Argentina: "Sólo cuando tocamos el nervio financiero se produjeron algunas reacciones"
Raúl Estrada Oyuela, director de Asuntos Medioambientales de la Cancillería argentina, afirmó que "antes de decidir monitorear" el impacto a las plantas de celulosa "hay que saber cuál es el resultado esperable, porque monitorear el desastre no le interesa a nadie, ni a Uruguay ni a Argentina". Así respondió la propuesta uruguaya de un monitoreo conjunto. Además ratificó al estrategia de frenar el financiamiento internacional a Botnia y ENCE.
(Emitido a las 7.46)
EMILIANO COTELO:
El fallo del tribunal de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya trajo una sensación de alivio importante para los uruguayos, pero casi al mismo tiempo comenzó a extenderse de este lado una preocupación con este rechazo al reclamo argentino de suspensión de la construcción de las plantas de celulosa en Fray Bentos. ¿Volverán los piquetes en los puentes?
Pese a que distintos pronósticos auguraban que la Asamblea Ambiental de Gualeguaychú volvería a cortar la ruta, finalmente, después de una reunión que mantuvieron anoche, los militantes de esa ciudad de Entre Ríos definieron que por ahora no habrá piquetes. En su lugar se decidió realizar una gran caravana que este mediodía recorrerá la ciudad de Gualeguaychú y algunas rutas de acceso a la ciudad.
(Audio asamblea.)
"A las 13 horas en el acceso sur comenzamos la caravana, vamos hasta la 20, de la 20 se vuelve a entrar a Gualeguaychú, terminamos en el obelisco. Con banderas."
(Fin.)
EC - La decisión se tomó después de casi dos horas de debates durante los cuales se votaron también otras mociones.
Lo que más llamó la atención fue el rechazo de la asamblea a la invitación cursada por el Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Argentina para mantener una audiencia el martes en la tarde en Buenos Aires. La Cancillería había convocado a los manifestantes a un encuentro en el que participarían el canciller Jorge Taiana, los representantes argentinos que se encargaron de los alegatos en La Haya encabezados por la presidenta de la comisión, la embajadora Susana Ruiz Cerrutti, el gobernador de Entre Ríos, Jorge Busti, la secretaria de Medio Ambiente de la Nación, Romina Picolotti, y el jefe de gabinete, Alberto Fernández, entre otros jerarcas.
Pero la asamblea rechazó esa propuesta y en su lugar exigió que esta reunión se hiciera en Gualeguaychú y en el teatro donde ayer asistieron en vivo, en pantalla gigante, a la trasmisión del fallo de la CIJ.
(Audio asamblea)
"La propuesta, la vamos a elaborar un poco entre nosotros, sería que vinieran acá, ¿no?
Aclamación: ¡Sí!
Vamos a levantar la mano quienes estamos de acuerdo con que vengan acá. Bien, unanimidad. Entonces es una propuesta que vamos a mandar a Cancillería".
(Fin.)
EC - Estamos en diálogo con el embajador Raúl Estrada Oyuela, director de Asuntos Medioambientales de la cancillería argentina.
***
Embajador Estrada Oyuela, en primer lugar, ¿cómo define usted la posición oficial del gobierno argentino ahora que se conoció el fallo del tribunal de La Haya?
RAÚL ESTRADA OYUELA:
El gobierno argentino siempre dijo que iba a aceptar la decisión que tomara el tribunal al que había recurrido, eso no tiene ninguna novedad. Pero me parece que tenemos una diferente interpretación del sentido del fallo.
EC - ¿Cómo lo interpretan ustedes? ¿Dónde ponen el acento?
RE - Sin duda el tribunal decidió no hacer lugar a la invocación del principio de precaución que nosotros aspirábamos que se aplicara en este caso. Pero por otro lado el tribunal acogió en su decisión una cantidad de conceptos que veníamos presentando y que distintas representaciones uruguayas, incluso la representación en La Haya cuando tuvimos nuestras audiencias en junio, negaron.
El primer punto es el alcance del propio Estatuto del Río Uruguay. La delegación uruguaya sostuvo reiteradamente, en particular lo hizo el doctor Boyle, que es uno de los abogados que Uruguay llevó a La Haya, que el Estatuto se refiere sólo a la calidad del agua, y nosotros sostenemos que se ocupa de todo el tema ambiental. La decisión de la Corte indica que nuestro punto de vista ha predominado: el Estatuto se refiere a todo el tema ambiental. Esto es importante por lo que va a seguir.
Además el fallo es un auto interlocutorio, una decisión que se toma pero que puede ser revisada si las circunstancias se modifican.
EC - Eso es claro, se sabía de antemano.
RE - Claro. De modo que no cierra, no causa instancia, es una cosa que se puede volver a plantear.
La razón por la que la Corte no hace lugar a nuestro pedido es que a su criterio no hay en este momento un riesgo inminente de perjuicio ambiental. Esto quiere decir que las obras que ha autorizado Uruguay desde nuestro punto de vista sin haber pasado por los controles por los que debía pasar en la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU) no son suficientes para producir un daño ambiental ahora, porque simplemente hay una remoción de terrenos en un lugar y una construcción de tres o cuatro galpones y una chimenea en el otro. Esa construcción no tiene impacto ambiental todavía.
EC - Eso es lo que ha sostenido Uruguay desde siempre con respecto al pedido de suspensión de las obras.
RE - No, Uruguay dice dos cosas, primero que eso no tiene impacto ambiental, y segundo que las plantas no van tener nunca impacto ambiental. Lo viene diciendo desde que lo sostuvo el ex canciller Opertti en el Senado uruguayo en 2002. Nosotros decíamos que es cierto que esto no tiene impacto ambiental, pero lo prudente es pisar la pelota, ver qué pasa y en condiciones satisfactorias para todos seguir con los proyectos. La Corte dice que siga el proyecto a riesgo de Uruguay, porque ella misma puede mandar detener el proyecto, mandar cambiar alguna cosa o incluso desmantelarlo. Esto significa un riesgo financiero que nunca pensamos que debería correrse, pero eso es lo que decidió la Corte. Si usted dice que un proyecto puede ser desmantelado complica bastante la decisión que tiene que tomar un inversor.
EC - ¿Eso no es algo que siempre estuvo sobre la mesa, que siempre existió como una posibilidad? Una cosa es el estado actual de las obras y otra cosa será cuando las plantas estén operando, cuando estén operando obviamente el riesgo de contaminación existe, el gobierno uruguayo sostiene que va a ser mínimo y que lo va a controlar, pero existe.
RE - Lo que nosotros queremos, y creo que quiere Uruguay también, es que ese riesgo se reduzca, que sea el menor posible y que todo lo previsible sea evitado. Es esto lo que hemos venido proponiendo y nos parece lo más razonable. Pero decir que una obra de esta industria no contamina es ingenuo, porque es sabido que es una de las industrias más contaminantes, junto con otras, no es de las más contaminantes. Entonces, si es una industria contaminante, hagamos lo posible para que no contamine y vivimos todos felices. Eso es lo que ha venido sosteniendo Argentina y confiamos en que finalmente vamos a ser escuchados.
EC - ¿Qué quiere decir que confían en que van a ser escuchados?
RE - Que vamos a ser escuchados por Uruguay, que va a entender en algún momento que este es un tema de interés para los dos países, porque esto no es para beneficio de Argentina sino para beneficio de la población de la zona, porque tanto de la población de Gualeguaychú y la zona de Entre Ríos como la de Fray Bentos están afectadas por esto. Si el proyecto se lleva adelante como está hoy, con las autorizaciones que ya otorgó la Dirección Nacional de Medio Ambiente (DINAMA), la temporada de verano 2007-2008 en el balneario de Las Pajas va ser un fracaso porque va a estar afectado por el olor de la planta que empieza a funcionar.
EC - Las autoridades insisten en que siempre han tenido esa preocupación y de ningún modo se va a tolerar que el funcionamiento de las plantas de celulosa produzca ese tipo de impactos. Ayer se remarcó en la conferencia de prensa que dieron el canciller Reinaldo Gargano y el ministro de Medio Ambiente, Mariano Arana, el ofrecimiento que ya se había hecho incluso ante el propio tribunal de La Haya que el fallo de ayer recoge en la lectura que hace la presidenta de la Corte Roselyn Higgins de llevar adelante un monitoreo conjunto. ¿Usted no ve esa posibilidad como algo que pueda encauzar las diferencias después de esta instancia?
RE - El monitoreo, ¿de qué? Esa propuesta uruguaya de monitorear tiene un tiempo. Pensamos que antes de decidir monitorear algo hay que saber cuál es el resultado esperable, porque monitorear el desastre no le interesa a nadie, ni a Uruguay ni a Argentina. Primero hay que asegurar que las condiciones de funcionamiento de las plantas sean eficientes para reducir al máximo toda la contaminación posible. Ese punto no está resuelto. Cuando esté resuelto hablemos de monitorear.
EC - ¿Cuál es el punto crítico para ustedes a los efectos de poner en marcha una cooperación en esta materia que deje atrás el enfrentamiento?
RE - Lo que hemos dicho desde el comienzo, hay que saber cómo va a funcionar la planta, hay que saber cuáles van a ser los métodos de depuración de los efluentes líquidos, cuál va a ser el tratamiento de los gases que se van a emitir cuando hablábamos de gases la parte uruguaya en el tribunal nos decía "de los gases no se ocupen porque no son parte del Estatuto del Río Uruguay", ahora la Corte ha dicho que sí son parte, tenemos que saber cómo se van a manejar los residuos sólidos, de qué manera se van a acumular, hay que saber cuáles son los planes de contingencia. Estas plantas tienen la característica no es por perversidad de nadie, son así de tener un proceso de puesta en marcha complicado.
EC - Usted dice que toda esta información no ha sido remitida a la República Argentina, volvemos a ese punto. ¿Usted dice que esa información no está disponible?
RE - No está disponible, ese ha sido el problema desde el comienzo.
EC - Y si se pone en marcha un ámbito de diálogo en el que lo primero que se haga intercambiar esos datos...
RE - Eso abre el panorama de una manera muy notable que hasta ahora no hemos tenido. Eso es lo yo estuve pidiendo durante seis meses en el grupo técnico que tuvimos en el que no conseguimos avanzar.
EC - Ayer el ministro Arana anunciaba que su cartera está instalando en Fray Bentos un laboratorio como nunca hubo en Uruguay para el control específico de los procesos de producción de pasta celulosa. Dijo además que en los próximos días se concretará el ingreso de 28 científicos al cuerpo de inspectores de la DINAMA. Y resaltó que la elevación de la autoexigencia en control e investigación ambiental se verá fortalecida con mayores recursos económicos, con la posibilidad de que los gobiernos departamentales y las organizaciones no gubernamentales incidan en las decisiones que se adopten en este asunto, y agregó esto: "Mi mayor anhelo sería incorporar a ese equipo de monitoreo de las plantas, si así lo aceptaran, delegados de Gualeguaychú cuyas inquietudes compartimos como compartimos todo aquello relacionado con la defensa de la vida y el desarrollo económico para nuestros países". ¿Cómo vieron esta posibilidad ustedes?
RE - Vuelvo al punto inicial: esta posibilidad es realmente positiva, alentadora. Lo que ocurre es que antes de ponerse a controlar lo que pasa hay que saber cuáles son las condiciones que se pactaron para que funcionaran, porque los permisos otorgados por la DINAMA a las plantas exceden los estándares normales para este tipo de operaciones, esa es la preocupación. Si hablamos de la planta de Botnia, el 11 de febrero de 2005 DINAMA hace un dictamen con una serie de condiciones previas al inicio de la construcción, pero el 15 de febrero todo durante la administración anterior sale una resolución del Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente (MVOTMA) que suprime esas condiciones y las deja para antes de empezar la operación. Esto contraría lo que dice el propio decreto de medio ambiente vigente en Uruguay. Son esas medidas las que debemos conocer, los planes de contingencia, el manejo ambiental de la planta, el gerenciamiento ambiental. Todo eso que la normativa uruguaya exigía antes de iniciar la construcción, y ese era el sentido del dictamen de la DINAMA, se suprimió, se borró antes de llegar a la decisión ministerial que no tiene esa exigencia. Eso es lo que no resulta razonable.
EC - ¿Qué impresión tiene a propósito del ambiente entre los dos países ahora como para intentar aproximaciones en estos puntos?
RE - El ambiente entre los dos países lo tengo en mi casa, yo soy 25% uruguayo, mi abuela paterna es Blanca Requena García, que es uruguaya, y mi mujer es hija de Constancio Vigil, nació en Punta Gorda, en Montevideo. Mi vinculación con Uruguay es muy estrecha.
EC - Es un buen dato, es interesante conocerlo, pero yo me refería sobre todo al ambiente político, a cómo ha reaccionado el gobierno uruguayo en estas horas, si ha optado por evitar triunfalismos, si ha sido muy cauteloso en los comentarios. ¿Tiene la impresión de que podemos salir de este bloqueo?
RE - No sólo tengo la impresión, estoy convencido de la necesidad de que salgamos de este bloqueo. Tiene razón, la reacción del canciller Gargano y todo esto ha contribuido a que no haya estridencia, y nosotros también estamos haciendo todo lo posible para que esto se maneje con la mayor serenidad.
EC - Ayer la secretaria de Medio Ambiente del gobierno de la Nación, Romina Picolotti, hablaba de insistir en la campaña destinada a desalentar a los bancos y a los grupos inversores en cuanto a su participación en estos proyectos, amparándose en esas consideraciones que usted hacía en torno al fallo de La Haya y el hecho de que en definitiva se trata de proyectos riesgosos que pueden llegar a ser cancelados, cuya continuidad puede llegar a ser incluso prohibida por la propia Corte de La Haya. ¿Se va a ir efectivamente por ese camino?
RE - Sí, porque es triste pero sólo cuando tocamos el nervio financiero se produjeron algunas reacciones.
EC - O sea que se va a continuar haciendo ese tipo de gestiones ante los bancos.
RE - Yo voy a proponer que se siga haciendo, esa es la intención. Uruguay avanzaba impertérrito en la obra, sin preocuparse para nada por avanzar en los estudios que estábamos pidiendo, hasta que fuimos a la Corporación Financiera Internacional y a los bancos. Esto no es Uruguay, quien pide los préstamos no es el gobierno uruguayo, son las empresas, y las empresas seguían avanzando con los permisos que les había otorgado la administración uruguaya, impertérritas, hasta que se tocó esta glándula tan sensible que es el financiamiento y entonces algunos cambios se empezaron a producir.
EC - Suponiendo que eso haya sido así, que la relación causal haya sido esa, ahora en esta nueva circunstancia, en este nuevo escenario, ¿insistir por ese lado no es minar el terreno del diálogo?
RE - Creo que no, no lo vamos a hacer con esa intención, lo vamos a hacer sólo con el propósito de tener certeza sobre lo que va a salir de esas plantas como efluentes líquidos, como gases, sobre las medidas que se prevén en caso de contingencia.
EC - Yo le preguntaba si no es minar el terreno del diálogo insistir en el intento de cortar el financiamiento.
RE - No, no es cortar el financiamiento, es asegurar que el financiamiento se dé solamente cuando los principios que están vigentes para los bancos a través del Principio de Ecuador y para las corporaciones financieras a través de las políticas operativas sean cumplidos.
EC - En cuanto al manejo de la reacción de los habitantes de Gualeguaychú, de la Asamblea Ambiental de Gualeguaychú, ellos están en una relación compleja con el propio gobierno federal. Anoche rechazaron la invitación para una reunión en Buenos Aires, están exigiendo que ustedes, que los representantes del gobierno vayan a Gualeguaychú, y está siempre latente la posibilidad de nuevos cortes en las rutas. ¿Cómo van a manejar esta parte del asunto?
RE - Esta población está sufriendo una situación de ansiedad muy fuerte, hace más de dos años, casi tres que no sabe cómo va a ser su hábitat dentro de tres años. Y hasta ahora no hemos tenido la posibilidad de ir a ofrecerle garantías de que su hábitat no se va a deteriorar de una manera notable. Ese es el principal problema que tenemos. Mientras tanto esa gente sometida a esa presión fíjese que antenoche se pasaron la noche en vela esperando que se leyera el fallo a las 5 de la mañana está en una situación desde el punto de vista emotivo muy complicada, que la lleva a tomar a veces algunas actitudes que no son las mejores. Yo no tengo dudas de que tomar medidas como cortar los caminos es un error tremendo y que no se debe hacer, pero hay que tratar de acercarse a ellos. Y las que mejor nos pueden ayudar a resolver esto son las empresas, porque si nos dan la información que garantice que estos problemas que yo le planteo van a estar resueltos, los primeros en ir a Gualeguaychú a decirles que no hay que preocuparse porque esto va a estar bien hecho, bien ubicado, todas las cuestiones que se plantean, vamos a ser nosotros.
Y no sé cuáles son los sentimientos en Fray Bentos. Usted sabe que hay que modificar la toma de agua de Fray Bentos por la contaminación que va a salir de las plantas, los problemas no son sólo para la gente de Gualeguaychú. La inquietud por este tema fue inicialmente llevada a Gualeguaychú por gente de Fray Bentos, el asunto es complicado.
Y por otro lado aparecen algunos gestos que serían como una provocación, porque mientras el canciller Gargano hacía la declaración que le comenté, aparece la decisión de subvencionar una plantación de 5.000 hectáreas que va a hacer otra empresa de celulosa. Esa decisión del gobierno uruguayo de subvencionar esas 5.000 hectáreas, de acuerdo con los planes de forestación, que son viejos en Uruguay, es presentada como una nueva iniciativa para poner una planta de un millón de toneladas de celulosa, cuando hay una cierta distancia entre plantar 5.000 hectáreas y llegar a tener una planta industrial.
EC - ¿Usted alude al proyecto de Stora Enso?
RE - Claro. Usted vio cómo se presentó, si usted lee la decisión en la página web de la Presidencia, lo que se ha hecho es autorizar plantar 5.000 hectáreas, lo que es importante, sin duda, está dentro de la política forestal uruguaya, que todos conocemos, y significa que la empresa va a recibir el subsidio que se tiene por forestación. Pero de ahí a decir que ya hay un proyecto para una planta de un millón de toneladas hay una cierta distancia.
EC - Usted toma eso como una provocación.
RE - De las empresas, ¿no? En fin, eso no ayudó, porque acá cuando decíamos "no, esto va a encaminarse", nos dicen "¿cómo?, si autorizaron otra planta de celulosa", tengo que salir a explicar: no autorizaron otra planta de celulosa.
EC - En todo caso esa planta no va a estar sobre el río Uruguay.
RE - No, claro, pero estábamos hablando del ánimo, del sentimiento, del estado emocional de la gente de Gualeguaychú. Cuando se la pincha por distintos lugares ese ánimo no se termina de calmar.
EC - ¿Y la autorización de otra planta en otro lugar que no es el río Uruguay para usted es pinchar el ánimo de los habitantes de Gualeguaychú?
RE - No, no, pero fíjese cómo llega la noticia: "se autoriza la instalación de otra planta de celulosa". La ubicación de la planta no está decidida por nadie, en general lo que uno ha leído es que será en Durazno.
EC - Sí, en Durazno o Tacuarembó.
RE - Pero no está, entonces cuando uno dice "estamos en el buen camino, por acá se puede seguir avanzando", le dicen "no, qué vamos a seguir avanzando si Uruguay insiste en seguir con estos proyectos sin ninguna consulta", y usted tiene que empezar a explicar.
Le digo todo esto porque estoy convencido de que quienes mejor pueden ayudar a resolver estas cosas son las empresas dando la información que no han dado. Y creo que no sólo no nos la han dado a nosotros, sino que no se la han dado al propio gobierno uruguayo.
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Edición: Mauricio Erramuspe