El senador Sergio Abreu alertó sobre la necesidad de tomar decisiones de cara al desarrollo de la televisión digital.

Televisión digital, un debate impostergable

El senador Sergio Abreu alertó sobre la necesidad de tomar decisiones de cara al desarrollo de la televisión digital. Dijo que se debe discutir en el Mercosur, donde Uruguay debe hacer valer sus intereses. "Nuestros grandes socios no quieren discutir porque nos quieren imponer condiciones. Somos capaces de levantar la apuesta haciendo que el Mercosur sea funcional a los intereses del país", advirtió.


(Emitido a las 9.12)

EMILIANO COTELO:
La televisión digital está cada vez más cerca y dentro de poco Uruguay tendrá que optar entre el sistema estadounidense, el europeo y el japonés.

Una decisión clave para el futuro tecnológico de Uruguay, pero que –por ahora- parece seguir dependiendo de la decisión que tomen nuestros vecinos Argentina y Brasil... justo en un momento en el que el Mercosur atraviesa la crisis más profunda de su historia.

¿Cómo plantarnos frente a este desafío?

Vamos a conversarlo con el senador Sergio Abreu, de Alianza Nacional, Partido Nacional, que tuvo a su cargo en estos días los primeros llamados de atención sobre este dilema.

A comienzos de este mes, el 4 de abril, Abreu hizo una exposición especial en la hora previa de la sesión de la Cámara Alta, y la semana pasada publicó una columna al respecto en el suplemento Economía y Mercado, del diario El País.

***

Senador Abreu, en estos meses usted ha sido un participante muy activo en los debates sobre el conflicto Uruguay-Argentina por las plantas de celulosa y sobre el futuro del Mercosur. ¿Por qué ahora se metió con este otro asunto, la televisión digital?

SERGIO ABREU:
Mi preocupación no sólo es puntual, porque cuando hablamos del Mercosur, la integración o la visión externa de la inserción del país estamos hablando del modelo de desarrollo de Uruguay, más concretamente de lo que es una estrategia de un país. Si no tenemos una estrategia, una visión de mediano plazo, vamos a vivir todos los días presos de la coyuntura. Este tema está vinculado con la tecnología, con las nuevas decisiones internacionales que se van a dar, aun contra nuestra voluntad, y que significan, entre otras cosas, que en el ámbito de la tecnología y la televisión, la emisión en lenguaje analógico se termine en pocos años, en dos o tres años, y tengamos simplemente que incorporarnos al lenguaje digital y por tanto el que no se incorpore no va a poder ver televisión.

EC - Dos o tres elementos para que el oyente se ubique ante esta tecnología. Simplificando al máximo y simplemente para que nos entendamos: la transmisión de televisión digital se puede efectuar por cable, por ADSL, por satélite o por ondas terrestres. En el caso de la televisión digital terrestre, en el mismo espacio del espectro radioeléctrico que hoy ocupa un canal analógico se pueden ofrecer hasta cuatro canales digitales.

Pero además, la televisión digital revoluciona el concepto que hasta ahora tenemos de la televisión, con una gran calidad de imagen y sonido y mayor poder de participación e interactividad con el público. Por ejemplo, se podrá ingresar a Internet a través del televisor, realizar compras en línea, pedir películas "a la carta" y bajar juegos, entre otras aplicaciones. La TV digital es, además, accesible desde el teléfono celular.

SA - Como usted comprenderá, no soy un técnico en este tema, pero me he preocupado por el concepto básico de la transformación, de este salto tecnológico, y es que la televisión se va a convertir en una terminal multimedia, es decir que admite datos bajo demanda, servicios de telecomunicaciones, correo electrónico, cotizaciones de bolsa, videoteléfono –las telecomunicaciones son muy importantes–, guías electrónicas de programas, banco en casa, tienda en la casa. Todo lo que significa hoy lo digital en la vida celular se incorpora a la vida de la televisión con toda la tecnología y todas las conexiones que significa este salto tan importante.

EC - Una de las primeras conclusiones es que esta tecnología acarrea un cambio en el negocio de la televisión.

SA - En el negocio de la televisión y en todos los aspectos vinculados con la inversión en un país, con el comercio y, sobre todo, con aspectos de los servicios, como las telecomunicaciones y las comunicaciones que ingresan en un circuito interactivo y por tanto van a tener una definición que tomar en virtud de este hecho de la realidad que se va a imponer aun contra la voluntad de los que quieran mantenerse fuera de esta actividad.

EC - Uno de los grandes puntos de debate es qué padrón de televisión digital elegir.

SA - Exactamente, es un tema estratégico, y es lo que estoy planteando que Uruguay debería reflexionar sobre este asunto. En este momento se están dividiendo los dos grandes países de América Latina, México y Brasil, en dos padrones distintos. México está incorporado al sistema estadounidense, entre otras cosas porque exporta televisores con conversores a Estados Unidos, porque el 40 por ciento de su territorio ya está cubierto por una alta definición de este tipo y porque además aspira, obviamente, a complementar en el ámbito regional su producción con la de los distintos países que se incorporan a ese sistema. Por ejemplo, Colombia y Chile ya lo han definido; no sé qué patrón va a elegir Venezuela, que es muy importante también, pero en el ámbito de América Latina se proyecta una visión mexicana en una conexión directa con Estados Unidos y por tanto con el sistema americano. Por otro lado está Brasil, que sería el único que adoptaría el sistema japonés.

EC - La semana pasada Brasil hizo un anuncio bastante formal en ese sentido.

SA - Exactamente, hace tres días volvieron a Brasil el ministro Costa de Comunicaciones, el ministro Celso Amorín de Relaciones Exteriores y el ministro Furlán de Desarrollo. Para que vean cómo se maneja un país con una estrategia, con los ministros participando en forma activa y conjunta. La idea de Brasil es obviamente incorporar el sistema japonés dentro del viejo nacionalismo brasileño, que siempre estaba referido a la reserva de informática de mercado, de telecomunicaciones y de bienes de capital, que aun cuando la tecnología los ha perforado, no termina de derrotar esa visión brasileña de cierta autonomía y desarrollismo independiente.

EC - El apoyo de Brasil al sistema japonés es un espaldarazo muy fuerte porque hasta ahora ese sistema solamente era impulsado y acompañado por Japón.

SA - Exactamente, el único país que adoptaría el sistema japonés sería la República Federativa de Brasil, lo que significa una presencia importante en la región. Esto también es como contrapartida de una competencia con el propio México dentro de la región. Brasil exporta hoy dos millones de televisores a América Latina, el 20 por ciento de lo que produce, y cuando incorpore esa tecnología para Japón, no sólo para la televisión sino también para la actividad de los semiconductores de la industria y de la inversión tecnológica va a ser muy importante acompañado por las empresas de telecomunicaciones y de teléfonos celulares. Esto es un salto importante una posición estratégica muy definida en la región. Entonces la gran pregunta nuestra es: ¿qué hace Uruguay? ¿Qué hace Argentina, que tiene sus dudas, no ha decidido y está entre el sistema americano y el sistema europeo?  Europa también está jugando un partido fuerte vinculando inversiones, sobre todo en las empresas de comunicaciones de la empresa Telefónica.

EC - Ese es el tercer actor en este debate, el sistema europeo, el DBB. ¿Qué acompañamiento tiene ese sistema hasta ahora?

SA - Hasta ahora Argentina tenía algunas dudas, se sostiene que está negociando con Estados Unidos, pero lo más importante es que las decisiones se están tomando en contrapartida de decisiones en inversión y comercio.

EC - ¿Cómo es eso?

SA - Cuando uno decide, como en el caso de Brasil, si va a instalar el sistema japonés, la negociación brasileña es: "ustedes me instalan en mi territorio nacional fábricas de semiconductores, la alta tecnología, la que está en la base de toda la electrónica". Japón invierte en Brasil y obviamente se relaciona con la posibilidad de exportar desde zona franca de Manaos, que tiene una exoneración para el ámbito del Mercosur, semiconductores y todo lo relacionado con lo digital al resto del Mercosur y de América en lo posible. Es un tema que se negocia, Brasil está negociando, como también le ha ofrecido a la Unión Europea la fábrica de semiconductores y determinadas inversiones para después poder captar cierta base de comercio en el ámbito de la región. Esto es un tema estratégico, por eso cuando Brasil va manejando estos temas, lo hace con una expresión de mercados cautivos, entre los que se cuenta obviamente Uruguay, que es un mercado marginal pero que va a ser mucho más marginal si no toma decisiones y no participa en estas negociaciones para buscar una salida.

EC - Justamente, usted pone este tema arriba de la mesa y advierte "acá hay una definición muy trascendente que Uruguay como país, como Estado, tiene que adoptar", pero resulta particularmente complejo para nuestro país dar este paso. Yo veía este fin de semana declaraciones de Juan Piaggio, gerente general de la Unidad Reguladora de Servicios de Comunicaciones (URSEC), que dijo este sábado al diario El País: "Brasil está orejeando, saca una carta y ve qué se le responde". Piaggio dijo que entendía esa actitud brasileña, porque el gobierno brasileño está representando a un factor de poder que implica 180 millones de personas, un mercado por sí solo de 180 millones de personas. Pero agrega "Uruguay no puede hacer un movimiento similar como país, porque somos sólo tres millones de personas, somos un pueblito". ¿Cómo observa usted este análisis?

SA - Yo lo observo y lo sufro, lo sufrimos todos uruguayos, porque nuestro mercado reducido nos reduce también la capacidad de decisión. Pero en esto también juega la capacidad de propuesta, la estrategia del país, su ubicación en el ámbito del Mercosur. Así como convocamos al Mercosur para los temas que hoy nos están haciendo administrar una crisis importante bilateral, estos temas tienen que ser parte de la capacidad de propuesta de Uruguay, incluso en el ámbito del Mercosur, llevarlo a la discusión de los cuatro países, decir cuál es el modelo digital que se quiere adoptar.

EC - Una precisión: ¿hasta ahora el tema de la televisión digital no ha sido incorporado a los debates del Mercosur?

SA - No ha sido incorporado, y con estas cosas nos va a suceder lo mismo que con la transformación de la televisión al PAL-N y de televisión blanco y negro a color, en la que las decisiones se tomaron en forma aislada y después se fueron condicionando a los mercados más cautivos. Mi preocupación es: ¿por qué nosotros no definimos una determinada estrategia, un planteo de naturaleza Mercosur, discutir con Argentina y Brasil qué es lo que están queriendo orientar en materia de televisión digital? Tratando de buscar incluso modificar la decisión 8, de zonas francas, para poder radicar inversiones de este tipo de electrónica en Uruguay, con una ubicación estratégica que obligue a nuestros socios.

EC - ¿A qué se refiere con esa reglamentación en cuanto a zonas francas?

SA - Hay una resolución 8, de 1994, en la que hay dos zonas francas exentas, con excepciones para poder exportar a todo el Mercosur, que son la zona franca de Manaos y la zona franca de Tierra del Fuego, en Argentina. Allí están instaladas una cantidad de empresas electrónicas que desde ahí exportan a todo el Mercosur, europeas, japonesas, coreanas incluso una muy importante en la zona franca de Manaos. El resto de las zonas francas no tienen la posibilidad de exportar al Mercosur, tienen que pagar el arancel externo común. Entonces la posición nuestra es: ¿por qué no buscamos una excepción para determinadas zonas francas o zonas de exportación en Uruguay que le permita radicar este tipo de inversiones y complementar esta estrategia con Brasil y Argentina en determinadas áreas de la electrónica o de semiconductores?

EC - ¿A cambio de qué pediríamos eso?

SA - A cambio de una serie de otro tipo de concesiones que Brasil y Argentina puedan pedir en el ámbito del Mercosur, por ejemplo tendremos que estar condicionando todos los días el Mercosur para buscar una salida, y Argentina y Brasil están muy preocupados por si Uruguay queda o no fuera del Mercosur u otro tipo de posición que les interesa no sólo en el ámbito comercial sino en el ámbito político, léase Consejo de Seguridad y otras decisiones que se van tomando en el ámbito internacional. Uno aspira a tener una posición estratégica activa y buscar que en el escenario podamos tomar no sólo ventajas en este tipo de decisiones sino también transformar la oferta exportable de Uruguay con la inteligencia y el conocimiento, poniéndolos con instrumentos como las zonas francas al servicio de una estrategia nacional.

EC - En la medida que el salto a la televisión digital tiene todas estas connotaciones que hemos estado mencionando; en la medida que está de por medio esta nueva era, un relanzamiento en la industria de la televisión y otros servicios conexos, porque la televisión digital impacta de manera muy contundente en la telefonía celular, por mencionar nada más que un caso, la televisión digital es accesible desde los teléfonos móviles; en la medida en que están de por medio semejantes transformaciones en todos estos negocios, en la medida que al mismo tiempo están de por medio inversiones y la posibilidad de radicar inversiones en unos u otros países asociadas con estos cambios; en la medida en que está de por medio la posibilidad de desarrollar desde el punto de vista del conocimiento a una comunidad científica como la del Mercosur; parece razonable lo que usted decía, que este debería ser un asunto a tratar dentro del bloque regional. Pero el contexto actual del Mercosur, ¿hace viable esa posibilidad?

SA - La hace viable en la medida en que nosotros primero definamos nuestro contexto nacional, porque si un país no discute este tema no va a tener posibilidades de plantearlo fuera. Fíjese que este tema involucra políticas de educación, políticas industriales, de qué manera nuestras políticas sectoriales están en sintonía con una decisión de esta naturaleza o con un objetivo de esta naturaleza; política de comunicaciones, entre otras cosas a la propia Antel en telecomunicaciones, qué hacemos con la telefonía fija, cómo lo podemos administrar, de qué manera podemos desarrollar una estrategia nacional incluso con una empresa nacional; la política exterior, cómo nos insertamos en este ámbito con una visión estratégica de país. A partir de allí, si definimos el objetivo o por lo menos una posición, la postura y la presencia de Uruguay en el Mercosur van a tener lo que nosotros llamamos la inteligencia molesta, va a poner al Mercosur discutir determinados temas que nuestros grandes socios no quieren discutir porque nos quieren imponer condiciones y nosotros somos capaces de levantar la apuesta haciendo del Mercosur una empresa que sea funcional a los intereses estratégicos del país desde el punto de vista teórico y práctico.

En su columna del suplemento Economía y Mercado usted hace referencia a lo que se denomina "apagón analógico", que va a ocurrir cuando las televisoras dejen de emitir en lenguaje analógico y pasen a trasmitir únicamente en lenguaje digital. Algo que tiene fechas, en Estados Unidos y en Europa hay cronogramas, en Estados Unidos eso ocurrirá en 2009, en Europa es un proceso, depende de los países.

SA - Que ya ha comenzado.

EC - ¿Dónde empezó?

SA - Italia, España.

EC - Y culmina en el año 2016.

SA - Exactamente.

EC - Parecen fechas bastante cercanas.

SA - Es mañana. Mañana quiere decir en la proyección de corto y mediano plazo, esto es mañana y si no estamos preparados para mañana, aunque parezca que son cinco o seis años, nos vamos a tener rol ni libreto en ninguna de estas decisiones.

EC - Con esto del apagón analógico usted está diciendo qué ocurrirá el día en que eso pase, en qué situación queda un país como Uruguay si no resolvió.

SA - La opción es simplemente poner un conversor y transformar el mensaje digital en analógico de vuelta y quedar rezagados en el ámbito internacional.

EC - La señal digital se podrá ver de todos modos, empobrecida, llevada a la versión analógica, pero no se podrá contar con todos los servicios conexos que la televisión digital traerá, ni con la calidad de imagen, la calidad de sonido, etcétera, que la acompañan.

SA - No es un atraso en la calidad del usuario o el tema de nivel de frivolidad, estamos hablando de que no vamos a convertir el televisor que tenemos en uso en señal digital, lo dejaríamos en señal analógica y estaríamos atrasados en toda la tecnología, en las comunicaciones y en la forma de ir incorporando el conocimiento a la nueva sociedad del futuro. Estamos apostando al pasado si no somos capaces de afinar nuestra estrategia ni de definir una posición en los próximos tiempos, que son los próximos meses.

EC - Usted dice incluso que esta decisión tiene que ver con la identidad nacional. ¿Por qué?

SA - Esto se discutió durante mucho tiempo en la Ronda de Comercio y Servicios del GATT, donde Francia trataba, entre otras cosas, de evitar una penetración cultural por la tecnología y sobre todo por la vía de la globalización y las comunicaciones. Esto va a hacer que lo digital nos haga colgar o estar vinculados con una cantidad de canales en el ámbito internacional que vamos a tener la opción de poder ver y que no necesariamente van a ser representativos de la identidad o de los valores que nuestros países tienen. Hay que buscar la forma de compatibilizarlo con la preservación de identidad, no sea que terminemos simplemente globalizados de tal forma que hoy ni siquiera un aviso comercial puede caber en el interés nacional porque las grandes decisiones o las grandes trasmisiones se hacen en canales que van por el mundo sin necesidad de tener en cuenta la realidad étnica, cultural o educativa de países y economías pequeñas como los de Uruguay.

EC - Usted dice que también eso está en juego.

SA - También eso está en juego.

EC - Y el apagón analógico se viene, se acerca, es ya. Entonces, ¿qué repercusiones han tenido sus intervenciones sobre este asunto? ¿Ha habido respuestas de la Ursec o de otros organismos del gobierno? ¿Ha tenido llamados, invitaciones a conversar? ¿Qué ha pasado con las distintas intervenciones que usted realizó?

SA - Hasta ahora en lo nacional ninguna y nosotros en el Senado planteamos en la Comisión de Asuntos Internacionales una invitación a la Ursec, incluso a la propia Antel o al Ministerio de Defensa Nacional y a la Cancillería, los que tengan de alguna forma vinculación para pensar el tema y reflexionar en un plazo breve como el que se está manejando.

EC - Pero hasta ahora no ha habido eco.

SA - Hasta ahora no. Sí hice un planteo el otro día en San Pablo en una reunión internacional en la que estaba el ex presidente Gaviria, secretario de la OEA y varios representantes de los gobiernos brasileño y argentino, y allí muchos de los actores tampoco estaban en conocimiento de este tema en profundidad. Digo esto porque a veces las decisiones que se van tomando en estos países que todos los días vivimos de la coyuntura, del problema político, del enfrentamiento, de aquellos aspectos que nos llaman la atención y nos concentran las emociones en 24 o 72 horas, nos olvidamos que los destinos de nuestros países, en particular el de Uruguay, se juegan en el cortísimo plazo, en el corto plazo cuando para muchos en otras decisiones ni siquiera lo toman en cuenta. Uruguay tiene que tomar esa definición y tiene que ser consciente de que es una decisión estratégica de carácter comercial que vincula distintos aspectos de su inserción externa y sobre todo su rol en el futuro que ya está a partir de este apagón analógico y si no decidimos seguiremos siendo tomadores de decisiones internacionales más allá de tomadores de precios internacionales.

----------
Edición: Mauricio Erramuspe