Abreu reclama transparencia en las relaciones exteriores
El senador nacionalista Sergio Abreu afirmó que tras la discrepancia entre Vázquez y Gargano ha quedado en entredicho "qué fuerza tiene el presidente para poder orientar la política exterior". "Un gobierno tiene que manejarse con realidades y dinamismo, no sobre la base de llamar para informar sino para profundizar un diálogo", agregó sobre la reunión que convocó Vázquez para el lunes.
(Emitido a las 7.38)
EMILIANO COTELO:
El presidente Tabaré Vázquez convocó a los líderes de los partidos políticos a dialogar sobre este tema recurrente de los últimos días, las negociaciones que el gobierno impulsa con Estados Unidos para fortalecer la corriente comercial, negociaciones que incluyen la posibilidad de la firma de un tratado de libre comercio (TLC).
La cita es para el lunes al mediodía. Están invitados Jorge Larrañaga por el Partido Nacional (PN), Julio María Sanguinetti por el Partido Colorado (PC), Jorge Brovetto por el Frente Amplio (FA), Pablo Mieres por el Partido Independiente (PI) y Aldo Lamorte por la Unión Cívica (UC).
Estamos en diálogo con el doctor Sergio Abreu, senador de Alianza Nacional, PN.
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Senador Abreu, ¿cómo reciben ustedes esta convocatoria a una reunión del presidente con los líderes partidarios, que se efectuará 24 horas antes de la interpelación a los ministros Astori y Gargano que ha promovido el PN por ese tema, las negociaciones con Estados Unidos?
SERGIO ABREU:
La bancada de senadores del PN ayer estuvo analizando con el doctor Larrañaga la convocatoria y la invitación.
EC - ¿Han tomado una posición ya?
SA - Sí, la interpretación que hacemos es que es una respuesta política a la situación que eventualmente se les plantee a los ministros en el Senado el próximo martes. No es una convocatoria casual ni de carácter periódico, es simplemente una respuesta política ante las dificultades que pueda tener el Poder Ejecutivo el próximo martes cuando tenga que explicar su posición en orientación de política exterior y en particular en lo relacionado con la eventual zona de libre comercio con Estados Unidos. Nuestra preocupación es que este tipo de conversaciones, este diálogo con el presidente de la República no tiene que ser producto de una circunstancia sino derivado de una predisposición fluida y permanente a estar dialogando sobre la política exterior del país, la inserción internacional y las dificultades, no como respuesta a una interpelación que se va a producir el martes. Entre otras cosas aparece como un mensaje de que el diálogo debe ser entre los dirigentes políticos y no en el ámbito del Parlamento, donde los dirigentes y los representantes del Poder Ejecutivo tendrán que explicar y más que explicar, dar cuenta de cuál es su orientación en materia de política exterior.
EC - Más allá de esa interpretación, ¿con qué posición irá el PN al encuentro con el presidente?
SA - La convocatoria repite casi textualmente el comunicado en el cual el presidente se abroga para sí el diálogo en materia de estos temas, dice "para informar". Una cosa es informar y otra trasmitir la información que tenga el Poder Ejecutivo; no sabemos si van a estar el ministro de Economía o el ministro de Relaciones Exteriores con el presidente de la República, si fuera así parecería que no tiene sentido la interpelación del martes, que es precisamente para que los ministros den cuenta del Poder Ejecutivo al Parlamento.
Si es para informar, se recibe la información, pero el PN ha tomado en cuenta esto para dar su opinión y el martes va a dar su opinión en forma clara sobre la forma como se está conduciendo la política exterior, las contradicciones que está habiendo en el Poder Ejecutivo y las dificultades que está atravesando la imagen de Uruguay, en particular la del presidente de la República. El presidente de la República es el que está más afectado por la imagen exterior, porque en realidad es Uruguay el que está enfrentado a una serie de contradicciones en su política y sobre todo en este tipo de inserción, que nos está provocando perjuicios muy severos en la imagen de Uruguay y las posibilidades, no sólo en el terreno bilateral con Estados Unidos sino también en los otros ámbitos, en los otros ámbitos, en particular el del Mercosur, con respecto a lo cual el país entero está preguntándose adónde va, adónde va el propio presidente de la República y qué fuerza tiene el presidente para poder orientar la política exterior.
EC - Ayer tuvo lugar una reunión entre los dos ministros que van a ser protagonistas de la interpelación, el ministro Gargano y el ministro Astori, junto con dirigentes del FA y el propio presidente del partido, el ministro Jorge Brovetto. Esa reunión fue justamente para coordinar la estrategia a seguir en el llamado a sala, y según lo que se ha sabido se ha resuelto que el discurso tomará como base la alocución del propio presidente Vázquez la semana pasada en el foro que tuvo lugar en el complejo Punta Cala. ¿Para usted cómo resulta esa unificación por ese lado? El discurso del presidente ha tenido todo tipo de lecturas, una es que fue lo suficientemente amplio como para abarcar las dos posiciones, tanto la de Astori como la de Gargano.
SA - Si se toma como punto de referencia el discurso del presidente en Punta Cala, entonces hay alguien que ha hablado de más en el ámbito del Poder Ejecutivo, porque si ambos ministros coinciden en el discurso del otro día los comentarios que hizo el canciller sobre lo que iba a suceder con el que se pusiera delante del tren fue una mala interpretación o una visión distinta de la que se va a sostener el martes en la interpelación. Entre otras cosas le diría que lo que Uruguay, la región y el exterior tomaron en cuenta fue una contradicción flagrante entre el presidente y el canciller, y en particular una contradicción y una confrontación en la que la jerarquía, la verticalidad y el respeto a la visión del presidente de la República, que es quien tiene la responsabilidad de orientar la política exterior, quedaron en situación de crisis.
Si este tema se puede solucionar, bienvenido para el país, si el martes los dos ministros sostienen una posición idéntica a la del presidente de la República y se rectifican algunas expresiones que se manifestaron para dar una señal equívoca al país, bienvenido. El PN está tratando de que el país oriente su política exterior en forma predecible y profesional. En ese sentido, si el discurso es único y se ha logrado consenso entre los dos ministros, bienvenido eso, de forma tal de poder rescatar alguna vez una línea de coherencia que esté en consonancia con los primeros pasos que se dieron en febrero de 2005, cuando firmamos un documento cuyas lindas líneas de coexistencia parecen haber quedado por el camino.
EC - Justamente, ¿qué busca el PN con la interpelación del martes? Una lectura es que busca poner en aprietos al gobierno mostrando sus contradicciones.
SA - Yo haría otra lectura, porque no es que la oposición llame al gobierno para divertirse mostrando las contradicciones del Poder Ejecutivo, eso no le sirve al país. Lo que nosotros queremos interpretar y saber es lo que quiere saber cualquier ciudadano común de Uruguay que hace esta lectura de que el presidente de la República ha sido desautorizado por el canciller y que la lucha entre el ministro de Economía y el ministro de Relaciones Exteriores es a ver quién se inserta con más dinamismo en Estados Unidos o quién menos, planteando un tema ideológico de confrontación en el propio seno del gobierno. La lectura que hacen todos los ciudadanos es esa, y la hacemos nosotros con mayor preocupación porque conocemos un poco más de estos temas.
EC - ¿Una interpelación de ese tipo no puede quedar "desinflada" por la reunión del presidente con los líderes políticos el lunes?
SA - El doctor Larrañaga lo plantea con claridad: el objetivo es desinflar la interpelación del martes, tratar de hacer una instancia de carácter político, de diálogo, entre el presidente de la República y los distintos órganos partidarios para obviar, o por lo menos relativizar, la reunión del martes. Entre otras cosas existe también una clara señal de que el escenario del Parlamento y la relación entre poderes quedan postergados o relativizados en función de lo que el presidente de la República quiera hacer en la sede presidencial. Es la inversa, el diálogo y la interpelación van a buscar una línea política que rescate la coherencia dentro del gobierno y que se responda adecuadamente políticamente.
EC - Una de las críticas que se hacen desde el oficialismo a la oposición, en este caso al PN, es que cuestiona al gobierno, denuncia que hay puntos de vista distintos, pero sobre el asunto de fondo prácticamente no aporta nada. ¿Cuál es la posición del PN sobre las negociaciones con Estados Unidos, y en particular cuáles son sus contribuciones a la manera como desarrollarlas?
SA - El PN ha venido discutiendo este tema en profundidad, si hay una colectividad política que tiene un sentido claro de hacia dónde se debe orientar la política exterior es el PN, que lo ha desarrollado y aplicado con un criterio de Estado coincidiendo en forma mucho más profunda con las demás fuerzas políticas cuando era gobierno que en este momento. De manera que en ese sentido sabemos adónde vamos y qué tipo de Mercosur queremos.
EC - ¿El PN está de acuerdo en llegar a un TLC con Estados Unidos?
SA - Lo importante no es decir si estoy a favor o en contra de un TLC, si estoy en contra o a favor de Estados Unidos, sino definir a favor de qué estamos, qué país queremos, qué inserción queremos, qué tipo de Mercosur queremos, qué tipo de relacionamiento externo. No es la simpleza de decir si se está a favor o en contra de Estados Unidos, no es cuestión de pintar paredes, que es en lo que parecería que muchas fuerzas políticas de la propia coalición resumen su posición. Estamos con un país comprometido con la visión regional, con un conflicto muy grande con Argentina, con el Mercosur en crisis, con la incorporación de Venezuela, con una fragmentación de América Latina, con una visión de perforación permanente del principio de no intervención, con elementos que están llevando a una carrera armamentista en América Latina...
EC - Eso es diagnóstico, yo le preguntaba cuál es la propuesta.
SA - La propuesta es: vamos a definir claramente adónde vamos. El PN quiere tener un proceso de integración dinámico, que se haga respetar por parte de Brasil y Argentina, que no se ideologice, porque los socios no son ideológicos sino rivales comerciales, que se rescate la idea de que cuando hablamos de Venezuela estamos hablando de una incorporación para definir un país distinto, a favor de Uruguay, no para ponernos en contra de alguien o de otro país, y que cuando hablamos de Estados Unidos estamos hablando de una apertura de mercados y de una definición de una inserción externa que no esté teñida por aspectos ideológicos.
No vamos a discutir el contenido de la negociación porque la negociación todavía no ha tenido contenido. El gobierno está hablando de quiénes están a favor o en contra de Estados Unidos; ya se dio ese episodio cuando se discutió el tratado de inversiones, nosotros tenemos discrepancias con Estados Unidos en forma clara, tenemos discrepancia con la forma como Estados Unidos maneja su política exterior en muchos aspectos, pero sabemos muy bien que cuando hay que definir un tema de esta naturaleza hay que saber adónde quiere ir el país desde el punto de vista económico, comercial, político, y no expresamente vincularse en contra de los países por los que no se tiene simpatía.
EC - ¿Pero qué dice el PN sobre cómo encarar las negociaciones con Estados Unidos?
SA - Tenemos que darles un contenido adecuado y una cantidad de temas muy importantes. Están el acceso al mercado, propiedad intelectual, servicios, compras gubernamentales, todos los temas que se han venido tocando estos días. Es un contenido que tiene que ser analizado por el gobierno y que en su momento se va a discutir. Si da un resultado adecuado y el país entiende que debe seguir adelante, seguirá. No podemos enfrentar un ministro con el presidente de la República simplemente por una interpretación de carácter filosófico o ideológico de quién tiene más simpatía o en qué tipo de programa de gobierno está determinada acción política, si no el propio gobierno se va a cercenar la posibilidad de adecuarse a la realidad, porque el programa quizás no tenga una interpretación muy clara de su inserción en el momento en que se elaboró, no en el momento en que se vive.
La realidad del país hoy no tiene nada que ver con la de los últimos tres o cuatro años, si no, veamos la situación que tenemos nada menos que en la Corte Internacional de La Haya con el gobierno de la República Argentina, que ayudó tanto a este gobierno para que pudiera ganar y lo primero que hace como respuesta es llevarnos a la Corte Internacional porque no coincide o no quiere que una determinada industria se desarrolle en Uruguay. Estos temas son parte de la realidad, un gobierno tiene que manejarse con realidades y con dinamismo, no sobre la base de llamar para informar sino para profundizar un diálogo en política exterior, en lo que todavía no sabemos con claridad dónde estamos. Si el canciller le dice a un legislador "no le voy a decir cómo votamos en la Comisión de Derechos Humanos sobre Cuba porque el voto es secreto", ¿en qué estamos? ¿Qué transparencia hay en la forma de conducir la política exterior? Si esto es así, imagínese el resto de lo que podemos hacer con esta imagen comprometida.
EC - De todos modos: ¿cuándo se van a conocer las propuestas del PN sobre cómo encarar la negociación con Estados Unidos?
SA - La negociación con Estados Unidos tiene varios aspectos, sobre todo de carácter técnico. El PN está muy preparado para discutir y dar ideas sobre cómo manejar la propiedad intelectual, las compras gubernamentales, el acceso a mercados y todo lo que queremos en el mercado internacional.
EC - ¿En qué ámbito va a presentar esas ideas?
SA - No las va a presentar el martes porque le adelanto que el Poder Ejecutivo, como ya ha dicho el ministro de Economía, no va a hablar sobre el contenido de esta negociación porque todavía no se ha desarrollado. Pero le queremos decir todo lo que el PN sabe y el aporte que va a hacer, que va a ser muy importante en este tema; por lo menos sabemos cuáles son los lineamientos básicos de una negociación y en qué forma se tiene que insertar el país en materia de relacionamiento comercial y político. A partir del martes el PN va a estar en condiciones de orientar cualquier medida y cualquier visión de la inserción moderna de Uruguay.
EC - Volvemos a conversar en los próximos días de este tema.
SA - Esperamos que la reunión del lunes no sea una forma de distraer la responsabilidad de los ministros en el Poder Ejecutivo y que el martes en el Parlamento los ministros sean capaces de dar una visión que tranquilice al país y a todas las fuerzas políticas en cuanto a que el presidente de la República es respetado en el ámbito de su gobierno y que las demás fuerzas políticas están en condiciones de respaldar el interés nacional.
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Edición: Mauricio Erramuspe