"Siempre dije que el mejor dirigente es aquel que deja una barra que lo supere con ventaja", dijo José Mujica.

Mujica: veo mi papel cada vez más como consejero

El ministro de Ganadería, José Mujica, dijo que en el endeudamiento se debe esparar el trabajo de la comisión que está analizando el tema para que el presidente decida. Tras su amenaza de renuncia dijo que cada vez se ve más en el rol de "consejero y político". "Me muevo en ese sentido", afirmó. "Siempre dije que el mejor dirigente es aquel que deja una barra que lo supere con ventaja", agregó.

(Emitido a las 7.40)

EMILIANO COTELO:
El congreso del Movimiento de Participación Popular (MPP) era este fin de semana el hecho político que más expectativa generaba. Venía precedido de meses de debates internos en el grupo que lidera el ministro José Mujica, debates que tuvieron algún punto culminante cuando se trataba qué hacer ante el tratado de protección de inversiones con Estados Unidos, por ejemplo.

A partir de discusiones como esas, llegó un momento en que hubo que definir una nueva estrategia en función de que, se sostiene en el grupo, luego de ganar las últimas elecciones el Encuentro Progresista-Frente Amplio (EP-FA), el conjunto del oficialismo, se quedó sin estrategia.

Por ese lado ya había bastante tela para cortar, pero en los últimos días se agregó un nuevo ingrediente para dotar de interés a esas deliberaciones de los días sábado y domingo: la amenaza muy seria de Mujica de renunciar a su puesto en el gabinete.

Estamos en diálogo con el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, José Mujica.

***

Ministro Mujica, ¿qué pasó finalmente? Empecemos con la posibilidad de su renuncia. ¿En qué medida estuvo en juego durante el congreso?

JOSÉ MUJICA:
No, no estuvo en absoluto, el congreso estaba convocado por cuestiones que no tenían que ver con la coyuntura precisa. Lo cual no quiere decir que el problema no se haya en alguna medida rozado.

EC - Usted no fue demasiado claro ayer cuando le preguntaron, cuando le insistieron en este punto.

JM - ¿Y cómo voy a ser claro si acepté, de muy buena fe y estamos trabajando en eso, una sugerencia del señor presidente de hacer una investigación para saber las causas concretas: por qué hubo gente se arrimó a pagar y no lo pudo hacer, por qué otra no se arrimó y cuáles fueron las condiciones en términos generales de aquellos que arreglaron. Una información que en definitiva hay que traérsela al señor presidente. Ese esfuerzo se inició a toda máquina en un equipo en el que coparticipan alguien que representa a Economía, alguien que representa al Banco de la República (BROU) y alguien que representa al Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), y se está haciendo.

EC - ¿Qué tiempo tiene esa comisión para trabajar? ¿Un mes?

JM - Yo veo que va a terminar antes, está trabajando muy bien. Ese trabajo hay que hacerlo.

EC - ¿Hay que entender que del resultado de esa investigación, de ese trabajo depende que usted permanezca en el ministerio?

JM - Hay que entender que depende de las posibilidades de que en definitiva se entienda por qué hicimos el planteo y eventualmente se consideren nuestro punto de vista u otras alternativas que puedan solucionar el problema. En definitiva ese es el quid de la cuestión. Ese trabajo hay que hacerlo.

EC - Si entiendo bien, la posibilidad de su renuncia no está descartada, la amenaza de renuncia sigue vigente y sobrevolando.

JM - En el gobierno nadie es imprescindible, sobre todo en los ministerios. Y como tal, un ministro se puede ir y puede venir otro, pero el quid de la cuestión, para mí, no está ahí sino en la solución del problema. Ayer fui enfático en el congreso, dije: "No me pregunten por el endeudamiento agropecuario, el impuesto a las manzanas o el impuesto al vino, estos no son causa, son consecuencia", más o menos, estoy tratando de recordar. Ahí está la cuestión.

EC - Está bien, pero para cerrar el tema de la renuncia y pasar a los otros que estuvieron efectivamente en el congreso.

JM - Por ahora tengo que cumplir un trabajo que encargó el presidente. Lo voy a cumplir de buena fe y no voy a presionar a mi presidente, las decisiones las tiene que tomar él al final, y yo evaluaré.

EC - Según se ha sabido, en la reunión del miércoles en la residencia de la avenida Suárez el presidente les reclamó a sus ministros que no amenazaran más con renuncias.

JM - Claro, yo no estoy amenazando nada, tengo que cumplir un trabajo y me debo de buena fe a mi presidente.

EC - ¿La alternativa de una ley de refinanciación ha desaparecido de los planes o de las posibilidades que usted o su sector político manejan?

JM - Una ley de refinanciación no cuenta en absoluto con los votos, para mí personalmente no es una cuestión dogmática. Y si usted analiza lo que dije anoche, esas cuestiones de marco para mí no tienen la importancia –sin dejar de reconocer que la tienen– de carácter decisivo que tiene para otros valiosísimos compañeros. Para mí lo que importa es concitar el apoyo social de la clase media rural.

EC - ¿Por qué? ¿Cómo se relaciona esto con la estrategia que ustedes estuvieron discutiendo en el MPP el fin de semana?

JM - Es la manera de interpretar que tenemos el país productivo, que necesita, para ser llevada adelante, la participación definida de sectores sociales. Esto no es una visión de alianza política, es una visión de alianza social a los efectos de llevar adelante ese país productivo. En nuestro fuero interno le damos una enorme trascendencia.

EC - Usted dijo en su discurso de ayer que "la cuestión central, el dilema de fondo que está pautando buena parte de las decisiones que este gobierno tiene que tomar, es si la globalización nos maneja o si somos capaces, siquiera en parte, de influir y manejarla para nuestro propio albedrío y nuestras propias necesidades". ¿Puede explicar un poco mejor esto?

JM - En el mundo de hoy –y desde hace ya claramente un par de décadas–, el mundo central, con supremacía económica, viene imponiendo un ritmo y una transformación por el lado de la economía que van avasallando fronteras, las perforan, crean decisiones de organismos multilaterales que influyen cada vez más en las decisiones de carácter nacional. Y sobre todo ha creado un espectro del engranaje productivo en derredor de las fuerzas trasnacionales de la economía. Está reformulando una cultura, está influyendo en todo, es un fenómeno de la época y un fenómeno inevitable.

Pero el quid de la cuestión es si ante ese fatalismo no existe otra cosa que aceptar y desbrozar el camino para que eso acontezca, esas transformaciones, o si hay un margen importante para manejar o intentar manejar ese fenómeno buscando las mejores conveniencias para el espacio nacional. Pero este problema no es de hoy, empezó hace tiempo, y estamos ante este problema sin tener claridad todavía en la cabeza porque estas cosas corren en el fondo, como esas corrientes que tiene el mar en sus profundidades, que influyen en el todo pero que prácticamente no las vemos. Este fenómeno está pautando toda la historia contemporánea.

EC - ¿Y qué tiene que ver esa contradicción, ese dilema que usted plantea en esos términos, con el modelo de Uruguay productivo que el gobierno del doctor Tabaré Vázquez impulsa y con esas alianzas estratégicas a las que usted se refería hace un rato?

JM - Tiene que ver con esto: si la prioridad central para que existan crecimiento y desarrollo significa el advenimiento de inversión directa extranjera y ese es el capítulo principal, voy a adoptar un conjunto de decisiones que van a torcer la realidad hacia un lado. Si por el otro lado, considero que la fuerza principal es el desarrollo interno y lo otro es accesorio y hay que utilizarlo selectivamente, entonces tenemos medidas de políticas que pueden resultar antagónicas.

EC - Usted está aludiendo a dos visiones que están dándose dentro del gobierno.

JM - Y que se han dado en la historia del país.

EC - Está bien, se dan fuera y dentro del FA, pero en particular parece bastante claro que usted alude a diferencias que se están dando dentro del gobierno, y no resulta descabellado pensar que alude a una diferencia entre su manera de ver las cosas, la de su grupo político, y la del equipo económico que encabeza el contador Danilo Astori.

JM - No queda ahí, involucra más fuerzas, consciente o inconscientemente. Pero no es un problema de ubicar el término de mala fe o de eslogan; este problema tiene tal estatura porque hay un elemento fortísimo, es claro que no se puede negar y hay que aceptar que para que un país tenga desarrollo necesita inversión, eso está claro, y que la enfermedad de Uruguay de los últimos 50 años claramente ha sido la bajísima inversión. Y de ahí se deriva que a lo que podríamos llamar la clase poseedora o burguesía nacional, aunque viva una bonanza, le cuesta mucho invertir, por lo que fuera. Entonces parece bastante lógico decir: si los de acá no invierten, hay que traer de afuera. Este argumento es fortísimo, por su rango de evidencia.

Es cierto que los que pensamos que hay condiciones para un desarrollo interno necesitamos un Estado vigoroso y políticas sectoriales. Y acá se nos plantean los problemas. Pero ojo, estos son problemas de altura, problemas que hay que mirar objetivamente y con frialdad, porque he visto que la falta de percepción inteligente de este asunto lleva a que si le doy privilegios a una inversión importante de afuera para algunos puede parecer un acto de alevosía a intereses nacionales, y en realidad quienes así proceden creen que es la manera más rápida de enriquecer la nación. No es un problema de mala o buena fe, es un problema de convencimiento. Y es tan hondo esto, por ambas partes, que el gran esfuerzo hacia adelante es tratar de sintetizarlo y que la historia resuelva.

EC - Escuchando su discurso de ayer y leyendo el documento sobre estrategia que terminó de ser aprobado el sábado durante los debates del congreso del MPP, se observa –tiene que ver con lo que usted venía diciendo recién– que a propósito de esas dos maneras de encarar el desarrollo usted en particular dice: "A quienes entienden que hay que promover la inversión extranjera hay que respetarlos, es una posición entendible y que no puede descalificarse". Pero al mismo tiempo dice: "En el armado de la política económica de este gobierno hay que tener en cuenta las distintas opiniones, en particular la nuestra, la del MPP". Usted está reclamando también que no se los deje fuera. ¿En síntesis es este el planteo?

JM - El problema es la enorme fidelidad que queremos tener quienes tendemos a agruparnos en una visión nacional de las alianzas sociales, que para nosotros es una cuestión decisiva, pusimos el alma en aquel esfuerzo que se llamó la Concertación, porque no es una estrategia política, de alianza política, sino que es para un período histórico, necesito fuerzas que representen al capital, que sean de carácter nacional, con todas las contradicciones que ello significa. Y necesito que el PIT-CNT concerte discutiendo y peleando las condiciones y el salario todos los días, pero en definitiva que ese mundo del trabajo componga un frente nacional, que no le diga no a la inversión directa extranjera pero que sí la encuadre, la maneje. Este es el quid de la cuestión. Yo quiero un debate de altura.

EC - El documento del sábado dice: "Esta estrategia no puede ser solamente patrimonio de una de las organizaciones que integran el FA". ¿Ahí está aludiendo a Asamblea Uruguay (AU), al Ministerio de Economía?

JM - No, eso es reducirlo a una confrontación AU-MPP, es reducir el tamaño del dilema, porque esto corre por todas partes. Somos parte de una corriente, ni siquiera somos toda esa corriente; y lo propio pasa con los compañeros de AU, también son parte de una corriente que es mucho más honda. Las cosas están arriba de la mesa, yo sé que lo profundo es medio oscuro, eso es inevitable, hay que navegar en la penumbra. Pero yo hablaba para un congreso, y un congreso de una fuerza como la nuestra pretende entrar en la cuestión de las ideas, entonces quiero rehuir los eslóganes y el análisis facilongo y contribuir, hasta donde pueda, a la profundidad de la cabeza de mis compañeros.

EC - Por un lado usted habla hacia afuera del MPP, con esos reclamos de que las distintas visiones que conviven en el Frente sean contempladas a la hora de elaborar una estrategia, en particular de elaborar la política económica, pero también habla hacia adentro y reclama tolerancia. Dice usted, o dice el documento del MPP: "Las políticas del gobierno tienen que considerarse como un todo, pues es imprescindible generar condiciones para considerar los cambios, pero no se puede avanzar sin contradicciones ni dificultades, gobernar es hacer que el país funcione y no se puede hacer eso rompiendo en un santiamén con los lastres del pasado, y hay algunos que además generan nuevos problemas que no se pueden ignorar, leyes, acuerdos internacionales, deudas, estructuras burocráticas, derechos adquiridos, limitaciones de todo tipo. Gobernar es desarticular las limitaciones para impedir su funcionamiento, pero ello no se puede hacer de un día para el otro". Con esto se busca aplacar los reclamos más extremos que llegan desde su propio grupo político.

JM - Es así. Necesitamos mucha madurez por la enorme responsabilidad, hemos definido siempre, desde hace bastante tiempo, que el fracaso de un gobierno de izquierda no es el advenimiento de un mejor gobierno de izquierda, sino seguramente, porque en general la historia en todas partes se ha presentado así, el advenimiento de un derechazo, la aguja va al otro extremo. Entonces hay que ser conscientes de lo que ello puede significar como costo para nuestra sociedad. Y como estamos convencidos, porque la historia lo enseña desde la Revolución Francesa para acá, de que cuando la izquierda fracasa lo que viene es una derecha, tenemos que adoptar una actitud consciente, no podemos renunciar a lo que pensamos porque uno es esclavo de las ideas, pero por el otro lado también es esclavo de la responsabilidad.

***

EC - A partir de estas consideraciones estratégicas que usted recién desarrollaba y que están en los documentos que se consideraron en el fin de semana, ¿qué va a pasar con el MPP? Por ejemplo, ¿qué ocurre con esas diferencias internas que se habían suscitado con fuerza a raíz del tratado de protección de inversiones con Estados Unidos, por ejemplo?

JM - Yo no participé en la discusión de esta etapa del congreso para nada, en ninguna parte –lo dije anoche, no quise influir–; la declaración final, casi el 90%, la llevo tal vez más, lo que habla de una sintonía muy importante. Y también dije que por varias circunstancias me siento cada vez menos perteneciente a un sector, y si le hablo con sinceridad, veo mi papel cada vez más como consejero y como político, más que nada, y me muevo en ese sentido.

EC - Usted más de una vez había llegado a sostener que se sentía un frenteamplista independiente.

JM - Cada vez lo veo más así, y desde que pisé en el ministerio he tratado de construir un equipo que me supere con ventaja. Se puede expresar lo que se quiera, pero nadie me va a negar en este país que el señor ingeniero Agazzi es formidable, y otra gente, como Chilibroste y otros que andan por ahí.

EC - Está preparando su despedida...

JM - Siempre dije que el mejor dirigente es aquel que deja una barra que lo supere con ventaja.

EC - Hay quienes han leído su discurso de ayer como una despedida.

JM - Puede ser, yo soy muy espontáneo y las cosas me salen, me tienden a salir demasiado. No tengo claro cuál es mi mundo interior todavía. No quisiera que se viera esto como gestualidades de presión hacia nada, porque uno tiene también derecho a su propia libertad. Pero ahora tengo que cumplir una tarea en estos días, la tengo que terminar, para que el presidente la tenga arriba de la mesa y en su santa libertad y responsabilidad tome las decisiones que le parezcan. El tratado con Estados Unidos...

EC - Que es uno de los tantos temas delicados que están sobre la mesa, junto con la reforma tributaria, la ley de caducidad, la ley de salud sexual y reproductiva; en fin, hay varios temas críticos para la agenda parlamentaria y política.

JM - Claro, gobernar es andar siempre en el borde.

EC - ¿Cómo se plantará su grupo político?

JM - Con respecto al tratado con Estados Unidos, hay coherencia en lo que hemos manifestado, el comercio tiende a expresar las ventajas comparativas que tienen las naciones; mejorar nuestra relación comercial con Estados Unidos es importante, pero la verdadera independencia de un país pequeño se sostiene manejando una inteligente interdependencia. Resumo: vender un poco a muchos, evitar vender mucho a pocos, que es la única manera, en la incertidumbre del comercio, de ganar un margen de seguridad.

Y tenga presente que hasta donde podemos en nuestra cartera nos venimos moviendo así, tenemos quien nos represente en la embajada rusa porque los analistas internacionales del negocio de la carne pronostican que ese es el gran mercado de futuro. Fuimos a Corea, porque ahí podemos vender, como en ninguna parte, determinadas menudencias. Y así sucesivamente, hemos aprovechado la coyuntura para mejorar la relación comercial con Chile, tratamos de entrar en México. ¿Todo ello para qué? Para seguirle vendiendo a Estados Unidos pero no tanto, para estar diversificados por el mundo. Además lo tenemos que hacer en un panorama de buenos precios.

EC - Pero el tratado de libre comercio con Estados Unidos no se rechaza a priori.

JM - No rechazamos nada, el problema es la concreta, las condiciones que me piden y que puedo dar. Ahí está el asunto. Y mire que la precaución que tengo con Estados Unidos también la tengo con China, la tengo con todos los grandes, nosotros tenemos que acercarnos, no se pueden ignorar en el mundo que están hoy, pero no tenemos más camino que diversificarnos, tenemos que aprender la lección de lo que nos pasó con Brasil en 1999, que tuvo un cambio monetario abrupto y nos mató. Mañana ganan los demócratas en Estados Unidos, que tradicionalmente son más proteccionistas, y no sé lo que pasa. Hay que estar en guardia frente a esos fenómenos.

EC - Hablando de estrategia, ¿hay que intentar la reelección del presidente Tabaré Vázquez?

JM - Yo me metí en eso...

EC - Usted fue uno de los que se metieron en eso, sí.

JM - Yo no quiero presionar a mi presidente, lo dije un día medio en serio y medio jocosamente porque sé que elegir un candidato a presidente es un lío bárbaro en cualquier fuerza política, y sobre todo cuando tiene chance. Es bravo, es un parto, entonces pensé que era una manera de ahorrar camino. No lo descartaría, pero es una cuestión teórica, porque en Uruguay este asunto de la reelección no camina, o por lo menos históricamente no ha caminado, se puede discutir pero parecería –me puedo equivocar– que no pega mucho con el ser nacional.

EC - Usted dice que no estuvo en las deliberaciones del congreso porque buscaba no interferir, no presionar; ¿sabe si este asunto se discutió?

JM - No, no se discutió, no es precaución. No se lo digo por cobertura, no se discutió, había una agenda de cosas y eso no cayó. Pero va a ser inevitable para toda la fuerza del Frente discutirlo más adelante.

-----------
Edición: Mauricio Erramuspe