La Audiencia Opina

Sobre la imagen del país y los inversores

Estamos a la deriva, mucho peor que no tener rumbo. Verdades inocultables. 4 Jul 2006

por Ignacio Popelka
ipopelka@entelchile.net

Sr. Director de enfoques

De mi consideración: En primer lugar quiero manifestarle que respaldo en totalidad su texto dirigido al Sr. Presidente de la República y publicado en enfoques del día miércoles.

Con el mismo respeto y deseándole al Sr. Presidente el éxito más rotundo en su gestión, me veo en la obligación, muy a mi pesar, de advertirle que estamos a la deriva, mucho peor que no tener rumbo.

Le doy un breve ejemplo de lo que sostengo: En mi calidad de empresario de nacionalidad uruguaya, con actividad comercial en Chile, fui amablemente invitado por nuestro embajador en este país, el Dr. Carlos Pita, a participar de un evento comercial Uruguayo -Chileno, en la Cámara Nacional de Comercio de Chile.

La delegación uruguaya estaba presidida por el Dr. Rodolfo Nin Novoa, nuestro vicepresidente, quien desde su cargo ha impulsado activamente las relaciones comerciales con este país.

Formó también parte de la comitiva un grupo de economistas entre los que se destacó por su notable exposición el Ec. Fernando Lorenzo, quien dejó totalmente claro a todos los asistentes los ingentes esfuerzos del gobierno por ordenar nuestra situación macro-económica.

No sólo lo demostró, sino que convenció a los oyentes chilenos y uruguayos sobre los importantes avances resultantes de una gestión moderna en el Ministerio de Economía y Finanzas. No siendo responsable de la futura política fiscal, ni de la situación derivada en las empresas por los fueros sindicales, el citado profesional con razonable prudencia omitió referirse a estos aspectos de nuestra realidad nacional.

Gargano se rascaba

Lamentablemente, el enorme esfuerzo de nuestro embajador, de nuestro Vicepresidente y de los técnicos que vinieron se vio empañado por una ( por suerte) breve alocución del Sr. Canciller, Don Reinaldo Gargano, quien improvisó un discurso obsoleto, mientras se rascaba la cabeza en absoluto ademán de desconocimiento de todo protocolo diplomático. Esto fue deplorable; el asunto no pasó desapercibido a un empresario chileno que sentado a mi lado y anonadado me cuestionó: ¿y éste, es tu canciller?

-Sacando fuerzas de flaqueza le espeté: sí, pero creo que por poco tiempo.

Traté de esquivar el bulto y me escurrí por un rato de mi interlocutor, aunque en la recepción que se realizó en la Embajada esa noche, volví a encontrarme con el amigo.

El hombre fue directo al grano ¿decime Ignacio, es verdad que en Uruguay los empleados pueden ocupar las fábricas? ¿Es verdad que pueden usar tu materia prima y producir mientras esto ocurre? ¿Es cierto que las empresas internacionales advertidas de esto están reduciendo stocks? ¿Es verdad que un empresario uruguayo de toda la vida quiso mudar sus máquinas de una fábrica a otra y no se lo permitieron?

A todo esto yo ya estaba pálido y acorralado, y no encontré otra solución que decir la verdad y salir rápido de aquel embrollo, con arriesgado estoicismo dije la palabra fatal: sí, todo eso es verdad.

El chileno me escuchó, caviló un segundo y me dijo: pucha que pena, con lo lindo que es Uruguay, ¡que lástima, yo ahí no pongo un peso!

Fin del cuento.

1-Por más que acomoden la macroeconomía, la microeconomía destruye
todo lo anterior.

2 -Para buscar inversores la justicia tiene que ser eficiente.

3 -La imagen del país es importante.

4 -Los impuestos tienen que disminuir.

5 -El IVA es un hurto y es el factor generador de la evasión.

6 -El estado tiene que adelgazar, menos monopolios, más libertad.

7-La libertad de prensa debe ser absoluta.

8- El presidente tiene que ganar lo correcto y trabajar full time.

9- Los funcionarios públicos buenos, también.

10 -Los malos ministros, a casa y rápido.

Disculpe Sr. Director, haber abusado de su gentileza, pero me quedé dolido cuando vi que perdíamos al inversor y mientras tanto seguíamos devengando el sueldo del Sr. Ministro.