"Segundo round" en La Haya
Conrado Hughes y Gabriel Papa dieron sus impresiones tras la exposición de Argentina en la segunda jornada del juicio en la Corte Internacional por la instalación de las plantas de celulosa en Fray Bentos.
(Emitido a las 7.53)
EMILIANO COTELO:
Estamos en diálogo con dos integrantes de nuestras Tertulias, Gabriel Papa y Conrado Hughes, que han estado siguiendo el comienzo del segundo tiempo, la segunda presentación argentina de esta madrugada.
En un titular breve, ¿qué impresión sacaron?
GABRIEL PAPA:
Vi algunos argumentos importantes presentados por parte de Argentina. Ayer no seguí las presentaciones, vi luego las repercusiones, pero en cuanto a esa visión que se tiene de una presentación muy débil, que posiblemente haya sido la de ayer, la de hoy, no digo desde el punto de vista jurídico que no es mi competencia, pero como presentación del discurso fue bastante sólida.
CONRADO HUGHES:
Yo no tuve muchas sorpresas. Los uruguayos no sé si los argentinos también hemos leído tanto sobre las reuniones de la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU), sobre las reuniones con Bielsa, sobre los documentos, si estaban firmados o no, sobre Opertti, sobre Jorge Batlle y qué sé yo, que al final no encontraba una cosa muy novedosa. De todas maneras hoy apareció alguna cosa, como algo que sacó Philippe Sands que realmente confunde: ahora a Uruguay lo reclasificaron y repentinamente cayó del lugar tercero según una clasificación de una universidad estadounidense seria al lugar 133, fue muy efectista. Para esas cosas la única solución es ver cuál es el índice. Uruguay no deterioró la calidad de su ambiente porque estén construyéndose las plantas.
GP - A ese respecto, pero ese es uno de los puntos débiles...
CH - No, el punto débil no es el cuidado del ambiente en Uruguay, el punto débil creo que siempre se tuvo esa sensación es la prolijidad en la cobertura de las normas del Tratado del Río Uruguay, en especial de esa que tiene que ver con el artículo 7º sobre el tema de la calidad de las aguas. Uruguay siempre tuvo la sensación de que allí había un punto flaco y es lo que está utilizando Argentina. Pero cuando entra en otras consideraciones los argumentos de ellos flaquean.
GP - Yo distinguí cinco grandes planteos fuertes. Uno, el tema Uruguay y el ranking con relación al respeto del ambiente; dos, se hizo alusión muchas veces al informe canadiense que exigía más información y a la postergación del préstamo por parte de la Corporación Internacional Financiera; tres, el famoso acuerdo Bielsa-Opertti, de marzo de 2004, con respecto al cual Argentina planteó con bastante fuerza que Uruguay no presentó ningún texto de ese acuerdo y que fue un esfuerzo por resolver un problema pero no un acuerdo...
EC - Desde la audiencia, sobre ese punto, dice Rodolfo que el acuerdo que Argentina dice que no está documentado fue comunicado por el canciller Bielsa al Congreso argentino, y que ahí está la prueba, ahí está el documento.
GP - Es la famosa Memoria Anual que los ministerios presentan a su Parlamento; hay que ver el valor jurídico que tiene ese documento, eso lo dirán los abogados.
EC - Te faltó mencionar algún punto.
GP - En cuarto lugar, hay toda una discusión sobre esta instancia, que es el tema de las medidas cautelares, esta historia de suspender la construcción de las plantas; la argumentación de Uruguay es que la construcción en sí misma no perjudica, y Argentina hoy plantea que es necesario suspender la construcción porque el daño se producirá antes del fallo definitivo, de fondo, de la Corte. Y quinto, en la exposición final la embajadora argentina plantea que si Argentina es responsable de algo es de haber confiado en Uruguay. Esto es lo menos fuerte de toda su argumentación, el resto me parece que no son elementos despreciables.
CH - Yo no estuve coincido más con Gabriel en esa circunstancia en la interpretación un poco futbolística de nuestra prensa en el sentido de que venimos uno a cero y en el segundo tiempo entramos cómodos porque los rivales están arrugados y el equipo es débil. Ninguna de las dos cosas me parece, ni están arrugados ni el equipo es débil. El argumento más fuerte de ellos es el descuido formal, de los deberes formales frente al Tratado del Río Uruguay, y el punto claramente más fuerte de Uruguay es que hicimos todas las cosas, incluyendo evaluar. Esto se trasluce en opiniones, en la opinión del escocés que asesora a Uruguay, Allan Boyle, y estaba también implícito en lo de Gross. El artículo 7º se refiere a la navegación, a que no hagan construcciones...
GP - A calidad de las aguas también.
CH - Está bien, pero si uno lee toda la redacción del artículo se da cuenta de que tiene que ver con obras de ingeniería sobre el río que cambien todas las cosas. Y termina el artículo en su último concepto, el 3º, en la calidad de las aguas, y dice que lo que tiene que hacer el país firmante o los dos que compartimos el río es, si entendiera que lo afecta, informar al otro.
EC - Leo textualmente el artículo 7º: "La parte que proyecte la construcción de nuevos canales, la modificación o alteración significativa de los ya existentes o la realización de cualesquiera otras obras de entidad suficiente para afectar la navegación, el régimen del río o la calidad de sus aguas, deberá comunicarlo a la Comisión, la cual determinará sumariamente y en un plazo máximo de 30 días si el proyecto puede producir perjuicio sensible a la otra parte".
CH - Lo que está sosteniendo Uruguay es atinado, todo eso lo hicimos, y como la influencia en el río a partir de los estudios que tenemos era despreciable porque el río va a recibir agua tratada con el proceso de más alta calidad según los estándares que aún no ha adoptado la Comunidad Europea, no tenemos que tener la aprobación formal. Pero Argentina está diciendo que no. ¿Cuál va a ser el resultado? No tengo ni idea. El profesor de Derecho Internacional italiano Condorelli pone una duda respecto de la pertinencia de resolver esto en la Corte Internacional de La Haya en función de lo que dice el artículo 60. Todo es una discusión de derecho, el problema es que aparte hay una discusión política. En ese sentido Uruguay tiene a su población mucho más pendiente, tenemos un canal, las radios y a todo el mundo discutiendo esto, mientras que en la televisión argentina ayer, cuando estaban terminando las presentaciones, los canales que llegan acá vía cable estaban hablando de una estupenda operación que le habían hecho a un niñito al que le habían reconectado con microcirugía la mano que había perdido en un accidente o de la huelga de funcionarios de un hospital de la ciudad de Buenos Aires donde tienen un lío regular.
EC - Gabriel, tus apreciaciones finales.
GP - Primero todo el episodio es muy desafortunado, eso está claro y por estar claro no hay que repetirlo, es todo un episodio muy desafortunado tener que presenciar este juicio en La Haya, que evidencia el fracaso de las autoridades públicas en resolver las diferencias de otra manera. Esto es doblemente desafortunado para Uruguay porque le cuestiona la posibilidad de radicar inversiones importantes, eso tiene que quedar claro.
Algunas de las presentaciones hechas ayer por Condorelli, uno de los asesores de la delegación uruguaya, fueron bien llamativas. Dijo, por ejemplo: "Las autorizaciones relativas al comienzo de la construcción de las plantas fueron dadas por las autoridades uruguayas sin el consentimiento previo de Argentina, es innegable, pero la convicción firme de Uruguay es que el estatuto no da ningún derecho a veto a cada parte en cuanto a la realización, por la otra, de estos proyectos de desarrollo industrial cuando esta saldó su buena fe en materia de intercambio de información en el marco de los procedimientos previstos en las disposiciones del estatuto o acordadas por las partes". Ahí está el tema que en la presentación en el Edificio Libertad planteó el embajador Paolillo, quien dijo textualmente: "Las autoridades de las dos naciones, al más alto nivel, acordaron procedimientos alternativos para resolver este conflicto". No sé sobre el fondo jurídico del asunto, pero esto va a ser una parte importante de la resolución.
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Edición: Mauricio Erramuspe