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Varias lecturas sobre el encuentro de Córdoba

El canciller uruguayo, Reinaldo Gargano, habló de un "un enorme paso adelante" en cuanto a la integración del bloque. El ministro de Economía, Danilo Astori, también se mostró satisfecho con los resultados. Y el presidente Tabaré Vázquez se esmeró en enviar señales de acercamiento hacia Argentina. Las lecturas y los gestos del encuentro se analizan en el siguiente informe de En Perspectiva.

La delegación oficial uruguaya volvió optimista de la XXX Cumbre del Mercosur celebrada en Córdoba. Según los voceros del gobierno, se lograron acuerdos importantes y, a una semana del fallo de La Haya, se entreabrió un espacio para el diálogo con Argentina por el conflicto por las plantas de celulosa.

Evaluación. En una entrevista con el diario La República, el ministro de Relaciones Exteriores, Reinaldo Gargano, sostuvo que en esta reunión de Córdoba se dio "un enorme paso adelante en el proceso de integración regional".

Gargano destacó que, aprovechando la cumbre, firmó con su par argentino, Jorge Taiana, notas reversales que garantizan a los ciudadanos de los dos países los derechos a la residencia, al trabajo, a la asistencia social y a otros aspectos básicos de la vida cotidiana. Un documento similar se había firmado hace pocos meses con Brasil, recordó.

El canciller resaltó otro avance concreto. Dijo que en las deliberaciones de ministros y de presidentes se pudo constatar "una línea conductora común", que "tiende a expresarse con independencia de otras regiones del mundo".
Como ejemplos de ese discurso, Gargano destacó: la oposición a la declaración unilateral de una guerra, el apoyo al multilateralismo en el manejo de las relaciones internacionales, el fortalecimiento de Naciones Unidas y "la búsqueda de que la unidad regional sirva como una contribución a la paz".
Según Gargano, todo ello es muy relevante porque, dijo, "nuestros países no sólo tienen que hacer pesar su fuerza económica y su potencialidad de desarrollo, sino además su peso político".
En ese sentido, hizo notar que con el ingreso de Venezuela al Mercosur, el bloque ya suma 260 millones de habitantes y representa el 80% del PBI de América del Sur, conformando "un espacio económico, social y político que va desde el Caribe hasta Tierra del Fuego, con todas las riquezas imaginables".

Astori. El ministro de Economía, Danilo Astori, también se mostró satisfecho con los resultados de la cumbre. Como forma de compensar a los países chicos del bloque por las asimetrías que se dan dentro del Mercosur, Astori había llevado a Córdoba la solicitud uruguaya de que los países miembros puedan encarar negociaciones bilaterales fuera de la región para mejorar su inserción comercial.

De regreso en Montevideo, Astori aseguró que su reclamo fue recogido por sus colegas con interés y "hospitalidad". Subrayó que, paralelamente, la ministra argentina de Economía, Felisa Micheli, propuso (y luego se aprobó) que en un plazo de 60 días los países presenten propuestas de este tipo para corregir las asimetrías que aún padece el bloque.

De todos modos, Astori enfatizó que lo primero que hay que hacer para atacar el problema de las asimetrías es garantizar efectivamente el acceso al mercado ampliado que todos los países del Mercosur se comprometieron a respetar desde el 26 marzo de 1991.

Astori puso como ejemplo los camiones uruguayos de arroz detenidos en la frontera con Brasil:

"Yo les ponía el ejemplo de los camiones de arroz detenidos en ese mismo momento en la frontera brasileña, cosa que luego desactivó el ministro que oyó nuestra reflexión e inmediatamente llamó a Brasil para que se liberaran los camiones detenidos. Pero eso no nos puede pasar en un proyecto de integración".

Las plantas de celulosa. Pero esta cumbre del Mercosur también sirvió para que se encararan algunos problemas bilaterales entre países del bloque.

El caso más evidente para los uruguayos era la crisis con Argentina por las plantas de celulosa, que ingresó en un escenario nuevo después que la Corte Internacional de Justicia, con sede en La Haya, rechazó la suspensión de las obras de construcción de las fábricas, solicitada por el gobierno de Buenos Aires.

El presidente Tabaré Vázquez arribó a Córdoba decidido a enviar a Argentina señales de acercamiento. De hecho, lo primero que hizo el jueves de tarde, al llegar al aeropuerto cordobés, fue acercarse a un grupo periodistas y expresar, por iniciativa propia, la disposición de su gobierno de "abrir todos los caminos de diálogo para avanzar en acuerdos".

Esa misma noche, luego de la cena ofrecida por Kirchner a los jefes de Estado visitantes, Vázquez volvió a hablar con los reporteros que lo aguardaban en la puerta del hotel. El mandatario uruguayo, que había compartido la mesa con el presidente anfitrión, comentó que había encontrado "un muy buen ambiente de diálogo".

Por su parte, el canciller Jorge Taiana reconoció que los dos presidentes hablaron de la importancia de mantener el diálogo, pero aclaró que no se avanzó sobre "el fondo" del asunto. "Vázquez planteó su preocupación por el tema y Kirchner lo escuchó", sostuvo Taiana, en declaraciones al diario La Nación.

El viernes, durante su discurso en la cumbre, el presidente Vázquez incluyó de manera destacada el diferendo con Argentina y resaltó la importancia de abrir caminos de diálogo.

Gargano, por su parte, adelantó que las conversaciones entre ambos países continuarán a través de las cancillerías:

"En esta materia, lo conversado, y lo acordado fue que habrá conversaciones sobre este tema y que ellas pueden resumirse en la frase "diálogo siempre"; palabras del presidente Kirchner, que quedaba asentada. Es decir que el diálogo está abierto y la posibilidad de continuar con el intercambio de opiniones se hará en lo inmediato a través de las cancillerías, que son las que tienen la responsabilidad de llevarlo adelante."

¿Era Uruguay quien tenía que dar el primer paso después del fallo del Tribunal de La Haya? Se insistía en que sí. Por lo visto se fue en esa dirección y ahora hay que esperar los resultados.