Entrevistas

Baráibar: si la base es el TLC con Perú, no habrá "fast track"

Baráibar: si la base es el TLC con Perú, no habrá "fast track"

"Si quieren un tratado con el formato del último suscrito con Perú va a ser muy difícil alcanzar un acuerdo dentro de los plazos", dijo el senador de Asamblea Uruguay Carlos Baráibar. Un tratado de ese tipo, advirtió, implicaría flexibilizar leyes como la de patentes o las de los monopolios estatales "que tienen mucha historia, mucho arraigo y que implicaron muchas negociaciones".

(Emitido a las 7.40)

JOSÉ IRAZÁBAL:
Estamos en una semana clave para definir el futuro del acuerdo comercial con Estados Unidos. En estas últimas horas se conocieron versiones en alguna medida contradictorias a nivel político, en especial sobre el rumbo que habrían tomado estas negociaciones entre los dos países.

ANDRÉS GIL:
Recordemos que en el fin de semana que conoció el pronunciamiento de la Vertiente Artiguista en torno a este tema, pero la otra novedad fue la portada del sábado del diario La República, señalando que el diálogo entre los gobiernos de Uruguay y Estados Unidos habría empezado a tomar un giro inesperado.

JI - Según trascendía en este artículo, hay dos aspectos que podrían dar por descartada la firma de un acuerdo en la modalidad rápida entre los dos países, uno es el poco tiempo que queda y el otro es la intención de las autoridades de Estados Unidos de que el modelo para el acuerdo con Uruguay sea similar al que se firmó con Perú, algo que el gobierno de nuestro país no estaría aceptando.

AG - Así las cosas, el gobierno habría resuelto explorar otro tipo de acuerdos, así lo comunicó la semana pasada el secretario de la Presidencia, Gonzalo Fernández, al equipo de negociadores uruguayos. Y esto determinó que la delegación estadounidense que llegará a Montevideo la semana entrante a empezar la negociación haya cambiado su integración.

JI - Eso fue ayer. Hoy informa el diario El Observador –el tema es tapa del matutino– que el presidente Vázquez mantendría la intención de ir por la vía rápida e intentar un acuerdo "a la uruguaya".

AG - Parece oportuno tratar de pasar en limpio esta situación, para lo cual vamos a dialogar con el senador de Asamblea Uruguay (AU) Carlos Baráibar.

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JI – Senasdor Baráibar, lo consultábamos por lo que son estas horas de definición en un tema tan delicado como el acuerdo comercial con Estados Unidos. ¿Cómo se está plantando el gobierno en estas horas? Hablábamos de dos versiones prácticamente contradictorias entre sí sobre la modalidad que se utilizaría para la negociación.

CARLOS BARÁIBAR:
Desde hace muchos años transito en política y en circunstancias como la presente muchas veces he dicho que trato de navegar con instrumentos, llamando instrumentos a mantenerme afín a las categorías de análisis que considero relevantes para el examen de tal o cual situación, sin dejarme llevar por las informaciones que uno tiene que incorporar pero sin quedar prisionero de ellas.

Es evidente que los días 2 y 3 de octubre estaremos en un momento bastante clave de ese proceso de negociación con la llegada de la delegación de Estados Unidos para avanzar en el posible acuerdo y a su vez definir si efectivamente están dadas las condiciones para que el gobierno de Estados Unidos transmita al Congreso estadounidense que efectivamente se está negociando un tratado a los efectos de que sea tenido en cuenta en las negociaciones que se realizan antes de mediados del año que viene, cuando vence el período en el cual el Poder Ejecutivo de Estados Unidos está autorizado.

Recordemos que las relaciones comerciales, de acuerdo con la Constitución estadounidense, son facultades del Congreso que este delega al Poder Ejecutivo. Esa delegación para acordar tratados de libre comercio (TLC) vence en junio del año que viene y luego de ese momento, si bien se puede seguir negociando, los congresistas pueden modificar los términos acordados por el Ejecutivo, y además en las próximas elecciones parlamentarias aumentaría la representación del Partido Demócrata, que tradicionalmente ha estado muy ligado a los sectores sindicales y partidarios de la protección y por tanto contrarios a los TLC.

AG - Con ese escenario presentado, ¿cómo es la perspectiva que tiene AU? ¿Se cree que todavía hay chances de ir por la vía rápida? Porque tanto usted como el propio contador Astori habían dejado entrever que la situación estaba un poco más complicada que lo que se preveía en un inicio, especialmente por la situación interna. ¿Todavía hay posibilidades?

CB - Reitero aquello de navegar con instrumentos, o sea la posibilidad de referirme a los fundamentos de toma de posición cuando los factores coyunturales, las turbulencias, no han asumido y entonces los movimientos pueden estar ligados con factores circunstanciales.

Voy a tomar tres elementos. Uno es el documento de evaluación preliminar de un posible acuerdo con Estados Unidos. Este fue el documento que el presidente Vázquez entregara a los delegados, presidentes o secretarios generales de los partidos políticos uruguayos que se reunieron con él para conocer el avance de las negociaciones. Es un documento técnico, difícil de seguir y de entender por quienes no son especialistas en el tema, pero tiene la virtud de tener una enorme precisión y analiza muy correctamente la situación que Uruguay encontraría a la hora de acercarse a una negociación con Estados Unidos.

El otro es una entrevista que el propio Emiliano Cotelo le realizara el 11 de agosto de 2006 a un especialista en el tema como es Carlos Pérez del Castillo, que ha sido funcionario de organismos internacionales, de la Organización Mundial del Comercio (OMC), fue uno de los candidatos a la secretaría de la OMC, no resultó electo pero tuvo amplio respaldo. Es un especialista en el tema, analizó las variantes y fue muy cauteloso con relación a una dificultad que es el nudo: Estados Unidos hace apenas cuatro meses, en declaraciones de Thomas Shannon, que es el encargado para América Latina de las relaciones del Departamento de Estado, decía que en marzo de este año no estaba previsto dentro de la programación de posibles TLC un acuerdo con Uruguay, si bien tenía la aspiración de mantener las mejores relaciones comerciales. Eso tuvo una variante bien importante –en esos términos muy precisos lo señaló el ministro Danilo Astori en la reciente interpelación en el Senado de la República– en la reunión que los presidentes Bush y Tabaré Vázquez tuvieron el 4 de mayo pasado.

JI - Bush le habría planteado a Vázquez que si quería firmar un acuerdo lo hacía inmediatamente.

CB - Palabras más, palabras menos, le dijo eso, "el gobierno de Estados Unidos está dispuesto a llegar a un acuerdo de libre comercio hasta donde el gobierno uruguayo esté dispuesto a llegar". Fue una afirmación muy precisa que el ministro Astori hizo en el Senado de la República en ocasión de la interpelación, cuando se le preguntó qué había cambiado contestó enfáticamente que el cambio fue esa entrevista entre el presidente Tabaré Vázquez y el presidente Bush. Esa es la situación que hoy estamos transitando. Lo cierto es que esa decisión del gobierno de Estados Unidos tropieza con los plazos muy exiguos, muy reducidos con que se cuenta para una negociación muy compleja, muy difícil.

JI - Usted enfoca toda la responsabilidad, todo el peso de su argumentación en Estados Unidos, cuando en realidad es claro que los sectores mayoritarios del Frente Amplio (FA) se han ido alineando en contra de un TLC, cerrando cualquier posibilidad en ese sentido. La gran traba aparece del lado uruguayo, no del lado de Estados Unidos, parecería evidente.

CB - Vale la aclaración porque si mis palabras ponían el énfasis en la responsabilidad que en esto le cabe a la situación del gobierno de Estados Unidos, no es mi intención hacerlo, simplemente la describía. Tal vez tenga que describir las otras condiciones, por supuesto comparto que hay dificultades en cuanto a alcanzar un acuerdo. Es notoria la posición de destacados ministros del gabinete y la opinión de determinados sectores. Pero por encima de los porfiados hechos de los cuales hablaba Seregni, una negociación de esta naturaleza tiene un alto nivel de complejidad y Uruguay no tiene el entrenamiento adecuado, o para ser más preciso, no lo tienen los cuadros técnicos que están dirigiendo las negociaciones, son gente especializada en comercio exterior, los conozco a casi todos, sé que se ha trabajado en estos temas, pero también sé que la negociación de un TLC con Estados Unidos es un tema que remite a una altísima complejidad y los plazos –estamos hablando de días prácticamente para el 2 de octubre, una semana– son absolutamente exiguos si en esa instancia hubiera que tener una respuesta definitiva sobre la voluntad del gobierno uruguayo de avanzar hacia un TLC.

AG - De sus palabras se desprende que usted prácticamente descarta la posibilidad de apelar a la vía del "fast track". Teniendo en cuenta la situación interna del partido de gobierno, con los principales sectores alineándose en contra de un TLC, es prácticamente imposible avanzar por ese camino.

CB - No quiero decir que sea imposible, sería imposible si los negociadores estadounidenses aplicaran en la negociación con Uruguay los procedimientos que habitualmente han usado en las negociaciones de los TLC que han firmado recientemente.

AG - El caso peruano es paradigmático en ese sentido.

CB - Más paradigmática es la metodología: arrancan cada negociación con el nivel o las características del acuerdo anterior. Chile demoró 13 años en firmar su TLC. Es cierto que durante un largo período, el período de Clinton, el Congreso de Estados Unidos, no habilitó el sistema de fast track, que se le logró al final. E incluso la etapa final de la negociación –una revista del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile la detalla día a día, etapa por etapa la negociación– insumió dos años, lo cual da cuenta de su complejidad y hace ver que en los plazos que tenemos va a ser difícil, más allá de la voluntad del presidente Tabaré Vázquez de avanzar lo más posible en un tratado a la uruguaya.

Le agrego un elemento. Chile venía en un proceso de liberalización de sus normas y desregulación desde hacía muchísimos años, 20 o 25 años, una situación que se pone como ejemplo pero que es absolutamente distinta de la uruguaya. En Uruguay si bien hubo un proceso de liberalización y desregulación, el nivel alcanzado fue mucho menor. Esa existencia de normas restrictivas que son válidas, muchas de las cuales hemos compartido desde la oposición, son un elemento que establece rigideces –no digo impedimentos– a la hora de negociar distintos aspectos de un tratado, porque habría que modificar leyes que en Uruguay fueron estudiadas y negociadas, como la ley de patentes y la ley que establece los monopolios estatales. Son leyes que en Uruguay tienen mucha historia, mucho arraigo y que implicaron muchas negociaciones, entonces si los negociadores estadounidenses plantean una flexibilización es claro que no se puede hacer en los plazos que se requeriría.

AG - ¿Usted conversó estos temas en las últimas horas con el ministro de Economía, Danilo Astori?

CB - En las últimas horas no porque estuve en el interior de la República y llegué ayer. Pero le quiero leer un pasaje de la intervención que hizo el ministro Astori en la interpelación los días 22 y 23 de agosto. "En estas circunstancias no podemos anticipar resultados ni mucho menos el formato del acuerdo. Hacerlo sería poco serio de nuestra parte, tenemos que esperar que se desarrolle la negociación, luego ver hasta dónde podemos llegar y en función del resultado obtenido decidir si nos conviene o no, por supuesto teniendo en cuenta el interés nacional". En esa afirmación, porque todos sabemos que tiene una opinión favorable, coincidente con la mía y creo interpretar la del presidente de la República, el acuerdo tiene las cautelas del caso.

Pero en todo partido juegan por lo menos dos, hay que ver lo que plantean los negociadores de Estados Unidos. Si quieren un tratado con el formato del último suscrito con Perú va a ser muy difícil alcanzar un acuerdo dentro de los plazos. Si el gobierno de Estados Unidos, como todo indica, privilegia en la posibilidad de un TLC con Uruguay más que aspectos económicos, que no son demasiado relevantes para el comercio internacional de ese país, los aspectos de orden político –como lo hizo en el caso de Marruecos, en que negoció rápidamente y con mucha flexibilidad en razón del interés político que tenía tener un TLC con un país musulmán, o en el tratado con Suiza que tampoco sigue los formatos tradicionales y que fue mencionado expresamente por el señor Eissenstat, el representante que estuvo en el evento de Punta Cala– y se encamina hacia otros formatos es posible avanzar en el acuerdo.

De todas maneras el gobierno de Estados Unidos y el gobierno de Uruguay han privilegiado la voluntad de establecer un diálogo fluido en el plano económico pero también en el político, hay muchas manifestaciones de eso. Si tal  cosa ocurre se va a poder seguir avanzando en el fortalecimiento del comercio y también en las condiciones de alcanzar un formato que sea mutuamente aceptable y que el presidente Vázquez ha llamado a la uruguaya.

AG - Usted dice que el "fast track" es todavía una posibilidad, siempre y cuando los negociadores estadounidenses estén dispuestos a habilitar una salida a la uruguaya porque tienen la intención política de aceitar las relaciones con Uruguay.

CB - Me ha entendido perfectamente.

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Edición: Mauricio Erramuspe