"Nuestros compromisos van hasta lo que suscribimos", dijo el senador Enrique Rubio que celebró esta incorporación.

Rubio: ingreso de Venezuela nos da margen de negociación

"Nuestros compromisos van hasta lo que suscribimos", dijo el senador Enrique Rubio que celebró el ingreso de Venezuela al Mercosur. Destacó que ese país entra reconociendo asimetrías y contempla las economías menores. Negó que esta incorporación sea una oposición a Estados Unidos. "No hay que apostar a ninguna idea de frontera ideológica", remarcó.

(Emitido a las 9.10)

EMILIANO COTELO:
El de ayer no fue un día cualquiera en la historia del Mercosur: después de 15 años durante los cuales el tratado estuvo integrado por cuatro miembros plenos, el bloque pasó a estar conformado por cinco países.

En Caracas los presidentes Néstor Kirchner, Lula da Silva, Nicanor Duarte, Tabaré Vázquez y Hugo Chávez firmaron el protocolo de adhesión de Venezuela al Mercosur. Un paso que, por supuesto, ha merecido en los últimos tiempos todo tipo de comentarios, a favor y en contra.

Nos interesa examinar este nuevo escenario desde el punto de vista del partido de gobierno. Para ello estamos en diálogo con el senador Enrique Rubio, de la Vertiente Artiguista, integrante de la Comisión de Asuntos Internacionales de la Cámara Alta.

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Un dato: con la incorporación de Venezuela al Mercosur el Producto Interno Bruto (PBI) del bloque sube del 54% al 78% del producto bruto de América del Sur y pasa a abarcar un mercado total de 250 millones de personas. Esta es una parte del cambio. En una visión general, ¿qué importancia le asigna a la incorporación de Venezuela?

ENRIQUE RUBIO:
Celebro la incorporación de Venezuela, que contribuye a fortalecer este espacio económico, cultural y social que es el Mercosur, que ha tenido avances y retrocesos pero que siempre tuvo su artículo 20 del Tratado de Asunción que preveía la posibilidad de ampliarlo por decisión unánime de los países miembros. Se incorpora un país que tiene un potencial muy importante de reservas naturales conocidas por todos en materia energética, que tiene unos cuantos millones de habitantes, que tiene complementariedad en muchos aspectos, no sólo en el energético, con países como el nuestro en la medida que es importador de productos agropecuarios e industriales. Desde este punto de vista le da un empuje al bloque regional que debe ser concebido en esos términos, pero es un proceso de integración que va a llevar tiempo.

EC - A eso iba, porque más allá de una serie de preguntas a propósito de lo que significa y cómo impacta el ingreso de Venezuela, es bueno en primer término aclarar que la incorporación de Venezuela no es instantánea con todos los derechos y todas las obligaciones.

ER - Venezuela se incorpora como miembro pleno del Mercosur –estamos esperando ver cómo quedaron los documentos finalmente, porque ha sido un proceso de negociación relativamente largo– pero hay todo un período de transición, por ejemplo para desgravaciones arancelarias, según con qué país y en qué dirección se produzca el flujo comercial. Los tiempos pueden ser distintos si son importaciones de Venezuela desde países del Mercosur que a la inversa, exportaciones de Venezuela hacia países del bloque y si se trata de todo el bloque que si no. Hay un proceso negociado de rebajas arancelarias.

EC - Hay un plazo hasta el año 2010 para la apertura de los mercados de Argentina y Brasil a Venezuela, y hasta 2012 para la apertura del mercado de Venezuela a Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. Son un par de ejemplos.

ER - En el caso nuestro y de Paraguay habría un listado de productos de acceso inmediato porque la idea es contemplar las asimetrías de los países pequeños. Va a haber cosas muy rápidas, cosas muy lentas, cosas de proceso de negociación complejo. Hay que tener en cuenta que no es un espacio ideológico, es un proceso de integración entre países que tienen gobiernos que a su vez van cambiando con el tiempo pero que se van procurando integrar entre ellos con las dificultades y las ventajas que tiene este tipo de procesos.

El Mercosur ya tiene constituida una institucionalidad, que son sus autoridades, que básicamente nacen del Tratado de Asunción y después del de Ouro Preto en 1994 y, con base en esas instituciones que son su Consejo, su Grupo Mercado Común –que es el organismo ejecutivo–, la Comisión de Comercio y un conjunto de subgrupos, tomó un conjunto de decisiones, ha resuelto cosas del orden de las 500. Todo ese complejo andamiaje de acuerdos debe ser internalizado, aprobado por cada uno de los países miembros.

En este caso Venezuela tiene que suscribir –creo que es lo que ha hecho ahora– con ratificación parlamentaria los acuerdos básicos, Asunción, Ouro Preto y el Protocolo de Olivos –el de las controversias–, y al mismo tiempo tiene que convertir en cuestión interna muchas de las otras decisiones. Todo esto es un proceso gradual y negociado.

EC - Hablando de esa gradualidad y en particular de nuestro país, está previsto que Paraguay y Uruguay se abran totalmente a Venezuela en el año 2013, pero en el sentido inverso, hay un anexo con dos listas de productos de Paraguay y Uruguay que podrán ingresar a Venezuela con arancel cero no bien entre en vigor el instrumento. Eso es lo que usted mencionaba a propósito de que se están contemplando las asimetrías existentes dentro del Mercosur.

ER - Y la sensibilidad, los sectores llamados sensibles, aquellos para los que Venezuela considera que no puede abrirse de inmediato, y los que sí, de los cuales tiene necesidad y no tiene competencia o producción propia que pueda ser lesionada.

EC - ¿Qué tipo de productos podrían ingresar ya?

ER - Básicamente los agropecuarios; y ya estamos en la parte de servicios, aunque ellos quieren proteger cosas en materia de software que nosotros estamos entrando. Se ha venido suscribiendo un conjunto de acuerdos bilaterales de negocios combinados con Venezuela que tienen que ver con la energía, todo el tema Ancap, los acuerdos que ahora va a aprobar el Parlamento con relación al Hospital de Clínicas y otros emprendimientos de tipo social; o con asesoramientos, Conex, la consultora de UTE, hace mucho tiempo que está trabajando en su similar venezolana con una cantidad muy grande de técnicos y desde ese punto de vista está haciendo buenos negocios.

Hay otras cosas que podrán salir o no, como el tema de Pluna y Conviasa, pero es todo bilateral.

EC - Son negocios o acuerdos que estaban ya concretados o negociándose desde antes de la incorporación de Venezuela al Mercosur. A un país como Uruguay, ¿en qué lo beneficia el ingreso de un país como Venezuela al Mercosur?

ER - Lo beneficia en que al ingresar ese país se adopta la resolución de abrir nuevas listas de productos a algunos de los países miembros en tiempos determinados. Más allá de lo que hicimos bilateralmente, el propio acuerdo o protocolo de incorporación al Mercosur por parte de Venezuela trae anexos con listados de productos de acceso inmediato para Uruguay y Paraguay y otras facilidades, porque al crearse el espacio eso genera obligaciones que a veces son tan importantes como las arancelarias, como tener arancel cero para entrar a algún lado, vencer las resistencias burocráticas y las trabas paraarancelarias, otro tipo de dificultades que muchas veces se interpone para lograr el acceso. Desde este punto de vista para Uruguay y para Venezuela este proceso es recíprocamente conveniente.

EC - ¿No hay riesgos para sectores de la producción uruguaya?

ER - No, porque hemos tenido cuidado en el proceso de negociación de salvaguardar determinadas cosas, en eso nuestros negociadores son cuidadosos como también lo son los de ellos. Estamos hablando de listados de productos, que es el mecanismo habitualmente usado en este tipo de negociaciones, uno abre una lista de productos con plazos y tiempos determinados.

EC - Otro dato a propósito de esta transición es que Venezuela ingresa con voz pero sin voto, el derecho al voto va a ser ratificado por los parlamentos de los demás países miembros.

ER - Eso supone que se complete el proceso, porque el Tratado de Asunción prevé la incorporación y esta supone que el país que entra suscribe los documentos básicos constitutivos del acuerdo –el Tratado de Asunción, el de Ouro Preto, lo de Olivos–, que los ratifica su parlamento y que este proceso es aceptado por el conjunto. Entonces se logra la calidad de miembro pleno con todas las facultades y potestades y al mismo tiempo se aprueban los anexos en los que se establecen los tiempos, los plazos y las líneas de productos que se van a ir desgravando para tener márgenes de circulación, para que se constituya una zona de libre comercio entre todos y se negocie en qué condición queda el arancel externo común para el nuevo miembro. Todo esto es un proceso complejo. Cuando firmamos el Tratado de Asunción constitutivo del Mercosur venía en un anexo la desgravación de varios años, por listas de productos, y se iba haciendo una reducción gradual de los aranceles, o sea de los impuestos que se cobran al pasaje de un producto de uno a otro país. Acá eso estaría diferenciado según de qué países se trate.

EC - Esto ocurre cuando el Mercosur viene atravesando dificultades internas muy serias que han llevado tanto a dirigentes políticos como a algunos analistas a ver con mucho escepticismo y hasta con frialdad este ingreso. Sin embargo Carlos "Chacho" Álvarez, el presidente de la Comisión de Representantes Permanentes del Mercosur, dijo "un bloque que está en crisis terminal, como algunos quisieron trasmitir, no incorpora a un país que es la tercera economía sudamericana y una potencia petrolera; esto es un avance muy fuerte". ¿Cómo se ubica usted en ese debate?

ER - Comparto –incluso lo hemos intercambiado con Chacho Álvarez– plenamente este tipo de afirmaciones. Si uno tiene el 75 o el 80 por ciento de la producción en el bloque de América del Sur, y se incorpora un país que tiene las primeras reservas en materia de petróleo y las más importantes de América en materia de gas, cuando todos tenemos necesidad muy importante de hacer un anillo energético potente para poder desarrollarnos; si las economías son complementarias en aspectos muy importantes; si tenemos en toda esta región las reservas mundiales de biodiversidad más importantes del planeta y reservas de agua increíblemente importantes; si esto lo hacemos con inteligencia, y además el país que ingresa está dispuesto a contemplar asimetrías y nos permite un balance interno mejor a los chicos –porque uno de los problemas mayores del Mercosur ha sido el bilateralismo no inclusivo que han tenido Argentina y Brasil haciendo acuerdos entre ellos sin consultar ni integrar a Uruguay y Paraguay–; en la medida que entra otro protagonista de porte en materia económica y en otros sentidos va a permitir otro manejo en materia de equilibrios internos. Esto no quiere decir que no sea complejo.

EC - La otra lectura es que suele ocurrir que los agentes económicos tomen las decisiones más riesgosas en los momentos en que se ven más amenazados. ¿No podría haber algo de esto, teniendo en cuenta la crisis por la que atraviesa el Mercosur, que estemos ante una especie de apuesta de perdido por perdido?

ER - No. En primer lugar, ha habido decisiones que no compartimos pero que hay que mirar desde el punto de vista estratégico. En realidad Brasil cuando decide suscribir con Argentina a costo fundamentalmente de Brasil el acuerdo bilateral del 1 de febrero último por el cual Argentina puede parar el ingreso de determinados productos brasileños o exigirles a las empresas entre los dos países que se pongan de acuerdo, o sea cuando hacen un acuerdo de complementación económica como el que hicieron, están tomando una decisión estratégica muy fuerte. Puede no gustarnos porque no participamos en ese proceso, pero quiere decir que las dos economías más grandes de América del Sur se integran entre ellas, lo cual va a producir un efecto de arrastre. Lo que tenemos que hacer y hemos hecho en ese marco es adquirir margen de negociación.

EC - ¿Cómo se adquiere ese margen?

ER - No apostando sola y exclusivamente a la región. O sea, al mismo tiempo haciendo aperturas bilaterales o de otro orden hacia Estados Unidos, Europa, el sudeste asiático, Chile –con el cual ya hay y va a haber intercambio en materia automotriz bastante interesante y otros emprendimientos–, haciendo apertura en otras direcciones y apostando al multilateralismo, porque la ventaja de estar enrolado en un grupo de países con similar condición con relación al Norte para exigir la baja de los subsidios en materia agrícola y otras cuestiones es muy importante.

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EC - Muchos han comentado que más allá de los cuestionamientos que hay a la forma de ser y de actuar del presidente Hugo Chávez, la incorporación  de Venezuela al Mercosur tiene un sesgo esencialmente político que estaría chocando con el espíritu comercial, aduanero, de integración regional que marcó el origen del Mercosur. El propio Chávez ha dicho "queremos un Mercosur más político". ¿Cómo está viendo usted esta parte del asunto?

ER - Cada gobernante tiene su propio estilo y le da el alcance que le parece conveniente. Hay que ser realistas desde este punto de vista, vienen cambios políticos a su vez, o por lo menos eventos electorales muy importantes en la región, fundamentalmente en Brasil en octubre, veremos qué sucede, pero las características de las conducciones políticas pueden ser variables. Lo importante es aprovechar la oportunidad política de que varios de los liderazgos de la región coinciden en que es necesario potenciar el proceso de integración.

EC - Por ejemplo, el periodista Danilo Arbilla en un editorial en el semanario Búsqueda la semana pasada dice: "A partir de julio será otro Mercosur en el que las coincidencias ideológicas primarán por sobre cualquier otro interés, y lógicamente, determinarán la marcha y el rumbo de la nueva asociación".

ER - Esa no es la concepción que prima en los gobiernos y en las cancillerías de la región. Brasil tiene una línea muy definida desde ese punto de vista. De la última concurrencia de Celso Amorim y los intercambios que hemos tenido con el equipo de relaciones internacionales de Lula y otros intercambios es muy claro que por el lado de Brasil, por lo menos, que es el país más importante por sus dimensiones, no hay un interés de ideologizar el espacio de integración. Al contrario, se opone a generar un espacio que sea una especie de anti-otro. Lo han dicho con mucho énfasis.

Nosotros tampoco estamos en una línea de ideologización fuerte del acuerdo de integración, es un proceso entre países y sociedades por conveniencias recíprocas en los distintos niveles a los que se puede hacer una cosa de este tipo en un mundo de bloques y donde los protagonistas son portentos en materia de poderío, como son otros bloques o las empresas trasnacionales más grandes que países y otros grandes actores en materia financiera.

EC - Pero por ejemplo el enfrentamiento permanente que el presidente Hugo Chávez tiene con el gobierno de Estados Unidos, ¿cómo va a marcar al Mercosur de ahora en adelante?

ER - Es un problema bilateral entre Venezuela y Estados Unidos.

EC - ¿En qué medida no se termina trasladando al Mercosur, pasando a ser parte de su identidad?

ER - Para nada, no es la línea en la que está nuestro país, no es la línea en la que está Paraguay, no es la línea en la que está Brasil, y veremos cuál es la de Argentina, porque eso siempre está dentro de la zona de los interrogantes pero no me parece que sea. Lo que importa es lo que se acuerda hacer en común en materia de relacionamiento internacional, no lo que haga cada uno de los países. Eso corre por su cuenta, hay unas diferencias importantes entre el gobierno de Venezuela y el de Estados Unidos, eso a su vez quizás se modifique en algunos aspectos si hay cambios políticos en Estados Unidos o cosas de ese tipo, pero no les impide tener un vínculo económico impresionante fundamentalmente por la venta de hidrocarburos refinados a Estados Unidos y otras maneras. Hay que tener una visión estratégica y amplia en el largo plazo, sabiendo que puede haber dificultades pero que nuestros compromisos van hasta lo que suscribimos.

EC - Y hablando de los aspectos políticos de la cosa, el diputado del Herrerismo Jaime Trobo se ha mostrado preocupado en estos últimos tiempos por las condiciones de ingreso de Venezuela. De hecho incluso envió un pedido de informes a la cancillería y dijo que le extraña mucho que el ingreso de Venezuela al bloque no incluya los compromisos democráticos firmados por los actuales miembros en 1996 y 1998. ¿Qué responde sobre este punto?

ER - He preguntado a la cancillería y se me ha informado que Venezuela suscribió la cláusula democrática, así que desde ese punto de vista no veo dificultad.

EC - Trobo se preguntaba: "¿Cómo es posible que admita que lo que obliga a Uruguay en materia de compromisos democráticos para integrar el Mercosur, siendo que Uruguay lo fundó, no se le aplique a un socio nuevo que recién llega?".

ER - Se le aplica al socio nuevo.

EC - ¿Usted tiene claro que eso se ha incorporado?

ER - Es lo que se me ha informado y no habría otra línea posible en esto. Todos los compromisos básicos en materia política, en materia de acuerdos internos y de vínculos internacionales tienen que ser aceptados para adquirir la calidad de miembro pleno de esta asociación que es seria, que ha tenido y que tiene problemas. Tenemos una agenda de reclamos de la que no vamos a desistir sino que vamos a persistir, de demandas de modificaciones en cosas que tienen que ver con el concepto de asimetría, o sea de país pequeño que necesita que le den aire y un tratamiento preferencial y diferenciado en la región. Esto se lo estamos reclamando a Argentina y Brasil y se lo vamos a reclamar a Venezuela como miembro. ¿Pero cuántos cambios políticos ha habido en cada uno de los países que constituyen el Mercosur?

EC - Otra de las cuestiones que se objetan con la incorporación de Venezuela desde sectores de la oposición es que con este paso el Mercosur se acerca un poco más a Cuba. De hecho se ha anunciado que Fidel Castro irá a la cumbre de Córdoba el 20 y el 21 de julio. ¿Qué dice usted sobre este tema?

ER - Eventos que convoca el Mercosur en los cuales participan mandatarios de otros países de la región va a haber muchos y con participación de muchos, y eso me parece bueno. Va a haber una Cumbre Iberoamericana muy importante que se va a desarrollar acá dentro de pocos meses, vamos a tener cosas de esa naturaleza, es parte de la democracia y del buen relacionamiento internacional. No hay que apostar ni fortalecer ninguna idea de frontera ideológica en ningún sentido porque la historia ha mostrado que eso es pésimo y no es la conducta que sigue ninguno de los bloques ni de los grandes actores internacionales, que se mueven defendiendo sus intereses y promoviendo las necesidades de sus sociedades.

EC - ¿Pero con respecto a la aproximación a Cuba que podría estar cerca a partir de la incorporación de Venezuela?

ER - Yo no veo ninguna modificación en el relacionamiento para el caso de Uruguay ni para cada uno de los países. El relacionamiento es bilateral, puede haber un relacionamiento de la región si se hacen acuerdos, y bienvenidos los acuerdos si son convenientes en los beneficios que dan para cada uno de los pueblos. Se trata de un relacionamiento entre países y entre pueblos, no de generar espacios ideológicos de otra naturaleza.

EC - ¿Pero efectivamente se va en esa dirección?

ER - No veo ningún indicio de que se vaya ni se deje de ir en dirección alguna desde ese punto de vista. Hay un proceso de integración, hay un vínculo, este gobierno, nuestro gobierno restableció las relaciones plenamente con el gobierno de Cuba, entiende que todo lo que permita su incorporación a organismos comunes en América Latina es positivo, está en contra del bloqueo y de la discriminación y propicia un relacionamiento internacional normal y conveniente para todas las partes.

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Edición: Mauricio Erramuspe