Entrevista con el obispo Pablo Galimberti.

No hubo pasos institucionales para eventual mediación católica por conflicto con Argentina

El presidente de la Conferencia Episcopal Uruguaya, Pablo Galimberti, afirmó que lo único concreto en cuanto a la posibilidad de que haya una mediación católica en el conflicto por las plantas de celulosa fueron las declaraciones de Nicolás Cotugno y el presidente Néstor Kirchner.

(Emitido a las 8.01)

EMILIANO COTELO:
En materia de información nacional, en cuanto a noticias de impacto, hay una coincidencia en las portadas de los diarios montevideanos. El País: "Iglesia dispuesta a mediar; deciden si cesa el bloqueo"; El Observador va por el mismo lado: "La Iglesia Católica está dispuesta a mediar"; y Últimas Noticias dice: "Papeleras: Cotugno dispuesto a mediar".

La nota periodística de El País dice que "desde ayer varios altos jerarcas de la Iglesia Católica de Uruguay y de Argentina entablaron contactos informales dando cuenta de su disposición a mediar en el conflicto entre ambos países por la construcción de dos plantas de celulosa. La postura surgió como respuesta a una sugerencia del presidente argentino, Néstor Kirchner, quien ayer declaró al matutino Clarín, de Buenos Aires: ‘Me encantaría que las iglesias de ambos países emprendieran la búsqueda de una negociación, esta negociación que se encuentra trabada a nivel de los gobiernos’".

Estamos en diálogo con Pablo Galimberti, obispo de San José y presidente de la Conferencia Episcopal Uruguaya.

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Obispo Galimbertti, nos reencontramos con usted muy pocas horas después de La Tertulia del viernes, cuando tuvimos el gusto de contarlo como invitado en nuestra fonoplatea. No sabíamos que mientras tanto usted venía negociando o pensando en negociar en el conflicto por las plantas de celulosa.

PABLO GALIMBERTI:
No, en ese momento yo no lo tenía claro. Me enteré por los medios de prensa, por trascendidos, que el arzobispo de Montevideo, Nicolás Cotugno, había hecho una mención el Jueves Santo, pero nada más. En todo caso habría que preguntarle a él cuál era la intención, qué había detrás de esas expresiones.

EC - Y desde entonces hasta ahora, en estas 48 horas que han pasado, ¿qué novedades ha conocido usted? ¿Qué contactos ha tenido?

PG - Prácticamente ninguna. El sábado por la mañana tuve una llamada telefónica para un saludo, nada más, un saludo de Pascua del obispo de Gualeguaychú, monseñor Jorge Lozano.

EC - ¿Son frecuentes esos contactos?

PG - Con él sí porque somos amigos y formamos parte de una comisión a nivel latinoamericano en el CELAM, en Bogotá, nos vemos dos veces al año por ese motivo. Él había venido a visitarme en el mes de febrero y hubo un intercambio, pero ni tocamos este tema. Y hace un rato me llama una radio argentina y hace alusión a estas expresiones del presidente Kirchner. Yo quedé un poco sorprendido; en primer lugar me gustaría que un obispo argentino me releyera, me diera la contextualización, porque hay que ver cómo se interpreta eso por parte de la Iglesia argentina.

EC - Venían mal las relaciones entre la administración Kirchner y la Iglesia Católica argentina.

PG - Justamente, por eso, así que sorprende... favorablemente, pero al mismo tiempo necesito una contextualización o una interpretación de si fue simplemente algo que se dio en el clima pascual, que se sintió esa voz. Pero desconozco, eso es todo lo que yo sé y lo que podría aportar como información.

EC - O sea que el tema, en todo caso, está todavía en pañales.

PG - Sí, habría que ver si detrás de las declaraciones del arzobispo nuestro pudiera haber algún paso, de pronto hizo alguna llamada telefónica, dio algún paso más concreto. En lo concreto nosotros recién tenemos la asamblea de todos los obispos el próximo lunes 24.

EC - Falta una semana para eso.

PG - Sí, ahí podremos poner en común cuáles son los contactos que cada uno ha logrado, ha alcanzado y qué es lo que se puede intercambiar con los obispos argentinos, cómo está el clima por parte de ellos. Luego nosotros tendríamos que hacer –creo que no se ha hecho– un contacto con la Cancillería, al menos. Acá en Uruguay es distinto el clima de relación Iglesia-Estado, si bien hay mucho respeto, no es como en Argentina, donde hay una Secretaría de Culto o un ministerio y hay ya un contacto establecido, hay contactos aceitados. Aquí tenemos que hacerlo más por vínculos personales para hacer un acercamiento, a ver cómo lo ve nuestro gobierno. Después de dos intentos fallidos tenemos que ser cautelosos para hacer un ofrecimiento, [tendríamos que contar] con el previo acuerdo de ellos.

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Edición: Mauricio Erramuspe