Danilo Astori aclaró que Estados Unidos puso la permanencia del país en el Mercosur condición para negociar con Uruguay.

Astori: "se llame como se llame", conviene un acuerdo con EE.UU.

Para el ministro de Economía, Danilo Astori, la región "ha funcionado en contra de los intereses de Uruguay". Por tanto, afirmó que se debe mejorar la inserción internacional del país para "incluso aumentar su capacidad de maniobra" en el Mercosur. Aclaró que Estados Unidos puso la permanencia del país en el bloque regional como condición para negociar con Uruguay.

(Emitido a las 9.12)

EMILIANO COTELO:
La mecha del debate se encendió a principios de este año: "Uruguay debe negociar cuanto antes un Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos".

¿Quién dijo esa frase? El ministro de economía, Danilo Astori, en una entrevista con el semanario Búsqueda el 5 de enero de 2006.

Hoy, cuatro meses más tarde, con las cartas a la vista, después del viaje de la comitiva encabezada por el presidente Tabaré Vázquez a Estados Unidos, después de la reunión de Vázquez con George W. Bush, parece un momento apropiado para saber a qué altura del camino hacia ese objetivo se encuentra nuestro país.

Vamos a conversarlo en los próximos minutos con el titular de la cartera de Economía, contador Danilo Astori.

***

Ministro Astori, en la entrevista en el semanario Búsqueda, que en realidad se hizo a fines del año anterior y se publicó en enero, cuando el periodista le preguntaba si usted estaba dispuesto a negociar un TLC con Estados Unidos, usted respondía: "Uruguay, con un tratado de este tipo, bien hecho y  bien analizado, sólo puede tener resultados positivos. Así que estoy a favor de un TLC". Y ante la pregunta a propósito de cuándo debería concretarse, usted contestaba "lo antes posible".

Entonces, ¿en qué fase de ese proceso estamos hoy?

DANILO ASTORI:
Antes que nada, conviene recordar que en aquel reportaje de enero yo estaba dando mis opiniones personales ante una pregunta concreta que me hizo el periodista. Y naturalmente, sigo manteniendo esas opiniones personales. Pero a esta altura, y sobre todo luego de escuchar muchas opiniones que se generaron a partir de aquella entrevista, deberíamos evitar concentrar la discusión en los nombres o en las etiquetas que puede tener un acuerdo de este tipo.

EC - La sigla TLC parece particularmente irritante para algunos sectores políticos.

DA - Exactamente, y sobre todo con el peligro de desviar la discusión hacia temas adjetivos o laterales. Tenemos que hacer un esfuerzo todos por concentrar nuestra atención en los contenidos de la propuesta. No es conducente ni conveniente discutir si es bueno un TLC o si es malo, si es bueno hacer un TLC con Estados Unidos o si es malo, sino que tenemos que hacer un enorme esfuerzo por analizar los contenidos de las propuestas que se hagan y si estas convienen o no al país.

Entonces, para contestar una pregunta de este tipo, y sobre todo para avanzar en el terreno propuesto, quiero recordar que hoy Uruguay necesita más que nunca mejorar su inserción económica fuera de la región a la que pertenecemos.

EC - ¿Por qué dice "más que nunca"?

DA - Porque la región a la que pertenecemos y seguiremos perteneciendo –bueno es adelantarlo desde ya, los países no son como las familias, que si no les gusta el barrio se mudan, nosotros vamos a seguir perteneciendo a esta región naturalmente– está con muchos problemas, con muchas dificultades, las peores de su historia, desde que existe el Tratado de Asunción, el Mercosur. No porque haya un conflicto entre Uruguay y Argentina, no porque Uruguay sea particular y permanentemente desoído en estas últimas circunstancias que nos ha tocado vivir, sino porque económicamente la región ha venido funcionando en contra de los intereses de Uruguay.

Menciono apenas un par de ejemplos, aunque hay más. En primer lugar los acuerdos bilaterales entre Brasil y Argentina, y no estoy hablando de acuerdos de hace muchos años, estoy hablando de acuerdos muy recientes, como la cláusula de adaptación competitiva por la cual Brasil y Argentina se conceden ventajas mutuas que excluyen a Uruguay y Paraguay, originando verdaderos desvíos de comercio y de inversiones hacia Brasil y Argentina en perjuicio de Uruguay y Paraguay.

Y el segundo ejemplo es que Brasil y Argentina han venido trabando sistemáticamente, por diversas razones, acuerdos del Mercosur con otros bloques. El mejor ejemplo que puedo poner es el acuerdo Unión Europea-Mercosur. Y adelanto que en los próximos días, cuando se celebre esta cumbre, ni Argentina ni Brasil van a estar presentes en las negociaciones que se realicen esta semana.

EC - Las negociaciones de Viena.

DA - Exactamente, van a estar en la reunión general pero, según hemos podido saber ayer, no van a estar en la reunión que estaba destinada a la negociación económica.

Entonces las cosas aquí están funcionando mal. ¿Significa esto que Uruguay debe abandonar el Mercosur? De ninguna manera, sería un gravísimo error político para el país. Uruguay tiene, en cambio, que seguir haciendo esfuerzos por superar esta situación; la pregunta es cómo. Uruguay está siendo permanentemente desoído, ignorado, al extremo tal que propone que se convoque al Consejo del Mercado Común y no se le hace caso. Entonces yo doy esta respuesta: Uruguay no sólo necesita mejorar su inserción económica fuera de la región para obtener resultados que aquí no obtiene, sino que lo necesita incluso para aumentar su capacidad de maniobra y de negociación aquí en la región.

EC - Supongamos que se avanza muchísimo en la mejora del acceso al mercado de Estados Unidos, o en la búsqueda de tratado de promoción comercial con China, por mencionar otro ejemplo que usted también ha manejado...

DA - O con la India, país con el que estamos haciendo muy buenas negociaciones, estamos avanzando.

EC - Más allá de los beneficios directos que para Uruguay tendrían esos acuerdos, ¿cuál sería la ventaja desde el punto de vista de la posición de nuestro país en la región y en particular en el Mercosur? ¿Cómo es el razonamiento?

DA - Sin duda el avance económico que Uruguay materializaría le permitiría tener una posición de mayor poder de negociación y de avance aquí en el Mercosur.

Uruguay hoy es una suerte de economía muy pequeña, que al mismo tiempo convoca a la subestimación, a no ser tenida en cuenta aquí en la región, pero cuando los países avanzan económicamente y se transforman en destino de inversiones provenientes de otros países e incrementan notablemente su flujo de comercio con otros destinos y desde otros orígenes, se hacen importantes y son tenidos en cuenta, incluso porque están recibiendo inversiones de afuera de la región, porque esas inversiones impactan sobre las economías vecinas. Cuando un inversor llega hoy a Uruguay, no razona sobre el mercado interno de Uruguay, que es muy pequeño, razona sobre su proyección a la región en su conjunto, entre otras cosas.

Por ejemplo, nosotros queremos recibir inversiones de Estados Unidos, entre otros orígenes, no sólo para proyectarse a la región, Argentina y Brasil, sino también para generar flujos de comercio hacia el propio Estados Unidos. Entonces la importancia económica del país que avanza y progresa por esta vía lo hace importante también políticamente, a los efectos de los acuerdos que se puedan lograr, lo hacen objeto de atención preferente, cosa que hoy no somos.

Entonces tanto para obtener resultados directos, concretos desde el punto de vista del comercio, los ingresos, las inversiones, el empleo, como para ayudarnos a nosotros mismos a ser más escuchados en la región, hoy es fundamental iniciar lo que yo llamaría una nueva etapa histórica de la inserción económica internacional del país, procurando mayor presencia fuera de la región.

Y ahí es que empieza a contar Estados Unidos que es hoy –esto lo indica la realidad– nuestro principal cliente y con una ventaja bastante notable sobre los seguidores que, precisamente, son los países de la región. El año pasado Estados Unidos nos compró más que Argentina y Brasil juntos, entonces, ¿cómo ignorar esa realidad fundamental?

EC - Estados Unidos fue el destino del 22,4% de nuestras exportaciones.

DA - Aproximadamente.

EC - Lo que implicó, a su vez, un aumento respecto de 30% respecto del año anterior.

DA - El comercio con Estados Unidos no ha dejado de crecer en los últimos años. Esta realidad hay que tenerla en cuenta.

EC - Una precisión: usted dice que desarrollar convenios comerciales con terceros países o con regiones fuera de la nuestra le otorgaría a Uruguay una ubicación más fuerte dentro de nuestra región, ¿pero eso implicaría cambiar el status de nuestra relación con el Mercosur?

DA - No, como ya quedó demostrado cuando se hizo el acuerdo de libre comercio con México, que está en vigencia. Dicho sea de paso, el acuerdo es de 2004, en el lapso que ha transcurrido desde 2004 hasta hoy, que es inferior a dos años, el intercambio comercial con México prácticamente se ha duplicado, esto es lo que indica una aplastante evidencia empírica: para comerciar más, para tener más inversiones, para obtener más ingresos en nuestras relaciones con el exterior, lo fundamental es la apertura económica. Lo indica el mundo en su conjunto, los países que se abren inteligentemente, no con una perspectiva irresponsable, sino con una estrategia, son los que finalmente terminan multiplicando sus ingresos, su comercio, sus inversiones.

EC - Pero para desarrollar el TLC con México Uruguay tuvo autorización del Mercosur.

DA - Exactamente, y en este caso habría que lograr lo mismo.

EC - Si la autorización no se diera, ¿Uruguay podría pensar en pasar a ser Estado asociado con el Mercosur, como Chile, por ejemplo?

DA - No, eso no está en consideración. Permítame que recuerde cómo fue el proceso con México. Cuando se le dio la autorización a Uruguay para que hiciera el acuerdo de libre comercio con México, el factor que movilizó esa decisión fue la intención de Brasil, no de Uruguay, de hacer un acuerdo automotriz con México, un acuerdo bilateral, perteneciendo al Mercosur. Ahí fue que Uruguay aprovechó para colocar su intención de hacer un acuerdo de libre comercio con México. Y la resolución la recordamos todos: se autorizó a Uruguay con la contrapartida de que cualquiera de los cuatro socios podía hacer el acuerdo de libre comercio. Ahora habría que atravesar un proceso similar, y nosotros, si se avanza por este camino, estamos dispuestos a hacerlos.

No me planteo ni siquiera la hipótesis de si nos dicen que no qué hacemos, prefiero trabajar para que nos digan que sí. Es más, recuerdo que a partir de aquel reportaje recordado al principio de esta entrevista, que generó una discusión no sólo nacional sino en la región, en una reunión de Brasilia celebrada entre los presidentes Kirchner, de Argentina, y Lula, de Brasil, se adelantó que no habría obstáculos por parte de esos países para que Uruguay pudiera avanzar por ese terreno en un acuerdo bilateral con Estados Unidos.

EC - Pero fueron declaraciones de intenciones, no fue una resolución formal de Argentina y Brasil.

DA - No fue una resolución, pero convengamos que son dos presidentes de la región y sus opiniones vertidas públicamente constituyen un antecedente importante.

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EC - Usted decía "prefiero no utilizar etiquetas, vamos a no meternos en el debate sobre si lo que está en juego es un TLC o no". Lo dice porque busca que la polémica dentro del Frente Amplio (FA), sobre todo, vaya a la sustancia de la cosa y no se frene en la frontera de los prejuicios. Pero mi pregunta es: ¿se está dispuesto a llegar a un TLC? Según trascendió, en la reunión Vázquez-Bush el presidente de Estados Unidos habría dicho algo como "hasta donde ustedes quieran llegar, nosotros llegamos, si ustedes quieren un TLC, podemos llegar al TLC". Como que la pelota está en la cancha del gobierno uruguayo.

DA - Está en la cancha de ambos países, entre otras cosas porque a partir de la designación de estos grupos, tanto en Estados Unidos como en Uruguay, que van a analizar las condiciones de un acuerdo bilateral preparando la próxima reunión de octubre, juegan los dos países, no juega uno solo, no juega el nuestro solo.

Pero vuelvo a convocar a concentrarnos en el contenido de un acuerdo de este tipo, y soy muy optimista. Creo que la inmensa mayoría de los uruguayos, cuando estemos en condiciones de explicar todos claramente cuál podría ser ese contenido, va a estar de acuerdo, porque sólo se puede estar de acuerdo cuando se avanza por el camino que asegura mayor comercio e inversiones para el país, pero sobre todo mayor empleo.

Tomemos el caso del comercio actual de Uruguay con Estados Unidos, hoy estamos colocando allí carne, lácteos, entre otras cosas. La carne, que es el gran rubro de exportación de Uruguay a Estados Unidos, en este momento está pagando 26,4% de arancel cuando se exporta por encima de la cuota, que es muy reducida, son apenas 20.000 toneladas, todo lo que se exporta fuera de esa cuota paga 26,4% de arancel. Hemos hecho el cálculo, aproximadamente estamos contribuyendo por esta vía al tesoro de Estados Unidos con 100 millones de dólares. Si logramos que ese arancel disminuya –lo podemos comparar con la carne que empieza a entrar en estas semanas a México y va a pagar 7% de arancel y luego va a pagar 4%, y seguramente en un futuro cercano no va a pagar arancel–, es una situación que, de lograrse, nos permitiría exportar mucha más carne a Estados Unidos porque seríamos mucho más competitivos.

Pero, ¿cómo se logra esto? Se logra solamente por dos vías. Superar las barreras proteccionistas se puede lograr por la vía bilateral, haciendo un acuerdo con el otro país, en este caso Estados Unidos, o por la vía multilateral, yendo, por ejemplo, a la Organización Mundial de Comercio (OMC). Esta vía en este momento es absolutamente imposible, la OMC en este momento está orientándose inexorablemente hacia el fracaso de la Ronda Doha. Además ahí no se puede negociar con un solo país, todos los demás tienen que estar de acuerdo, tiene que haber consenso. Es una vía prácticamente imposible de transitar.

Nos queda entonces solamente la vía bilateral, que es lo que estamos procurando hoy, hacer un acuerdo que nos permita vender más en Estados Unidos, y al mismo tiempo originar un flujo mucho más importante de inversiones desde Estados Unidos hacia Uruguay. Esta es la intención, este es el objetivo, el gran objetivo de las negociaciones que tienen que empezar a preparar estos grupos sobre los que hablé recién.

EC - Usted sabe que dentro del FA, y hasta dentro del gabinete, hay resistencias fuertes a la posibilidad de llegar a un TLC. Ayer mismo el canciller Reinaldo Gargano dijo que si lo que se está negociando un TLC, él renuncia. Pero la semana pasada, apenas terminada la visita a Estados Unidos, la Cancillería emitió un comunicado en el que se decía: "Mientras se mantengan los subsidios, el no libre acceso a los mercados y los altos aranceles, no estarán dadas las condiciones para la discusión de un TLC. Como lo ha dicho el señor presidente de la República, este preciso tema no está en agenda".

DA - Una vez más, yo invito a que todos discutamos el contenido de un acuerdo de este tipo, porque si nos quedamos en "TLC sí, TLC no", la discusión no va a ser fructífera, se nos va a nublar la mente y seguramente no vamos a transitar por el camino que más conviene al país. Todos los compañeros que reciban argumentos, razones, todos los uruguayos –ya no sólo los frenteamplistas– que reciban argumentos y razones de este tipo seguramente van a concluir que un acuerdo de este tipo le conviene al país, se llame como se llame.

Ahora vamos al razonamiento: mientras existe proteccionismo no se puede negociar un acuerdo bilateral... Es exactamente al revés, los acuerdos bilaterales son para superar el proteccionismo. No podemos razonar de esa manera, "aquel país protege, por lo tanto no hago un acuerdo con él". El razonamiento es exactamente al revés: intento un acuerdo con él para que se superen las barreras proteccionistas, es la única manera de hacerlo.

Hasta hace poco tiempo se decía, yo lo escuché, que Estados Unidos tiene algo así como 300 productos sensibles que no pone en discusión en un acuerdo de este tipo. No es verdad.

EC - Es un número que ha manejado específicamente el canciller Gargano en distintas ocasiones.

DA - Sí, pero no sólo la fuente es la Cancillería, yo lo he escuchado también en el Parlamento. Y eso no es cierto, en una negociación de este tipo se pone todo arriba de la mesa. Pero supongamos que después de la negociación subsistieran situaciones con las que el país no está de acuerdo; muy bien, si ello sucede lo veremos, haremos nuestro balance y tomaremos la decisión, pero no dejemos de negociar, no dejemos de intentarlo, porque a Uruguay le va la vida –la vida económica, por supuesto– en este tema.

Hoy conversábamos fuera de micrófonos sobre cómo se puede plantear esto en términos de ventajas para Uruguay. Supongamos que Uruguay empieza a lograr que se disminuya el proteccionismo no sólo sobre la carne, sino sobre los lácteos, los textiles, la vestimenta; eso es mayor posibilidad de competencia del producto nacional en el mercado de Estados Unidos, más venta, por lo tanto más inversión y seguramente más empleo para los uruguayos. ¿Vamos a despreciar la posibilidad de hacer crecer el empleo y los ingresos de los uruguayos, que es lo que más necesitamos? Por favor, no nos autolimitemos, no nos cortemos las manos, hagamos el intento, y después veremos el contenido de lo que hemos logrado, se llame como se llame, y decidiremos al respecto.

Los acuerdos de este tipo, como lo adelanté ya con México, van previendo desgravaciones arancelarias progresivas, como lo tiene el Mercosur, el Mercosur se supone que es una zona de libre comercio con arancel cero, pero no todos los productos tienen hoy arancel cero, hay una lista de excepciones todavía. Entonces hay que negociar, hay que avanzar, y luego hacer un balance acerca de los resultados.

EC - Se ha insistido mucho en que un tratado de promoción del comercio con Estados Unidos, eventualmente un TLC, sería útil desde el punto de vista del desarrollo del modelo de Uruguay productivo y en particular de la generación de puestos de trabajo; usted recién mencionaba algunos ejemplos de cuáles podrían ser las consecuencias de ese estilo. Pero al pasar, hace un rato, habló también de que no sólo por el lado del aumento del comercio vendrían esas ventajas, sino también por el lado de la radicación de nuevas inversiones en Uruguay.

DA - No tengo la menor duda.

EC - ¿Qué inversiones podrían venir de la mano de un acuerdo de este tipo, que a su vez fueran generadoras de empleo?

DA - Si Uruguay mejora su acceso al comercio de bienes y servicios –subrayo: bienes y servicios–, nada menos que en el mercado de Estados Unidos, yo no tengo la menor duda de que se abren nuevas posibilidades ventajosas de inversiones en esos sectores, por ejemplo.

EC - En estas conversaciones de estos días, ¿llegaron a tener contacto con inversores de algún sector que esté manejando esa posibilidad?

DA - No analizamos planes concretos, pero tuvimos oportunidad de reunirnos con inversores importantísimos de Estados Unidos en ocasión de la charla en el Consejo de las Américas, donde había representantes muy connotados de sectores muy importantes de la economía de Estados Unidos que oyeron el discurso del presidente Tabaré Vázquez, que celebraron el discurso del presidente, hubo una enorme cantidad de manifestaciones de adhesión a ese discurso, que al mismo tiempo planteó las posibilidades que este país ofrece a inversores del exterior, y no tengo la más mínima sombra de duda de que un avance comercial bilateral con Estados Unidos, se llame como se llame, abre las puertas a un flujo de inversiones más importante.

EC - Pero, ¿por qué es importante un avance en el acuerdo comercial vigente? ¿No alcance con el Tratado de Protección de Inversiones que ya aprobó el Parlamento uruguayo?

DA - No, no alcanza, porque el Tratado de Protección de Inversiones ofrece a los inversores reglas de juego y protección, reglas de juego estables, pero no les abre oportunidades comerciales. ¿Para qué se realizan las inversiones en la vida? Para generar productos, para generar bienes y servicios, y realizarlos a través del comercio. Hoy comercio e inversiones van juntos, el comercio abriendo oportunidades de realización, como las que acabo de mencionar, la inversión aumentando la capacidad para producir esos bienes y esos servicios. Hoy es imposible considerar un flujo separado del otro, la inversión se realiza para comerciar, el comercio abre las puertas para la inversión. Así es que tiene que ubicarse Uruguay en el mundo.

Yo estoy convencido de que este país, este pequeño país, tiene una enorme potencialidad, como otros pequeños países del mundo lo han demostrado, para multiplicar varias veces su comercio actual, sus inversiones, y con ello los empleos de buena calidad para los uruguayos. ¿Qué otra necesidad más importante hay para los uruguayos que tener más y mejor empleo? Yo no conozco otra tan importante como esta. Y esa oportunidad viene por una vía como la que estamos considerando ahora.

***

EC - Continuamos la entrevista con el ministro de Economía, pero ya en régimen de tertulia, con la participación de Juan Carlos Doyenart, Gonzalo Pérez del Castillo y Hoenir Sarthou.

Estamos con un tema único en estos minutos: lo que dejó la presencia de la comitiva oficial del gobierno uruguayo, encabezada por el presidente Tabaré Vázquez, en su estadía en Washington la semana pasada. Una ocasión en la que el primer mandatario concedió una entrevista a Voice of America, de Estados Unidos, en la que, entre otras cosas, dijo lo siguiente.

(Audio)

"TABARÉ VÁZQUEZ:
En octubre va a haber una reunión de una comisión mixta que ya está trabajando, creo que allá en Montevideo, y seguramente ahí vamos a tener algunas novedades. Si es un TLC, será un TLC, si es algún otro mecanismo, bueno, lo veremos".

(Fin del audio)

EC - ¿Quién tiene una primera pregunta?

JUAN CARLOS DOYENART:
Una pregunta que tiene bastante que ver con estas palabras del presidente Vázquez. Porque en este bendito país cada tanto tenemos palabras que estigmatizamos y se acabó, no se las puede usar más.

DA - O expresiones.

JCD - Acaso siglas, en este caso.

EC - Mirá este mensaje que llega desde la audiencia. Juan, del Cerrito, dice: "¿Astori piensa que el pueblo uruguayo es estúpido y nos puede vender el TLC con otro nombre?".

JCD - Uno entiende al gobierno porque estamos en Uruguay, por esto que yo decía. Tiempo atrás hablar de privatizaciones era imposible, la gente dejó de hablar de privatizar y empezó a usar otros términos, asociación con privados, después asociación con empresas estatales extranjeras, buscarle alguna forma, tercerizaciones, etcétera, para no quedar en privatización, que era una palabra impronunciable; o expresiones, como decía el ministro.

En este caso tenemos el famoso TLC y la pregunta que yo me hago es la siguiente porque tengo realmente una duda por no ser especialista en comercio internacional, obviamente. Los TLC en definitiva son paquetes cerrados que uno negocia de gobierno a gobierno y que después los Parlamentos o Congresos respectivos aprueban, más o menos grosso modo esos son los mecanismos. Los mecanismos alternativos, que tanto el presidente Vázquez como usted, ministro, han estado manejando, diciendo "no importan las herramientas, lo que importa son los objetivos, hacia dónde vamos, puede haber otras formas, otras herramientas", sería manejarse sobre un listado muy amplio de productos y de servicios que se negociaran con el gobierno de Estados Unidos. Ahí viene mi duda: ¿eso significaría que algunos de esos productos y servicios que los gobiernos acuerden podrían después en un Congreso, de Estados Unidos por ejemplo, ser rechazados o no votados? En algunos casos podría significar también –y ahí me surge la duda por cosas que usted dijo recién– que la OMC intervenga o que se necesite su aprobación. La idea que yo tengo es que el TLC hace las cosas muchísimo más simples, porque agarra un paquete cerrado, mientras que otros mecanismos son mucho más riesgosos, mucho más complicados de manejar y no están en lo que parece ser la estrategia de Estados Unidos, que son los TLC.

DA - No sé si entendí bien la pregunta, en realidad no la percibo, fue un comentario.

JCD - Los mecanismos alternativos del TLC: ¿cuáles son y qué factibilidad tienen?

EC - Qué factibilidad tienen de aprobación, por ejemplo en el Congreso de Estados Unidos.

DA - Una vez más, prefiero concentrarme en los contenidos. Y aprovecho para hacer un comentario a Juan, del Cerrito: yo no he venido a vender nada, simplemente vengo a convocar a la apertura de nuestras cabezas para pensar y examinar el contenido de toda posible negociación. Si Uruguay avanza en este camino de una negociación bilateral con Estados Unidos va a tener oportunidad de considerar desde un punto de vista nacional lo logrado y ahí decidir si sigue adelante o no. Sin secretos para nadie, con transparencia absoluta.

En la vida hay dos grandes caminos para mejorar la inserción comercial en otro país: el camino bilateral o el camino multilateral. El camino multilateral está muy bloqueado, hay enormes dificultades en la OMC que, a nuestro juicio, se dirige inexorablemente al fracaso de la Ronda de Doha. Entonces por muchos motivos, y sobre todo porque ahora Estados Unidos está dispuesto a hacerlo –hasta hace muy poco no lo estaba–, Uruguay puede intentar un acuerdo bilateral. Que habrá que ver a dónde nos conduce, porque el trabajo no comenzó todavía, quiero recordarlo, recién hemos resuelto con el gobierno de Estados Unidos designar un grupo profesional que prepare la próxima reunión del Comité Conjunto de Comercio e Inversiones, que existe, para los primeros días de octubre aquí en Montevideo, porque ya celebró una reunión en abril en Washington.

Avancemos por este camino, veamos qué negociaciones se pueden llevar adelante, cuáles no, qué resultados se obtienen, cuál es el balance de esos resultados. A mi juicio ese resultado sólo puede ser positivo para el país, pero esto hay que demostrárselo a nuestros compatriotas con resultados y razonamientos concretos, y yo estoy dispuesto a hacerlo, si es que esto se concreta. Y como hay voluntad del gobierno de Estados Unidos, y al mismo tiempo esa voluntad se traduce en ciertas condiciones para que el Poder Ejecutivo pueda pedirle al Congreso que apruebe una negociación de este tipo, tampoco veo dificultades de ese tipo. Aunque naturalmente, también en Estados Unidos hay gente que protesta. Por ejemplo, los productores de carne no están muy contentos con que Uruguay mejore sus condiciones de acceso al mercado de la carne; los productores de productos lácteos de Estados Unidos no están muy contentos con que Uruguay avance en este rubro. Pero una negociación tiene esas características, puede haber dificultades acá, obviamente genera discusiones, y hay dificultades allá, que también generan discusiones.

EC - Un antecedente reciente. El TLC con América Central se negoció voto a voto en el Congreso durante más de un año y terminó aprobándose en la Cámara de Representantes por 217 a 215.

DA - Exactamente.

EC - Fue muy peleado. Esa es una de las incógnitas que hay por delante, porque los plazos para encajar dentro del fast-track que está vigente para el gobierno actual están muy acotados.

DA - Aclaremos que esa expresión alude a lo que se puede llamar un camino rápido.

EC - Vence a mediados de 2007.

DA - Hoy está en vigencia, vence hacia junio de 2007, podría ser prorrogado dependiendo del resultado de las elecciones estadounidenses, no nos adelantemos. Pero en todo caso la fecha que hay es esa. Quiero señalar que en particular en el Congreso, como en todos los Congresos, están los representantes que están más vinculados con los intereses concretos del Estado, de un conjunto de empresas, y defienden esos intereses, porque ven que llega un país a competir en algunos rubros con ventaja, porque obviamente es mucho más barato producir un kilo de carne en Uruguay que en Estados Unidos. Uruguay tiene especiales condiciones de competencia en lácteos, en algunos textiles, y eso es lo que hay que tratar de mejorar en nuestra inserción económica en Estados Unidos.

JCD - Ahí iba mi pregunta: el TLC se aprueba como conjunto o no se aprueba, mientras que en los acuerdos por productos en el Congreso puede haber cosas que se aprueben y otras que no, y finalmente una negociación que parecía ser buena no serlo. ¿Eso es así? Es una diferencia entre el TLC y otros mecanismos.

DA - Me perdonarán la insistencia, por ahora yo prefiero hablar de acuerdos bilaterales, porque tengo mucho temor de que una vez más nos enfrasquemos en Uruguay en una discusión de tipo puramente ideológico acerca de una palabra o un conjunto de palabras. Y eso nos nubla la mente, nos impide pensar.

¿Qué tenemos que lograr para Uruguay? Mayores ventajas comerciales, mayor inversión y mayor empleo, eso es lo que necesitan los uruguayos. Sería un crimen que nos bloqueáramos en esa discusión antes de tenerla, sería un crimen en contra de los intereses de los trabajadores de Uruguay. Entonces, abramos la cabeza, por favor, y veamos lo que se puede lograr, y luego haremos el balance y le pondremos el nombre que ustedes quieran.

EC - Hoenir.

HOENIR SARTHOU:
Me preocupa qué efecto pueda producir en los países vecinos, en los países que hoy integran el Mercosur este avance de las relaciones bilaterales con Estados Unidos, qué efectos económicos o políticos.

DA - Hace un ratito, en la entrevista que tuvimos con Emiliano, veíamos que esto es perfectamente compatible con el Mercosur. Es más, Uruguay ya lo hizo, lo hizo con México, tiene el formato del TLC con México autorizado por los demás países, que a su vez recibieron la autorización de hacer ellos también un acuerdo de libre comercio con México, esa fue la resolución que se tomó. Arrancó Brasil pidiendo un acuerdo bilateral en materia de vehículos automotores, luego siguió Uruguay planteando un TLC, y terminó todo con una autorización a los cuatro para hacer un TLC. Lo usó sólo Uruguay hasta ahora. Quiere decir que la experiencia se puede repetir.

Pero más que a lo formal, vayamos al contenido. Yo creo que el balance es positivo, porque toda la región tendría que verse beneficiada, por ejemplo, con la radicación de inversiones del exterior en Uruguay, porque eso potencia toda la región, porque eso la eleva como región atractiva para la inversión del exterior, porque al mismo tiempo eso conduce a un mayor intercambio y a un mayor nivel de actividad entre los cuatro países. Si queremos realmente hacer funcionar el Mercosur, tenemos que verlo como un territorio ampliado, donde se accede al mercado de los cuatro países y de los asociados también.

Entonces, que Uruguay pueda progresar económicamente no sólo le da más autoridad para plantear soluciones políticas a los problemas actuales, sino que además lo transforma en un trampolín de mejora y de progreso para la región en su conjunto. Yo creo que esto deberían verlo los países. Soy muy optimista, hoy le recordaba a Emiliano las declaraciones de los presidentes de Brasil y Argentina en enero, cuando dijeron "no va a haber ningún problema, vamos a autorizar a Uruguay a hacer un tratado de este tipo", cuando se empezó a discutir la posibilidad. Soy muy optimista, no tengo ninguna duda de que lo van a autorizar a Uruguay. Lo van a autorizar porque ven que es una posibilidad de ir corrigiendo asimetrías en el Mercosur y de hacer que todo el Mercosur funcione mejor.

EC - Gonzalo.

GONZALO PÉREZ DEL CASTILLO:
Voy a aprovechar a darle la bienvenida a Danilo a una tertulia de no economistas, un honor doble para nosotros.

La contribución más grande que está haciendo en este momento la misión que fue a Washington es tratar de desideologizar este tema, y también de proyectar la imagen de que incluso si es cierto que es muy difícil hacer otra cosa que un TLC, porque si se va a cuestiones multilaterales hay que pasar por la OMC, los TLC tienen características distinta, son incrementales. Por ejemplo, cuando se hizo el TLC de Estados Unidos con Australia, le dieron cupos a la carne australiana, no le dieron arancel cero porque evidentemente Australia es un gran productor de carne, se empezó con un cupo.

DA - Hay un proceso de desgravación arancelaria.

GP del C - Hay un proceso incremental.

DA - Es lo que tenemos con México.

GP del C - Exacto, y lo mismo con los lácteos. Cuando se hizo con Chile sí se le dio cero a la carne, pero Chile nunca fue un exportador de carne ni de lácteos. Entonces, primero, desideologizar me parece fundamental, no estarles atribuyendo a títulos y nombres grandes cosas, sobre todo porque quienes nos están criticando por eso es gente que hace enormes cantidades de comercio con Estados Unidos. Ese es un punto importante. Y el otro es ir diciendo muy prácticamente que este TLC va a ser una cosa: en los productos que más nos interesan va a ser favorable a largo plazo e incremental. Pero puede dar oportunidades en campos que hoy no soñamos, porque un estadounidense que sabe que hay un TLC puede venir a invertir en Uruguay para producir caviar, por ejemplo, como se hizo en Chile con el salmón.

DA - Perdón: y con el caviar en Uruguay, que produce uno de los mejores caviares del mundo en este momento.

GP del C - Hay grandes potenciales que hoy no conocemos. Mi pregunta a Danilo es esta: ¿cómo ves las otras partes del TLC, como las compras estatales, los acuerdos de propiedad intelectual? ¿Se habló de eso en esto?

EC - O sea, las concesiones, qué tendría que dar Uruguay a cambio en un acuerdo como el que se está negociando.

DA - Sobre algunos de los puntos mencionados en la pregunta Uruguay ya avanzó notablemente, me voy a referir a la protección de la propiedad intelectual. Uruguay estaba, junto con todos los demás países de América Latina, en una lista de observación, llamada así por Estados Unidos, que integran aquellos países que no tienen una legislación adecuada o, teniéndola, no la aplican bien. Y Uruguay acaba de ser retirado de esa lista, no sólo en reconocimiento de las leyes que se han venido aprobando en los últimos años –recuerdo dos en las que me tocó participar activamente, la ley de patentes y la ley de marcas–, sino también de las mejoras que incluso este gobierno ha venido realizando en cuanto a la aplicación de esas normas. Y quiero recordarles algo que no es para nada menor: Uruguay es el único país de América Latina que está fuera de esa lista de países observados. O sea que Uruguay está avanzando mucho en la dirección de una mejor relación en este caso comercial y de inversiones.

Ahora me gustaría hacerme una pregunta que aún no me han hecho: ¿qué pasaría con el ingreso de productos estadounidenses a Uruguay en el marco de un acuerdo bilateral?

EC - De algún modo íbamos por ese lado con la pregunta de Gonzalo, pero también en otros terrenos. Por ejemplo, ¿Estados Unidos reclamaría una apertura en los mercados en los que Uruguay hoy mantiene monopolios, por ejemplo el mercado de la telefonía básica o la energía eléctrica?

DA - El mercado de las telecomunicaciones uruguayo ha hecho aperturas muy importantes, pero yo no podría contestar esa pregunta sencillamente porque no hemos empezado a conversar, esto hay que verlo. Pero hay una suerte de temor implícito, potencial en la gente, que dice "uy, un acuerdo con esta potencia mundial, nos va a inundar de productos que destruirán nuestra producción". Tampoco es así. Por varias razones, voy a una de tipo general: el mercado uruguayo para bienes y servicios de Estados Unidos es muy pequeño, no es un mercado atractivo; en todo caso es mucho más factible que vengan inversiones de Estados Unidos a instalarse en Uruguay para exportar al propio Estados Unidos, por ejemplo los productos que se vean beneficiados con esta negociación, o a la región, como veíamos hoy. Y si hay un mayor flujo de productos de Estados Unidos a Uruguay, no va a ser en los terrenos en los que Uruguay compite, no nos van a perjudicar en nuestras potencialidades productivas. Al contrario, será en los rubros en los que Uruguay no tiene posibilidades de competir con Estados Unidos, por ejemplo maquinaria, tecnología avanzada, y eso, si entra más barato, es un beneficio para el país, porque reducirá nuestros costos industriales, que hoy están muy presos de la región, y pagan costos mucho más altos.

Entonces veámoslo también desde ese punto de vista. Naturalmente, esto tiene mucho que ver con lo que hoy llamábamos el balance de efectos positivos y negativos que los uruguayos tendremos que hacer al cabo de una negociación de este tipo para decidir a escala nacional si seguimos adelante con ella o no, pero primero hay que buscarlo, hay que trabajar, hay que avanzar, hay que escuchar lo que nos piden, aunque, reitero, en terrenos muy importantes ya hemos avanzado y Uruguay ha sido distinguido, quitándolo de la lista de observaciones, en un terreno fundamental como es la propiedad intelectual.

HS - Una pregunta que mucha gente se hace en la calle, que de alguna manera es una reformulación de lo que preguntaba Pérez del Castillo: mirado desde el punto de vista de Estados Unidos, ¿cuál es la motivación para hacer un acuerdo de este tipo con Uruguay?

DA - Yo no quisiera dar la opinión del gobierno de Estados Unidos, entre otras cosas porque no la conozco.

EC - Hay una especulación a propósito de que a Estados Unidos le interesa un acuerdo con Uruguay como forma de meter una cuña en el Mercosur, en la región.

DA - Eso lo voy a negar enfáticamente...

HS - Pero yo no preguntaba en ese sentido.

DA - Me interesa contestar porque es lógica la preocupación. El primer interesado en que no se dañe la pertenencia al Mercosur es Estados Unidos. Lo voy a decir en estos términos: al punto tal que se nos planteó casi como una condición en las conversaciones previas. Lo voy a decir de otra manera: si Uruguay pretendiera, por ejemplo, distanciarse del Mercosur para avanzar por este camino, seguramente fracasaríamos en el propio Estados Unidos.

Estados Unidos no desea –se nos dijo no de una manera indirecta, eufemística, de una manera muy directa– que esto lastime nuestras relaciones con el Mercosur, entre otras cosas –ahora voy un poco más a tu pregunta–, porque Estados Unidos no tiene interés en que Brasil se sienta mal por una negociación de este tipo. Quiere mantener una relación de coexistencia con los gobiernos más importantes de América Latina, correcta como la que tiene hasta ahora, no quiere que esto se dañe, y mucho menos por un tratado bilateral con Uruguay. Así que yo supongo –repito, no me atrevo a discernir cuáles son las motivaciones– que Estados Unidos desea tener una relación absolutamente razonable, tranquila con los países de América Latina, no desea incrementar sus focos de confrontación, quiere tener una relación adecuada con gobiernos como el uruguayo.

Vuelvo a repetir, todos los discursos de nuestro presidente Vázquez en Estados Unidos fueron recibidos con una enorme expectativa y un enorme grado de aprobación hacia su posición. Por supuesto, se sabe muy bien que el nuestro es un gobierno de izquierda y seguirá siendo un gobierno de izquierda, pero a Estados Unidos también le interesa mantener relaciones correctas con gobiernos de izquierda en América Latina. Vuelvo a repetir, para entender mi respuesta a tu pregunta hay que entender la previa: Estados Unidos no desea convertirse en un factor de disturbios, de perjuicio, de ruptura en el bloque de integración en el sur, se nos plantea casi como condición.

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EC - En el final de la entrevista quiero aclara que tenemos una enorme cantidad de mensajes de nuestros oyentes. Y muchos de ellos son a favor del ministro. Si quiere, contador Astori, le menciono algunos de ellos, porque usted quedó preocupado por otros que leí y que eran más bien críticos.

Walter, de Simón Bolívar: "Soy de izquierda y no afín a Astori, pero esta entrevista me está aportando muchísimo".

Raúl, del Centro: "Existe gente contraria a la posición de Astori, que no quiere ir al contenido del tratado y quiere mantener una relación distante con Estados Unidos, un punto intermedio entre lo que es la relación chavista y la colombiana".

Julio, de Malvín: "Astori es un ministro que trabaja, de ningún modo es un haragán, se preocupa por lograr un mejor status y trabajo para el país, mientras otros señores que, por ejemplo, representan al PIT-CNT, se dedican a criticar".

René, de Pocitos: "Estoy totalmente de acuerdo con lo que está haciendo Astori, no lo voté pero este gobierno tiene que seguir por donde va, no hay que ser como los radicales, que tienen, como los caballos de los viejos carros de leche, anteojeras que no los dejan ver para los costados".

Alfredo, de Costa de Oro: "Chile tiene una organización llamada Pro Chile, a medio camino entre el Estado y los potenciales clientes de los mercados nuevos. ¿Uruguay está instrumentando alguna organización de este tipo?".

DA - Sí, sería bueno decir que vamos a relanzar Uruguay 21, conducido por una suerte de comité interministerial en el que estarán la Cancillería, el Ministerio de Economía, el Ministerio de Industria, Energía y Minería, el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, y también –subrayo– el Ministerio de Turismo, porque nuestras ventas de turismo tienen que ser cada vez más importantes.

EC - Después le paso toda la recopilación de mensajes.

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Edición: Mauricio Erramuspe
Fotos: Alexandra Hahn