Algunas consecuencias de la fuga fugaz del coronel Gilberto Vázquez
Comentario de Emiliano Cotelo.
(Emitido a las 7.50)
EMILIANO COTELO:
¿Qué saldo deja para el gobierno y para el país la fuga del coronel Gilberto Vázquez?
Se trata de un asunto muy amplio y complejo, cuya evaluación resulta difícil, porque los hechos todavía están demasiado frescos, así que en varios frentes hay más interrogantes que respuestas.
De todos modos, es evidente que el viernes de mañana el gobierno suspiró aliviado porque el costo de la crisis se perfilaba como el más bajo de todos los que pudieron imaginarse el lunes, cuando la noticia estalló como una bomba.
Un episodio grave, en el que el Poder Ejecutivo había quedado mal parado, se liquidó en apenas 96 horas, con el prófugo haciendo papelones mientras la Policía se mostraba rápida y efectiva.
Arresto por honor
Los hechos de la semana pasada abrieron varios frentes de discusión.
Uno de ellos fue que, pese a que Tabaré Vázquez dio pasos que ninguno de sus antecesores dio en la investigación y juzgamiento de violaciones a los derechos humanos durante la dictadura, por lo visto también ha tenido que hacer sus transacciones con los remanentes del poder militar.
El ejemplo más evidente: haber tolerado que los militares con extradición pendiente cumplieran su arresto administrativo bajo la garantía del Ejército. ¿Qué justificación tiene este privilegio, que ya se había dado en gobiernos anteriores? Sólo una justificación: atenuar la irritación en los sectores de las Fuerzas Armadas más duros y nostálgicos.
Pero, claro, la sociedad uruguaya no había profundizado demasiado en la flexibilidad que implicaba ese régimen de detención. Y mucho menos se había asumido que la "reclusión" reposaba en el cumplimiento de los códigos de honor del Ejército, a tal punto que al salir de un cuartel para asistirse en un hospital, el militar arrestado no va con un custodia sino con un acompañante.
Después del lunes las perplejidades se amontonaban. ¿En el Poder Ejecutivo conocían exactamente hasta qué extremos llegaba esa tolerancia? Y en caso de que la respuesta fuera afirmativa, ¿es sensato creer que cumplirán con esos códigos de honor personas que están acusadas de tantos delitos tan abominables? ¿No se habrá actuado con exceso de ingenuidad y/o impericia?
Estos cuestionamientos no sólo vinieron desde la oposición; dentro del propio Frente Amplio también se escucharon en bocas de diputados y senadores muy preocupados.
No va más
¿Hasta qué punto esta polémica desgastó a las autoridades relacionadas con el tema? Eso recién podrá evaluarse en los próximos días.
Pero, mientras tanto, esta fuga tan breve del coronel Vázquez tuvo algunas consecuencias positivas tal vez no esperadas por el gobierno.
Por ejemplo, que ha podido desembarazarse del sistema de arresto de militares en unidades castrenses, algo que aceptó y que a buena parte de los militantes de izquierdas debe haberle sonado incomprensible.
Ahora, la administración frenteamplista puede decirle a las Fuerzas Armadas: "nosotros mostramos buena voluntad, tuvimos un gesto con ustedes, corrimos un riesgo político y miren cómo nos pagaron desde adentro del Ejército. Ahora, no va más".
Con lo cual, un resabio de la dictadura acaba de caer.
La crisis tuvo su costo. Pero en la larguísima transición de la dictadura a la democracia tal vez sin quererlo- se ha dado un paso más.
Nostálgicos más desacreditados
En esa misma dirección, tengo la impresión de que la fuga del coronel Vázquez y su desenlace patético, hicieron que el descrédito de los militares más nostálgicos creciera fuertemente, tanto dentro de las Fuerzas Armadas como en la sociedad uruguaya.
Por un lado, el coronel Vázquez defraudó a sus propios camaradas al transgredir códigos muy valiosos en la interna y fallar a la confianza del comandante en jefe. Por todo ello va a ser sometido ahora a un tribunal de honor, algo que, tengo entendido, no ha ocurrido nunca con oficiales acusados de violaciones a los derechos humanos durante la dictadura.
Visto ahora desde la población en general, el aspecto ridículo del coronel Vázquez disfrazado con sus extensiones capilares y los comentarios presuntamente jocosos que realizó ante las cámaras de televisión, ya, de por sí, hicieron bastante por el derrumbe de lo que quedaba de su nombre y lo que él representa.
Pero después supimos también que quien supuestamente era experto en asuntos de inteligencia cometió errores inexplicables, por ejemplo al dejar pistas elementales con sus llamadas a la prensa o al elegir el lugar de escondite. En una primera lectura el ciudadano común puede preguntarse: ¿Esos son los personajes peligrosos que tanto condicionaron la vida política uruguaya en los últimos años?
De todos modos, también cabe la posibilidad de que el coronel Vázquez buscase deliberadamente ser capturado. Así que conviene dejar pasar algunos días más antes de intentar una interpretación más profunda de lo que había detrás de su fuga.
Responsabilidades
Y también habrá que esperar para conocer sus repercusiones en materia de responsabilidades políticas.
El oficialismo considera una exageración el alejamiento de la ministra de Defensa Nacional, reclamado desde el Partido Nacional. "Nos piden una renuncia por semana", se quejan en el partido de gobierno. Y del otro lado responden: "En todo caso es la otra cara de la moneda de lo que fue el comportamiento del FA cuando eran oposición".
Ustedes ya conocen esta polémica en la que blancos y frentistas se enzarzan a cada rato.
Sea como sea, lo que no puede sostenerse es que el episodio no fue grave, como dijeron varios altos voceros del Poder Ejecutivo. Entonces, ¿nadie, a nivel político, pagará por una fuga que, entre otras cosas, puso en riesgo una extradición solicitada por otro país?
Es probable que ese sea el resultado y no rueden cabezas. Porque así viene ocurriendo en la política uruguaya de los últimos 20 años y, por lo visto, en esta materia el gobierno del Frente Amplio ha decidido no innovar.
El comandante en jefe
Un comentario aparte merece el comandante el jefe del Ejército.
El teniente general Carlos Díaz se comportó de manera impecable cuando el lunes mismo, apenas supo de la fuga, asumió toda la responsabilidad y puso su renuncia arriba de la mesa.
De inmediato, el presidente de la República le ratificó su confianza. Sin embargo, desde entonces quedó en cuestión si Díaz debe seguir al frente del Ejército.
La respuesta depende de varios factores.
En primer lugar, de la voluntad del propio Díaz, que siempre puede pedir el pase a retiro en base a valoraciones que son muy personales en la vida militar.
Otro factor relevante es cuán minada haya quedado su autoridad dentro de la fuerza. Quizás no haya un problema por ese lado, si tenemos en cuenta lo vergonzosa que fue la caída del coronel Vázquez, conseguida por la Policía, sí, pero con un buen apoyo de Inteligencia del Ejército. Además, por ahora todo indica que el prófugo actuó casi solo, con un apoyo mínimo de algún colega retirado, con lo cual se desvanecería el temor de que aquí estuviéramos ante una tendencia militar de cierto peso operando para generar hechos políticos y voltear al comandante en jefe.
Tercero, lo que sí consiguió el coronel Vázquez fue enredar al teniente general Díaz con su versión de que le ofreció una fórmula para ser juzgado acá y evitar ser extraditado a Argentina. Es obvio que el autor de la denuncia tiene su credibilidad reducida casi a cero, pero si algún éxito tuvo con su fuga, su carta y sus declaraciones públicas fue tejer un manto de sombras sobre esta presunta oferta de un pacto.
Y, por último, hay que tener en cuenta un factor muy relacionado con el anterior: ¿Cuán importante resulta el teniente general Díaz para el presidente Vázquez en su manejo del tema derechos humanos, un área crítica para esta administración? Díaz ya es el segundo comandante del Ejército en este período y asumió hace apenas cinco meses cuando pasó a retiro Bertolotti. ¿Le conviene al gobierno procesar ya otro cambio en este puesto clave? Y, por otra parte: ¿Es sencillo para la izquierda conseguir interlocutores confiables en las Fuerzas Armadas?
Final abierto
En fin, son varios los temas que habrá que seguir observando en los próximos días.