El embajador Carlos Pérez del Castillo habló de las debilidades y fortalezas uruguayas en esta negociación.

Claves para una estrategia de negociación con Estados Unidos

El proceso para alcanzar una liberalización en el comercio con Estados Unidos no será fácil para Uruguay. Además de las polémicas internas, del otro lado habrá un equipo de funcionarios muy entrenados en estas conversaciones. El embajador Carlos Pérez del Castillo habló de las debilidades y fortalezas uruguayas en este camino que emprende el gobierno.

(Emitido a las 9.10)

EMILIANO COTELO:
"El tren algunas veces pasa, una sola vez". Eso decía el presidente Tabaré Vázquez este miércoles cuando se refería a la oportunidad que se le presenta a Uruguay de firmar un acuerdo bilateral de comercio con Estados Unidos.

Una analogía que sirve desde varios puntos de vista, entre ellos del punto de vista de la velocidad. Parece que a Uruguay no le queda mucho tiempo, si quiere subirse a ese tren. No en vano ayer mismo trascendió que la semana próxima ya se va a observar una intensificación del proceso de negociación.

Algunas de las tantas preguntas que están sobre la mesa son: ¿cuánto incide la variable tiempo en estas tratativas? ¿Qué es lo que está en juego en estas conversaciones con Estados Unidos? ¿Tiene sentido la discusión sobre las siglas, sobre los nombres del acuerdo que también ha quedado planteada?

Para eso estamos con el embajador Carlos Pérez del Castillo, experto en comercio internacional que fue subsecretario de Relaciones Exteriores, pero que además ejerció la Presidencia del Consejo General de la Organización Mundial de Comercio entre 2003 y 2004 y que el año pasado estuvo a punto de ser director general de la OMC, fue candidato hasta la última instancia cuando finalmente fue designado Pascal Lamy. Hoy es consultor independiente.

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Embajador Pérez del Castillo, ante la actitud que asumió el gobierno uruguayo en estas últimas manifestaciones públicas, las de esta semana, aparece la lectura de que en realidad todo está ya muy avanzado para que Uruguay y Estados Unidos efectivamente vayan a un acuerdo de liberalización de su comercio bilateral. ¿Usted comparte esa visión? Algunos dicen que cuesta creer que el gobierno se tire así en una piscina, sin saber que está llena.

CARLOS PÉREZ DEL CASTILLO:
Creo que lo que ocurrió esta semana fue una señal muy clara de la voluntad del gobierno de tender los puentes hacia una profundización de relacionamiento comercial con los Estados Unidos. Un mensaje hacia los Estados Unidos y también un mensaje hacia el gobierno, hacia la interna, hacia el país, de que se va a utilizar esta oportunidad hasta donde se pueda. En cuanto a los plazos, pienso que es un proceso en el que todavía no hemos entrado en una verdadera negociación.

EC – Pero, antes de los plazos, ¿cómo percibe usted el clima entre las dos partes, lo que se ha dicho acá y las señales que llegan desde allá? Esta semana estuvo aquí nada menos que un alto representante del departamento de Comercio de Estados Unidos, Everett Eissenstat.

CPdC – Yo creo que sin lugar a dudas el mensaje es que se va a buscar una negociación y esa negociación se tiene que hacer, como ambos somos miembros de la Organización Mundial de Comercio, en conformidad con las obligaciones que tenemos en ese foro. Y lo que dice la OMC en materia de profundización de negociaciones bilaterales entre sus miembros es que lo tenemos que hacer de acuerdo a ciertas disposiciones como es el artículo 24 en materia de bienes o el artículo 5 en materia de servicios.

¿Qué quiere decir esto? El artículo 24 lo que dice es que dos países miembros pueden entrar en acuerdos bilaterales en la medida en que eliminen los derechos de aduana y todas las otras reglamentaciones comerciales respectivas a lo esencial de los intercambios de los productos de ambas partes. Y eso si bien no está definido lo que es lo esencial, en realidad a lo que se refiere es a un 90% del comercio entre ambos países.

EC – ¿Cómo es esto? ¿Puede explicarlo un poco más claramente?

CPdC - El principio fundamental de la OMC es que cualquier concesión que se hace entre sus miembros se extiende automáticamente a los demás, a menos que esté amparada bajo una zona de libre comercio o una unión aduanera donde lo que entra en juego, como dije, es una desgravación a cero prácticamente para lo esencial del comercio entre estos países.

EC – Eso implica entonces que en estas negociaciones, ¿debe estar en juego el 90% del universo de los ítems del comercio entre los dos países?

CPdC – Sí, pienso que sí. Si estamos en conformidad, si queremos seguir la reglamentación de la OMC, sin lugar a dudas que tenemos que cubrir el 90%

EC – Eso es lo que tendría que estar en juego...

CPdC – ... En materia de bienes. Ahora, en materia de servicios, si vamos a negociar servicios, a lo que se refieren también las disposiciones de la OMC es que tenemos que cubrir una proporción muy alta de los sectores de servicios y todos los modos de servicios, que hay cuatro modos de suministro de servicios. Tendríamos que cubrirlos también.

Hay excepciones, si hablamos de un 90% quiere decir que un 10% del comercio puede quedar fuera y tenemos que buscar la forma de cómo incorporarlo en este acuerdo.

Pero lo que estamos hablando es de un acuerdo importante de desgravaciones entre ambos países.

EC – ¿Cómo hay que llamar a ese acuerdo? Mi pregunta es: ¿qué importancia tiene el nombre? Ese es uno de los puntos que ha estado en debate estos días: ¿a qué se va? ¿Se va a un Tratado de Libre Comercio?

CPdC – El nombre en realidad no tiene mayor importancia en la medida en que el acuerdo que se haga esté en conformidad con lo que dice este artículo y el artículo 24 habla de una zona de libre comercio o de una unión aduanera. Llamémoslo como lo llamemos en realidad lo que está en juego es un acuerdo de esa naturaleza.

EC – ¿O sea que las distintas variantes de las que se ha hablado en estos últimos días, porque obviamente se habla de TLC, pero también se habla de APC (Acuerdo de Promoción Comercial), se habla de ABC, en fin distintas variantes, todas, dice usted, de hecho son acuerdos de libre comercio?

CPdC – Vamos a entrar en una negociación cuyo objetivo tiene que estar en conformidad con estos artículos y por lo tanto ese es el objetivo final. Ahora, estamos entrando en una negociación. Ahí veremos si logramos al final llegar a un paquete de concesiones entre ambas partes que ameriten dar el paso y conformar ese acuerdo, o dejarlo por el camino.

El hecho de entrar en una negociación no significa necesariamente de que lleguemos al final del camino a un acuerdo de libre comercio. Ahora, sin lugar a dudas el objetivo es ese.

EC – Es una forma de acuerdo de libre comercio, alguna forma de acuerdo de libre comercio

CPdC – Sin duda.

EC – ¿Y qué sensación le quedó a usted del discurso del presidente Vázquez el miércoles? ¿A qué está apuntando el presidente?

CPdC – Creo que está apuntando a explorar esta oportunidad que se nos ofrece y que a través de ella el Uruguay pueda obtener mayores niveles de crecimiento, de desarrollo, de modernización de su estructura productiva, de diversificación de sus exportaciones, aumentar el empleo, atraer inversiones, atraer tecnología, aumentar la productividad. En fin, ese es el objetivo final de todo esto.

Habrá que verlo, es una negociación que se inicia, vamos a enfrentarnos con un equipo de Estados Unidos bien fogueado puesto que han negociado muchos acuerdos. Ha ido mejorando el tiro y reflejando sus intereses a medida que pasó del acuerdo con Chile al acuerdo con los Centroamericanos y los Andinos y tenemos plazos como hablábamos anteriormente que son bastante cortos.

EC – ¿Cómo juegan los plazos breves que están en juego en este caso en particular? Antes que nada sería bueno recordar cuáles son esos plazos, por qué son breves. ¿Qué episodios tenemos en los próximos meses por delante?

CPdC – En realidad el plazo breve se debe a que el Congreso de Estados Unidos, mejor dicho la autoridad que el Congreso de Estados Unidos le dio al Ejecutivo para negociar este tipo de acuerdos vence el 30 de junio del año 2007. Y lo que significa eso es que si se presenta este acuerdo antes de esa fecha, entonces el congreso puede pronunciarse a favor o en contra, sin reabrir lo que negoció el Ejecutivo. En cambio si expira esta fecha, la posibilidad entonces se abre para que cualquier acuerdo que se haya negociado entre las dos partes vaya al Congreso y que el Congreso pueda reabrir paquetes importantes que se han negociado entre los Ejecutivos.

Por lo tanto, es una espada de Damocles que tenemos sobre la cabeza porque de qué vale hacer una negociación y buscar equilibrios, cuando después se pueden reabrir por parte de una de las partes y sobre todo una de las partes más grandes en la contienda.

EC – ¿El Congreso de Estados Unidos tiene que autorizar el comienzo de las negociaciones?

CPdC – Sí.

EC – O sea que hay un paso previo todavía. ¿La preocupación no viene sólo porque el Congreso después tiene que darle el visto bueno, sino porque hay un paso inicial que es el permiso para negociar?

CPdC – El primer paso sería que el Congreso incorporara al Uruguay en la lista de países que en este momento han sido autorizados para entrar en este tipo de convenios con Estados Unidos. Sí hay un paso, creo que a partir de esta fecha podría ser un plazo de tres meses que tiene el Congreso para pronunciarse, una vez que el Ejecutivo le haga un planteo concreto sobre esta materia.

EC – ¿Y qué tiene que pasar para que se inicie ese primer trámite en el Congreso?

CPdC – El Ejecutivo lo tiene que presentar al Congreso.

EC - ¿El Ejecutivo de Estados Unidos?

CPdC - De Estados Unidos. Pienso en ese sentido que la señal que se llevó aquí el representante de Estados Unidos el otro día fue un paso en esa dirección y me imagino que próximamente estarán presentando esta posibilidad para el análisis del Congreso.

EC – Usted dice que ya con los elementos que hay sobre la mesa, ¿el Ejecutivo de Estados Unidos podría solicitarle al Congreso incluir a Uruguay en la lista de países con los cuales se puede negociar un acuerdo de libre comercio, un acuerdo de ampliación del comercio como los que estamos comentando?

CPdC – Bueno, yo no sé...

EC - Se lo pregunto porque entre otras cosas porque dentro del gobierno está claro que hay diferencias sobre hasta dónde llegar

CPdC – ¿En el gobierno de Estados Unidos?

EC – No, en el gobierno de Uruguay. ¿Entonces cual es la percepción que puede tener el gobierno de Estados Unidos?

CPdC – Creo que la percepción que se han llevado, yo no sé como lo interpretaron porque no tuve oportunidad de hablar con ellos, pero me parece que lo que surgió es una señal clara de que el Uruguay está dispuesto a profundizar el relacionamiento comercial hasta donde pueda.  Y es como dijimos,  si le aplicamos los acuerdos de la OMC, quiere decir que estamos de acuerdo en transitar ese camino.

Ahora, ¿cómo van actuar ellos, cuándo van a presentar esta solicitud al Congreso de Estados Unidos? La verdad que no es un tema que pueda opinar al respecto. Pero sin lugar a dudas para responder su pregunta: el Congreso debe aprobar la incorporación de una negociación con Uruguay.

EC -  De todos modos, como ya usted lo comentó hace minutos, estamos hablando incluso de una negociación que debe transcurrir muy rápido. No sé si hay muchos antecedentes de un acuerdo de este tipo negociado en un plazo tan breve

CPdC – Hay uno, Marruecos y Jordania.

EC – Claro, pero eran países con los que Estados Unidos tenía un interés muy especial en lograr un acuerdo, lo dijo el miércoles el ex embajador chileno en Washington, el caso de Marruecos a Estados Unidos le interesaba mucho sacar un acuerdo bilateral de comercio con un país musulmán, ¿no? Entraban a jugar otro tipo de consideraciones.

CPdC – Creo que en esto lo que tenemos que tener muy claro es que Estados Unidos nos va a presentar en la mesa de negociación un formato de negociación que va a ser muy parecido, sino igual al de experiencias anteriores y por lo tanto la rapidez con que se negocie este acuerdo dependerá mucho del Uruguay. En qué medida nosotros queremos hacerle cambios importantes a lo que por ejemplo se negoció con Perú, se negoció con Colombia. Tomemos el caso de Perú, por ejemplo.

EC – Usted dice que lo habitual es presentar como base un acuerdo recientemente firmado.

CPdC – Sin duda. Porque así como para firmar con Chile se basaron en el acuerdo con Nafta y para firmar con los centroamericanos se basaron en el convenio con Chile, ahora para firmar con Perú y Colombia se basaron en el convenio con los Centroamericanos, así que esto es algo que ha ido in crescendo y por lo tanto a nosotros nos van a presentar un acuerdo de esa naturaleza.
En la medida que nosotros queramos ajustarlo para incorporar nuestros intereses y nuestros objetivos, que me parece absolutamente esencial, va a correr más tiempo. En la medida en que lo firmemos rápidamente y aceptemos el acuerdo tal como está, los plazos van a ser más cortos.

En la experiencia que yo tengo de este tipo de negociaciones, son negociaciones que se prolongan por lo menos un año o un año y medio y en algunos casos más.

EC – Bueno, pero no tenemos ese tiempo. ¿Cuál puede ser el riesgo de negociar con esta premura?

CPdC – El riesgo es de aceptar (uno de esos acuerdos base), pero no creo que se dé... Creo que es posible que no lleguemos, que no podamos cumplir con los plazos de fast track y por lo tanto ahí habría una posibilidad de que se extienda esta autorización por unos meses para poder contemplar no solamente la aprobación de estos acuerdos comerciales bilaterales, sino también recuerde que hablamos el otro día, que está también lo de la OMC, está la Ronda Doha que posiblemente también exija una cierta extensión de algunos meses.

Así que esta es una posibilidad. La otra es riesgosa puesto que ir con un acuerdo acordado entre ambas partes y que esté sujeto a cualquier tipo de modificación, me parece que es peligroso.

EC – ¿Porque podría implicar que hubiera que hacer más concesiones que las debidas?

CPdC – Podría implicar que lo que hemos obtenido por ejemplo en materia de bienes o en materia de servicios o las reservas que hemos hecho en materia de propiedad intelectual, o de compras del Estado y que hayan sido acordadas por ambas partes, una vez que lleguen al Congreso si no hay esta autorización puedan ser reabiertas por parte de algunos congresistas para poder aprobar el mismo.

Así que me parece que en eso tenemos que tener conciencia y si lo podemos hacer en cinco, seis meses, hagámoslo. Pero la experiencia indica de que los plazos, si queremos verdaderamente tener un acuerdo que responda a todos nuestros intereses, vamos a tener que formar un equipo profesional de técnicos, tener un análisis muy concreto de lo que queremos, entrar con los ojos muy abiertos. Sobre todo, porque como le digo, nos enfrentamos con un equipo negociador americano que viene ya muy fogueado en esta materia.

EC – ¿Cuáles son los puntos más sensibles, más delicados de una negociación de este tipo para un país como el Uruguay? ¿Dónde pueden estar los perjuicios o la concesiones que se pueden reclamar del otro lado?

CPdC – Sin lugar a dudas en materia de servicios se va a negociar sobre la base de lo que se llama una lista negativa y no una lista positiva como negociamos en la OMC.
¿Qué quiere decir esto? La lista negativa es decir que se abre todo y solamente se reserva en una lista negativa, por eso se llama negativa, lo que no se quiere negociar. Mientras que en la OMC en materia de servicios lo que negociamos es sobre una lista positiva, negociamos lo que queremos y lo que no queremos negociar, no lo negociamos.

Y acá es posible de que se nos exija en materia de servicios el tema de acceso, puesto que a través del acuerdo de inversiones ya hemos otorgado trato de nación más favorecida o trato nacional. Pero es posible que se nos exija y nos van a pedir apertura a la competencia, por ejemplo, de nuestros entes estatales, esa es una.

Ahora, en esto tenemos que tener conciencia de que los Estados Unidos también tienen sus monopolios. Ellos por ejemplo en materia de servicios postales tienen un monopolio, tienen serias restricciones en materia de transporte marítimo y también por ejemplo en materia de movimiento de personas físicas que es parte de servicios. Entonces creo que aquí podríamos finalmente llegar a un paquete de acuerdo, de compromiso donde nosotros estaríamos salvaguardando también cosas que son sensibles para nosotros y por el lado de ellos, también.

Después otro tema sensible, está el tema de la propiedad intelectual. En los acuerdos anteriores ellos han pedido mayor protección que la que está otorgando en el acuerdo de la OMC.

EC – Cuando hablamos de propiedad intelectual, ¿de qué estamos hablando?

CPdC – De patentes, de toda la industria farmacéutica, de producción de genéricos, de protección de semillas, vegetales, indicaciones geográficas. Sin duda alguna que acá lo que ellos van a exigir y han exigido en otros acuerdos es mayor protección para sus intereses que las que tienen en este momento consagradas en la OMC.

Otro tema son las compras del Estado, ellos seguramente que van a exigir un trato nacional, es decir participación en un pie de igualdad en licitaciones públicas. Y nos van a dar reciprocidad pero es muy difícil que el Uruguay pueda competir en el mercado de Estados Unidos con otra firma de Estados Unidos, mientras que para ellos les resultaría relativamente fácil competir aquí.

Después van a ver también normas laborales, pero no creo que ahí tengamos muchos problemas, puesto que el Uruguay ha cumplido con más convenios de la OIT y ha firmado más convenios que los propios Estados Unidos.

Me parece que el lado positivo, aparte de los productos tradicionales que podrían verse incrementados y desgravaciones arancelarias en muchos de ellos, creo que abre una oportunidad para el Uruguay, para diversificar su estructura productiva, para modernizarse, para entrar en sectores más dinámicos y tener accesos para desarrollar bienes y servicios que en este momento

EC – ¿Algún ejemplo?

CPdC – Todo el tema de mejor acceso de toda la parte informática nuestra, de software, ahí se nos abrirían enormes posibilidades. También negociar mayor movimiento de profesionales, consultores, ingenieros y también atraer inversiones. Atraer sobre todo inversiones que modernicen nuestro sector productivo y lo diversifiquen hacia sectores, no podemos seguir dependiendo toda la vida de productos básicos, que nos dé mayor grado de elaboración, que entremos en otros temas.

Para eso se necesita una gran coordinación con el sector empresarial, en este negocio y el ejemplo de Chile es evidente, el gobierno tiene que trabajar muy cerca del sector empresarial y poner propuestas de negociación sobre la mesa que reflejen los intereses y los objetivos de todos y que estén respaldados por una voluntad también del sector empresarial de hacer inversiones, de reestructurarse y de aprovechar estos nichos que se van abriendo

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Edición: Mauricio Erramuspe