de meses o años atrás, que conocés, tratás, con la que mantenés una relación cordial, esté subida en la cuchilla con argumentos que pueden ser atendibles pero que son rayanos en el fanatismo. Pongo un ejemplo muy cortito: un empresario argentino conversaba con un amigo vinculado con el tema comunicaciones y le decía: "Sí, efectivamente, yo reconozco que las plantas de celulosa en el resto del mundo no contaminan, pero estas sí van a contaminar", y mi amigo retrucaba: "Pero si es la misma tecnología"; "No, no, estas van a contaminar". Esto es un verdadero diálogo de sordos, lo he comprobado personalmente, son mis amigos, gente que conozco de toda la vida, pero insisto en algo que en charlas anteriores he expresado: esto es una batalla mediática, Gualeguaychú está feliz lo ves en los rostros cada vez que aparecen los camiones exteriores de los canales y todo se reduce a una batalla mediática. Batalla mediática que Uruguay perdió ya hace mucho tiempo y que no ha sabido manejar. Increíblemente, más que a argumentos técnicos, todo se reduce a argumentos sobre qué medio incide más.
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Edición: Mauricio Erramuspe