Entrevistas

PIT-CNT endurece reclamo de políticas sectoriales

El diputado oficialista Alfredo Asti y el dirigente del PIT-CNT Pablo Abdala debatieron sobre las diferencias que hoy enfrentan, fundalmentalmente, al equipo económico y la central sindical. El reclamo de una política industrial y de bajar las exigencias macroeconómicas, junto a otros temas, en una polémica que parece ir más allá de simples matices.

(Emitido a las 7.35)

EMILIANO COTELO:
El rechazo a la política económica del gobierno, el rechazo a la ley de caducidad y el rechazo al Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos pautaron el paro general parcial de cuatro horas que organizó ayer el PIT-CNT.

En comparación con paros anteriores este mostró un acatamiento bajo, pero sirvió para hacer público en un acto frente a la sede del Ministerio de Economía y Finanzas el resumen de los reclamos de la central de trabajadores. Allí el secretario de Organización del PIT-CNT, Juan Castillo, aseguró que los sindicatos se sienten con la autoridad para reclamar los cambios que se prometieron porque no son un apéndice del gobierno.

(Audio)

"JUAN CASTILLO:
La inmensa mayoría de los uruguayos apostó a un cambio, la inmensa mayoría de los trabajadores los exigimos en la práctica. El cambio se va a dar cuando los trabajadores tengamos parte de la riqueza que generamos. Cuando los números están mejorando, cuando nos indican que mejora la economía, pues entonces eso se tiene que dar con más y mejores puestos de trabajo, con mejores jubilaciones y pensiones, con más vivienda, con más salud, con más educación y, sobre todo, con mejor nivel de vida para los uruguayos. Para que todo esto pase, compañeras y compañeros, nosotros no debemos renunciar al papel histórico que le corresponde al movimiento sindical, no nos dejemos generar las dudas. Y tiene que quedar absolutamente claro en esta jornada: ni apéndices del gobierno ni francotiradores del mismo. No entremos en las trampas que nos monta el enemigo".

(Fin del audio)

EC - ¿Cómo queda planteada esta pulseada entre el PIT-CNT y el gobierno del Frente Amplio (FA)? Vamos a conversarlo con Marcelo Abdala, dirigente de la Untmra (Unión Nacional de Trabajadores Metalúrgicos y Ramas Afines) y del propio PIT-CNT, y paralelamente con el diputado Alfredo Asti, de Asamblea Uruguay (AU), FA.

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EC - Diputado, ¿cómo observó un acto como el de ayer y una proclama tan cortante, tan frontal como la que recién escuchábamos en la voz de Juan Castillo?

ALFREDO ASTI:
Quizás la frase más importante fue la que ustedes acaban de repetir, "ni apéndice ni francotiradores". Es una concepción importante que debemos revalorizar. Por supuesto que como fuerza política gobernante no pretendemos que las organizaciones sindicales sean un apéndice de este gobierno, como tampoco esperamos que sean francotiradores contra un proyecto de país que, como muy bien se decía en la proclama, la mayor parte de los uruguayos votó el 31 de octubre de 2004. Se va reconstruyendo este país, se van recibiendo las reformas estructurales necesarias postergadas durante décadas para poder cambiarlo –y digo desde el gobierno con la visión desde el Parlamento, pero obviamente también desde el Poder Ejecutivo–, estamos trabajando en ese sentido que de ninguna manera va a defraudar a la mayoría de los uruguayos.

EC - Pero a ustedes, en particular a los diputados de AU, que son los más cercanos al ministro Astori, ¿les preocupa este clima de protesta y de reclamos que se ha ido instalando protagonizado por diferentes organizaciones sociales, entre ellas nada menos que el PIT-CNT?

AA - Por supuesto que respetamos el derecho de las organizaciones sociales a expresar su voluntad.

EC - Pero mi pregunta es si les preocupa, porque hay un ambiente muy fuerte de demandas.

AA - Nos preocupa que no se lea de la misma manera lo que han sido estos primeros meses, este año y pico de gobierno, cómo el país ha empezado a cambiar, cómo se ha empezado a recuperar el salario real perdido durante mucho tiempo, no solamente durante el último gobierno sino siguiendo lo que fue una tendencia histórica en los últimos años; cómo se ha empezado a recuperar el ingreso a los hogares, incluso por encima del ingreso real de los trabajadores; cómo se empiezan a generar las condiciones para una mayor cantidad de empleo y con más calidad, como se reclamaba en la propuesta; cómo ha mejorado el clima de relaciones en las negociaciones colectivas, la reinstauración de los consejos de salarios, que es uno de los temas que los trabajadores más deberían reconocer, la importancia que esto tuvo incluso para el propio movimiento sindical, el crecimiento; que en esa ronda de negociaciones colectivas se haya incluido a los funcionarios públicos, a los trabajadores rurales y próximamente se incluya a los trabajadores domésticos.

EC - Marcelo Abdala, ¿ustedes están menospreciando esas mejoras que el contador Asti recién mencionaba y que otros integrantes del equipo económico han detallado en estos días en una lista que es un poco más larga aun? ¿Ustedes no están teniendo en cuenta esos avances?

MARCELO ABDALA:
De ninguna manera, no es así. El Primero de Mayo quedó muy claro que hay componentes de la conducción económico-social que son compartidos por el movimiento sindical. Una precisión: el Primero de Mayo se expresó con todas las letras nuestro beneplácito por el funcionamiento de los consejos de salarios, por tanto hay que centrar el debate en donde realmente estamos. Tenemos una visión crítica en torno a la conducción macroeconómica del país.

EC - ¿Puede ser un poco más preciso?

MA - No es el conjunto de la política económica y social del gobierno, nos referimos a las prioridades macroeconómicas del país, que por supuesto luego implican determinaciones, condicionamientos hacia el conjunto de la política. Estamos focalizando allí nuestro planteo crítico y nos interesa sobremanera un debate constructivo y superador.

Entendemos lo siguiente. Desde el punto de vista macroeconómico hay básicamente dos prioridades centrales, la generación del superávit fiscal necesario para cubrir el pago de intereses de deuda pública con los organismos financieros multilaterales, por un lado, y por otro lado otra serie de prioridades que hacen al control de la inflación. Entendemos que el esfuerzo principal para superar ese superávit fiscal, que en última instancia termina transpirando toda la sociedad uruguaya, viene más por el lado de ser sumamente cautelosos con el gasto público que por aumentar los ingresos del Estado. Entendemos, por otra parte, que el control de la inflación está generando una situación no del nivel que tuvimos bajo el gobierno de Lacalle, de un abierto rezago cambiario, pero sí una política en la cual de a poquito se va perdiendo la competitividad de los sectores productivos vía un papel no tan activo del Estado en hacer que el dólar se mantenga en niveles adecuados desde el punto de vista de las necesidades de competitividad. Esto por dos razones, para controlar la inflación, pero también porque el precio del dólar es relevante a los efectos de bajar la composición de deuda con respecto al PBI, porque la deuda se mide en dólares.

Nosotros entendemos –aquí está la cuestión central–, desde una mirada de país productivo, que en virtud de las características de nuestra economía, cuyas unidades productivas en general son pequeñas y medianas, no le cabe a otra institución que no sea el Estado el papel de operar de locomotora del desarrollo productivo. Si una magnitud de recursos que está equivaliendo a aproximadamente un 24% del presupuesto o al entorno de entre el 3% y el 4,5% del superávit fiscal para pagarle los intereses al Fondo Monetario Internacional (FMI), si un volumen de recursos que genera la sociedad uruguaya, que transpira el trabajo de los uruguayos debe destinarse a rajatabla a esos efectos, queda muy reducido el papel del Estado para operar como locomotora de una estrategia de desarrollo.

EC - ¿Qué responde el diputado Asti a propósito de estas críticas sobre todo a la política macroeconómica, como enfatizaba recién el dirigente Marcelo Abdala?

AA - Tenemos que partir de la base de cómo encontramos este país. No voy a hablar de la herencia maldita pero el compañero Abdala sabe perfectamente en qué condiciones encontramos el país, porque como trabajadores sufrimos todos los períodos anteriores. Sabe que hay un endeudamiento muy grande que se acentuó fundamentalmente a raíz de la crisis de 2002 y la salida que se le dio en ese momento, y que para poder continuar con una estabilidad que permita generar el clima en el cual se puedan desarrollar inversiones productivas necesitábamos primero ordenar la casa.

Eso es lo que muy bien se ha hecho desde el gobierno, cuando se anunciaba por parte de la oposición que esto iba a ser un caos, que se iban a ir los capitales, que se iba a producir un rebrote inflacionario que iba a ser imposible de manejar.

Hemos visto cómo una conducción económica que se había preparado para el gobierno, que desde el primer momento empezó a formular reformas estructurales que permitieran ese cambio cualitativo que diera las oportunidades de generación de más y mejor empleo, eso es un factor fundamental. Por ejemplo, una reforma tributaria que seguramente a partir del 1 de enero de 2007 va a implicar que el 80% de los hogares uruguayos tengan más ingresos disponibles, porque de acuerdo con lo que el propio Instituto Cuesta Duarte publicó el otro día, el porcentaje de trabajadores que hoy no pagan el Impuesto a las Retribuciones Personales, que es aproximadamente el 30%, va a subir al 60%, o sea que el 60% de los trabajadores no van a pagar los impuestos que hoy están pagando.

Se tienen que crear en el país las condiciones para generar lo que más reclaman los uruguayos –en eso coincidimos con el compañero Abdala–, que es más y mejor empleo, más estable.

EC - Abdala, en síntesis, lo que dice el contador Asti es que se está trabajando en la dirección del proyecto de país productivo, pero primero había que ordenar la casa y mantener mucha prudencia en el manejo de algunas de las variables macroeconómicas, al mismo tiempo que se preparan y se han estado preparando reformas. ¿No lo convence esa respuesta?

MA - Con el planteamiento general de necesidad de reformas estructurales estamos todos de acuerdo, el problema es cuáles son las reformas estructurales que se necesitan. Nosotros entendemos que la crisis del país es de carácter estructural, es una crisis de base productiva y de inserción internacional. Para decirlo en pocas palabras, los problemas del desempleo, los bajos salarios, la marginación, tienen que ver con una economía que no promueve en forma eficaz su competitividad sistémica y su productividad en virtud de especializarse en el mercado internacional en el ofrecimiento de sus recursos naturales, de productos intensos en recursos naturales.

EC - La pregunta, en definitiva, es si el PIT-CNT no está planteando sus reivindicaciones con un apuro excesivo. Eso es lo que se sostiene desde el gobierno, "déjennos trabajar".

MA - No es un problema de apuro, es un problema de cuál es el horizonte de las políticas. Vamos a poner algunos ejemplos, porque tú hablabas de los rechazos, y es así, efectivamente el movimiento sindical tiene pronunciamientos muy claros en contra, pero también tiene pronunciamientos muy claros a favor.

Primero quiero hacer este comentario: si no construimos –y para eso tiene que haber una reforma institucional profunda, porque la máquina, el aparato del Estado que sirvió para impulsar un modelo liberal, aperturista, excluyente, muy probablemente va a tener muchos fallos para construir un Uruguay productivo– la posibilidad de que el Estado opere como locomotora de desarrollo, el único boleto que le queda al país para mejorar los puestos de trabajo es la inversión privada y en particular la inversión extranjera directa. No descartamos que sea un torrente, una vertiente de cambio en la situación de los uruguayos, pero no podemos apostar a que sea la única posibilidad.

Hemos planteado la necesidad de una auditoría ciudadana del endeudamiento externo. No es la consigna fácil del no pago de la deuda externa y chau, estamos sosteniendo que hay que estudiar toda la génesis del capital financiero en este país, separar esa deuda metamorfoseada pero en última instancia generada en el período de la dictadura, que es ilegítima, hacer una auditoría que investigue con qué finalidades se contrajo esa deuda, si se utilizó o no para clientelismo y corrupción, e ir a una renegociación con el FMI que permita que el país disponga en mejor medida de recursos para el cambio de su estructura productiva.

EC - Ese es un ejemplo de reclamo de políticas. ¿Otro ejemplo?

MA - Otro ejemplo es la necesidad –y yo estoy muy preocupado porque de esto no se habla– que tiene el país de implementar una política industrial de punta, con políticas de encadenamientos productivos y políticas desde el Estado que aseguren un proceso de industrialización que nos permita cambiar efectivamente el carácter de los puestos de trabajo que hoy se están generando. El mercado por sí solo no lo va a resolver y se requieren políticas industriales. Antes los gobiernos neoliberales decían con todas las letras que la mejor política industrial es la que no existe; hoy eso no se dice, pero tampoco se convocan ámbitos por rama de actividad, por cadena productiva para ver qué medidas hay que tomar desde el punto de vista de la política industrial.

Y una más, la del estribo. En marzo planteamos –y al ministro de Industria le pareció que era una propuesta muy buena– la necesidad de implementar un sistema de compras públicas vinculado con una satisfacción más eficaz de las necesidades del Estado y destinado a crear unidades productivas que hoy no existen. Se nos dijo que sí pero nunca tuvimos un ámbito para implementar concretamente un sistema de compras públicas que permita generar puestos de trabajo de calidad.

EC - Diputado Asti, desde el PIT-CNT se está diciendo que las reformas no son suficientemente profundas, que faltan políticas con sesgos más a la izquierda en el gobierno del FA.

AA - Como síntesis, este es un gobierno de izquierda, un gobierno que ha venido a cambiar el país y lo va a cambiar en tanto tengamos el apoyo de quienes son un motor importantísimo, los trabajadores, para encarar esa visión, ese cambio de cultura que tenemos que tener todos los uruguayos para crear un nuevo país. Si solamente vemos los problemas y no vemos los puntos positivos –el compañero Abdala recordaba lo que había sido la proclama del Primero de Mayo, el reconocimiento de eso–, no vemos los números que tienen que ver con cómo está creciendo el sector industrial, y no sólo el que se dedica a la exportación, también el que produce para el mercado interno, los números de crecimiento del sector industrial, las horas trabajadas, el personal ocupado... Si no vemos que en el tema de la valorización del dólar se está siguiendo una política por la cual el dólar está flotando libremente, porque los peores atrasos cambiarios que tuvo el país y que nos llevaron a los problemas que nos llevaron se dieron cuando hubo intervención administrativa en la fijación del valor, en este momento el dólar vale lo que el mercado va marcando, con absoluta independencia de la intervención del Banco Central, que tiene como meta controlar la inflación, que es uno de los principales males que atacan los ingresos fijos de los trabajadores...

EC - Abdala mencionaba políticas industriales. Ese ha sido todo un debate dentro de la izquierda en los últimos meses, la falta de políticas sectoriales, en particular de una política industrial. ¿Qué dice sobre ese punto?

AA - Eso va a ser parte del proyecto de país productivo que ya anunciara el presidente de la República en nombre de todo el gobierno y de todo el gabinete. Y en particular, respecto de una mención que hacía de la política de compras públicas, en la Rendición de Cuentas del año 2004 que se aprobaron en 2005 estaban las normas de compras públicas centralizadas para poder realmente llegar a una mayor eficiencia; hay que superar los siempre burocráticos escollos de nuestra administración.

Quedan pendientes en la reforma del Estado muchos capítulos que tienen que ver con ordenar el caos administrativo increíble que se encontró con respecto fundamentalmente a todo el tema de funcionarios públicos, porque la limitación del ingreso llevó a que fuera mucho peor el remedio que la enfermedad, se pusieron funcionarios contratados sin ninguna integración en la escala funcionarial del Estado.

Estamos poco a poco resolviendo todo ese tema, como se están resolviendo los temas de reconocimiento de los aumentos salariales en la salud, en la educación, ahora el reconocimiento del tema de las jubilaciones. No podemos centrar todo eso en un determinado momento, entonces no podemos generar en la población la idea de que no se está obteniendo lo que la mayoría de los uruguayos votamos el 31 de octubre. Se está caminando hacia ello. Quizás pueda percibirse que no con la celeridad deseada, pero recordemos lo que decía el compañero Tabaré Vázquez en sus últimas intervenciones como candidato: "Si pretenden que esto cambie en pocos días, no nos voten". Esto no va a cambiar en pocos días, tenemos que cambiar el país todo, y el país tiene que cambiar homogéneamente y lo va a hacer, pero con los tiempos y los apoyos y la fuerza de todos aquellos que impulsaron la gran victoria popular del 31 de octubre.

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Edición: Mauricio Erramuspe