Los estudiantes desafían al gobierno de Bachelet
A tres meses de asumir, la presidenta chilena, Michelle Bachelet, enfrenta una crisis. En reclamo de mejoras educativas, los liceales movilizaron a un millón de personas y lograron importantes concesiones. El politólogo Patricio Navia dijo que de un modo inesperado los estudiantes obligaron a Bachelet a cumplir la promesa "de buscar mayor participación de la gente en los procesos políticos".
(Emitido a las 9.14)
EMILIANO COTELO:
En Chile, un grupo de estudiantes de Secundaria ha logrado movilizar a un millón de personas. ¿Cuál es su demanda? Una reforma profunda del sistema educativo.
En más de un mes de movilizaciones, que incluyeron dos paros nacionales, los estudiantes secundarios demostraron un poder de convocatoria sorprendente y ahora no están dispuestos a dar el brazo a torcer.
(Audio)
"Estudiante:
Consideramos que sí debemos seguir peleando por los puntos y sí debemos seguir negociando. Estamos totalmente de acuerdo con que sigan. Con mi Federación de Estudiantes nos juntamos ayer y estamos todos de acuerdo con que este movimiento va a seguir hasta que realmente hayan soluciones concretas".
(Fin del audio)
EC - A tan sólo tres meses de asumir el gobierno, la presidenta Michelle Bachelet enfrenta su primer gran obstáculo y, aunque cedió en la mayoría de los pedidos de los estudiantes, todavía no logró dominar la crisis.
(Audio)
"MICHELLE BACHELET:
Con todo lo que hemos visto y se ha dicho estos días, y con todos los pronunciamientos de los sectores por una educación de calidad, espero seriamente que contemos con el amplio respaldo y apoyo en el Parlamento para que efectivamente podamos dar los pasos que nos garanticen una educación de calidad".
(Fin del audio)
EC - En un país habituado al orden, un grupo de adolescentes puso en jaque al gobierno después de una década de relativa calma. ¿Qué hay detrás de estas movilizaciones? ¿Cómo pueden afectar al flamante gobierno de Bachelet? ¿Qué otro tipo de demandas sociales pueden destaparse ahora?
En busca de respuestas vamos directamente a Santiago de Chile. Vamos a conversar con Patricio Navia, politólogo, columnista del diario La Tercera, de Chile, profesor asistente adjunto del Centro de Estudios Latinoamericanos de la New York University y profesor de Ciencia Política en el Instituto de Ciencias Sociales de la Universidad Diego Portales, de Chile.
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Profesor Navia, como decíamos al principio, quizá lo que más llame la atención de estas movilizaciones es el gran poder de convocatoria de estos jóvenes. A esto se suma la convicción con la que, según hemos visto, se expresan sus voceros, que tienen edades en el eje de los 16 años. ¿Cómo se vive este fenómeno en Chile? ¿Quiénes son estos jóvenes?
PATRICIO NAVIA:
Son jóvenes fundamentalmente hijos de la clase media, que asisten a colegios bastante buenos, de los mejores colegios del país, pero que están reflejando muy bien un tema muy importante de la campaña presidencial del año pasado, que es el tema de la igualdad. En Chile hay un acceso muy desigual a la educación, la gente de mayores ingresos puede enviar a sus hijos a buenos colegios, pagan por esos buenos colegios, mientras que los colegios municipales, los colegios financiados por el Estado, son en general, la mayoría de ellos, de muy mala educación. Esos jóvenes líderes del movimiento asisten a colegios en muchos casos municipales, colegios públicos de los de mejor calidad, pero están planteando el tema de que la educación debería ser buena para todos, deberá ser igual para todos y están subrayando el hecho de que no ha sido una de las principales preocupaciones de los gobiernos de la coalición de centroizquierda mejorar la calidad de la educación. Ha mejorado mucho la cobertura pero no la calidad.
EC - ¿Esa es la razón? ¿Por eso es que tienen esa capacidad de convocatoria tan amplia? ¿Esa es la única causa?
PN Hay una serie de variables que tiene algo que ver. Una de las razones también es que la presidenta Michelle Bachelet en su campaña habló mucho de democracia participativa, llamó a la gente a participar en la democracia, no sólo a votar. En cierto modo esto es una sopa de ese mismo chocolate que ella promovió durante la campaña.
Lo segundo es que los jóvenes están articulando demandas, en particular al comienzo del movimiento, que eran muy populares y lograron que el gobierno hiciera concesiones bastante importantes. Michelle Bachelet recién había entregado su discurso anual al Congreso el 21 de mayo, y había hecho algunos anuncios en educación, y los anuncios que realizó la semana pasada, en respuesta a estas manifestaciones, representan más dinero que todo lo que anunció en nuevos programas el 21 de mayo para todos los otros temas. Así que en ese sentido sí tuvieron mucho éxito, porque tocaron dos temas sensibles, por un lado la participación y por otro la calidad de la educación.
EC - Por un lado ha llamado la atención la madurez que muestran algunos de estos jóvenes cuando se expresan públicamente, hay analistas que han llegado a sostener que allí hay un semillero de la futura dirigencia política chilena, pero por otro hay hechos que marcan un contraste. Por ejemplo, estos líderes hicieron un llamado de reflexión que finalmente derivó en hechos violentos, sobre todo en algunos enfrentamientos con la Policía, hubo saqueos en comercios de calles céntricas, las imágenes de televisión recorrieron el mundo, hubo más de 300 detenidos como saldo... ¿Cómo se explica esta otra parte de las movilizaciones?
PN - Porque las movilizaciones convocan a mucha gente, no sólo a los estudiantes. En general las movilizaciones en Chile se han caracterizado históricamente por la violencia, llega mucho lumpen, si se quiere, mucha gente de sectores marginales que están excluidos tanto de la economía formal como del acceso a muchos bienes de consumo, que son generalmente los que terminan siendo saqueados, y se aprovechan de este tipo de manifestaciones. Eso en todo caso refleja un problema de exclusión que sigue existiendo en Chile, los beneficios de la modernidad y el crecimiento económico no han llegado a todos.
Por otro lado, creo que le funciona bien al gobierno permitir algunos de estos saqueos, de forma de demostrar que las movilizaciones no están produciendo los resultados que deberían producir. Sería mucho más dañino para el gobierno tener movilizaciones totalmente pacíficas, con mucha gente marchando pacíficamente, porque eso legitimaría un poco más esas movilizaciones. Otro tema es que Carabineros no han actualizado muy bien su comportamiento desde el fin de la dictadura y siguen reprimiendo con bastante fuerza todo tipo de manifestaciones, incluso las pacíficas.
EC - Usted dice que al gobierno le sirve que existan saqueos en estas manifestaciones. Pero los ha reprimido con dureza...
PN - Sí, el gobierno ha reprimido estos saqueos y manifestaciones con violencia, pero en general a la gente le gusta que los saqueos se repriman porque a nadie le gusta tener saqueos, así que en ese sentido prefiere siempre que si va a haber manifestaciones, sean violentas, no pacíficas. En la medida que haya manifestaciones pacíficas terminan haciéndole más daño al gobierno porque tienen el apoyo de la sociedad. En ese sentido hay bastante evidencia de que en algunos casos, al menos, la Policía, los Carabineros de Chile, ha promovido no los saqueos pero sí la violencia, porque reprime con bastante violencia cuando la gente que está protestando todavía no la ha utilizado.
EC - Una última pregunta a propósito de estos movimientos de protesta. ¿Cómo se los puede catalogar desde el punto de vista político? ¿Qué tendencias están representadas, por lo menos entre sus dirigentes?
PN - Entre los dirigentes hay muchas tendencias, hay desde el Partido Comunista hasta el derechista UDI (Unión Demócrata Independiente), que representa la derecha más derechista en Chile. Los jóvenes representan a distintos partidos, pero hay dos características muy especiales: la primera es que no quieren ser identificados con los partidos que tienen bastante poca aceptación popular, se consideran como muy elitistas, y la segunda es que los jóvenes representan o intentan representar a todos estos grupos excluidos en este sistema democrático que en Chile se ha caracterizado fundamentalmente por acuerdos de las elites. La democracia en Chile y la transición a la democracia se hicieron desde arriba hacia abajo y estos jóvenes están tratando de revertir esa situación planteando cosas desde abajo hacia arriba, y en cierto modo subrayando lo que fue una promesa de la campaña de Michelle Bachelet: darle más participación a la ciudadanía en los procesos políticos, tal vez no de la forma como Bachelet esperaba, pero sí obligando al gobierno a reaccionar ante la promesa que había hecho de buscar mayor participación de la gente en los procesos políticos.
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EC - ¿Podemos ver cuáles son concretamente las demandas de los estudiantes?
PN - Hay una serie, un petitorio más o menos largo, pero hay cuatro demandas que son muy importantes. Una de ellas es el cambio en la ley orgánica constitucional de la educación, que fue la última ley que dejó la dictadura antes de salirse, el día antes de terminar Pinochet firmó esa ley, en 1990, que permitía la privatización de una serie de instituciones académicas y regulaba la formación de muchas universidades privadas. Esa ley se ha considerado como negativa por muchos sectores de la sociedad porque en cierto modo instrumentaliza la educación de tal forma que permite que esta sea con fines de lucro. Esa es la principal demanda y luego hay una serie de demandas sobre la gratuidad en el acceso a las pruebas de admisión para las universidades, la gratuidad del pase escolar para el sistema de transporte público y sobre becas alimenticias para las personas de menores ingresos.
EC - La presidenta Bachelet accedió a varias de estas demandas. ¿Por qué los gremios de estudiantes se mantienen firmes en la protesta?
PN - Porque en el pasado los gobiernos prometieron algunos cambios en esos programas que no han sido realizados y los estudiantes dicen que van a mantener sus protestas hasta que se realicen. En particular (demandan) un cambio a esta ley orgánica constitucional de la educación, que no ha sido modificada sustancialmente desde 1990, desde el fin de la dictadura, y los estudiantes quieren participar en las comisiones que van a redactar los cambios a esta ley, para enviarla al Congreso y que este simplemente los ratifique.
EC - En Chile se dice que esta crisis es la peor en 30 años en cuanto a manifestaciones y protestas; ¿usted está de acuerdo?
PN - Es un poco excesivo, hubo manifestaciones más importantes durante la dictadura, pero ciertamente son las más importantes que se han dado en democracia desde 1990.
EC - Esta crisis ocurre tan sólo tres meses después de la asunción de la presidenta Michelle Bachelet. Mi pregunta es: ¿cómo observa usted el comportamiento de Bachelet ante estas protestas?
PN - El gobierno ha reaccionado un poco tarde, no ha reaccionado muy bien; de hecho, la presidenta Bachelet siempre alegó que el legado más importante de su gobierno sería una reforma del sistema de pensiones, de las jubilaciones, que también fue privatizado en Chile, y ahora da la impresión de que tendrá que dedicarle la mayor parte del tiempo a la reforma educacional. En ese sentido la reacción ha sido un poco tardía, un tanto desordenada y ha dado signos de debilidad bastante importantes del gobierno. Y está recién comenzando su mandato, por lo tanto se pueden producir todavía bastante ajustes importantes en su gobierno, pero al menos quedan claras dos cosas: primero, que la gente puede salir a protestar y con eso lograr presionar al gobierno para que cambie su agenda, eso no es bueno para ningún gobierno; y segundo, que el gobierno ha reaccionado ofreciendo cosas cada vez que la gente sale a protestar, lo que tampoco es bueno para el gobierno porque entonces deberíamos ver más protestas y movilizaciones en los próximos meses de otros sectores que también tienen sus demandas particulares.
EC - ¿Hay que entender que usted percibe que a la presidenta le ha faltado profesionalismo o por lo menos experiencia a la hora de enfrentar una situación como esta?
PN - Sí, pero los presidentes cuando recién llegan siempre carecen de experiencia; el problema de Bachelet no es que le ha faltado experiencia, sino que al formar su gabinete le faltó introducir más elementos de continuidad, porque el gabinete de Bachelet incluía bastantes caras nuevas, bastantes cambios en general positivos, pero le faltó algo de continuidad, particularmente en temas de manejo de crisis, de gente que ya haya estado en el gobierno y tenga experiencia en manejar ese tipo de situaciones. El Ministerio de Educación en particular y el Ministerio del Interior, que son los dos ministerios que tienen relación directa con esto en la parte política, el Ministerio de Hacienda tiene algo que ver en la parte económica, los dos primeros ministerios reaccionaron bastante tarde y perdieron el control de la agenda. Los estudiantes son mucho más populares en el país que lo que en este momento está queriendo el gobierno.
EC - ¿En qué situación dejan estas manifestaciones a la presidenta y su gobierno? Por ejemplo, por estas horas tenía que viajar a Washington para reunirse con el presidente George Bush; ¿sigue vigente ese plan?
PN - Sí, probablemente siga, de hecho lo ratificaron ayer; me sorprendería mucho que cancelara el viaje de esta tarde, lo más probable es que viaje. También la fuerza de las movilizaciones ha disminuido bastante, están perdiendo energía, están perdiendo apoyo también los estudiantes, en particular después de que el gobierno aceptó varias de las demandas, así que esta movilización en particular va disminuyendo. En el futuro Bachelet tendrá que corregir un poco la forma en que el gobierno reacciona ante este tipo de movilizaciones, de lo contrario veremos en los próximos meses manifestaciones de otros sectores que también pondrán en jaque al gobierno, cosa que será una mala señal, los gobiernos quieren controlar la agenda ellos, no que se la vayan poniendo los grupos que salgan a la calle.
EC - Ahora mismo estas agrupaciones de estudiantes han contado con el apoyo de otras organizaciones sociales y en particular de sindicatos, por lo cual es muy lógico esperar, a partir de la actitud de la presidenta, que de aquí en adelante se empiecen a producir en cascada otras manifestaciones con otro tipo de reivindicaciones. Usted ya aludió a esto, pero me gustaría que desarrollara con un poco más de profundidad cómo observa ese escenario a futuro.
PN - Vamos a ver algunas otras manifestaciones. Pero ninguno de los sindicatos que existen en Chile es suficientemente poderoso, la gran mayoría de los trabajadores en Chile no está sindicalizada, así que lo más probable es que haya manifestaciones de grupos un poco menos articulados que los sindicatos. Pero hay una serie de sindicatos, particularmente en el sector de la salud, en el sector público y también contratistas que trabajan en empresas públicas, como Cobreco, que es la empresa de cobre más grande del país, de hecho la empresa de cobre más grande del mundo, deberían movilizarse en los próximos días demandando mejoras en los salarios y mejores beneficios.
EC - Usted acaba de mencionar el cobre. El cobre es un factor clave en todo este panorama, porque este año se espera que existan excedentes récord de 10.000 millones de dólares en los ingresos al fisco por la mejora que se ha producido en los precios del cobre, que es el principal bien de exportación de Chile. Viene todo un debate sobre qué hacer con ese dinero.
PN - Sí, por supuesto, el debate ya comenzó, de hecho los excedentes del cobre, los beneficios del cobre para el fisco ya se empezaron a ver en el año 2005 y ciertamente se están viendo en el año 2006. En buena medida parte de las demandas estudiantiles tienen que ver con eso, dicen: "El gobierno tiene tanto dinero guardado en el banco, que gaste parte de eso en mejorar la calidad de la educación". Por otro lado el gobierno argumenta que si gasta demasiado y pone mucho de ese dinero en la economía chilena, disminuirá el valor del dólar, lo que afectará a otras exportaciones chilenas y el mayor circulante producirá algo de inflación, por eso el gobierno quiere ir con más tranquilidad, más calma en aprovechar estos beneficios del cobre, pero las demandas de los estudiantes dicen "no podemos esperar cinco o diez años, porque en cinco o diez años más la mayoría de nosotros ya va a haber terminado la educación".
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Edición: Mauricio Erramuspe