El nuevo secretario general del Partido Comunista, Eduardo Lorier llamó la atención sobre que "existen amplios con cierta desesperanza".

Comunistas llaman a cumplir con "la deuda social"

"Nos preocupa el cumplimiento con la deuda social", dice el nuevo secretario general del Partido Comunista, Eduardo Lorier. Así se para el sector en la interna del gobierno. "Planteamos una cosa sensata", remarcó y llamó a arrimarse "al cumplimiento del programa asumido". Agregó que "existen amplios sectores inquietos, con cierta desesperanza".

(Emitido a las 7.35)

EMILIANO COTELO:
El Partido Comunista del Uruguay (PCU) viene cobrando protagonismo en la interna del Frente Amplio (FA). El rechazo a un eventual Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, el apoyo al Mercosur y a la conformación de la Comunidad Sudamericana de Naciones, la participación en la campaña para anular la Ley de Caducidad, el reclamo de renegociación de la deuda externa fueron temas que quedaron planteados el pasado 18 de junio, al culminar el 27º Congreso del PCU.

Ayer deliberó por primera vez el nuevo Comité Central elegido durante el congreso, y decidió la conformación del nuevo ejecutivo partidario. El nuevo secretario general del PCU es el senador Eduardo Lorier, en sustitución de la ministra de Desarrollo Social, Marina Arismendi.

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EC - Eduardo Lorier tiene 53 años y es ingeniero agrónomo. Ha tenido una larga e importante trayectoria política en el departamento de Florida, donde fue candidato común del FA a la Intendencia en los años 1994 y 1999.

En 1995, fue designado director de Desarrollo Productivo de la Intendencia de Florida, durante el gobierno colorado que encabezó Juan Justo Amaro. Accedió a ese cargo tras un acuerdo político entre los colorados y el FA. En 1997 renunció a pedido del FA por desacuerdos con la gestión del jefe comunal.

En su departamento, además, fue uno de los impulsores del Movimiento por Empleo de Florida, una institución que nucleaba organizaciones sociales, religiosas y sindicales.

Integra el Comité Ejecutivo Nacional del PCU desde 1997. En los últimos años se ha desempeñado como presidente de la Comisión de Programa, cargo desde el cual le tocó organizar 3er Congreso Extraordinario, en 2003, en el que se aprobó el nuevo programa del PCU.

Lorier es además escritor, tiene tres libros publicados: La capataza, que fue llevado al teatro con la dirección de Alberto Restuccia, Las dos vidas de Martín Aquino y La historia de Florida.

Estamos en diálogo con el senador Eduardo Lorier.

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Senador Lorier, después del Congreso, era casi un hecho su designación como nuevo secretario general.

EDUARDO LORIER:
No tan hecho, fue una discusión que tuvimos en el seno del Comité Central. Viendo el trabajo en equipo, analizando la mejor ubicación de los distintos compañeros, en ese proceso voy a asumir la tarea de secretario general.

EC - Era casi un hecho en función de los trascendidos y los datos que surgieron del propio PCU después del congreso. En realidad usted no fue el más votado en la elección para los miembros del Comité Central. El más votado fue Juan Castillo, que tuvo 503 votos; seguido de otro dirigente sindical, Jorge Bermúdez, que tuvo 470. En tercer lugar apareció Eduardo Lorier con 466 sufragios. Se pensó en algún momento que Castillo fuera el nuevo secretario general; ¿por qué no se siguió ese camino?

EL - Repito, era posible que fuera Juan u otro compañero. Hicimos un análisis colectivo, el trabajo es en equipo, estamos teniendo estas resoluciones, entonces Juan, el Fogata Bermúdez, Marina, yo y tantos otros compañeros dirigentes vamos a integrar el Comité Ejecutivo, cada uno en distintas funciones que tienen que ver con esa base que debe decidir nuestro trabajo de aquí en más, que es el trabajo en equipo.

EC - Vi en el semanario Búsqueda hace poco declaraciones de distintos dirigentes comunistas que coincidían en que "nombrar a Juan Castillo como secretario general supondría perder el principal hombre de masas de los comunistas". "La visibilidad que consiguió Castillo a nivel sindical no se puede traspasar a ningún compañero y el partido no puede perder ese espacio, Lorier sería el candidato ideal", afirmaba un dirigente de peso consultado por el semanario.

¿Cómo se interpreta, cómo se lee en el PCU que los dirigentes más votados hayan sido hombres provenientes del sindicalismo?

EL - No tiene una especial significación en el sentido de que son compañeros que han sido apoyados por la mayoría del partido, no le vemos una proyección de otra naturaleza o de tipo político. En ese plano queda así nuestra interpretación.

EC - No me contestó demasiado.

EL - Además hay que tener en cuenta que los compañeros son votados por sus características personales, somos votados por nuestra trayectoria y no por ser dirigentes sindicales o senadores, aunque eso puede tener una influencia en la votación, porque la visibilidad, la mía, la de Juan o la de los distintos compañeros, puede incidir en una votación que fue bastante numerosa en el congreso. De manera que hay una mezcla de aspectos personales, trayectoria y valoración individual de cada uno de nosotros, y al mismo tiempo esa visibilidad que se adquiere por estar permanentemente en los medios. También yo entro en esa explicación, porque fui tercero, soy senador y tengo esa posibilidad que quizás no tienen otros compañeros.

EC - Mi pregunta apuntaba a saber si ese resultado en la votación interna en el PCU puede estar vinculado con el perfil que el PCU ha adoptado en los últimos meses, sobre todo a partir de la asunción del doctor Tabaré Vázquez como presidente de la República, a partir de la llegada del FA al poder. Se nota al PCU como un grupo que respalda al gobierno pero que se mantiene en posiciones de crítica muy dura en una serie de aspectos que a su vez parecen tener un correlato con actividades en lo sindical de personas como Juan Castillo y Jorge Bermúdez.

EL - Y en lo parlamentario. Usted ha entrado en el tema, porque se trata de ver nuestras posiciones con respecto a la realidad objetiva de nuestro país y de nuestro gobierno. Hemos apoyado con toda la fuerza, con todo el calor la concreción de nuestro programa, el hecho de ir avanzando, de ir aproximándonos al pago de la deuda social acumulada que tenemos en nuestro Uruguay con esos más de un millón de pobres, esos más 300.000 indigentes, hemos apoyado eso a través del Ministerio de Desarrollo Social hasta dejar los bofes, como se dice en la cancha, y ahí están Marina (Arismendi) y Ana (Olivera) trabajando con otros tantos compañeros de todos los grupos políticos en esa tarea.

Hemos hablado con toda claridad de la deuda social acumulada con los trabajadores uruguayos a través de muchos años de pérdida de salario real, de muchos años de flexibilización laboral, malas condiciones de trabajo, hay que ver cómo anda nuestra gente en este mundo, cómo andan los trabajadores. Hemos apoyado los consejos de salarios, cómo no, hemos apoyado y seguimos apoyando esta recuperación salarial, querríamos más, pero sin duda alguna la apoyamos firmemente, así como la ley de libertades sindicales que apenas viene a poner un poco de equilibrio en una balanza que todos sabemos que ha estado muy desequilibrada en este país a favor de los intereses patronales.

EC - Eso es lo que ustedes comparten de esta gestión de gobierno.

EL - Lo hemos compartido con fuerza, con ganas. Al mismo tiempo señalamos que en nuestro concepto –podemos estar equivocados y lo queremos analizar, queremos compartirlo con nuestros compañeros– existen algunas limitaciones, que también son herencia, porque los 14.000 millones de dólares que heredamos de deuda pública son algo tremendo para este país. Entonces decíamos y decimos que sería y es importante una renegociación de esta deuda, de manera que nos permita un margen de maniobra superior al que tenemos, una renegociación sensata, prudente, pero firme al mismo tiempo en la medida en que priorizamos altamente el pago de la deuda social con nuestro pueblo. Porque no hacerlo nos está determinando otro conjunto de problemas que visualizamos como muy importantes y graves.

Hicimos un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre la base de pagar la deuda tal como venía heredada del gobierno anterior, y eso nos está determinando un alto superávit fiscal primario anual, o sea un ahorro muy importante para el pago de intereses, lo que nos deja sin o con muy poco margen para el resto de nuestras necesidades de inversión, en salud, en educación, en infraestructura, en seguridad, que son nuestras prioridades, así como en inversión pública.

EC - ¿Cómo habría que renegociar esa deuda?

EL - Es necesario conversar. Existen, por suerte, en determinado momento existieron, el Consenso de Río y el Protocolo de Copacabana en los que los presidentes Lula y Kirchner establecieron la necesidad de que el gasto en infraestructura no fuera tenido en cuenta para el cálculo del superávit, y podríamos agregar el gasto social. Esto afloja nuestras necesidades de superávit fiscal primario y por lo tanto libera recursos para la inversión en estos rubros. Esa es una posibilidad que consideramos que es bueno realizar en forma conjunta con esos dos países, porque cuando se firmó el protocolo en el año 2004 Tabaré todavía no estaba en la Presidencia.

También decimos que es muy importante la Rendición de Cuentas actual, que viene a romper con una lógica de ajustes y permite un incremento que va a llegar a los 300 millones de dólares. Esto lo estamos apoyando claramente, vamos a aumentar el ritmo de nuestro gasto en salud, en educación, en seguridad y en infraestructura.

Señalo lo importante que es lo que estamos haciendo en Bella Unión, el proyecto sucroalcoholero, que sale apenas siete millones de dólares, más otro tanto, otros siete, que provienen de Pdvsa. Con ese dinero estamos reactivando, impulsando la producción azucarera ahora y luego estaremos apoyando otro tipo de producciones agrarias.

Pero tenemos que ver lo social, cientos de productores que vuelven a la vida económica y tienen una posibilidad de desarrollo futuro, centenares de peludos, de trabajadores. Ustedes que se han preocupado por Las Láminas tanto tiempo, no hay mejor camino para eliminar Las Láminas de Bella Unión y de todo el país que esto, producir, trabajar, generar fuentes de trabajo, ingresando al mismo tiempo al mercado del etanol, a la producción de biocombustible. Son siete millones de dólares, ojalá tuviéramos un fondo de 200 a 300 millones de dólares más para los departamentos del interior. Yo vengo del interior, tengo una visión importante de los ritmos de nuestro pueblo en el interior, paralizado, cansino, con esa siesta tremenda, pero no por culpa de ellos sino porque la actividad económica languidece.

EC - ¿Usted está sugiriendo que se renegocie la deuda con los organismos multilaterales, en particular con el FMI, de modo de reservar cifras como la que venía manejando recién, del orden de los 200 a los 300 millones de dólares para que el Estado invierta en proyectos vinculados con el Uruguay productivo?

EL - Con el Uruguay productivo y con los gastos que llamamos consumo de desarrollo, que son salud, educación, vivienda, alimentación. Y no sólo con los organismos multilaterales de crédito, el concepto es más amplio, nuestra deuda tiene distintos componentes, también hay deuda pública de importancia colocada en Uruguay, de manera que de todos lados un poco vamos a llegar fácilmente a cifras como la que hemos anotado, porque el sacrificio en torno a estos temas tenemos que hacerlo todos.

EC - Entonces ustedes no comparten el adelantamiento de pagos al FMI que se ha aprobado durante este año.

EL - El adelantamiento está dentro de la lógica de cumplimiento estricto con los pagos, dentro de esa lógica es una medida que permite un ahorro de intereses indudable, de 28 millones de dólares. Lo que estamos planteando es una renegociación más general que permita un fondo de esta naturaleza. En ese plano decimos que el reperfilamiento como la renegociación –que no son lo mismo– son cosas que se vienen imponiendo por sí solas. Es muy difícil para nuestro país llegar a pagar 3.200 millones de dólares este año por concepto de intereses y amortizaciones, y 2.400 millones de dólares el año que viene. En el quinquenio tenemos obligaciones por 9.433 millones de dólares, son cifras altísimas, es un drenaje tremendo de recursos que se nos van. Estamos planteando la posibilidad de reinvertir parte de esos recursos en este tipo de actividades, de manera de generar a través de ellos las mejores posibilidades de pago.

Es una ironía histórica lo que está pasando con las calificadoras de riesgo, que después del default argentino y el hecho de que hayan borrado 80.000 millones de dólares de la deuda pública argentina hoy están calificando mejor o casi igual a Argentina que a Uruguay, mientras nosotros hemos cumplido absolutamente. ¿Cuál es el motivo? Argentina hoy está en mejores o iguales condiciones de pagar su deuda que nosotros.

Lo que estamos planteando es una cosa sensata, prudente, al mismo tiempo priorizando nuestra deuda social, que nos arrime al cumplimiento del programa que hemos asumido con nuestro pueblo, al compromiso que hemos asumido electoralmente de la manera que entendemos mejor.

EC - Ustedes llegan a hacer afirmaciones muy severas en los documentos que surgieron del 27º Congreso del PCU, por ejemplo dicen "el gobierno sigue en la macroeconomía y en líneas generales las mismas pautas del neoliberalismo: ahorro fiscal y cumplimiento de los acuerdos externos". ¿De qué manera se va a traducir en hechos, en actitudes esta opinión?

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EC - Leyendo las tesis del 27º Congreso del PCU uno se encuentra con una afirmación como esta que recién leía recién: "El gobierno sigue en la macroeconomía y en líneas generales las mismas pautas del neoliberalismo". Y esta otra: "El peso de las concepciones de la clase obrera, al igual que las del partido, es mayor en la estructura de base del FA y pequeña en el gobierno que se instaló a partir del 1 de marzo. En la conducción del FA predominan sectores que expresan políticamente a las capas medias, a la pequeña burguesía e incluso a sectores de la burguesía nacional. Y sobre la marcha del gobierno se va produciendo diferenciación con respecto al programa popular, proceso que se acentúa por la gravitación de técnicos sin compromiso con el programa del Frente e incluso de miembros de los partidos tradicionales".

Usted señalaba las coincidencias, los puntos que comparte, defiende, impulsa el PCU en este gobierno, pero también marcaba matices. Con análisis como el que yo leía, ¿qué cabe esperar de la conducta del PCU?

EL - Lo que estamos haciendo ahora, trabajar muy intensamente con otros compañeros del Frente para que la Reforma Tributaria tenga elementos de cambio con respecto a la original que permitan que la visión política y social que podemos aportar –el conjunto de los grupos políticos del FA– también se tenga en cuenta cuando se analizan técnicamente las reformas y los proyectos.

En ese plano se puede esperar una defensa muy importante para que las cooperativas sigan siendo exoneradas, tengan sus deducciones o no sean objeto de tributo en este nuevo proyecto como se había planteado originalmente. Lo mismo con respecto a elevar el monto mínimo no imponible para nuestros jubilados e igualmente con relación a los pequeños y medianos productores rurales, al Imesi y el vino, y a la tributación por IVA. Un trabajo denodado en ese sentido, como también un apoyo importante a lo que en nuestro concepto es un cambio en materia de Rendición de Cuentas, porque los 300 millones de dólares que se van a gastar aparecen ahora, no estaban en el proyecto original, entonces nos parece de suma importancia y lo apoyamos, aunque podamos decir que todavía falta, que hay aspectos que queremos mejorar. Nos parece –lo dijimos en el encuentro con Tabaré y el equipo ministerial en Suárez– que apoyando esta Rendición decimos de la necesidad de inversión, sobre todo en vivienda.

EC - Al mismo tiempo todo indica que se va a seguir acentuando el énfasis de los militantes comunistas en el movimiento sindical y en otras organizaciones sociales en pro de la movilización. Está dicho en las tesis del último congreso, "es necesario combinar la lucha política y social, para eso hay que colocar en un primer nivel el papel del PCU, el FA, el PIT-CNT y las organizaciones sociales. Los comunistas se proponen desarrollar una intensa lucha por aislar las concepciones que reflejan los intereses de las clases dominantes dentro del gobierno. La garantía de que el programa del FA se concrete pasa por continuar y acrecentar las grandes mayorías movilizadas y organizadas para defender, impulsar, apoyar y corregir al gobierno si es necesario".

Esto que estábamos comentando al comienzo de la charla, la movilización de los sindicatos y el protagonismo que en ella han tenido dirigentes del PCU no parecen ninguna casualidad, parece que forman parte de una serie de engranajes que su partido está promoviendo.

EL - No son engranajes ni es una promoción ajena a la realidad, existen amplios sectores de nuestro pueblo que están inquietos, con cierta desesperanza, y es muy importante que esa lucha y esa movilización tengan una correcta canalización.

EC - ¿Qué quiere decir eso?

EL - La palabra lo indica, que se puedan producir y se produzcan con los métodos y las formas que correspondan y que permitan al mismo tiempo ir superando esa contradicción.

EC - Usted dice que es una movilización que no debe desbordarse.

EL - Que tiene que tener los métodos que correspondan a la nueva realidad, a esta realidad que tenemos con un gobierno que busca aproximarse a su programa. En la instancia en Suárez dijimos que también nos parecía importante mantener el diálogo con los empleados públicos, solucionar el conflicto que hoy se presenta con ellos, hay formas, hay medidas. Hemos logrado maneras, caminos para destrabar el conflicto con los jubilados, hemos sido muy inteligentes y es muy correcta y muy oportuna la rebaja de los combustibles para nuestros sectores de consumo más carenciados, porque ahí van el supergás y sobre todo el querosene. Es por ahí que hay que encaminar estos procesos, hay soluciones, hay medidas que se pueden adoptar, debe haber una visión política y social de conjunto que permita que las medidas técnicas tengan ese acompañamiento, de lo contrario lo técnico nos puede conducir a la inversa de lo que todos queremos.

EC - En procura de ese giro todo indica que va a haber una presión sindical y de organizaciones sociales fuerte impulsada en particular por el PCU.

EL - Nosotros no impulsamos en particular nada, nuestro apoyo surge siempre de la realidad misma, no estamos inventando, estimulando ni artificialmente colocando en la escena nacional, sindical o social absolutamente ninguna cosa que no surja de su mismo seno. En ese plano decimos que esto siempre tiene que desembocar, como lo expresamos, donde corresponda, con la negociación correcta, con la flexibilización de todas las partes, con los acuerdos que esta sociedad tiene que ir labrando en distintos aspectos, pero siempre con una base esencial para todo ello, el cumplimiento de la deuda social, que es lo que nos preocupa, y por lo tanto el cumplimiento del programa del FA, que no otra cosa es lo que pretendemos.

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Edición: Mauricio Erramuspe